Violencia machista
El falso Síndrome de Alienación Parental: el infierno de las “malas madres” que dicta el patriarcado

Pese a que ninguna prueba empírica lo avala, se sigue empleando entre profesionales de la justicia y trabajadores sociales para criminalizar a las madres y justificar que padres violentos pasen tiempo con sus hijos e hijas
Caso Tenerife Denuncia Agresión Sexual
Madre con su hijo

El proceso jurídico y los meses llenos de tormento que vivió Irene Costumero cuando le aplicaron el falso Síndrome de Alienación Parental (SAP) y le arrancaron a su hija de su lado para darle la custodia total al padre, cuando tenía denuncias por maltrato, aún se recuerdan. Hoy en día, hay varios casos abiertos bajo la misma acusación, sin tener en cuenta que, este mal llamado síndrome, es falso. Uno de ellos es el de la barakaldesa Sofía Ruiz (1980) –nombre ficticio porque está en pleno proceso judicial y tiene miedo de las repercusiones que le pueda acarrear su testimonio–, cuya “pesadilla” comenzó en 2022, cuando se le acusó de “manipular, interferir e instrumentalizar” a su hija, que, entonces, tenía 7 años.

Ahora vive con él y Sofía Ruiz no ve a su hija desde finales del 2023, incumpliendo el régimen de visitas acordado: “Me preocupa y asusta ver que la que era mi hija está desapareciendo y se ha vuelto agresiva conmigo. Además, algunos amigos me han dicho que apenas habla ni interactúa con sus compañeras/os del colegio, que le cuesta tomar decisiones y apenas sale de casa”. Algo que no pasaba antes, pues era una niña “activa, feliz, parlanchina y cariñosa” que jugaba en el parque. “Éramos un equipo, pero lo han conseguido destruir”, comparte Ruiz.

Síndrome de alienación parental (SAP)
Síndrome de alienación parental Una jueza niega restablecer la custodia compartida a Irune Costumero
Un informe forense fechado en noviembre de 2020 que determina el rechazo de la niña hacia el padre pese a llevar más de tres años con él.

El falso SAP no existe desde un punto de vista legal, aunque el Gobierno Vasco lo recoge en su protocolo Balora

Irma Iglesias Arrán trabaja en Bilbao como abogada especializada en el ámbito familiar, profesión que lleva ejerciendo 27 años, y explica que el falso SAP no existe desde un punto de vista legal. Esta acusación señala que uno de los progenitores está influyendo sobre el menor para mantenerle lejos del otro; en la mayoría de los casos, se señala como manipuladoras a las madres. “El falso SAP nunca ha sido legal, pero hay aplicaciones encubiertas que funcionan de la misma manera. En estos momentos, por ejemplo, se usa la palabra triangulación como sinónimo de manipulación o instrumentalización”, denuncia. Aunque el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco no lo ampara, el Gobierno Vasco lo recoge en su protocolo Balora. Este se implementó en 2011 con el objetivo de regular el trabajo de los servicios sociales y todavía está sin modificar.

Iglesias no es la única profesional que lo advierte. La socióloga Amaia González Llama, de Barakaldo, forma parte de la Red de Resistencia Contra el falso SAP y afirma: “La comunidad científica ha rechazado la existencia de este síndrome, pues no hay ninguna prueba empírica que lo avale. Toda revista, libro o artículo científico que lo aborde como si fuera cierto debería ser retirado y sus autores sancionados por las instituciones para las que trabajan, pues están incurriendo en mala praxis”.

Un “síndrome” creado y definido por un psiquiatra de EEUU que no está catalogado como tal

Es importante explicar de dónde procede este “síndrome” para comprender por qué se discute su validez científica. El concepto de SAP fue acuñado por el médico y psiquiatra estadounidense Richard Gardner a finales de los 80. Como señalan Antonio Escudero, Lola Aguilar y Julia de la Cruz en La lógica del Síndrome de Alienación Parental de Gardner (SAP): «terapia de la amenaza», Gardner denotó los síntomas y apeló a su propia autoridad para definirlo.

