Andalucía
Todos los nombres: dos décadas al servicio de la memoria de las víctimas del franquismo
La memoria histórica colectiva y las narrativas que a través de ella articulan el presente de las sociedades son un escenario de poder en constante disputa en la esfera pública. Los estudiosos Elizabeth Jelin y Ricard Vinyes señalan en su libroCómo será el pasado. Una conversación sobre el giro memorial(Ned Ediciones, 2021), que los últimos veinte años han favorecido la expansión de los propósitos memorialistas.
Jelin y Vinyes remarcan que este ha sido un tiempo —no exento de enfrentamientos en el campo simbólico— en el que se han erigido monumentos de todo tipo relacionados con la memoria y donde se han creado instituciones que han movilizado recursos económicos, políticos y contenidos sobre la (re)construcción del pasado y en el caso español la dignificación y reparación de las víctimas de la Guerra Civil y la dictadura franquista.
Una de estas instituciones es la web Todos Los Nombres (TLN), base de datos de víctimas del franquismo en Andalucía, Extremadura y el norte de África. El proyecto se hizo público en el 2004 a través de un folleto editado por la Diputación de Cádiz y, en el año 2005, se firmó un convenio de colaboración para su puesta en marcha entre la Confederación General del Trabajo de Andalucía (CGT.A) y la Asociación Andaluza Memoria Histórica y Justicia. Luego, tras la disolución de la AMHyJA, toma el relevo la asociación Nuestra Memoria, nutrida por buena parte de los activistas de la asociación extinguida.
La iniciativa lleva el nombre de una novela del escritor portugués José Saramago, quien autorizó su uso con satisfacción, apunta el historiador José Luis Gutiérrez Medina, el director científico de la página. En ese sentido, Francisca Maqueda Fernández, una de las coordinadoras generales de la web en representación de la asociación Nuestra Memoria manifiesta que el nombre “significó y sigue significando la lucha contra el olvido que se ha dado en cada familia, en cada pueblo, en cada ciudad de Andalucía y del Estado”.
Es necesario seguir luchando por incluir a todas las víctimas en la recuperación de su memoria y de las luchas que contrajeron con el advenimiento de la segunda república española. “Significa la necesidad de recordarlos para tenerlos presentes en la actualidad y construir el futuro con sus nombres”, afirma Maqueda.
Luchar por incluir a todas las víctimas: “Significa tenerlos presentes en la actualidad y construir el futuro con sus nombres”, afirma Paqui Maqueda.
Salvando las distancias con su primera versión, y al compás de la evolución del universo digital, “la base de datos ha diversificado sus contenidos y adopta hoy una estructura temática que facilita tanto la gestión como el acceso y la consulta de sus contenidos”, explica el otro coordinador general de TLN, Gonzalo Acosta Bono, quien representa al grupo de trabajo Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía (Rmhsa_CGT.A).
Las microbiografías o ponerle voz a las víctimas
La web tarda pocos segundos en cargarse cuando se introducen sus datos en cualquier motor de búsqueda digital. Y es cuando aparece al extremo derecho de la pantalla, estático, inamovible, un cajón titulado Indicadores TLN.
En términos generales, un indicador es una herramienta para medir, evaluar, comparar o realizar un seguimiento. Permite saber si se están cumpliendo objetivos, conocer cómo evoluciona una situación o qué resultados se están obteniendo. En términos más académicos, un indicador puede ser un dato o conjunto de ellos que refleja el estado de una cuestión, el cambio o el nivel de avance de un fenómeno, proceso o proyecto.
El cajón de Indicadores TLN ofrece síntesis numéricas: 12.0332 víctimas, 1.125 microbiografías, 2.134 documentos, 14.406 noticias, 33.000 visitantes y 3.461 seguidores. Más allá de guarismos, las cifras son la constancia del rescate del olvido de la memoria de cientos de miles de represaliados y represaliadas de la Guerra Civil Española y el franquismo.
Sin embargo, esta no es una historia de números o, no meramente de ellos, sino de poner rostro y voz a cada cifra, de rescatar la humanidad y los sueños truncados en cada vida sesgada. Por ello, la sección Microbiografías es una de las más valoradas por el equipo de TLN.
“Son breves semblanzas de una página y media o dos que completan la entrada sobre una persona, y donde figuran referencias que preferimos hagan los familiares pues queremos darle una calidez humana a esa información que, normalmente, no tienen los trabajos académicos”, refiere José Luis Gutiérrez Medina.
Francisca Maqueda Fernández considera que las Microbiografías resultan fundamentales porque no solo permiten conocer el nombre o fecha de ejecución, días de presidio, exilio o cualquier otro dato de una persona, sino que no da lugar a conocer de qué familia era, si tenía hijos, en qué partido o sindicato militaba, su trayectoria vital al completo y eso genera a los familiares y a los investigadores una información fundamental que nos hace conocer más plenamente a la víctima.
