Memoria histórica
“Se conmemoran los 50 años de la muerte del dictador, pero se sigue sin hablar de la represión”
Timoteo Gómez Gutiérrez fue detenido por el régimen franquista en mayo de 1939. Se le acusó de “adhesión a la rebelión”. Gómez era alcalde de Fuentes de la Jara, un pequeño pueblo de la provincia de Toledo. Afiliado a la UGT, fue presidente de la colectividad agraria. En los primeros años de la guerra civil, los jornaleros se organizaron en estas colectividades para controlar la tierra que ellos mismos labraban. Este fue el principal delito de Timoteo, quien acabó sus días en el campo de concentración de Aranjuez, procedente de la Prisión de Partido de Talavera de la Reina. Dicen que murió de tuberculosis y sus huesos fueron a parar a una fosa común del cementerio.
Todos estos datos eran desconocidos para Diego Fernández González, autor del fotolibro Cueste lo que Cueste (Fundación Antonio de Nebrija, disponible en las librerías de Traficantes de Sueños). Un libro que recoge fotos y una ardua tarea de documentación, para plasmar la investigación sobre la represión, el silencio y la recuperación de la memoria en España que ha realizado Fernández y que se presentó en 2022 en forma de trabajo fin de carrera. El periodista recorrió buena parte del territorio documentando diferentes exhumaciones de fosas comunes. En mitad de la investigación afloró la historia del tío de su abuela, Timoteo Gómez, y todo cobro todavía más sentido.
Mientras acaricia el expediente del tío de su abuela, un documento al que llegó gracias a su insistencia, relata a El Salto la importancia de ir recuperando el rastro de la historia de los represaliados. Una historia rota, resquebrajada, depositada en amarillos y roídos expedientes diseminados por todo el Estado en ausencia de un archivo central que aglutine toda nuestra memoria, 50 años después de la muerte del dictador.
Este libro es el resultado de un trabajo fin de carrera. ¿En qué momento ves la posibilidad de publicarlo?
Yo empecé muy inocentemente, visitando una exhumación en Manzanares el Real con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. Fui con mi cámara por mera curiosidad e hice mi primer reportaje. Cuando llegó la hora de elegir el trabajo fin de carrera, yo lo planteé como una posibilidad para hacer un vídeo o algo audiovisual. Y la tutora me dijo que veía potencial y que por qué no ampliar un poco más y recorrer alguna exhumación más. Me propuso que contara el proceso de cómo es desde que un familiar comienza a buscar a un ser querido hasta que encuentra sus restos. Primero abordé el tema arqueológico, luego el antropológico y luego también el tema del ADN, que es una cosa que se suele olvidar. Hablé con genetistas que se encargan de temas de memoria, para ver cómo es el proceso de recoger las muestras a los familiares, manipular los restos que están deteriorados… etc.
¿Qué pasos da un familiar de víctima cuando quiere buscar?
Es difícil llegar a los datos porque por lo general la gente mayor de esa época, que ha vivido tanto silencio, es muy común que no lo quieran transmitir o no quieran hablar de ese tema. Lo primero es conseguir que un familiar tuyo te lo cuente y luego el siguiente gran reto es acceder a los archivos y empezar a investigar porque es muy difícil. En España todo está muy diseminado, es muy complicado ir tirando del hilo. Tú no sabes dónde está cada documento. Hay algunos que están en archivos militares, por ejemplo, en Guadalajara, en Ávila o en el Centro Documental de la Memoria Histórica (Salamanca). Luego, dependiendo de la región militar el expediente puede estar en Madrid o en otra ciudad. Entonces, para una persona que no tiene ninguna formación, pues es muy complicado. Yo recuerdo que cuando empecé la investigación iba dando palos de ciego preguntando a los archiveros: “Oye, ¿dónde voy ahora?” “¿Qué otra posibilidad tengo?”. De hecho, en la página del Ministerio de Buscador de Víctimas no aparece el tío de mi abuela. Lo encontré en Buscar combatientes, que es una iniciativa privada de una persona que se dedicó a indexar todos esos fondos gracias a la que lo encontré.
Empiezas a hacer esta investigación sobre diferentes exhumaciones.¿Cuándo decides que vas a investigar sobre un familiar tuyo?
Mi abuela tiene 94 años. Yo había hablado con ella muchas veces de la guerra, ella tenía siete años más o menos. Me había contado que tuvieron que irse del pueblo y se fueron a las montañas a esconderse. Cuando empecé con las exhumaciones y se lo comenté, ella me dijo un día que su tío había desaparecido en la guerra. Me lo contó un poco difuso. Entonces yo empecé a preguntar un poco más y me dijo que había sido alcalde. Empecé a investigar, le pedí nombres y apellidos. No aparecía en los registros del buscador de víctimas del Estado. En la web Buscar combatientes fue donde encontré que había un expediente a su nombre en Madrid sobre su juicio, en el Archivo General Histórico de Defensa. Y luego había otro documento suyo en el Centro Documental de la Memoria Histórica en Salamanca.
