Nacho Roura, neuropsicólogo: “El ‘todo el mundo debería ir a terapia’ patologiza la vida cotidiana”

El neuropsicólogo y divulgador en redes conocido como ‘Neuronacho’ carga contra la autoayuda reduccionista y exhorta a los psicólogos a no inmiscuirse en todas las esferas de la vida. Pide cautela con el autodiagnóstico en redes sociales: “Puede ofrecerte consuelo, pero a la vez distanciarte de problemas compartidos”.
Nacho Roura - 2
Elvira Megías El psicólogo Nacho Roura, especializado en neurociencia

Nacho Roura (A Coruña, 1997) es psicólogo especializado en neurociencia y autor de El cerebro milenial (Random Cómic, 2022). Está preparando su tesis, pero este especialista no quiere que el conocimiento se quede dentro de la academia: con más de 250.000 seguidores en Instagram, @neuronacho divulga sobre neuropsicología y carga contra la autoayuda de Marian Rojas Estapé, el reduccionismo biológico y la dopamina que tanto ama la psiquiatra superventas del Opus Dei.

En conversación con El Salto, Roura opina que nos hemos “pasado de frenada” con la psicologización de la vida diaria: del “todo el mundo debería poder tener acceso a terapia” hemos llegado al “todo el mundo debería ir a terapia”, un eslogan que “va en favor de los psicólogos que necesitan pacientes”, pero no necesariamente de las necesidades de estos últimos.

El neuropsicólogo opina que lo “neuro” está de moda: “Si presentas una serie de datos acompañados de la imagen de un cerebro, se le atribuye a ese párrafo una mayor credibilidad”, cuenta. He ahí el origen de tantos libros con títulos como “neurohábitos” o “neurofelicidad”. Este es uno de los fallos de la autoayuda, un método que califica de “reduccionista” y que cree que da consejos de brocha gorda que pueden ser dañinos si se aplican sin tener en cuenta el contexto de la persona. 

Sobre los discursos en redes sociales que animan a autodiagnosticarse con una etiqueta psiquiátrica —ansiedad, autismo o TDAH, por ejemplo—, Roura incide en la variabilidad en el funcionamiento de las personas. “Se intenta cortar muy fino ese continuo [del funcionamiento humano] hasta el punto en que cada uno podemos tener nuestra propia etiqueta. Eso ofrece cierto consuelo, pero puede distanciarte del grupo y de los problemas compartidos”, opina el psicólogo. Ve más interesante subrayar la diversidad de la conducta humana y asegurarse de que cada persona reciba una respuesta a su sufrimiento, tenga o no una etiqueta diagnóstica.

Los libros de autoayuda aumentan su volumen de ventas año tras año, en una proporción además bastante notable. ¿A qué se debe este fenómeno?
Los libros de autoayuda llevaban tiempo en los primeros puestos de ventas, pero a raíz de la pandemia ha habido un aumento. Aquí habrá un montón de factores y uno de ellos será que estos libros intentan hacer una reducción del funcionamiento humano a una serie de variables muy concretas. Muchos de ellos lo hacen desde una perspectiva que es biologicista y hay otros que lo hacen desde una perspectiva que es psicologicista. O sea, tenemos a gente para la que todo el funcionamiento humano es causa del funcionamiento del cerebro y otra deriva que ignora por completo todas las variables biológicas.

Parte del éxito radica en que es fácil de entender y, en general, estos libros están escritos con un lenguaje que es muy accesible y con el que todo el mundo se puede identificar en cierto modo. Esto da cierta sensación de control.

En el caso de divulgación del estilo “tú puedes hacer esto”, “tú puedes hacer lo otro”, lo que ocurre es que son recomendaciones generales. Como una dieta general, cuando sabemos que las dietas no funcionan a nivel general; hay que ver la situación específica. Aunque te dan ese boost de energía al principio, no son sostenibles en el tiempo por mucho que lo intentemos. Una parte importante es la creación de necesidades: se nos plantea que, como seres humanos, tenemos unos fallos que no hay que simplemente abrazar, sino mejorar constantemente.

