Navarra
Nuria Ricart: “La transformación de Los Caídos es una oportunidad para explicar el origen del neofascismo

Nuria Ricart (Cerdanyola del Vallès, 1975), investigadora principal de ‘Arte público y memoria: monumentalidad, arte público, espacio público y memoria’ y directora del Grupo de Investigación Arte Público, Memoria y Patrimonio, es coautora junto a Jordi Guixé, director del Observatorio Europeo de Memorias (EUROM), del artículo Iconoclasia y resignificación, incluido en el libro Ni derribo ni resignificación. El Monumento a los Caídos como herramienta contra los fascismos, iniciativa del colectivo Caídos Irauli / Darle la vuelta a los Caídos y recién editado en junio de este mismo año por la editorial Katakrak. Así mismo ha sido invitada por el actual Ayuntamiento de Iruñea a formar parte de un Comité de 14 especialistas, con el mandato de elaborar los contenidos del Centro de interpretación de memoria democrática y contra el fascismo que se creará en el Monumento a Los Caídos.
En monumentos tipo el Monumento a Los Caídos de todo el mundo, se han propuesto novedosos enfoques resignificadores, como el decolonial respecto al Monumento a Colón de Barcelona, etc. ¿Cómo se podría contribuir, por ejemplo, a una iconoclasia anti-patriarcalista de esta estética del héroe macho y violento que representa la figura del general Mola?
La perspectiva de género con la que vemos el mundo en la actualidad puede hacernos enfocar el problema de los Caídos desde una perspectiva efectivamente anti-patriarcal. Porque los monumentos, todos, tienen este efecto, nos confrontan en relación a nuestros propios valores. Por tanto, aquellos símbolos que nos son ajenos, extraños, incluso abyectos, aún nos interpelan más y de modo más violento.
En una sociedad convulsionada como la actual, estos símbolos molestos pueden ser entendidos como verdaderos problemas, pero también son una oportunidad. Una “prueba de tensión” de nuestra democracia. Enfrentarlos cara a cara puede significar un proceso de madurez.
Y esta creo que debe ser la estrategia, la de afrontar veraz y sólidamente los significados del monumento, desde la contemporaneidad aunque sin caer en el presentismo.
El gesto de exhumar a Mola y Sanjurjo ha sido fundamental, desestructurar el elemento clave es el primer paso para poder repensar el Monumento a los Caídos
Siendo los Caídos un necro-espacio, símbolo de la Cruzada y del nacional-catolicismo, el gesto de exhumar (y por tanto disociar) a los personajes centrales, Mola y Sanjurjo, ha sido fundamental. Desestructurar el elemento clave es el primer paso para poder repensar el Monumento a los Caídos. Condición necesaria, pero no única, para un proceso largo de desactivación de todos y cada uno de los significados asociados; que, no nos equivoquemos, fueron muy bien diseñados, trazados y ejecutados con programas iconológicos complejos; estructurados, efectivamente, bajo el paradigma patriarcal, machista y misógino del hombre-héroe.
Los siguientes pasos para su desactivación deben atender al conjunto de programas simbólicos que se entrecruzan en los Caídos y rebatirlos uno por uno y en su conjunto.
Señaláis que el conflicto en torno al Monumento a los Caídos reproduce las polémicas en el Estado y en toda Europa en torno a la “patrimonio disonante”. En tu opinión y según tu experiencia, ¿cada caso es preciso abordarlo socialmente de forma particular o hay alguna clave genérica que habríamos de aplicar?
Nuestra experiencia ha consolidado una metodología que debe ser aterrizada en cada caso concreto. Se basa en tres ejercicios: el primero, conocer antes de actuar, se centra en la investigación como proceso abierto, veraz y sostenido.
El segundo, la necesidad de entender un proceso memorial desde el enriquecimiento del debate y la participación ciudadana. Sin sociedad civil no existe la memoria y menos aún la memoria política y la memoria incómoda.
Y tercero, entender que los debates especulativos y propositivos abren las posibilidades para superar dicotomías y polarizaciones. Debemos entender que la resignificación de los Caídos es un proyecto de enorme complejidad y por tanto, muy difícil de gestionar. En las últimas décadas, los lenguajes de la arquitectura y el arte en lugares de memoria nos han abierto caminos para conquistar nuevos procesos de reflexión, y por tanto vislumbrar nuevas soluciones. Estos lenguajes nunca son finalistas, nos permiten la reflexión y el debate en base a escenarios posibles.
Dicho esto, cada lugar, símbolo o monumento debe ser atendido de forma específica y discrecional.