En ningún momento se contemplan otras variables básicas como el desarrollo del lenguaje, el papel del juego o las relaciones con los otros, el desarrollo moral o el progresivo conocimiento del mundo social. Además, casi todas sus publicaciones académicas (40 de 44) han visto la luz en su propia editorial y el falso SAP no está catalogado como síndrome en ninguno de los libros de diagnóstico de psicología, como el vigente Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM V), que edita la Asociación Estadounidense de Psiquiatría.

Caso Veronica Saldaña Suiza
Madre con dos menores

La ley de custodia compartida en el País Vasco se aprobó en julio de 2020 y se establece como preferente en los casos de separación o divorcio, siempre que sea posible y esté en el interés superior del menor. Esta norma se consideró un avance en los derechos de los padres y la igualdad de género hasta que apareció el falso SAP y se convirtió en una herramienta para maltratar a la mujer. La iniciativa de la custodia llegó a la Cámara de Vitoria en 2011. Registrada como una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), fue impulsada por la Federación de Madres y Padres Separados de Euskadi, Kidetza. Contó con el apoyo de PNV, PP y UPyD; EH Bildu votó en contra y los socialistas se abstuvieron en la mayoría de los artículos de la ley.

“Este falso síndrome es usado en litigios de divorcio y en casos de custodia compartida, cuando la niña/o dice que no quiere estar con su padre”

La psicóloga Nora San Sebastián Ballestero sostiene que, a partir de 1987, los abogados de la defensa empiezan a utilizar el SAP “para seguir maltratando institucionalmente a las madres”. “Este falso síndrome es usado en litigios de divorcio y en casos de custodia compartida, cuando la niña/o dice que no quiere estar con su padre. La madre apoya esta verbalización y añade que la causa es la existencia de maltrato. Sin embargo, el padre afirma que es una invención de la madre y esta información falsa la ampara el abogado con informes psicológicos. Así queda argumentado que la madre ha estado interfiriendo en su hija/o para que se oponga al padre”, explica.

En los 90 se extendió el uso de este falso síndrome, así que diferentes asociaciones que trabajaban en el mundo del maltrato infantil empezaron a unirse y a hacer resistencia, a alegar errores metodológicos y a cuestionar la ideología del creador, Richard Gardner. Una de las definiciones más conocidas del falso SAP es de la médico y psicoterapeuta Consuelo Barea: “Es una construcción psicojurídica sin base científica. Es la descripción sesgada y subjetiva de un fenómeno que puede observarse, a veces, en el ámbito jurídico inicial interpretada bajo los parámetros de una subjetividad ideológica”.

Cine violencia 3
Pies y cartel feminista

San Sebastián explica qué es un síndrome y por qué el SAP no puede considerarse como tal: “Es una composición de síntomas y de signos que se correlacionan entre sí para explicar un malestar. Los signos son los malestares que observamos los clínicos y los síntomas son las manifestaciones que hace la propia persona que está sufriendo”. Por tanto, Gardner confunde conceptos como que el menor manifieste continuamente su repudio hacia el progenitor no custodio o extensiones de animadversión a la familia del progenitor alineado, “algo normal si vives en una casa en la que prima la violencia y te obligan a vivir con la persona abusadora”. Todo esto, continúa, es grave porque así “se ocultan casos de abuso sexual infantil y de mujeres víctimas de maltrato machista”.

“En casos de violencia machista no denunciada, las hijas se ven obligadas a pasar la mitad del tiempo con un padre violento. La madre, que quiere proteger a sus criaturas, decide denunciar confiando en que la justicia no deje a sus hijas en manos de un hombre violento. Pero a menudo se acusa a la madre de instrumentalizar a sus hijas para quedarse con la custodia y hacer daño al padre”

Sofía Ruiz sabe de lo que habla porque su caso empezó con una llamada a la policía en la que salió perjudicada: “En septiembre de 2021 llamé al 112 por violencia de género. Él estaba en otra habitación y dijo que le había abofeteado y me denunció”. Cuando llegaron los agentes, ella estaba en shock, por lo que no pudo explicarse; solo lloraba e intentaba apartar a su hija del conflicto. No era la primera vez que él la maltrataba tanto física como psicológicamente, pero confiesa que se quedó junto a él porque quería tener una familia y le pudieron más las ganas de ser madre que el “irse de ese infierno”. Ahora que lo ve con perspectiva, es consciente de que tuvo que salir de ahí hacía tiempo, pero cuando estás en ese círculo de violencia es difícil acabar con él: “Me decía que si me iba de casa no iba a parar hasta dejarme sin nada, sin niña, sin dinero… y lo ha conseguido. Están dejando que logre su objetivo”.

