Efervescencia bi: el activismo bisexual eclosiona con nuevos colectivos en todo el Estado

En Alicante, Bilbao, Granada o Málaga... el activismo bi se expande tras la visibilización que han supuesto las ConBivencias y el libro de Elisa Coll. Algunos colectivos cubren necesidades en lugares donde no existían espacios así, otros se enfocan a determinados segmentos.
Orgullo Crítico Madrid 2023 - 6
Álvaro Minguito Dos jóvenes sostienen la bandera bisexual durante la marcha del Orgullo Crítico 2023.

María se baja del coche y se despide. Tras la efusividad del adiós viene un poco el bajón de energías. Es domingo por la tarde y termina el fin de semana de las ConBivencias ―más oficialmente, las II Jornadas Estatales Autogestionadas sobre Bisexualidad―. Ha sido una experiencia intensa, “potente”, en sus palabras, pero, a sus 41 años, se pregunta dónde está la gente de su generación. Así que habla con una compañera y crean Biejales, un colectivo para personas bisexuales un poco más mayores.

Haizea (nombre ficticio) sale de la librería. Elisa Coll acaba de presentar su libro Resistencia bisexual (Melusina, 2021) y los ánimos llevan a las personas asistentes a crear un colectivo. Es muy grande e, impaciente ante los procesos asamblearios, Haizea se junta con unes poques compañeres y crean BileraBi para organizar reuniones (eso significa bilera en euskera) de gente bisexual en Bilbao.

Las presentaciones del libro ‘Resistencia bisexual ’y las ConBivencias han prendido la mecha para que grupos de gente se junte en sus respectivas ciudades para hacer activismo bi

Estas dos narraciones resumen el proceso de creación de la mayoría de los colectivos bisexuales que se han extendido por todo el Estado este año y, sobre todo, estos últimos meses. Tanto las presentaciones de Resistencia bisexual como las ConBivencias, y en especial estas últimas, han prendido la mecha para que grupos de gente se junte en sus respectivas ciudades para hacer activismo bi.

La mayoría tiene como objetivo crear espacios bisexuales fuera del eje Madrid-Barcelona, donde ya existían los más veteranos Taberna Bi, fundado a principios de 2019 ,y DisturBi Col·lectiu, nacido en 2021. Un par atienden a demográficas concretas, como son Biejales, para personas más mayores, o Señores Bi-en, para masculinidades.

“Necesitamos politizar lo bi, tener espacios seguros para compartir experiencias y los malestares que genera la bifobia. Ser entendides y visibilizarnos, crear comunidad”, dicen en DisturBi, al que su nacimiento en 2021 convierte en el segundo colectivo más longevo del Estado y por lo tanto le da una perspectiva más amplia para analizar el momento.

“Este momento puede ser muy motivador para personas que estén buscando esos espacios o pensando en crearlo, y también para personas en cuestionamiento sobre lo bi”, añaden desde el colectivo barcelonés, que señalan las ConBivencias como punto de ignición de lo que en Biejales llaman “el momento bi”.

DisturBi, nacido en 2021, es el segundo colectivo más longevo del Estado; el primero es Taberna Bi, fundado en 2019

“La idea ya estaba en nuestra cabeza y las ConBivencias prendieron esa mecha. Allí sentimos un acuerpamiento de tener una comunidad propia, con fuerza… Todo lo vivido teníamos que seguir compartiéndolo fuera del centralismo de las grandes ciudades”, declaran en RaBIa Granaína. Así que juntaron “cuatro cabecitas pensantes” y crearon su colectivo en la capital del Genil.

Eligieron ese nombre porque la rabia les unió: la rabia hacia la bifobia, hacia la invisibilización, hacia el no-hogar. “Una rabia potente, creativa, de dar luz a este proyecto y trasladar a Granada, nuestra ciudad, todo lo que habíamos sentido en las ConBivencias. Era egoísta no hacerlo”, cuentan con emoción en la entrevista para El Salto.

