We can't find the internet
Attempting to reconnect
Something went wrong!
Hang in there while we get back on track
Cáncer
“El cáncer de mama no es rosa, es un marrón”
Ausonia lleva 16 años regalando un minuto a la investigación contra el cáncer de mama por cada pack de compresas que se compra. Idioa Miranda hace cuentas: “Donan 0,06 euros por paquete, lo que serían 3,6 euros la hora. ¿En serio creéis que hay algún investigador que trabaje por esa cantidad de dinero? No cuela”. Miranda se define como activista uniteta en su perfil de Instagram 'Tócate las tetas' y es una de las impulsoras de las seis concentraciones que tendrán lugar este 19 de octubre, Día Mundial contra el Cáncer de Mamá, bajo el lema El cáncer de mama no es rosa. Un grupo de mujeres diagnosticadas con cáncer de mama se han cansado del lazo rosa y de todo lo que rodea a esta fecha en cuestión de marketing y piden que la lucha se centre en lo importante: en más fondos públicos para diagnósticos tempranos, controles gratuitos e investigación de calidad.
“El cáncer de mama no es rosa. Ni la atmósfera festiva de este día, ni las cintas rosas que se ven por todos lados, nos representan. No somos valientes. Somos mujeres que quieren vivir y hacerlo con calidad de vida”, aseguran. “El cáncer de mama no es rosa, es un marrón. El rosa es un color que infantiliza y dulcifica la enfermedad, la romantiza”, puntualiza Miranda.
Según los datos del INE, en 2022 el cáncer de mama fue el cuarto tumor que más fallecimientos ocasionó, el primero entre las mujeres: en ese año fallecieron 6.677
Y los datos, avisan, no son nada románticos. Cada año la tasa de detección de este tipo de cáncer va en aumento y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) calcula que en 2024 se van a diagnosticar un total de 36.395 nuevos casos, siendo el tumor que presenta una mayor incidencia. Según los datos del INE, en 2022 el cáncer de mama fue el cuarto tumor que más fallecimientos ocasionó, el primero entre las mujeres: en ese año fallecieron 6.677. “Los expertos advierten de una epidemia de cáncer para la próxima década si no se prioriza la investigación. La incidencia del cáncer pueda llegar a aumentar hasta un 60% en los próximos 20 años y un 77% en 2050. En el caso de España, en el cáncer de mama, ese aumento se está produciendo principalmente en mujeres, que son diagnosticadas cada vez, más jóvenes”, expresa el comunicado de las mujeres pacientes de cáncer de mama que este sábado se concentrarán en Madrid, Donostia, Bilbao, Barcelona, Pontevedra y Valencia.
Una dulcificación de la situación
Y el color rosa, avisan, no hace más que crear una percepción errónea entre la población. “No se explica bien todo lo que representa un cáncer de mama en una mujer. Se ha conseguido que se aumente la supervivencia cinco años pero, ¿qué pasa después?. Conocemos a mujeres que han fallecido a los seis años. Después de esos cinco años está habiendo un nivel de mortalidad importante”, explica Violeta Assiego, integrante del grupo que promueve esta oposición al pinkwashing.
Y es que esta “fiesta del rosa”, con carreras, influencers y marcas de todo tipo que donan dinero a la ciencia “y que también hacen caja”, ha contribuido tanto a mitigar la imagen de este cáncer entre la población, como a desviar el foco y la atención sobre quién es responsable de que se invierta en investigación, que es de la administración pública, denuncia Assiego. “Es un mensaje muy neoliberal. La investigación contra el cáncer no puede depender del buenismo, de la caridad. Estamos ante un tema de salud pública. Hubiera sido impensable que la vacuna del covid hubiera dependido de donaciones o de comprar productos, pues con el cáncer pasa algo parecido”, expresa Assiego mientras incide en la poca transparencia de los eventos que se suponen donan dinero para luchar contra el cáncer.
“Cuando me detectaron el primer cáncer, el ginecólogo dijo que me había tocado uno de los mejores cánceres, como si me hubiera tocado el premio gordo del bingo”, expresa Victoria Rodrigo, paciente con metástasis
“Cuando me detectaron el primer cáncer, el ginecólogo dijo que me había tocado uno de los mejores cánceres, como si me hubiera tocado el premio gordo del bingo. Uno de los mejores cánceres que a día de hoy es el más mortífero en las mujeres”, se queja explica Victoria Rodrigo, paciente con metástasis e impulsora de la campaña Cuanto Vale una Vida que gracias a su presión acaba de conseguir que el Ministerio de Sanidad se comprometa a financiar dos medicamentos contra dos tipos de cáncer de mama metastásicos. “El cáncer de mama genera metástasis en un porcentaje muy alto, un 30%. La percepción de la gente es errónea. Una vez que te crece el pelo y te ven tan bien parece que ya pasa todo, pero no es así”, avisa.
Todo lo que queda por reivindicar
Este “bañado rosa” también contribuye a borrar otros aspectos que afectan a las pacientes, que van mucho más allá del impacto de la enfermedad, y tienen que ver con las secuelas físicas pero también laborales.
“Me diagnosticaron en 2018, yo estaba en paro. La primera sorpresa fue que cuando fui al SEPE me dijeron que iba a agotar el paro estando de baja, lloré más en la oficina del SEPE que en la consulta de la oncóloga”, relata Idoia Miranda, quien estuvo más de dos años de baja y cuando le dieron el alta ya no tenía paro. Y es que no hay un régimen especial de ningún tipo para las pacientes de cáncer que están desempleadas, y esa es otra de sus demandas. También ayudas en la búsqueda de empleo y readaptación profesional.
En este contexto, Assiego relata que es necesario también un cambio de paradigma en las bajas laborales que pongan los cuidados de la paciente en el centro y no en su productividad. “Te puedes encontrar con oncólogas que te dicen que tú puedes trabajar perfectamente con tratamientos de quimio”, se queja, quien alerta de que las bajas flexibles que estudia en la actualidad el Gobierno pueden ser un instrumento de doble filo que deje sus vidas en manos de los empresarios.
Es necesario un acompañamiento multidisciplinar
“Una de cada ocho mujeres desarrollará cáncer de mama en su vida. Y el cáncer no se cura. A lo largo de toda su vida tendrán que seguir en revisiones para comprobar que la enfermedad está en fase de remisión”, expresa Jessica Orera, de Save the mama. Esta asociación fue creada por las mujeres de su familia, cuando su tía falleció por cáncer en 2016, tras una lucha de cinco años. Su objetivo: apoyar la investigación del cáncer de mama con acciones 100% solidarias y sin intereses lucrativos.
A esto le añaden además labores de acompañamiento a pacientes para mejorar su calidad de vida. Porque nadie habla de las secuelas y del tratamiento multidisciplinar que es necesario, pero que no está cubierto por la sanidad pública. “No solo es necesario un abordaje oncológico, sino también uno nutricional y psicológico”, explica. “En el hospital te dan quimio y pastillas, pero tratamientos extras te los tienes que pagar tú. O te vas a una asociación o a una privada. Esto debería estar integrado en la sanidad pública”, relata Miranda.
Con todas estas demandas sobre la mesa, las pacientes valoran que el cáncer de mama ni es rosa ni es causa para reivindicar en una única fecha. “La consecución de los dos medicamentos contra la metástasis gracias a que las enfermas salimos a la calle ha sido un hito, pero queda mucho por hacer. Hemos conseguido un 10% pero queda muchísimo por hacer, quedan tratamientos pendientes”, expresa Victoria Rodrigo. “Parece que solo hay un día para el cáncer de mama pero se sufre todos los días”, zanja.