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Anarquismo
El Badajoz anarquista de 1900 (I): La Unión Femenina
La historiografía del movimiento obrero, hecha (y prestigiada) en su mayoría por hombres, ha ocultado o no ha prestado la suficiente atención al papel de la mujer en los avatares y desarrollo de la cuestión social, remitiéndola a un segundo plano en lo referente a las luchas y revoluciones acaecidas. Primera entrega de la serie del autor montijano sobre el anarquismo pacense de principios del siglo XX.
En 1901, Giuseppe Pellizza, natural de Volpedo, municipio del norte de Italia, daba la pincelada final a su célebre cuadro Il Quarto Stato, titulado inicialmente Il camino dei lavoratori (El camino de los trabajadores), reconocido icono del movimiento obrero inmortalizado por la película Novecento de Bernardo Bertolucci, donde aparece durante cuatro minutos en los créditos iniciales, con la música de fondo de Ennio Morricone.
Como es sabido, los modelos del cuadro fueron tomados del natural por Giuseppe Pelliza entre la gente obrera de su pueblo, de Volpedo, de donde el pintor también tomaría el nombre para firmar sus cuadros. Entre las tres figuras principales que avanzan desde la primera línea del lienzo, la segunda corresponde a la mujer con el niño en brazos, cuyo modelo original se reconoce en la esposa del artista, Teresa Bidone, hija de Antonio y Tranquilla Mandirola, con quien Pellizza se casó cuando ella tenía 17 años y a quien amó hasta el día de su muerte, en mayo de 1907, después de dar a luz a su tercer hijo. Preso de una depresión por la muerte de su esposa, el 14 de junio de ese mismo año Giuseppe Pelliza da Volpedo se subió a una silla en su estudio, se trenzó un alambre alrededor del cuello y se ahorcó. Frente a él tenía su obra más reconocida, hoy disponible para el público en el Museo del Novecento de Milán.
Memoria histórica
¡Leed y emancipaos! Anarquismo extremeño y prensa libertaria
El libro de Ángel Olmedo, El anarquismo extremeño frente al poder es mucho más que un estudio sobre un periódico libertario. Su publicación, a finales del siglo XX, supuso romper un silencio que se había mantenido en la historiografía extremeña sobre el papel desempeñado por el anarquismo en el movimiento obrero de estas tierras
La presencia de Teresa Bodoni en el cuadro, junto al personaje principal, inspirado en un carpintero y un farmacéutico amigos del autor, ha tenido múltiples y muy variadas interpretaciones, desde la que la identifica como a la mujer que avanza con el nacimiento del siglo XX y reivindica su lugar en la escena, arengando a las masas que le siguen detrás, hasta el divertido meme en el que interpela al líder obrero que camina al frente, con la chaqueta al hombro, ajeno a lo que acontece a su espalda, para que comparta la carga del niño y lo lleve también un ratito durante la marcha.
El protagonismo de tales luchas siempre ha sido masculinizado, sobre todo en cuanto a la organización y toma de decisiones en las revueltas, reasignando a la mujer un mero papel de apoyo logístico o improvisado tumulto
La historiografía del movimiento obrero, hecha (y prestigiada) en su mayoría por hombres, ha ocultado o no ha prestado la suficiente atención al papel de la mujer en los avatares y desarrollo de la cuestión social, remitiéndola a un segundo plano en lo referente a las luchas y revoluciones acaecidas. El protagonismo de tales luchas siempre ha sido masculinizado, sobre todo en cuanto a la organización y toma de decisiones en las revueltas, reasignando a la mujer un mero papel de apoyo logístico o improvisado tumulto (los motines de subsistencia). Mientras ellos exigían trabajo, ellas pedían pan. Si ellos organizaban huelgas y negociaban con los patronos, ellas simplemente se echaban a la calle, como una jauría en furia desenfrenada.
Un ejemplo lo encontramos en los conocidos como Los sucesos de Badajoz, acontecidos en esta capital el 1 de junio de 1902, cuando las mujeres, organizadas, protagonizaron un momentáneo levantamiento como consecuencia de la huelga convocada por La Germinal Obrera, la sociedad de resistencia de carácter eminentemente anarquista que había sido fundada a finales de 1899 y que tenía su sede social en la Calle Chapín Nº 10, en un amplio edificio que antes había sido el taller de construcción de los Muebles El Progreso de Ramón Sala y que después, a inicios de los años 20, sería el cinema del Salón Royalty.
Todo comenzó apenas un par de años antes, cuando un grupo de pacenses tomaron la iniciativa para traer a esta ciudad a un conjunto de oradoras y oradores para dar un meeting (entonces se escribía así). A través de la prensa de la época podemos seguir el desarrollo de estos y del resto de acontecimientos que vendrían después, hasta llegar a los enfrentamientos de junio de 1902.