TLN ha contribuido a que se ponga en el centro del debate a las víctimas de la dictadura, en sus múltiples facetas. Se ha explorado y cuestionado en profundidad acerca de las personas ejecutadas, si tenían o no sentencia, si eran presos esclavos, presos políticos, si hubo torturas, exilio interior y exterior, robo de bebés, incautaciones, depuraciones del puesto de trabajo, guerrilla, enlaces de la guerrilla… cuenta Maqueda a El Salto.
“Son breves semblanzas de una página y media donde figuran referencias que hacen los familiares, queremos darle una calidez humana que no tienen los trabajos académicos”, refiere José Luis Gutiérrez Medina.
Para este la realización de este trabajo de búsqueda el vínculo con los familiares ha sido medular. José Luis Gutiérrez Medina considera que TLN ha servido como una oficina de apoyo, horizontal y colaborativa, para quienes todavía hoy, y en buen número, buscan a sus seres queridos y carecen de información sobre ellas y ellos.
“El vínculo con las familias es, sin dudas, uno de los más hermosos y fructíferos resultados. A lo largo de los años se ha establecido con ellos y con los historiadores e investigadores una relación potente de peticiones de información, búsqueda y respuesta de lo que en la actualidad es el mismo corazón de la página”, enfatiza Francisca Maqueda Fernández.
De retos y de cómo sortearlos
Una de las dificultades a las que se ha enfrentado la labor de la web, en el campo histórico, es la falta de antecedentes notables, detalla Gonzalo Acosta Bono, quien apunta que la cristalización del movimiento social denominado Memoria Histórica y su Recuperaciónse ha ido expandiendo por la conciencia de un déficit que se fue supliendo con múltiples iniciativas a diversa escala territorial.
Puede considerarse como hecho fundacional, aún sin pretenderlo, la primera exhumación de una fosa común en el Bierzo (León), cuenta Acosta. “Al poco tiempo se va constatando que iniciativas parecidas se están poniendo en marcha en otras localidades o están en la cabeza de ciertos colectivos y estas aspiraciones comunes van fraguando en un movimiento social cuyos objetivos se pueden sintetizar en Verdad, Justicia y Reparación, también el de Garantía de no repetición, cada vez más pertinente por cómo está el panorama político”, relata Gonzalo Acosta.
Está claro que han existido resistencias políticas o sociales ante la idea de documentar públicamente a las víctimas del franquismo, afirma Acosta: “Las instituciones no acababan de asumir esta deuda democrática y las insuficiencias de un sistema político sustentado en la amnesia”.
Ahora bien, esas resistencias siguen estando presentes. “La «prueba del algodón» es que no se ha derogado la Ley de Amnistía de 1977, una verdadera ley de punto final que sigue condicionando la Recuperación de la Memoria Histórica en toda su amplitud”. Es más, “para la «Justicia» ha habido que recurrir a un juzgado extranjero (Argentina) porque los delitos contra los derechos humanos entran dentro de los delitos amparados por la justicia universal”, declara Acosta.
En respuesta a la misma pregunta, Francisca Maqueda Fernández considera que el saldo ha sido positivo, aunque hayan tenido que sortear distintas maneras de negacionismo o revisionismo histórico, tanto de personas como de colectivos que entendían que la página solo serviría para abrir heridas y echarle más sal, en lugar de ayudar a cerrarlas.
“La sociedad tiene la necesidad de hablar de estas heridas y sanarlas y se muestra permeable a ello. Las instituciones han colaborado tendiendo la mano y con subvenciones que nos han ayudado a seguir adelante, hasta esta última etapa donde nos hemos llevado la sorpresa de que nuestra solicitud no tuvo la suficiente puntuación para recibir la subvención del curso pasado” afirma Maqueda.
“La sociedad tiene la necesidad de hablar de estas heridas y sanarlas, nos hemos llevado la sorpresa de que nuestra solicitud no tuvo la suficiente puntuación para recibir la subvención del curso pasado” afirma Paqui Maqueda.
La iniciativa ha buscado alternativas para continuar su labor, en la medida de lo posible, sin recursos públicos. Su proyecto “Web Todos los Nombres: mejora estructural, ampliación de contenidos y medios de difusión” presentado por Nuestra Memoria a la convocatoria de 2024 del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática quedó fuera de la resolución ministerial de ayudas concedidas, lo que ha supuesto un enorme varapalo para continuar con su importante labor sostenida por voluntarios y voluntarias.