¿Crees que igual nos hemos pasado un poco de frenada con eso de “todo el mundo tiene que ir a terapia”? Es decir, después de normalizar ir a terapia —por algunos motivos, no por otros—, tal vez deberíamos normalizar el hecho de que no siempre es necesario si los problemas no están suponiendo una gran disrupción.
Claro. La visibilización es muy valiosa y todo el mundo en algún momento de su vida puede necesitar un apoyo profesional y, sobre todo, debería poder recibir ese apoyo sin arruinarse y a través del sistema público. Hay que seguir trabajando en esa visibilización porque sigue habiendo estigma, sobre todo para las personas que tienen un episodio bipolar o un trastorno mental grave que les cause una dependencia. Pero la labor de visibilización ha pasado del “todo el mundo debería tener acceso a terapia” a “todo el mundo debería ir a terapia” y eso lleva a una psicopatologización de la vida cotidiana.

El 'todo el mundo debería ir a terapia' va en el interés de los psicólogos que necesitan pacientes, pero no necesariamente obedece a las necesidades reales de la gente

Nos hemos pasado de frenada y además hemos puesto el aprendizaje de la terapia por encima del aprendizaje que se puede obtener de otras maneras. Esto va mucho en el interés de los psicólogos que necesitan pacientes, pero no necesariamente obedece a las necesidades reales o a las capacidades de resiliencia que tiene la gente. En general, los seres humanos somos más resilientes que vulnerables.

Esta pregunta te la quería hacer mi compañera de piso: ¿Levantarse a las 5 de la mañana y hacer burpees tiene un beneficio psicológico inherente?
No tiene sentido contestar a esta pregunta sin tener en cuenta el contexto de la persona. Nada es per se esencialmente bueno o malo sin tener en cuenta el contexto y la expectativa que tú pones alrededor de ello. Si crees que te va a hacer afrontar el día de otra manera, adelante, hazte 25 burpees.

Hay que ser cauto con la divulgación del cuidado de la salud mental a través del deporte. ¿Vas a hacer esos burpees y luego estar ocho horas sentado en una silla porque, si no, no cobras? Tener una vida activa repercute positivamente en la salud mental, pero no es lo mismo hacer ejercicio físico que hacer actividad física estructuralmente. Tu trabajo y el mío están diseñados para que pases sentado siete u ocho horas al día. La propia estructura de cómo se espera que produzcas, aunque luego te metas dos horas en el gimnasio, ya causa un detrimento en tu salud mental.

Me da la impresión de que está últimamente muy de moda ponerle el prefijo neuro a las cosas. Buscando en Google me sale neuroalimentación, neurohábitos y neurofelicidad. ¿Es una estrategia de marketing?
Esto está estudiado. Esto se llama en inglés neuroenchantment, que no sé si se podría traducir por neuroencantamiento…

¿Neurofascinación? ¿Neurobnubilación?
Se define como el uso de la terminología de la neurociencia para causar fascinación en el público. Está estudiado que, si presentas una serie de datos acompañados de la imagen de un cerebro, se le atribuye a este párrafo un mayor rigor y credibilidad. Y, cuanto más compleja sea la imagen (2D, 3D, blanco y negro, en color), más atribución de rigor. Hay sesgo de autoridad en la neurociencia porque es un campo muy atractivo y que se ha vendido como que puede explicar todos los procesos de la persona en base a procesos cerebrales. Gina Rippon lo llama neurobasura.

No podemos explicar la existencia humana solo atendiendo al cerebro porque el cerebro está en un cuerpo y el cuerpo, en un contexto

La divulgación bebe mucho de aprovecharse de esta supuesta autoridad de referirte continuamente a palabras con tinte científico. Yo te meto la palabra cortisol, dopamina, el giro cingulado anterior dorsal (que le gusta mucho a Pablo Motos) y funciona superbién. Hay que saber aprovecharlo, pero tampoco podemos creernos que estamos explicando la existencia humana atendiendo al cerebro. Porque el cerebro está en un cuerpo y el cuerpo está en un contexto.

Ya que aludes a Marian Rojas Estapé, esta pregunta que tengo para ti es un triple que me he lanzado, pero estaba pensando que esta psiquiatra es muy esencialista. ¿Hay una conexión entre el esencialismo en el ámbito individual e inmovilismo o reacción a nivel de sociedad? Pienso en los discursos que dicen que el capitalismo es naturaleza humana.
[Titubea]. Sí. Ella [Rojas Estapé] habla de que “el cerebro de la mujer funciona así” y “el cerebro del hombre funciona así” y entonces, por ejemplo, el hombre no está hecho para escuchar. Plantea las diferencias como diferencias de sexo y eso sí puede llevar a un inmovilismo o conformismo que es la excusa para no hacer un cambio.