Han pasado tres años de aquello, pero la situación, en vez de mejorar, empeora. No puede ver a su hija y, además, la última vez que la vio esta intentó tirarla por la escalera; y la pequeña confesó que le habían dicho que tenía que hacer daño a “mami”. Por otro lado, desde el departamento de psicología que trata a las menores víctimas de violencia de género de la Diputación Foral de Bizkaia “no están cumpliendo la sentencia de dar apoyo psicológico a la menor ni se está valorando el grado de desprotección ni han comenzado la intervención familiar desde Infancia”. “Algo inadmisible cuando está en juego el bienestar de una menor”, lamenta Ruiz.

madres protectoras

La socióloga González Llamas comprende y empatiza con Ruiz: “En casos de violencia machista no denunciada, las hijas se ven obligadas a pasar la mitad del tiempo con un padre violento. La madre, que quiere proteger a sus criaturas, decide denunciar confiando en que la justicia no deje a sus hijas en manos de un hombre violento. Pero no. A menudo se acusa a la madre de instrumentalizar a sus hijas para quedarse con la custodia y hacer daño al padre. Y esa es la puerta de entrada de la aplicación del falso SAP”. Ruiz dice, con tristeza, que aunque puede parecer duro o egoísta, prefiere que su hija “esté en una casa de acogida antes de que el padre tenga su tutela”,  porque no quiere que crezca en ese entorno violento.

Consecuencias psicológicas graves para las madres y para los menores

Las situaciones de este calibre perjudican gravemente la salud de las madres afectadas. Sofía Ruiz recuerda que los primeros meses no podía levantarse de la cama y que ahora está en tratamiento psicológico, porque han sido varias las veces que ha pensado “en quitarse la vida” al tener que soportar y aguantar comentarios como que le “está haciendo un daño irreparable a su hija”. Tampoco era libre para sentirse mal, porque le aconsejaban mostrarse fuerte para que no usaran esa depresión en su contra.

La Red de Resistencia Contra el falso SAP valora así la situación de estas mujeres: “Si ven que la mujer está muy nerviosa, cosa lógica por la situación que está viviendo, se le recomienda tratamiento médico. Y aquí está la trampa: si obedeces, reconoces que es culpa tuya, que no era cierto lo que decías y que eres un peligro para tu hija. Pero si no colaboras, no volverás a tener la custodia de tu hija”.

madres protectoras

Y no es solo ella la que sufre y se encuentra con problemas, ya que los menores perjudicados pueden sufrir las consecuencias del proceso a corto y largo plazo. Lo explica la abogada Iglesias Arrán: “Se encuentran en una situación muy complicada que puede afectar en el ámbito escolar, en el personal, al crecer no saben relacionarse con sus parejas, el menor no se siente protegido por ninguno de sus progenitores y se siente culpable por lo que está pasando. Llega un momento en el que el menor no es capaz de expresar nada, porque siente que ya no tiene confianza con nadie y mucho menos con las instituciones para poder expresarlo”.

Esa desconfianza se ve agraviada porque en la sociedad se tiende a silenciar a la infancia. “Lo más importante que tienen a estas edades es su propia voz, su testimonio. Lo que promulga Gardner es denigrar el testimonio que dan”, explica San Sebastián. De esta manera, se “está echando por tierra su única defensa” destruyendo la capacidad de desarrollo de ese niño, coincide con la abogada Iglesias. Esto genera un cuadro de indefensión absoluta y puede favorecer el desarrollo de patologías como trastorno de estrés postraumático, ansiedades, depresiones, dificultades en cómo empezar a vincularse con el mundo y a la hora de establecer relaciones. “Hay diferentes grados en la gravedad de esas consecuencias, pero ha habido casos en los que el niño se ha quitado la vida para escapar del daño que le hacía el falso SAP”, advierte.