Contarse los dramas, pasárselo bien

La socialización y el reconocimiento entre iguales cobra mucha importancia en estas fases tempranas de cohesionar el colectivo de cara a plantear demandas en un futuro. “El espacio de socializar también es político e igual de importante que manifestarse o poner el cuerpo”, resumen desde BileraBi.

Su colectivo comenzó en febrero de este año con una convocatoria para llenar un bar del Zazpikaleak (el casco viejo) de Bilbao. “No teníamos nada planteado más allá de ocupar un bar. A partir de ahí lo empezamos a gestionar en más sitios y lo sacamos de los bares; nos sentíamos más cómodes en espacios autogestionados”, explican en BileraBi.

Las bileras ―reuniones― surgen de la necesidad de juntarse, de unirse desde el ocio y desde la diversión, pues “nos juntamos para tomar infusiones y para contarnos los dramas, pero luego también queremos pasárnoslo bien”, cuentan.

“El colectivo bisexual no tiene mucho recorrido, tiene que pasar por esa parte de agruparse primero hacia dentro para luego articularse hacia fuera”, explican en BileraBi

Para elles, este es un paso fundamental: “El colectivo bisexual no tiene mucho recorrido. Igual tiene que pasar por esa parte de agruparse primero hacia dentro para luego articularse hacia fuera, pues si la propia gente bisexual tenemos bifobia habrá que quitársela primero. Lo que necesitamos ahora es un refugio de entendimiento y de gente con quien reconocerme”.

Ese mismo objetivo tiene Bisibilidades Alicante, que se da a conocer en enero de 2023 por la falta de presencia y visibilidad bisexual en la capital alicantina y alrededores para poner en contacto y unir a bisexuales y personas en cuestionamiento de la zona.

Más allá de eso, una de sus “grandes motivaciones” es “reivindicar y reavivar el Orgullo crítico en Alicante, dando importancia a descentralizar la lucha a nivel estatal”, explican en el colectivo del País Valencià.

Para demográficas más concretas: Biejales y Señores Bi-en

Tras las últimas ConBivencias se crea Biejales para conseguir que “la gente más mayor no solo se acerque, sino que también se quede” en espacios bisexuales, explica María Juárez, integrante del colectivo. Porque los temas de conversación, las problemáticas, el tiempo disponible o las energías no son las mismas una vez pasada la treintena larga, según la activista.

En Biejales quieren reunir a esas personas más mayores que no tuvieron acceso a información tan temprana sobre la bisexualidad y recordarles que “nunca es tarde para vivir vidas bisexuales dignas”, según Juárez. Cuenta que buscan reparar el daño de los años perdidos: “Hemos tenido que ir construyendo nuestras identidades bi individualmente y queremos hacerlo de forma colectiva”.

“Es muy reparador escuchar otras voces de personas que han vivido toda esa soledad, esa juventud aislada creyendo que no había nadie a quien le pasara lo que te pasaba a ti”, dice la activista. Más allá del duelo, comparten estrategias que han utilizado para sobrevivir a la bifobia, desvelar su propia identidad y finalmente vivirla.

En Biejales quieren reunir a esas personas más mayores que no tuvieron acceso a información y recordarles que “nunca es tarde para vivir vidas bisexuales dignas”

