Huelga feminista
Nosotras paramos en El Salto Andalucía

Tres compañeras explican los motivos por los que secundan la Huelga Feminista y apuntan sus expectativas de cambio a partir de ella.

Nosotras Paramos Andalucía
7 mar 2018 21:22

¿Vas a participar en la huelga convocada para este 8 de marzo? ¿Por qué?

Carmen Marchena: ¡Claro que sí! La pasaré en Barcelona, un hecho que me motiva a la par que me entristece al no poder pasarla acompañada de mis compañeras de Granada. Es emocionante ver como en cuestión de horas nos hemos unido todas a una para secundar esta huelga y crear un manifiesto propio para reivindicar nuestros derechos como profesionales de la comunicación y denunciar los abusos y desigualdades existentes en la profesión. 

La participación en esta huelga para mí es una cuestión de clase, un homenaje a todas las mujeres trabajadoras que en tiempos pasados se dejaron el alma y en muchos casos la vida para sembrar lo que hoy día seguimos cosechando: la igualdad. Y de eso se trata, de conseguir entre todas y todos una sociedad más justa, donde no haya cabida para el abuso, el machismo, el acoso, la brecha salarial, el trabajo no remunerado ni reconocido… Una situación que viene motivada claramente por el contexto capitalista y patriarcal el que estamos sumidos y que nos impide avanzar como debiéramos.

En definitiva, el 8M es una cita para la responsabilidad y el compromiso, que marcará un hito en la historia del movimiento feminista.

Cristina de Fina: Sí, porque creo en la necesidad de visibilizar la importancia del trabajo de las mujeres en todos los ámbitos. Además, es una movilización internacional que está teniendo mucha respuesta y un mensaje claro. En los 90, el 8 de marzo se había convertido un poco en un "aniversario", sin mucha relevancia en la sociedad. Esta vez es una huelga y creo que va a tener mucha fuerza.

Julia Rodríguez: Sí que voy a participar aunque de una manera limitada. Voy a intentar recorrer con mi cámara los puntos álgidos de la huelga (manifestación y otros eventos) en la ciudad de Sevilla. Digo de forma limitada porque “estaré trabajando”. Quiero que se visualice el poder de las mujeres y su lucha, este día, en las calles. Por lo tanto, haré huelga de consumo, de cuidados, estudiantil pero no laboral. En nuestro equipo en Sevilla no hay ningún cámara hombre y creo que es mi deber mostrar cómo mis compañeras alzan su voz por la equidad.

Voy a participar además para luchar por nuestras mayores por un lado, que muchas no han podido cumplir sus sueños por la sociedad patriarcal en la que se criaron y estuvieron relegadas a los cuidados del hogar y de sus hijas. Por otro lado, por las niñas y jóvenes que se están formando y que merecen un futuro digno, sin desigualdades con los hombres y con las mismas oportunidades laborales.

Con este panorama de injusticia social constante, sumado a las últimas decisiones judiciales contra la libertad de expresión que invitan a la desesperanza... ¿Esta convocatoria feminista sin precedentes puede marcar el despertar social para una nueva etapa de movilizaciones?

C.F: Respecto a esto soy un poco pesimista. Es cierto que es un gran paso adelante que en cierta medida marcará un antes y un después, sobre todo a nivel mediático, pero a nivel de sociedad queda mucho por hacer. Es un problema profundo de mentalidad que necesita tiempo y, en cierta medida, el movimiento feminista no termina de llegar a todas.

J.R: Es un primer paso. Me consta que a nivel local las mujeres se están moviendo y están haciendo muchos actos reivindicativos y de visualización de la situación injusta que viven muchas mujeres. En las zonas rurales de Andalucía es donde el machismo está más arraigado a la estructura social y las mujeres de dichas zonas están despertando, en cierto modo, gracias a las nuevas generaciones. Este hecho lo descrifraría como un primer paso de transformación social en todos los niveles, algo muy necesario.