En Montjuic habían sido ejecutados cinco reos anarquistas y torturados más de 400 obreros a causa del atentado contra la procesión del Corpus en la calle de Canvis Nous de Barcelona el 7 de junio de 1896
En la noche del 22 de septiembre de 1899 se celebró una reunión en el Casino republicano de Badajoz. Al día siguiente se repartió por la ciudad una hoja volandera dando noticia de dicha reunión y encabezada con un llamamiento: “A LOS REPUBLICANOS, SOCIALISTAS Y LIBREPENSADORES DE BADAJOZ”. En esa hoja se hablaba del “hermoso ideal de la Libertad”, de la “pestífera reacción que con arteras maquinaciones va avanzando arrastrándose sordamente”, del “sublime ideal de la Fraternidad”. Se denunciaban las torturas en el castillo de Montjuic y se invitaba a todos los demócratas de Badajoz a que contribuyeran “con un pequeño óbolo” a fin de realizar varios mítines en los que participarían “la valiente propagandista Dª Belén Sárraga de Ferrero y algunas otras personalidades de importancia, tales como Lerroux, Blasco Ibáñez, Demófilo, etc.”. El panfleto, firmado por “La Comisión”, finalizaba con una arenga entre doble admiración: “¡¡Demócratas, al meeting!!”.
En Montjuic habían sido ejecutados cinco reos anarquistas y torturados más de 400 obreros a causa del atentado contra la procesión del Corpus en la calle de Canvis Nous de Barcelona el 7 de junio de 1896, seguido de un proceso lleno de irregularidades. Como afirma José Álvarez Junco (Los procesos de Montjuich, Memoria del 98, El País, 1998), “estos procesos sirvieron para abrir los cenáculos republicanos, anquilosados por el paso del tiempo en torno a líderes históricos”. Condujeron a un acercamiento del republicanismo y de la izquierda liberal-progresista a un movimiento obrero cada vez más politizado en el que se movía también un amplio sector radical de la intelectualidad.
De los cuatro nombres propuestos en la reunión del Casino para dar mítines en Badajoz, a día de hoy el más desconocido sigue siendo el de Belén Sárraga Hernández, mujer inteligente, federalista, anticlerical, laicista, francmasona, antibelicista, libertaria. Realizó las carreras de magisterio y medicina, esta última por la Universidad de Barcelona, aunque jamás llegó a ejercer de médica. Como afirma Antonina Rodrigo en el prólogo a su biografía de otra médica olvidada, Amparo Poch y Gascón, médica y anarquista. Una mujer libre, ahora reeditado por La linterna sorda, “a la mujer se le concedía el título, pero se le negaba la facultad de ejercer, el desempeño de su profesión, en la cátedra o el hospital”.
Las comisiones se reunían en el Casino todos los días, desde las seis y media de la tarde
En 1901 se publicó La mujer intelectual, de Concepción Gimeno de Flaquer (disponible en Internet), un elenco de biografías de mujeres significativas repudiadas por su época. Para esa fecha Belén Sárraga ya había fundado varias asociaciones de carácter feminista, que reivindicaban los derechos de la mujer: La Federación de Grupos Femeninos (Valencia, 1895), la Asociación de Mujeres Librepensadoras (Barcelona, 1896), la Asociación General Femenina de Valencia (1897), la Asociación de Mujeres Librepensadoras de Mahón (1899). Era directora del periódico Conciencia libre y había sido detenida en varias ocasiones a causa de sus ideas. Militó en el grupo anarquista barcelonés de Gracia, junto a Teresa Claramunt y Ángeles López de Ayala. Incansable propagandista, se dedicaba a recorrer España dando conferencias junto a su marido, Emilio Ferrero Balaguer, del que se divorció en 1911. Su oratoria atraía a cientos, incluso a miles, de asistentes.
En la reunión del Casino republicano de Badajoz del 22 de septiembre de 1899, en la que se decide traer a Belén Sárraga a la ciudad pacense, se crean diversas comisiones para recaudar fondos: de albañiles, panaderos, carpinteros, obreros del campo. También se crea una “comisión feminista” (así, con ese nombre), integrada por Camila Silva, Dolores Fernández, Ana Mato y “una Republicana” que después sabremos que se trata de María Manuela Arellano. Las comisiones se reunían en el Casino todos los días, desde las seis y media de la tarde, y la recaudación se hacía en el mismo casino y en las sedes de los periódicos de carácter republicano, entre los que estaba el recién creado El Obrero, publicación quincenal de sociología, ciencias y artes, cuyo primer número salió en mayo de 1899 y era impreso en Antonio Arqueros. La redacción y administración estaba en la calle Chapín, 10 y se autotitulaba “Eco de la Sociedad Germinal Obrera”.