Pero [Rojas Estapé] no te plantea que no puedas cambiar. Sí plantea que puedes cambiar si haces ciertas cosas, pero ese cambio siempre es individual, nunca colectivo. Y ella dice mucho lo de recurrir a las relaciones personales, pero como una instrumentalización: dice “voy a mantener las relaciones personales que sean nutritivas para mí”. Es como si dijera “la parte colectiva sí, pero solo en lo que a mí me beneficia”.

Quiero pasar de preguntarte por la autoayuda y divulgación que se hace en libros a la que se hace en redes sociales. Mi impresión es que cada vez hay más divulgación psicológica en TikTok, en Instagram…
Sí, cada vez hay más. Creo que tiene que ver con la psicologización de la vida. Hay un libro que se llama Psicologización, pobreza mental y desorden neoliberal [Virus, 2022], de Guillermo Rendueles, que explica cómo se van psicologizando fenómenos de la vida cotidiana y que esto, para los psicólogos, tiene un rédito.

Pensaba que igual también puede tener que ver con que salir del máster habilitante en psicología y encontrar trabajo no es lo más sencillo. Mi impresión es que algunas personas hacen divulgación no porque les apetezca, sino por una obligación sentida.
Sí, pero esto tiene un poco de círculo vicioso. Ves que dentro de tu profesión existe este tipo de contenido y te proyectas en que tienes que formar parte de ello. De hecho, en muchas consultas o gabinetes se entiende que deben tener una cuenta de psicología [en redes] para llegar a gente.

Muchas veces salimos de la carrera sabiendo que no sabemos y, aun así, nos animamos a hacer divulgación sin una prudencia que deberíamos tener

Pero hay una parte de responsabilidad. Muchas veces salimos de la carrera sabiendo que no sabemos y, aun así, nos animamos a hacer divulgación sin una prudencia que deberíamos tener. Te encuentras muchas cuentas con buena intención, pero a las que les falta reconocimiento de hasta dónde llegan sus límites. Esto lo he visto conmigo: me he visto tentado a hablar de tenas de los que no tenía ni idea, pero no podemos convertir la figura del psicólogo en una persona que puede opinar de todo.

Dentro de los medios de comunicación se recurre mucho a la figura del psicólogo. ¿Tú lo percibes así?

En El Salto no, pero es algo que se estila mucho. Haciendo temas de Sociedad he incluido a muchos psicólogos y, algunas veces en las que no lo he hecho, me lo han pedido.
Lo mejor que podrían hacer graduados o personas que se dedican a la psicología es acostumbrarse a decir “yo esto no lo puedo explicar” o “no deberíais tener aquí a una figura del psicólogo intentando explicarlo porque un psicólogo no lo puede solucionar”. Una vez me llevaron a laSexta o así y yo dije “No tengo ni idea”. Prefiero acostumbrarme a dar esa respuesta: “No, no lo sabemos y no es nuestro papel”.

Nacho Roura - 4
Nacho Roura, conocido en redes sociales como @neuronacho. Elvira Megías

Total, menos todólogos. A raíz de la mayor divulgación e interés social, cada vez más personas se identifican con una etiqueta diagnóstica (habiendo pasado por un proceso de diagnóstico formal o no) y, a veces, también lo politizan. ¿Qué piensas de este fenómeno

¿Estás pensando en algo concreto?

Pienso en el autodiagnóstico o diagnóstico por pares en redes sociales. Sobre todo, en temas de autismo o TDAH.
Sí, con el tratamiento en redes sociales de las llamadas neurodivergencias tengo ciertas dudas y no tengo mi opinión formada del todo. Mucha de la divulgación en este tema se ha reducido a ofrecer una serie de checks o condiciones, frecuentemente definidas de manera muy generalista, que se busca cumplir para asimilar un diagnóstico.