Fui al archivo, solicité el documento y me dijeron que no me lo podían dar por el estado de conservación. Decían que podía poner en riesgo el estado de conservación del documento. Le dije que los archivos debían de cumplir con el derecho a la verdad, pero me decían que prevalecía la conservación del documento y que no se podía. Y después de insistir varias veces, un archivero me mandó siete fotos del expediente al correo. Eran siete fotos que son las que aparecen en el libro. Una es la portada, otra es la sentencia y otra es la de los años que le condenan al final. Un expediente tiene muchas páginas y siete fotos no eran suficientes. Yo quería trazar todo el recorrido que había hecho esta persona y saber qué había pasado.
Fui varias veces a pedirlo entero y hasta finales del año pasado no me dieron la posibilidad de ir a verlo. No sé qué pasó ahí, porque antes se podía dañar y luego de repente me dejaron. La verdad es que fue una experiencia muy emocionante tener ese documento que acumula tanto dolor, tanto sufrimiento… poder tenerlo delante, ver las firmas de esa persona, pensar en qué condiciones esa persona firmó eso…
Yo todo esto se lo iba contando a mi abuela, poco a poco. Le expliqué que había habido un juicio, pero que esos juicios eran una farsa, que aunque tuvieran apariencia de juicio, era un teatro, porque en horas juzgaban a cientos de personas. A ella le hacía mucha ilusión y poco a poco me fue contando más cosas, que su madre lo pasó muy mal, que cuando salía el tema de la guerra ella no hablaba y se iba. Me contó que fue una vez a llevarle comida a la cárcel en Talavera de la Reina. Yo veía cómo yo le iba explicando y ella se iba abriendo en un tema tabú.
¿Y quién es Timoteo? ¿Qué descubres en ese expediente?
He descubierto que él emigra a Argentina en 1910 con su hermana, mi bisabuela. Van los dos a Argentina con sus padres, creo. La mayoría de la información la conozco por lo que hay en el juicio, entonces también hay que cogerlo un poco con pinzas. Según se refleja, se afilió a la UGT en 1931. Tenía cuatro hijos y después de pasar por la cárcel de Talavera de la Reina y el campo de concentración de Aranjuez, acabó muriendo el 10 de abril de 1942 en Aranjuez, en teoría por una tuberculosis pulmonar. Podría ser, porque las condiciones eran terroríficas, pero nunca sabremos de qué murió exactamente. Acabó en la fosa común del cementerio de Santa Isabel en Aranjuez, junto a unas 200 personas enterradas allí. Su familia estaba en Toledo. No le comunicaron la muerte y no pudieron ir a verle. Su hermana no pudo despedirse de él. Cuatro hijos quedaron sin su padre y su mujer quedo sola en el pueblo, señalada también.
Hay una cosa que me interesa mucho, que acabas de apuntar. La represión fue sobre Timoteo, eso está claro, pero al final las que sufrieron directamente esa represión también fueron las mujeres que se quedaron. ¿Cómo lo sufrió su mujer?
Fue una mujer que no hablaba, siempre estuvo en silencio, por lo que me ha contado mi madre. Nunca dijo nada, mucho menos hablar sobre Timoteo. He pedido fotografías de ella o documentos y no se sabe nada. Hubo un silencio en la familia, no se podía hablar del tema. No sé muy bien si la hicieron algo a ella, pero yo imagino que no sería nada fácil quedarse con cuatro hijos en un pueblo de unos cien habitantes en donde todos sabían quién era quién.
Cuando decides añadir a tu investigación la historia de Timoteo, ¿lo comunicas a tu familia? ¿Qué feedback recibes?
Sí, lo comuniqué.Al principio les costaba, se les hacía un poco raro todo esto del expediente. Sobre todo las cosas que se decían en la sentencia. Era como un poco impactante para ellos. Pero luego, poco a poco, cuando yo iba llevando cosas a casa, les iba gustando la idea de poner su nombre y resaltarlo, porque esta persona también merece que se cuente su historia y que aparezca aquí, sobre todo a mi abuela.
¿De qué le acusaron, según la sentencia?