Es esta, La Germinal Obrera, una sociedad de resistencia extremeña de principios de siglo sobre la que buena parte de los estudiosos de la historia de Extremadura han pasado de largo o han calificado, simplemente, como de tintes socialistas y republicanos. Sin embargo, tanto sus reivindicaciones, su trayectoria y, sobre todo, el carácter de su órgano de expresión, El Obrero, periódico que surge junto a la sociedad, en 1899, certifican el carácter anarquista de la misma. Decir germinalista en la época era decir anarquista. Somos de la opinión de Fermín Rey Velasco (El movimiento obrero en Extremadura en el tránsito del siglo XIX al XX) cuando anota que, en referencia a la importancia de la Sociedad Germinal Obrera, “la historiografía regional está olvidando las particularidades de Badajoz dentro de la Extremadura decimonónica. Las generalizaciones y estereotipos se extienden a toda la región y omiten esa singularidad” (nota 28).
La campaña para traer a Belén Sárraga levantó ampollas entre la intelectualidad reaccionaria pacense
La campaña para traer a Belén Sárraga levantó ampollas entre la intelectualidad reaccionaria pacense. El Águila Extremeña, revista decenal ilustrada, de carácter católico, expresaba en su ejemplar del 10 de enero de 1900 que “la honradez y la caballerosidad y la hidalguía consisten en dar diez pesetas para escuchar los gruñidos y rebuznos de Belén Sárraga”, mientras que la revista Guadalupe, Revista quincenal, religiosa y social, bendecida por su Santidad el papa Pío XII, publicaba un extenso artículo sobre feminismo en su número del 15 de agosto de 1900, firmado por “El criticón”, en el que se tildaba a Belén Sárraga de toro de Mihura y en el que se concluía, frente a la reivindicación de la igualdad entre hombres y mujeres: “Tendremos por necesidad que empuñar la aguja y echar remiendos, o coger el biberón y ponernos el gorro blanco y el delantal de la niñera. ¡Estaría de ver que después de tanto progreso tuviéramos que enseñarnos a hacer calceta y a pegar botones!”.
Anarquismo
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Coincidiendo con la fecha del alzamiento franquista de 1936, hoy, 18 de julio, este navarro universal ha dicho adiós desde París a los 89 años, ciudad a la que tuvo que exiliarse en 1954 cuando contaba 25 años.
Tras diversas dificultades, y sobre todo debido al retraso de Belén Sárraga, inmersa en una gira por Andalucía, la comisión republicana se disolvió en agosto de 1900 y se devolvió el dinero a quienes los habían aportado, si bien un año después, en octubre de 1901, la Sociedad Germinal Obrera retomó el proyecto y se hizo cargo de dicha venida, constituyéndose en “Comisión gestora”. Esta comisión sacó una hoja volandera “invitando a todos los que profesen ideas radicales” para que en la tarde del día 31 de octubre acudieran a la estación de ferrocarril de Badajoz a esperar al matrimonio de oradores, que llegarían en el tren correo de Sevilla. El meetíng estaba previsto para esa noche, pero el tren se debió de retrasar y llegó tarde a Badajoz. En la estación esperaba a los Sárraga una comisión de La Germinal y otra de republicanos, así como el Gobernador Civil de la provincia, junto a varios guardias civiles, un inspector y algunos agentes del orden público.
El matrimonio Sárraga se alojó en el “Hotel de las dos Naciones”, en la calle San Juan, donde fueron a visitarles correligionarios de La Germinal.
Hablaron significados republicanos pacenses, reivindicando la venida de la República y llamando a la concordia entre el elemento obrero y los republicanos para lograr tal fin
A pesar de que se había solicitado el teatro López de Ayala, adecuado por sus dimensiones para la concurrencia que se esperaba, finalmente el mitin tuvo lugar a las tres y media de la tarde en el Salón Novedades, local donde había estado el Fomento de las Artes, cedido generosamente por el arrendatario de entonces.
La mayor parte de los asistentes al mitin fueron socios de La Germinal, entre quienes se encontraban también algunas mujeres. Hablaron significados republicanos pacenses, reivindicando la venida de la República y llamando a la concordia entre el elemento obrero y los republicanos para lograr tal fin. Uno de ellos exhortó a los braceros a votar a los republicanos en las próximas elecciones. En ese momento se alzó una voz entre el público que gritó “¡Nos han engañado!”.
Otro orador tuvo que llamar la atención a quienes interrumpían constantemente, recomendándoles que si no estaban de acuerdo con lo que se decía desde la tribuna podían marcharse, y lamentando que “en la Germinal no pueda hablarse de política”. Por último, uno de los intervinientes, claramente germinalista, habló contra la ley de huelga, de la lucha entre el capital y el trabajo y, finalmente, pidió a los obreros que no votaran, “porque los que resultan elegidos no defienden otros derechos que los propios”.