Este del financiamiento ha sido un camino enrevesado, lleno de altos y bajos, que ha intentado sortear el equipo entre subvenciones públicas e iniciativas privadas como el crowdfunding. Otro de los retos, apunta la investigadora y doctoranda en el Departamento de Periodismo I de la Universidad de Sevilla (US), Victoria César Velázquez, es el de difundir una gran cantidad de datos de manera efectiva para las audiencias, especialmente aquellas que no están familiarizadas con la memoria histórica, de modo que se fomente el debate informado.
“En el ambiente de polarización política actual, habitualmente vinculado a la desinformación y los bulos, TLN promueve la información construida desde el rigor histórico y la reflexión acerca del pasado reciente y el presente”, plantea Victoria.
Impacto de todos los nombres
Como generosa con los principios de verdad y reparación para las víctimas del franquismo ha sido catalogada la labor de Todos los nombres en muchas ocasiones. La iniciativa ha trascendido su valor de herramienta social que invita a «rememoriar» con justicia y brinda también la posibilidad de estudiar desde la academia una de las aristas del escenario memorialista español actual.
“Las políticas de memoria en España no son muy diferentes de otras políticas culturales que mueren y resucitan dependiendo de quien gobierne”, apunta Miguel Vázquez Liñán, catedrático de la US e investigador responsable del grupo “Memoria y Comunicación. Los usos políticos del pasado”.
Para Vázquez Liñán, no hemos conseguido que las políticas de memoria se conviertan en una cuestión de Estado, que vaya más allá del partido gobernante. “Vivimos en un país polarizado, cuyos partidos priorizan los temas en función de los votos que dan y la memoria tiene todas las de perder; por eso, es importante que las políticas de memoria no queden (al menos no solo) en manos de los partidos, sino que sean las organizaciones civiles quienes lleven el timón”.
No obstante, TLN es un buen ejemplo de cómo la sociedad civil organizada puede afrontar exitosamente proyectos importantes y complejos que las administraciones no pueden o no quieren ver –plantea Vázquez Liñán–. “Apoyarlos, además, es decirnos a nosotros mismos que queremos tomar parte en el recuerdo de nuestro propio pasado. Como sociedad, somos nuestra memoria. Perderla es dejar de entender quiénes somos”, remarca el docente.
“Como sociedad, somos nuestra memoria. Perderla es dejar de entender quiénes somos”, remarca el docente Miguel Vázquez.
La investigadora Cora Cuenca Navarrete, Doctora en Comunicación por la Universidad de Sevilla y profesora en la Universidad Loyola Andalucía, destaca que poner en marcha procesos de reparación requiere de mucho trabajo y dinero, “y la memoria de las víctimas en España nunca ha sido una prioridad a nivel institucional”.
Y es que como describe la investigadora, cuando el movimiento memorialista independiente, organizado e implicado, reivindica unas demandas mínimamente ambiciosas, por sistema se le minusvalora y se le impone un silencio administrativo.
Incorporar el sufrimiento de las víctimas del franquismo al debate público y la gestión política siempre ha creado fricciones –reitera la profesora–; el sentido común indica que partidos que se sitúan en lo que generalmente concebimos como «izquierda» van a mostrar una mayor solidaridad con el activismo memorialista, pero “sigue quedando una cantidad ingente de trabajo por hacer”.
¿Cómo podemos avanzar en esta materia? El primer paso para avanzar en la reparación de la memoria de las víctimas es, sin duda, “dejar de hacer oídos sordos a las propuestas de mejora y las reivindicaciones de un movimiento que huye de «colgarse medallas», que lleva trabajando décadas y ha conseguido grandes avances sin apoyo institucional”, afirma Cuenca Navarrete.
El primer paso para avanzar en la reparación de la memoria de las víctimas es “dejar de hacer oídos sordos a las propuestas y las reivindicaciones de un movimiento que huye de «colgarse medallas», afirma Cuenca Navarrete.
En la consecución de un movimiento memorialista respetado y protegido en todo momento, Cuenca Navarrete dibuja un escenario utópico con varios elementos estructurales, entre ellos iniciativas que “pongan en juego todos los recursos necesarios para encontrar a todas las víctimas de la dictadura que siguen en fosas sin exhumar, rastreando sus biografías y construyendo sus historias de vida y de muerte”.
Una tarea que Todos los nombres viene cumpliendo ya con veinte años de ventaja y que es necesario continuar, por el bienestar de nuestra democracia. Si las instituciones no están a la altura, motivo de más para que la ciudadanía se pueda involucrar y de apoyo a este tipo de iniciativas.
El próximo 19 de noviembre, se dan cita en el Centro Cívico Las Sirenas, a las 19h, en el que harán un acto para reforzar su autonomía financiera y no depender de las administraciones públicas y sus gobiernos.
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