Los Caídos debe transformarse en un lugar donde poder transmitir a las nuevas generaciones los paradigmas simbólicos y los modos de funcionamiento de las sociedades totalitarias
El concepto de “resignificación”, pese a vuestras aclaraciones en el texto sobre el sentido del mismo, no deja de ser un concepto equívoco, ciertamente interpretable y hasta manipulable en el contexto de la memoria histórica. ¿Cómo puede entenderse vuestra intención de “desactivar” los símbolos fascistas con el objetivo de la resignificación?
Estoy de acuerdo contigo, el concepto de resignificación está muriendo de éxito. Para nosotros, la resignificación pasa por transformar un lugar violento y totalitario en un lugar pedagógico. Esto es, un lugar donde poder transmitir a las nuevas generaciones los paradigmas simbólicos y los modos de funcionamiento de sociedades totalitarias. El objetivo no es erradicar y hacer tabula rasa. Por otro lado, tampoco lo es maquillar con intervenciones sutiles o paneles explicativos. Para nosotros, el objetivo es complejizar el espacio público atendiendo a su potencial y su función para con las sociedades democráticas actuales y futuras. Desde este punto de vista, estos objetos adquieren un importante valor patrimonial, cuyos significados deben claramente ser contraatacados. Por eso hablamos metafóricamente de desactivar. Y lo hacemos desde una perspectiva iconoclasta. Única posible para contrarrestar objetos simbólicos de la escala de los Caídos.
Ambos, Jordi y tú, sois profesores en la Facultad de Bellas Artes de la Universitat de Barcelona y confiáis en el potencial de las estrategias de arte contemporáneo para la “iconoclasia y resignificación”, en línea con otros proyectos europeos, para darle la vuelta al Monumento. ¿Qué recepción han tenido proyectos de este tipo línea en Europa? ¿Podemos aprender algo de su experiencia?
Efectivamente, nosotros aunamos dos conceptos que parecen antitéticos, aunque no lo son: iconoclasia y resignificación. Y lo hacemos desde la idea de que no es posible la resignificación sin algún tipo de gesto radical o violento. A nivel internacional, la radicalidad de la iconoclasia nunca ha tenido demasiados adeptos, pero su concepción ha sido fundamental para el desarrollo de proyectos icónicos como el Memorial de Auschwitz-Birkenau, el del Monumento a los judíos asesinados de Europa o el del propio Monumento del Muro de Berlín.
De su experiencia debemos aprender que la memoria es un proceso, nunca un fin en sí mismo.
La deconstrucción de los significados asociados a los símbolos debería ir de la mano con el poder mirar el lugar cara a cara, no tiene por qué resultar en el ocultamiento.
Parece claro que solo una “musealización pedagógica” puede dar sentido a la conservación del edificio, más o menos alterado. ¿Cuáles podrían ser las claves? Y, en este aspecto, ¿la restricción del acceso de los frescos de la cúpula, resulta coherente? ¿No se está tratando a la ciudadanía interesada como menores de edad?
Si me permites el humor, cualquiera diría que si miramos directamente a los frescos nos podemos quedar ciegos. La deconstrucción de los significados asociados a los símbolos debería ir de la mano con el poder mirar el lugar (y sus problemáticas) cara a cara. Afrontar significa poder ver, analizar y reflexionar. La mediación pedagógica no tiene por qué resultar en el ocultamiento.
En vuestro artículo, proponéis una actuación, titulada Tensioak, para el “mientras tanto” se resuelve un proceso de adecuación del Monumento que se prevé largo: convertir el Monumento en una especie de faro que proyecte una “iridiscencia roja”, que acaso evoca una señal de alarma, o la guerra y la sangrienta represión del franquismo…Una propuesta tan atractiva como provocativa, ¿quizá se pudiera mantener en el tiempo como parte del proyecto definitivo, y de un proceso siempre abierto?
Hasta hace poco tiempo, el monumento aún era iluminado en horario nocturno. Esta visión nos generó un fuerte impacto. ¿Cómo podía ser que un símbolo tan disonante y violento fuera aún puesto en valor y reverenciado? La propuesta Tensioak es, como bien apuntas, una idea para fomentar el debate durante el proceso. Pasa por convertir al propio edificio en agente del cambio. Es él mismo el que proyecta una luz roja, y crea una alarma en la población. Es el propio edificio el que pide a gritos que la sociedad lo atienda, que existe un problema.
En vuestro artículo señaláis también la problematicidad urbanística del Monumento (conectividad, etc.). Por otra parte, fuera cual fuere la actuación sobre el edificio y su entorno inmediato, se cierne la amenaza de la especulación inmobiliaria del entorno. ¿Hay una manera de abordar este aspecto para que contribuya a la lectura ‘iconoclasta’ sin caer en un proceso de gentrificación?
