Tres activistas recomiendan 23 libros para entender lo bi en el Día de la Visibilidad Bisexual

La publicación de ‘Resistencia bisexual’ en 2021 sirvió como punto de inflexión. Varias obras colectivas, un cómic y alguna obra de ficción forman parte de esta lista en la que las activistas María Juárez (Biejales), Anxela Lema París (Mestas LGTBIQ+) y Cris Lizarraga (BileraBi) comparten referencias para celebrar la bisexualidad.
Bisexual Orgullo Crítico Minguito
Álvaro Minguito Manifestación del Orgullo Crítico en Madrid de 2019.

La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTBI+) declaró el año 2016 como el Año de la Visibilidad Bisexual en la Diversidad en España. Un libro fue clave ese 2016. Con Bifobia. Etnografía de la bisexualidad en el activismo LGTB, Elpidio Domínguez puso en el centro la opresión y la marginalización o el borrado de las personas bisexuales, especialmente dentro de las asociaciones activistas. Y esto sigue siendo una realidad: una de cada 4 personas bisexuales ha sufrido discriminación en España en el último año y casi dos de cada 10 acoso o agresiones físicas o verbales, según el informe Estado del Odio: Estado LGTBI+ 2025, elaborado por la FELGTBI+. Otro informe reciente, Radiografía de la educación en la diversidad LGTBI+, refleja que, aunque el 55% de las personas bisexuales se visibiliza en la actualidad durante su educación secundaria, casi la mitad de quienes lo hacen (48%) recibe algún tipo de violencia como consecuencia. 

Cuando se publicó el libro de Domínguez habían pasado 17 años desde que la Asociación Internacional de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA) pusiera una fecha en el calendario, el 23 de septiembre, a iniciativa de tres activistas bisex estadounidenses para celebrar el Día de la Visibilidad Bisexual. Pasarían unos años más para que la B cobrara entidad con la eclosión de colectivos de activismo bisexual. Ocurrió a partir de 2021 y un libro fue clave: Resistencia bisexual, de Elisa Coll. Anxela Lema París (Mestas LGTBIQ+), Cris Lizarraga (BileraBi) y María Juárez (Biejales) lo citan como “faro” o como “espejo” junto a otro puñado de recomendaciones. 

Ánxela Lema París: una bisabuela como referente

Ánxela Lema París vivió la primera celebración del Día de la Visibilidad Bisexual en París. “El día que tuve que dejar la ciudad porque me volvía era el día de la visibilidad bi… me acuerdo de pasar por el centro LGTB en el centro de París, y ver una pancarta… Pensé que tenía sentido y supe que me iba a acordar siempre”. 

Lema es profesora en la Universidad de la Coruña, donde investiga sobre temas LGTBIQ+ en la Facultad de Filología. También es integrante de Mestas LGTBIQ+ Cedeira, la primera organización LGTBIQ+ de este municipio coruñés donde reside. Cuando se le pregunta sobre ella, dice que le cuesta separar trabajo de activismo “porque siempre se están cruzando”. Pero, sobre ella, cuenta: “Como nos pasa a todas las bisexuales, me di cuenta  bastante tarde, aunque en realidad siempre había estado ahí la pregunta”. Con “tarde” se refiere a los 25 o 26 años: “Estaba viviendo fuera, descubriéndome mucho a muchos niveles y un martes por la tarde, tomando algo con una chica, me di cuenta”. Una relación con una chica respondió a algunas de esas preguntas hasta entonces “latentes”.

Anxela Lema París firma en Insubmisión ambigua un capítulo sobre su bisabuela que, después de estar con su marido, se pasó toda su vida viviendo con una mujer: “¿Podríamos leer a mi abuela desde lo lésbico? Yo decido reapropiarme de su historia, y decir ¿por qué no? Para mí ahora es mi mayor referente bisexual”

El libro de Elisa Coll sirvió de espejo y desde entonces empezó a hablar mucho con las amigas y a tener claro que quería hacer cosas para visibilizar la cuestión. Una de esas “cosas” es el libro colectivo que se acaba de publicar, Insubmisión ambigua, que coordina junto a Ana Amigo-Ventureira, y en el que firma un capítulo que pone en el centro a una de las personas que tienen como referente bi. “Mi bisabuela, después de estar con su marido, se pasó toda su vida viviendo con una mujer: vivían juntas, dormían juntas... De niña no lo veía pero para mí eso ahora mismo acaba de ser una revelación. ¿Podríamos leer a mi abuela desde lo lésbico? Yo decido reapropiarme de su historia, y decir ¿por qué no? Para mí ahora es mi mayor referente bisexual”. Lema también es coordinadora de O cento voando, el primer libro sobre no monogamias en gallego.

En su lista de libros imprescindible está un ensayo “potentísimo” como es Bi, apuntes para una revolución bisexual, de Shiri Eisner. “A Shiri Eisner le debemos este concepto de la monosexualidad, que nos ayuda acercarnos al mundo de la sexualidad desde fuera de los binarismos. Eisner muestra la potencia transformadora que tiene la bisexualidad, sacándonos de lo binario que rodea toda nuestra vida en absolutamente todo”. Y también varios libros colectivos: Bisexualidades feministas, ‘(h)amor bi y bollo’ y Más que visibles.