En cuanto a nuestra profesión, las periodistas estamos cada vez más en las calles, cargando con pesados equipos y haciendo muy buen trabajo por lo que estamos demostrando que no se trata de una cuestión de género sino de fuerza personal. Espero que en pocos años exista un cambio íntegro en el lenguaje de los medios de comunicación que no victimicen o vilipendien a la mujer (ejemplo del 'cameraman').

En resumen, creo que este 8M significará el primer paso para el despertar en todos los ámbitos en los que la mujer ha participado sin haber sido reconocido su labor.

C.M: Esta convocatoria puede convertirse en el inicio de una posible revolución feminista. La sociedad debe tomar consciencia del papel fundamental de la mujer en todos los ámbitos de la vida, de ahí que se haya convocado una huelga con diversas aristas: consumo, cuidados, laboral y estudiantil.

Tengo la esperanza de que este 8M sea la ventana que abran muchas mujeres al empoderamiento, pues muchas de las trabajadoras dedicadas en cuerpo y alma a los cuidados -los de la casa, atendiendo a familiares dependientes, comprando lo necesario para la familia....- desconocen todavía la importancia de su labor, un pilar que sin duda resulta fundamental para el desarrollo de la vida. Pero ojo, la culpa no la tienen ellas, sino una sociedad que ha obviado ese trabajo como una obligación o un deber y no como uno de los trabajos más dignos y bonitos que existen.

“Si nosotras paramos, se para el mundo”. Se ha convocado huelga de cuidados, de consumo, laboral y educativa. ¿Cuál de ella te ha costado más conquistar para este jueves? ¿Por qué?

J.R: La verdad que la laboral. Como ya he mencionado, en nuestro equipo de Sevilla no hay ninguna fotógrafa por lo que siento la responsabilidad de cubrir todos los actos y eventos de este jueves para hacer visible que somos muchas las que exigimos un cambio. 

En casa nos repartimos las tareas de la casa, así que por los cuidados no tendré ningún problema. Eso sí, mi compañero trabaja y tendré que llevarme un rato por la mañana a mi perrita.

Otra de mis suertes, es que los altos cargos del máster que estudio son mujeres y ellas han decidido secundar la huelga. Esto es lo poco que puedo valorar positivamente de la institución en la que estudio ya que la organización de la misma deja mucho que desear y sé que ellas estarán reivindicando sus derechos en la Universidad y por la tarde en la manifestación.

C.M: Quizá la de cuidados, por el mero hecho de vivir sola y no tener a nadie que pueda echarme un cable en la limpieza de la casa o en la cocina, pero vaya, que no pasa nada por apilar unos cuantos platos en el fregadero. En otros aspectos, por ejemplo en el laboral, tengo la suerte de contar con una compañera y un compañero que también secundan la huelga feminista, así que por ahí no hay problema. Y con el consumo, además de hacer un parón el 8 de marzo, deberíamos empezar a plantearnos que un consumo responsable alejado de los modelos capitalistas, también es posible.

C.F: Mi caso es fácil. Tengo un trabajo autónomo y nadie que dependa de mi. Supongo que para muchas mujeres lo mas difícil será la huelga de cuidados, a algunas le puede ser imposible hacerlo, y en este ámbito juega mucho la situación familiar, en la que se puede dar el caso que sea insustituible.

¿Cuál es la situación de discriminación más significativa que recuerdas haber vivido en persona o que haya sufrido una compañera?

C.M: Tengo la suerte de trabajar en un entorno bastante igualitario, donde el respeto entre compañeras y compañeros queda patente a diario. Quizá en momentos puntuales de mi vida profesional he sentido que el trato de tú a tú entre compañeros o profesionales con los que he tratado ha sido diferente por el simple hecho de ser una mujer joven: una mezcla de condescendencia y atisbos de acoso en forma y trato, pero bueno, en general todo ha ido siguiendo el curso del respeto, la profesionalidad y la igualdad.