Desconozco cómo está este tema del II Ensanche, etc. No sé si tengo los conocimientos para responder.
Dais mucha importancia al debate público como parte del proceso. Bajo la encendida polémica por el destino del Monumento, agravada por un Acuerdo político -que no ha contado con las asociaciones memorialistas-, ¿qué elementos confiables propondrías para escuchar a la ciudadanía, factibles y útiles, para que sus aportaciones no caigan en saco roto y nos acerquen a un cierto consenso social?
Creemos que el proceso debe ser participado en todas sus fases. Con las asociaciones memorialistas, por supuesto, pero también con aquellos colectivos o personas de espectros ideológicos de derechas. La búsqueda del consenso o del disenso, per se, no es operativa ni aporta nada al proceso. Lo que creemos que sí aporta es un debate abierto y reflexivo sobre el futuro del Monumento.
El Acuerdo político dispone la creación de un Centro de interpretación de la memoria democrática y contra el fascismo, pero en vuestra propuesta apostáis por un proyecto de perfil más memorialista. ¿Es compatible la lectura explícitamente política? ¿Dado el auge del neofascismo, debiéramos poner más el acento en su contribución a la lucha antifascista?
Una de las cosas más interesantes del abordaje memorial es que problematiza los conflictos del presente. En este sentido, también creemos que la transformación de los Caídos es una oportunidad para construir ciudadanía. Y hoy en día esta construcción pasa por explicar qué significan y cuál es el origen de los movimientos neofascistas. Esta dimensión puede dotar a Pamplona de una herramienta de interés internacional.
En el Acuerdo político se señala incluso el nombre del futuro Centro de interpretación: Maravillas Lamberto, la niña de Larraga salvajemente violada y asesinada por falangistas durante la represión del golpe del 36. Este intento de bendecir con un nombre tan significativamente simbólico, además de sensible, ha sido rechazado en general, no solo por los partidarios del derribo. ¿No sería mejor dejar este tipo de decisiones al desarrollo participativo del proceso de adecuación?
Cómo nombramos las cosas es muy importante y significativo. Aunque es verdad que la voluntad política no es suficiente para que este nombre permee en la población, por tanto, habría que acompañar el proceso memorial, accionando su simbolismo a través de actividades de divulgación, etc. Aunque reconozco que, dado el contexto y la dimensión de los debates, no sé si abrir otro frente de este calibre vale la pena…
En el Acuerdo político sobre el Monumento, que consideráis “un avance positivo”, se confiere mucha importancia a ciertas actuaciones arquitectónicas como la ocultación de la cúpula y el derribo de las arquerías o la cripta, previas a los proyectos del concurso. ¿No se estará poniendo el carro delante de los bueyes a la hora de habilitar arquitectónica y pedagógicamente los espacios necesarios para el Centro de interpretación?
Las premisas del acuerdo contemplan algunos gestos simbólicos significativos, entre los que destacan los que comentas. Desde mi punto de vista, algunos son acertados y cualquier solución válida debería contemplarlo: la transformación del impacto de la cúpula (y su significado) en el paisaje urbano; y las mejoras de la accesibilidad en el espacio público.
Sería una equivocación histórica el derribo de la cripta, el espacio simbólico más importante de todo el Monumento, que debiera ser completamente transformado y resignificado
Por el contrario, existen otros temas mucho más debatibles. Sería una equivocación histórica el derribo de la cripta, el espacio simbólico más importante de todo el Monumento y que ejerce un eje de simetría consustancial a la estructura volumétrica de la cúpula. Si en el futuro queremos explicar cómo funcionaba el conjunto monumental, necesitamos de su punto neurálgico, el lugar de entierro. Evidentemente, lugar que debiera ser completamente transformado y resignificado. Existen numerosos referentes y modelos sobre los que nos podemos basar.
Finalmente, Nuria, ¿cómo afrontas tu participación en el Comité de especialistas. Dado el historial de incompetencia municipal y la alta conflictividad social desatada, ¿confías que vuestra voz sea escuchada? ¿Y cómo planteáis enfocar vuestra colaboración al tiempo que defender vuestra autonomía respecto a las decisiones puramente políticas?
Desde la profesionalidad; y con muchas ganas de confrontar ideas: dentro del comité, con los políticos y con el máximo de asociaciones memorialistas y personas interesadas.
Navarra
Del Monumento infame y pedagogía antifascista
Navarra
Un polémico Acuerdo político
Memoria histórica
‘Caídos Irauli’, o cómo darle la vuelta al Monumento a los Caídos
Relacionadas
Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.
Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!