En el apartado de ficción cita la novela de María Reimóndez As estacións do lobo, donde el personaje de Clara “es un referente en el mundo bisexual” y también Avelaíñas Eléctricas, de Sica Romero, y La mala costumbre, de Alana Portero.

Sobre poesía, hace esta reflexión, que repiten las otras dos personas entrevistadas: “¿Cómo sabemos un libro de poesía es más lésbico que bisexual? La falta de información, los espacios en blanco que nos puede dejar la poesía, me parecen interesantísimos, porque cada una puede decidir desde qué lugar lee. Yo encajo en lo bi muchísima poesía que a priori no se encajaría lo bi, saber que existe esa posibilidad de lectura creo que es muy interesante”. Y, preguntada por qué libro le gustaría leer y aun no existe, vuelve a su bisabuela, porque tras indagar en su historia le interesa mucho más una investigación de archivo que contribuya a la construcción de una memoria bisexual, que existe pero que desconocemos debido al imperativo monosexual.

Cris Lizarraga: Buffy, Orlando y la interseccionalidad

Cris Lizarraga forma parte del colectivo BileraBi, de Bilbao, que es “el resultado de juntarse gente bisexual hace tres años en Bilbao para crear espacios de encuentro y ocio para gente queer”, explica. Lo que le hizo “unir los puntos” fue un vídeo sobre bifobia de Elisa Coll con la Psico Woman visto en 2020. “Desgraciadamente, mucha gente bisexual se da cuenta de que lo es cuando se habla de lo que es la bifobia”, explica. Preguntade por referencias culturales cita Sex education, Euphoria, Heartstopper y Orange is the new Black. Para buscar referentes anteriores, además de la mítica (y también bífoba y tránsfoba) The L Word, tiene otro recurso: “Mis referentes eran personajes que igual no eran explícitamente bisexuales, como los que había en series dosmileras de brujas o de vampiros”. “Buffy Cazacampiros, para mí, es una serie bisexual”, suelta.

En la lista de libros, Lizarraga tiene como “maxireferente” la novela Orlando de Virginia Woolf. Publicada en 1928, el prefijo “maxi” está más que justificado por los temas que trata la novela. Además, Orlando, una biografía política de Paul B. Preciado y su lectura contemporánea del texto de Woolf, donde el personaje transiciona a mitad de la trama, es referente bi también para Lizarraga. 

Lizarraga cita además Me cuesta bivir, de María Queraltó, el único cómic de esta lista de libros de referencia, una historia autobiográfica sobre cómo reconocerse como bi. Además, Lizarraga añade Drag King Dreams, de Leslie Feinberg, aunque “no es específicamente bi”, y Conversaciones entre amigos, de Sally Rooney, porque “es refrescante y divertido” leer una historia protagonizada por un personaje bisexual que no tiene conflictos con su sexualidad.

Cris Lizarraga: “No necesito que se diga explícitamente ‘soy bisexual’ para encontrar un un reflejo… muchas veces la peña bisexual lo que hemos tenido que hacer es leer de esa forma porque lo bi no siempre se ha mencionado”

Luego, como Lema, Lizarraga busca en los silencios: “Sin enunciar explícitamente la bisexualidad, sí que la tiene como parte de su esqueleto es Niña, mujer, otras de Bernardine Evaristo, que cuenta historias de distintas personas socializadas como mujeres en contexto de Reino Unido y que son afrodescendientes”. Y, en el mismo sentido,cita Stone Butch Blues, también de Feinberg, ya que es una historia que, aunque hable de una organización de resistencia contra el sistema en comunidades lesbianas de Estados Unidos en los 70, entiende que “mucha de esa gente sería bisexual”. “No necesito que se diga explícitamente ‘soy bisexual’ para encontrar un un reflejo… muchas veces la peña bisexual lo que hemos tenido que hacer es leer de esa forma porque lo bi no siempre se ha mencionado”. 

Para Lizarraga es también fundamental La rebelión de las hienas, de Mer Gómez para tener en cuenta las interseccionalidades en este caso con lo intersex”. Y también porque lo bi, no es nada sin lo intersex, sin lo asexual, lo antirracista, lo anticolonial, etcétera”. 

Preguntade sobre lo que falta, sobre qué libro le gustaría leer y no encuentra, explica: “Me gustaría mucho un libro que hablase, no sé si tanto en clave ensayística como en novela, de cómo la bisexualidad hace que se te mueva un poco el el género o que por lo menos pienses los géneros de otra forma.... Y de ahí esa conexión tan tan fuerte entre lo bi y lo trans no binario”. Y para despedirse, aprovecha para citar varios artículos sobre la pluma bisexual en Píkara Magazine.