Madres protectoras
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El Consejo Judicial alerta que la terapia de la amenaza de Gardner somete “a una terapia coactiva” a los menores

Lo más criticado del falso SAP de Gardner es su terapia de la amenaza. Tanto, que el Consejo Judicial en su Guía de Criterios de Actuación Judicial contra la violencia de género asegura que utilizar sus planteamientos en los procedimientos de guarda y custodia de menores “supone someterlos a una terapia coactiva y una vulneración de sus derechos por parte de las instituciones que tiene como fin protegerles”.

Pese a eso, su uso se está incrementando. Iglesias también observa que la ley se plantea desde la perspectiva de tener una familia idílica: “Claro que tiene que ser criado por ambos progenitores. Pero los dos deben mostrar su capacidad parental, que son personas equilibradas, que no generan problemas y, por encima de esto, que van a preservar el derecho de supervivencia del menor”.

Los Puntos de Encuentro Familiares (PEF), espacios con sesgos de género

La herramienta o espacio más popular para las relaciones familiares en las que uno de los progenitores no tiene la custodia son los Puntos de Encuentro Familiares (PEF). A ellos van los hijos e hijas a ver al progenitor del que le han separado. A veces sale bien, pero Sofía Ruiz ha recibido un golpe tras otro en los PEF, sobre todo, en el horario de visitas y en la incomprensión de los profesionales: “Me parecen un negocio y un sitio que tiende a velar por ayudar al pobre padre que va a las visitas, mientras que si es la madre la que acude, van en su contra. Y, encima, me quitan tiempo para estar con mi hija, no cumplen la sentencia, que consiste en tres visitas a la semana de dos horas y suelen concederme dos visitas de hora y media”.

La abogada Irma Iglesias apunta que otra queja habitual de los Puntos de Encuentro está relacionada con los informes de seguimiento del padre o de la madre, con sesgos de género en los que generalmente ella es evaluada de peor manera haciendo las mismas cosas. Esto se debe, como explica la psicóloga San Sebastián, a la nula perspectiva de género, algo que se extiende al mundo de la justicia: “Carecen de un prisma igualitario, por lo que los litigios se enfocan con los argumentos de siempre: la madre histérica, la madre loca… Se sigue con esa falsa idea de que el padre para ser un agresor tiene que ser que un hombre con un comportamiento sociocultural deleznable, cuando eso no es así”.

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Reclaman reformas legales que protejan a las víctimas del falso SAP

Sofía Ruiz encontró apoyo y diferentes recursos en la Asociación Contra la Violencia Vicaria M.A.M.I (Manipulación con Alejamiento Maltrato Infantil), creada por una madre afectada y que ha extendido su labor a 17 comunidades autónomas del estado español. En ella, Ruiz ha recuperado las ganas de vivir y reponerse para luchar y hacer justicia y, así, reencontrarse con su pequeña; también ha encontrado a otras mujeres en su misma situación que creen en ella y en su historia, algo que es reparador, porque hasta entonces sentía que solo su psicóloga tenía fe en la veracidad de su testimonio.

La abogada Iglesias sostiene que es imperativo hacer reformas legales que protejan a las víctimas del falso SAP, que los sistemas judiciales sean sensibles a las dinámicas de poder y control en las relaciones de pareja y que aseguren que las decisiones de custodia se tomen “en interés del bienestar de los niños, no como herramientas para castigar a las madres”.

Concentración no vom 01
Concentración contra la violencia machista Jaime Cinca

Finalmente, defiende un acceso ampliado a servicios de apoyo psicológico y legal para las mujeres que enfrentan acusaciones de alienación parental. Estos deben estar diseñados específicamente para abordar las complejas dinámicas de poder y control presentes en casos de violencia doméstica, ofreciendo orientación y recursos para ayudar a las madres a proteger a sus hijos mientras navegan por el sistema legal. “Es hora de arrojar luz sobre la oscuridad y asegurar que ninguna madre tenga que enfrentarse sola a las sombras del falso Síndrome de Alineación Parental”, coinciden la psicóloga Nora San Sebastián, la abogada Irma Iglesias y la socióloga Amaia González.

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