Espacios no mixtos y policía del género
Frente a todas las violencias del día a día, los colectivos politizados han tratado de generar espacios seguros. La fórmula perfecta para conseguirlo o acercarse ―en otros idiomas los llaman “espacios más seguros”― sigue eludiendo a quienes organizan eventos, pero la forma más común es la no mixticidad.Esta consiste en avisar de que el espacio no son bienvenidas ciertas identidades. Normalmente se refiere a hombres u hombres cishetero más concretamente, pero existen espacios no mixtos solo para personas racializadas o trans, por ejemplo.En BileraBi encontraron uno de los problemas de este mecanismo, y es que “recae en la persona que organiza la función de policía”. Además, una policía que actúa con parámetros poco claros, como puede ser el averiguar el género de quien tiene intención de entrar al espacio.En el colectivo vasco recuerdan que el objetivo es “impedir actitudes de mierda”, vengan de quien vengan. Y quieren conseguir la seguridad de otra forma: asegurando que cualquier violencia tendrá respuesta desde la organización.Pero no solo desde allí. “Queremos que nuestros espacios formen una red con alianzas y nuevos grupos de colegas que puedan responder a las violencias de la misma forma en la que lo hace la organización”, explican en BileraBi.Es pronto para conocer la efectividad de su modelo, pero la propuesta queda sobre la mesa.
Aunque haya tardado en llegar, ese orgullo de ser bi ya alcanza a personas más mayores. “Hasta ahora ser bi era algo con lo que se convivía desde la vergüenza y la justificación, pero ahora estamos conectando con un orgullo muy potente. Estoy orgullosa de ser bisexual porque esta identidad tiene mucho que ofrecer. Y ese orgullo está siendo el imán para que la gente se organice”, asegura Juárez.

Ese autorreconocimiento y alegría también llega a las masculinidades, que cuentan desde septiembre con un espacio propio: Señores Bi-en. Nace en línea porque tienen vocación de llegar a todo el territorio y salir así del eje Madrid-Barcelona, donde ya existen colectivos donde encontrarse.

Para elegir su nombre tuvieron que hacer una votación entre la treintena de propuestas iniciales. Hizo falta una segunda vuelta para desempatar. Juanpe Ruiz, integrante del colectivo, ríe al explicar esto; la indecisión es uno de los estereotipos asociados a las personas bisexuales, que no podrían elegir entre un solo género para sentir atracción.

Su cuenta de Instagram tiene más memes y estereotipos, empezando por el “Señores que se sientan mal” de la biografía a una publicación en que te explica “cómo saber si eres un señor bi-en”: si usas bolsas de tela, pantalón remangado, posas en fotos con la V de victoria y no sabes sentarte”.

En este respecto, Ruiz cree que desde el colectivo bi se abrazan este tipo de bromas como su “pluma bi”: “El humor también está muy bien para construir comunidad e identidad”, afirma. Tal vez sea ese intento de construir comunidad el que lleva a los colectivos entrevistados ―y al único que no respondió a El Salto, Billa Biciosa de Málaga― a poner el “bi” en su nombre. Encaje mejor o peor, y cambiando V por B como en el punk sustituye la K a la C.

Señores Bi-en genera, principalmente, encuentros no mixtos dedicados a las masculinidades bi

Dejando a un lado las bromas en redes sociales, Señores Bi-en genera, principalmente, encuentros no mixtos dedicados a las masculinidades bi. “Es necesario cuidarnos entre nosotros, que entre hombres es bastante difícil”, explica Ruiz aduciendo al lastre de los roles masculinos.

Precisamente, revisar esa masculinidad es uno de sus objetivos: “También sufrimos violencia por no seguir la heteronorma y no solo queremos darle visibilidad, sino aprender a no perpetuarla”, explica Ruiz.

Identificarse como bisexual ayuda en esa revisión, según el activista. Lo cuenta así: “Cuando te identificas como bi te empiezas a replantear ciertas actitudes. Actitudes que antes no solo no te planteas, sino que tal vez por estar en el armario potencias para que no te asocien con lo ajeno a la norma. Nombrarte bi te lleva a cuestionar qué haces para que la rueda [del machismo] siga girando”.

Y ahora, ¿qué?

Los pasos para seguir no están marcados. El activismo bi por todo el Estado se abraza, sonríe y se reconoce en sus iguales. Sale de la inBIsivilización ―con perdón― y crea sus propios espacios.

“Las posibilidades son infinitas, tantas como las personas que conformamos todos los colectivos hoy”, declaran en BileraBi. Y recuerdan: “No hace falta tener una sede con fotocopiadora para ser un colectivo. Si les artistas pueden producir discos dentro de su habitación, cualquier puede empezar un colectivo”.

Sexualidad
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