María Juárez: con bi de barrio y de bieja

María Juárez tiene 46 años y milita en el colectivo madrileño Biejales. Es una bi que creció entre Aluche y Móstoles en los ochenta y noventa, sus palabras, que se pasado la adolescencia y juventud poniendo a prueba su orientación y dudando de lo que sentía porque aparentemente contradecía otras cosas que sentía con igual fuerza. Con Mónica Naranjo (“me dio el permiso simbólico de existir”) y Adele (sí, Adele, pese a su mala prensa, porque representa “la paradoja bi de no se qué pasa, pero allá voy”) como referentes atravesó el vacío en la juventud.

En su colectivo, del que forman parte personas mayores de 35, la edad cuenta porque cuando empezaron su activimo bi se sintieron mayores en los espacios en los grupos que existían. “Biejales es un espacio para personas bi mayores de 35 que crecimos en ese desierto para nosotres, donde o eras lesbiana o eras hetero o no había un lugar para ti, ni simbólico ni material”.

Con el libro de Elisa Coll, Juárez se dio cuenta que tenía vivencias que no había compartido con nadie. “La interlocución con el libro de Elisa fue la primera toma de conciencia de cómo me atravesaba lo bi y el silencio estructural impuesto sobre experiencias tan determinantes para tantas personas”. A partir de ahí, “una rabia y un orgullo bi se prendió dentro de mí con este libro”.

“La representación bi es tan escasa que es raro que encuentres una novela con personajes abiertamente bis”, dice María Juárez, del colectivo madrileño Biejales

Del ya citado Bi, apuntes para una revolución bisexual subraya cómo Eisner teoriza sobre la bisexualidad no solo como una orientación sino como una identidad política. Creo que devuelve a lo bi la potencia transformadora y revulsiva que tiene y eso me parece imprescindible”. DBifobia, que también incluye en el paquete básico para entender lo bi, dice que sigue siendo actual en un contexto en el que el acoso sistemático, los chistes, las humillaciones, el vacío y la falta siguen siendo una realidad en los colectivos.

En ficción, vuelve a citar el mismo problema que han señalado Lema y Lizarraga: “La representación bi es tan escasa que es raro que encuentres una novela con personajes abiertamente bis”. Aun así, cita tres: Lxs niños de oro de la alquimia sexual, de Tilsa Otta, Nuestra parte de noche, de Mariana Enríquez y Tan jóvenes y la pena de Millanes Rivas. Además, tiene uno en la cola de lectura: Todo empieza con la sangre, de Aixa de la Cruz.

Preguntada por qué lectura no encuentra, vuelve al barrio: “Me encantaría un texto o un activismo queer que ponga ahí el foco. Bi de barrio, o algo así”. Y razona: “Me gustaría muchísimo leer sobre la clase social en los activismos... Cuando has crecido en un barrio y el futuro se muestra siempre incierto y depende de no caerte de la cuerda floja en la que caminas, mientras otres caminan sin mirar al suelo, dando por hecho lo que tienen, también eso construye identidad y se parece en algunos aspectos al caminar de puntillas que tiene lo bi, como si el mundo no te perteneciera del todo”.

La lista completa
1. Orlando, de Virginia Woolf (1928)
2. Stone Butch Blues, de Leslie Feinberg (Levantafuego, 2021, originalmente publicado en 1993)
3. Drag King Dreams, de Leslie Feinberg (Levantafuego, 2023, originalmente publicado en 1996)
4. Bifobia, etnografía de la bisexualidad en el activismo LGTB, de Ignacio Elpidio Domínguez (Egales, 2016)
5. Conversaciones entre amigos, de Sally Rooney (Ramdom House, 2018, originalmente publicado en 2017)
6. As estacións do lobo, de María Reimóndez (Xeráis, 2019)
7. Nuestra parte de noche, de Mariana Enríquez (Anagrama, 2019)
8. Niña, mujer, otras, de Bernardine Evaristo (Alianza, 2020)
9. Biciosas, de Ama Amigo (Kaótica, 2020)
10. Resistencia bisexual, de Elisa Col (Melusina, 2021, originalmente publicado en 2013)
11. Avelaíñas Eléctricas, de Sica Romero (Nêspera editora, 2021)
12. Lxs niños de oro de la alquimia sexual, de Tilsa Otta (Penguin Random Hous, 2021)
13. (h)amor 10 bi(y)bollo (libro colectivo, Continta Me Tienes 2021)
14. O cento voando (libro colectivo, coordinado por Anxela Lema y Andrea Nunes, Xerais 2022)
15. Me cuesta bivir, de María Qiralto (Melusina, 2022)
16. La rebelión de las hienas, de Mer Gómez (Bellaterra, 2022)
17. Tan jóvenes y la pena, de Millán Rivas (Dieciséis, 2022)
18. Todo empieza con la sangre, de Aixa de la Cruz (Alfaguara, 2022)
19. Más que visibles (libro colectivo coordinado por Elpidio Domínguez y Carlos Castaño, Egales 2022)
20. Bisexualidades feministas (libro colectivo, Madreselva, 2023)
21. Bi: apuntes para una revolución bisexual, de Shiri Eisner (Descontrol, 2023)
22. La mala costumbre, Alana Portero (Seix Barral, 2023)
23. Insubmisión ambigua (Xerais, 2025) 
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