Entendiendo la sensación inicial de consuelo que puede dar el ver un determinado funcionamiento recogido y, por tanto, compartido, pero la asignación y asimilación en una etiqueta de manera indiscriminada la veo problemática. Se puede caer en identificarse con etiquetas diagnósticas que acaban siendo más limitantes que otra cosa, que inicialmente buscaban describir solamente una parte de un continuo de funcionamiento psicológico muy variado y que, muchas veces, ni siquiera tienen utilidad clínica. Una de las cosas que tenemos que asumir y que de hecho suele revelar la investigación es que la norma es la variabilidad y lo artificioso es la separación por categorías. Muchas veces buscamos categorizar el funcionamiento psicológico de manera estanca, cuando los rasgos de funcionamiento son, en su mayoría, un continuo donde hay mucha variabilidad.

El autodiagnóstico puede individualizar un sufrimiento y darte la sensación de que tu problemática es única tuya, pero estamos atravesados por muchas cosas que son comunes

En redes, como han hecho las taxonomías psiquiátricas, muchas veces se intenta cortar muy fino ese continuo hasta el punto de que cada uno podamos tener nuestra propia etiqueta. Eso, por diferentes razones, puede ofrecerte cierto consuelo, pero a la vez puede distanciarte del grupo, de los problemas y necesidades que compartimos y de los movimientos que podríamos hacer de manera conjunta también. Puede individualizar un sufrimiento, darte la sensación de que tu problemática es única tuya —y siempre lo va a ser, porque tu historia de aprendizaje es particular—, pero estamos atravesados por muchas cosas que son comunes.

Un reel de 30 segundos, de un minuto o de diez no te permite realizar un diagnóstico ni autodiagnóstico. Diagnosticar no es hacer un check en unas casillas; hay que interpretarlos en función de tu historia vital y ver qué función cumplen ahora. Si fuese hacer un check no haría falta un profesional.

En el autodiagnóstico en redes hay un componente de gente que no puede pagar un diagnóstico porque las asociaciones especializadas en ello son caras. Creo que problematizar el autodiagnóstico no puede llevarnos a reforzar la idea de que hay una manera de funcionar. No sé si sería más interesante, en vez de ir a las etiquetas, visibilizar que no hay una única forma de funcionar.
Esa es la manera en la que lo interpreto. Lo importante es destacar que tú puedes abrazar esa variabilidad sin que sea algo patologizable. Sería patológico si el caso concreto causa sufrimiento o una interferencia significativa en la vida de la persona, aunque hay que tener en cuenta que ese sufrimiento también se da muchas veces por una estructura que no encaja al individuo. El individuo no puede encajar en una estructura que no está diseñada para contemplar la variabilidad y que busca cercenarla para poder seguir funcionando.

Como sociedad, también podríamos ofrecer adaptaciones a la gente que nos las pide sin necesidad de que se justifiquen en una etiqueta diagnóstica.
Veo el consuelo en la etiqueta, pero plantear esto en términos de diagnóstico implica una anormalidad y asumir una perspectiva biomédica de un funcionamiento. La variabilidad en ese sentido es más riqueza que patología, aunque luego estarían los casos en los que la propia historia del individuo y su contexto tienen un sufrimiento e interferencias que sí tienen que ser tratado; ahí también hay que saber darles una respuesta con etiqueta o no.

Redes sociales
El coach y la propaganda: cómo radicalizar a un hombre joven
Influencers como Llados o Tate acumulan millones de seguidores en redes sociales, su público: jóvenes heterosexuales que aún no han encontrado su lugar en el mundo y que ven a estos “coach” como líderes fuertes a los que seguir.
Salud mental
La felicidad perjudica seriamente la salud mental
Con el auge de la salud mental, en los últimos tiempos están proliferando influencers sentimentales que difunden una forma de psicología de autoayuda, basada en tips generalistas orientados a la búsqueda de esa supuesta felicidad profundamente individualista, neoliberal y meritocrática.
Salud mental
“La psiquiatría es una profesión potencialmente muy peligrosa”
La psiquiatra granadina defiende desde Málaga otro tipo de psiquiatría que huye de los diagnósticos y de la jerarquía y cambia la palabra tratamiento por acompañamiento.
Salud
Autismo más allá de los 30: diagnósticos tardíos y falta de recursos
En España existen entre 460.000 y 470.000 personas en el espectro autista. Sin embargo, el número de personas diagnosticadas no supera las 100.000 y el 90% de estas tienen menos de 30 años.
Cargando valoraciones...
Comentar
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cargando relacionadas...
Cargando portadilla...
Comentarios

Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.

Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!

Cargando comentarios...