La sentencia dice que quedaba probado que Timoteo estaba afiliado a la UGT desde 1931. Según esta sentencia fue miliciano, alcalde y más tarde presidente de la colectividad. Además le acusan de intervenir en la profanación de las imágenes sagradas que no fueron destruidas en saqueos diversos de pequeña importancia. Según ellos, todos quemaron iglesias, es algo muy común que aparece en la mayoría de los expedientes. Le condenan en un primer momento a 30 años de cárcel. Le detienen el 31 de mayo del 39 y acaba muriendo el 10 de mayo del 42.
Mi abuela me decía que Timoteo no sabía nada, que era muy bobo y no se metía en nada y le pusieron ahí porque les interesaba. Cuando empecé a leer el expediente vi que era una persona que estaba comprometida. Tenía sus ideales, era socialista. Emilio Silva (presidente de la ARMH) me dijo una vez que cuando significarte conlleva la muerte, tienes que hacerte insignificante. Y esta es una justificación que utilizan las propias familias.
Las exhumaciones son impactantes pero en ese mismo sitio donde hay tanto dolor, ves que por fin la gente habla y empieza a aparecer algo de luz después de tantos años de oscuridad
Y Timoteo era presidente de la colectividad agraria, ¿Qué era esta colectividad?
Agricultores que se agruparon para defender sus tierras, trabajarlas y recaudar el dinero entre ellos. Fue algo que apareció a principios de la guerra. Los sublevados no llegaron hasta finales de agosto del 38 y les dio tiempo a organizarse.
La colectividad era vista a ojos del régimen como un sistema revolucionario que quería acaparar la propiedad de las tierras, ¿no?
Sobre todo cuando había caciques que se aprovechaban de los jornaleros, de los trabajadores. Cuando en esas tierras se organizan los propios trabajadores, pues yo imagino que eso era un problema.
Al mismo tiempo, tú recorres otras fosas comunes en este periplo. Emilio Silva dice que las fosas comunes son como bocas que se abren. ¿Compartes ese diagnóstico?
Sí, porque de hecho, la primera vez que fui a una exhumación en Manzanares, vi un sitio impactante, porque ves cuerpos que han sido violentados con impactos de bala, atados… Pero a la vez, en ese mismo sitio donde hay tanto dolor, ves que por fin la gente habla. Las familias se reúnen, gente del pueblo va, aunque sea por curiosidad, y habla porque ven que eso ya no es tabú. Ven que eso se abre y empieza a aparecer algo de luz después de tantos años de oscuridad. Entonces yo creo que hace además que haya un sentimiento de comunidad.
En la parte más judicial, la fosa nos enseña que fueron crímenes atroces y que nadie puede negar. Por eso también la importancia de la fotografía, fotografiar esos crímenes. Por si a alguien en un futuro se le ocurre decir que esto no pasó o que no fue así, como está pasando ahora, que se está tergiversando un poquito lo que fue el franquismo. Las fosas nos enseñan lo que pasó, cuentan la historia del franquismo.
Tú llegaste a visitar la fosa en la que está Timoteo. ¿Qué sucede en esa fosa?
Fui a Aranjuez cuando ya supe que él murió allí. Fui al convento de San Pascual, que fue el antiguo campo de concentración donde él estuvo detenido y donde muere, y luego fui al cementerio de Santa Isabel, donde está la fosa común. Hoy hay un mausoleo, porque esa fosa se exhumó en el año 78.
Como pasó en muchos sitios, al día siguiente de que acabara el régimen, la gente fue con palas y con picos a donde sabían que estaban enterrados sus familiares y no habían podido ir ni a poner una flor. En Aranjuez los familiares fueron y de la manera más rudimentaria abrieron las fosas y sacaron los cuerpos sin ningún método científico. Esto dio como resultado dos ataúdes llenos de restos de las 200 personas que están ahora en un mausoleo.
Siempre que voy al cementerio de mi pueblo veo las tumbas de sus dos hermanas y siempre pienso en él, inevitablemente, ¿por qué esta persona tiene que estar en una fosa común en Aranjuez?
Por tanto, no has podido recuperar el cuerpo del tío de tu abuela.
Hice la recogida de ADN de mi abuela por si en un futuro se consigue hacer algo y mi abuela, por desgracia, ya no está. Lo de Timoteo fue una desaparición forzada y esta no termina hasta que no se encuentra el cuerpo. En el plano judicial también es importante tener esto para poder corroborar que se termina el delito.
Yo he hablado con antropólogos de Aranzadi para ver si sería posible identificar un cuerpo una vez que los huesos están mezclados y me dijeron que sí, que el trabajo obviamente es más complicado, pero por ejemplo, si se seleccionan varios huesos se puede determinar edad y a cada uno se le puede ir haciendo la prueba de ADN. Es difícil. No sé si se podrá en algún momento. Yo espero que sí, ojalá porque sería como poder cerrar por fin el asunto.