C.F: No la he vivido. 

J.R: Soy bastante nueva en el mundo del periodismo y la verdad que he tenido pocas oportunidades, pero alguna que otra vez, me ha pasado que los hombres a los que les cuento mis planes, se han burlado de mí diciendo que cómo una chica va a ser capaz de cubrir un conflicto, que no voy a ser capaz de enfrentarme a una manifestación con antidisturbios y gases lacrimógenos.

También conozco a muchas compañeras camarógrafas, que en actos políticos y ruedas de prensa han sufrido esa discriminación. Por ejemplo, el hecho de dejarte espacio porque eres mujer y creer que no puedes luchar por un buen sitio para hacer tu foto. Es discriminación ir al Parlamento Europeo, pedir tu acreditación y darte cuenta que no puedes marcar tu profesión porque solo existe el “cameraman”, y eso que supuestamente es una institución que proclama la igualdad. Además, está la cosificación en esta profesión. A veces, te tratan más como mujer sexual que como periodista o camarógrafa.

Del hilo de la memoria de mujeres activistas que nos han precedido, ¿cuál se te viene a la cabeza? ¿Por qué?

C.F: No tengo activistas de referencia. Más bien, todo el feminismo italiano desde los 70. Sería un poco largo entrar en este tema en profundidad.

J.R: No sabría que contestar la verdad. El activismo con el me crié es con el de mi madre y mi abuela, que han dedicado toda su vida a la lucha contra el machismo desde casa y en su entorno más cercano. Creo que el no callarnos ante actitudes machistas es muy importante y es hacer historia. Amigos y no amigos, conocidos y no conocidos, estamos en el siglo XXI y no podemos permitir que la sociedad patriarcal en la que vivimos se siga consolidando.

C.M: Se me vienen unas pocas, pero me gustaría dedicarle este espacio a Dolores Ibárruri, más conocida como ‘La Pasionaria’, por su acérrimo activismo político en pos de la liberación de la clase obrera y en especial, por el derecho de la mujer trabajadora a elegir su camino…el mayor de los empoderamientos.

Por tanto, como este 8M tiene para mí un carácter de clase, no puedo entenderlo sin las grandes aportaciones que Pasionaria hizo por la lucha obrera, como así también lo hizo también su camarada, la también feminista Rosa Luxemburgo. Tenemos mucho que aprender de ellas.

Una de las reivindicaciones en esta jornada es romper “el techo de cristal”. En El Salto nos definimos como un medio de comunicación sin jefes ni jefas. ¿Qué autocrítica podemos aportar para que la igualdad y la horizontalidad sean una realidad consolidada día a día en estructuras con esta vocación pero dentro de una sociedad heteropatriarcal?

J.R: La comunicación y el diálogo son elementos fundamentales para el entendimiento, el “poner las cartas sobre la mesa” y valorar todas las opiniones y puntos de vistas porque tienen el mismo valor. El trato de iguales es tan importante como el respirar.

Las compañeras de El Salto están siendo muy fuertes, hacen periodismo con perspectiva feminista y son apoyadas por nuestros compañeros.

C.M: Lo primero de todo es acabar con la ignorancia y, para eso, el diálogo entre compañeras y compañeros se hace fundamental. De este modo, conseguiremos espacios de trabajo transversales en los que la igualdad sea el eje principal de donde partan todas las propuestas y decisiones del colectivo. Y si tenemos a mano cristasol se le podría pasar una josifa a ese techo, a ver qué pasa.

C.F: Más que en este aspecto, me gustaría hacer patente mi preocupación sobre el machismo en los jóvenes. Veo un retroceso de respecto a mi generación. Lo que me parece mas preocupante es ver muchas jóvenes que enfocan sus relaciones de pareja de una forma sumisa y aceptan como normales cosas que nosotras no habríamos aceptado jamás.

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