Opinión
Un polémico Acuerdo político
El Acuerdo político para la transformación del denominado Monumento a los Caídos, desarrollado en 10 puntos, presenta sus mayores problemas en la alteración formal de sus elementos más destacados, para lo que ha solicitado a la Institución Príncipe de Viana que rebaje su protección patrimonial.
Así, propone “una transformación física y simbólica del edificio que combine la demolición de elementos arquitectónicos que implican la simbología franquista con la creación en dicho lugar, que perdería la condición de monumento, de un centro de denuncia del fascismo y por la memoria democrática.” Para ello, “respecto a la simbología franquista y la arquitectura del edificio acordamos la desaparición y demolición de criptas en las que estuvieron enterrados los golpistas Mola y Sanjurjo; la retirada de los mármoles que se pusieron con objeto de la inauguración y que incluye inscripciones de Franco ocultos hoy en día y sitos en el interior del recinto; y la demolición de las arquerías exteriores del edificio”.
Sin embargo, de manera sorprendente y contradictoria, añade: “dicha transformación mantendrá, en todo caso, la estructura interna de la cúpula donde se encuentran las pinturas de Ramón Soltz, con el objeto de posibilitar la lectura crítica de las mismas en el propio centro. Las pinturas, ilustrativas de la visión destructiva, supremacista, belicista y contraria a la libertad del fascismo que asoló Europa en los años treinta del siglo XX, serán utilizadas para el estudio crítico a través de visionados restringidos a fines educativos, pedagógicos y/o académicos, permaneciendo ocultas al público en general.”
Las demoliciones y ocultamientos selectivos del Acuerdo político suponen una burda desfiguración del edificio, para que no pueda reconocerse como tal monumento
Lo que estas demoliciones y ocultamientos selectivos disponen es, en realidad, una burda desfiguración del edificio, para que no pueda reconocerse como tal monumento. Toda una incoherencia arquitectónica y simbólica, que pretende rehuir tanto la conservación como el derribo, pero que no satisface ninguna posición, y, sobre todo, carece de criterio conceptual, o cuando los políticos juegan a arquitectos, sin contar con su opinión experta.
Finalmente, el que el Centro de interpretación vaya a llamarse Maravillas Lamberto, la niña de Larraga violada y asesinada durante el golpe, ha levantado la indignación general, por arrogarse interesadamente su cobertura simbólica. No obstante, la pregunta es en estos momentos: ¿Todavía estamos a tiempo de replantear este Acuerdo político para hacerlo más fundamentado y democrático?
Navarra
Del Monumento infame y pedagogía antifascista
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