Siempre que voy al cementerio de mi pueblo veo las tumbas de sus dos hermanas y siempre pienso en él, inevitablemente, ¿por qué esta persona tiene que estar en una fosa común en Aranjuez, tan lejos de su familia?. Poder descansar junto a los tuyos en lo más básico. Sueño con que en algún momento se pueda hacer y espero que ya se consiga.
¿Y qué pasos vas a dar?
Es complicado, aquí hay un tema también que es qué interesa exhumar y qué no. Yo creo que fosas que son más grandes o que son más mediáticas interesa más para el Gobierno.
El Gobierno prevé exhumar todas las fosas comunes para 2028. Bueno, lo dudo mucho porque no es suficiente el trabajo que están haciendo. Hay avances, pero no es suficiente. De hecho, la fosa común de Timoteo no aparece en el buscador de fosas comunes del ministerio y tampoco aparece en el mapa que hizo una asociación hace poco de las fosas comunes de la Comunidad Madrid.
Los crímenes del franquismo son crímenes de lesa humanidad que no prescriben. Una detención ilegal con una desaparición es un crimen que se sigue cometiendo, que no ha acabado. Entonces se deberían poder juzgar
La nueva ley de Memoria Democrática da algunos pasos hacia adelante, como la creación de una Fiscalía de Memoria Democrática que debiera impulsar los procedimientos para juzgar los crímenes del franquismo. Pero actualmente estamos viendo que no está siendo así. La Ley de amnistía sigue actuando como un parapeto para juzgar estos crímenes. ¿Cómo lo ves tú?
Pues yo esto lo hablé para el libro con el juez Baltasar Garzón y me decía que la ley de amnistía no puede suponer una barrera. Los crímenes del franquismo son crímenes de lesa humanidad que no prescriben. Una detención ilegal con una desaparición es un crimen que se sigue cometiendo, que no ha acabado. Entonces se deberían poder juzgar. De hecho, desde Naciones Unidas, las diferentes relatorías que han venido, han hecho recomendaciones a España y han confirmado que sí son crímenes de lesa humanidad y que se debe investigar. Pero creo que hay mucho franquismo todavía instaurado en determinados sectores que hace que se proteja y que no se investigue.
Y más todavía a día de hoy, qué es lo que más me preocupa, ver cómo gente joven como yo romantiza el franquismo, ¿cómo se puede hablar bien de una dictadura que fue tan atroz?. Yo creo que hay una falta de de educación desde que somos pequeños. Si le hubieran enseñado imágenes como las que recoge el libro a la gente joven, igual se lo replantearían dos veces a la hora de hablar bien de nuestra dictadura. En el colegio suele ser muy habitual tratar el tema de las dictaduras europeas. Y está muy bien, me parece genial, pero el tema de la dictadura en España se pasa por alto.
¿A ti te hablaron de memoria histórica en el colegio?
Nunca. De hecho, siempre te hablan de la guerra civil como algo táctico con un mapa y unos ejércitos que se desplazan. Vamos a ver, que había personas, que eran nuestros antepasados la mayoría. Si a cualquier chaval del instituto le pides que hable con su abuela o con algún familiar, se va a dar cuenta de que su familia es parte de la historia también.
¿Tu trabajo viene a rellenar esos huecos que nos han dejado en los libros de texto y en el imaginario colectivo?
Yo intento que sea así. Intento que mis imágenes puedan demostrar lo que fue el franquismo.
Elfranquismo fue un mecanismo para aplastar al enemigo, no tenía ninguna intención de crear concordia ni mucho menos. Ya lo decía Mola en Pamplona o Queipo de Llano en Sevilla. Decían directamente que ellos estaban deseando llegar para asesinar al enemigo. Querían acabar con los rojos, perseguirlos. Y Franco siguió matando durante muchos años a gente que simplemente estaba en política y no había cometido ningún delito.
¿Y por qué hemos llegado a celebrar las 50 años de la muerte del dictador con esta impunidad reinante?
Pues yo creo que porque si bien la transición estuvo bien, se tuvieron muchos errores. Muchas de las instituciones continuaron siendo instituciones franquistas, no se renovó a la Policía, no se renovó al Ejército. El franquismo sigue instaurado en muchas instituciones y por eso yo creo que no se juzga.
Lo de celebrar los 50 años está bien también. Pero a mi parecer se habla mucho de la transición y los actos van un poco orientados a eso pero no ha hablar de la represión. Yo soy partidario de que cualquier pasito es un avance, pero queda muchísimo trabajo. Se conmemoran los 50 años de la muerte del dictador, pero se sigue sin hablar de la represión.
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