Abogó por una república obrera y atacó a la monarquía, coaligada con la Iglesia
A continuación, habló Emilio Ferrero, marido de Belén Sárraga, pidiendo a la concurrencia que no se dieran vivas ni se aplaudiera a las personas, sino a las ideas. Abogó por una república obrera y atacó a la monarquía, coaligada con la Iglesia.
Pero quien hizo levantarse al auditorio de sus asientos y prorrumpir en un mar de aplausos fue Belén Sárraga al subir al estrado. La oradora estuvo brillante, tal y como relatan los periódicos de la época, incluso los que le eran adversos. Habló de la mujer como de “el mayor enemigo, siquiera lo sea inconscientemente, de las libertades públicas”, destacando el papel de la mujer como elemento al servicio de las ideas conservadoras, a través de la influencia que sobre ella ejercían la Iglesia y los confesores de un clero retrógrado que solo buscaba la manumisión del pueblo llano y el enriquecimiento del Vaticano. Expresó que “en España se desprecia a las que han aprendido algo por medio del estudio y que sin contar con la mujer no se conseguirá jamás el triunfo” (La Región Extremeña, 2-11-1901).
Los periódicos conservadores y católicos atacaron con saña su intervención. El Nuevo Diario de Badajoz publicó en su edición del día siguiente al mitin: “No nos convencen las literatas ni las toreras, pero nos convencen aún menos las oradoras. La mujer tiene su misión en el hogar y no en el club, inculcando a sus hijos ideas sanas de moral, de justicia y patriotismo, y aconsejando a sus maridos el cumplimiento de sus deberes sociales”.
El paso de Belén Sárraga por Badajoz se hizo notar y dejó su huella. Allí donde sembraba sus palabras, crecían sociedades feministas
Después del mitin en el antiguo local del Fomento de las Artes, Belén Sárraga y sus marido dieron otro más, a la noche, en el local de la Sociedad Germinal Obrera, en la calle Chapín, nº 10, y en los días siguientes en Zafra y en Jerez de los Caballeros.
El paso de Belén Sárraga por Badajoz se hizo notar y dejó su huella. Allí donde sembraba sus palabras, crecían sociedades feministas. Así, cinco meses después del mitin en Badajoz, el periódico La Coalición anunciaba en un breve de su número del 22 de abril de 1902 que, “con análogos fines que los que persigue La Germinal Obrera, se ha constituido en Badajoz una asociación de mujeres”. Si atendemos a la fecha del breve aparecido en La Coalición, dicha creación fue anterior a la celebración, en Torre de Miguel Sesmero, del I Congreso Obrero de Extremadura, el 22 de abril de 1902.
Memoria histórica
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El médico libertario Pedro Vallina lo comparó en una crónica con el entierro en París en 1905 de la revolucionaria de La Comune Luisa Michel
Ya en El Obrero, el periódico de La Germinal, en su número del 30 de octubre de 1900, se dejaba constancia que el delegado nombrado por la sociedad pacense para su representación en el Congreso Regional de Sociedades Obreras de España que tuvo lugar en Madrid el 13 del mismo mes, Antonio Apolo Bardón, extremeño de los Santos de Maimona, afincado en Madrid, muy amigo del médico anarquista Pedro Vallina, había hecho presentes las proposiciones de la sociedad, entre cuyos puntos, el tercero establecía “Promover la cultura y emancipación social de la mujer”.
La Federación Regional Española de la AIT, bakuninista, declaró en su congreso de 1881 que “la mujer puede ejercer los mismos derechos y cumplir los mismos deberes que el hombre”
La sociedad de mujeres creada en abril de 1902 al amparo de La Germinal Obrera se llamó “La Unión Femenina”, aunque en algunos medios aparece también con el nombre de “Unión Femenil”. Estableció su domicilio social en la calle Doblados de Badajoz y tuvo como presidenta a Luciana Rico Bodes, mujer que participó en diversas suscripciones de recogida de fondos para huelgas y en el movimiento laicista, como consta mediante su apoyo a proclamas anticlericales en periódicos de la época, en compañía de otras mujeres como Marcelina Romero, Magdalena Enríquez, Ángeles Infante Rico, Guadalupe Romero, Felisa Falcón, Isabel Pachón, Josefa Llera, Jerónima Romero, Guadalupe Rico, Bárbara Gutiérrez, Josefa Sánchez, Marcelina Infante, Luisa Díaz (La Región Extremeña, 4 de julio de 1910). Lo sabemos a consecuencia de los sucesos que tuvieron lugar el 1 de junio de 1902 en Badajoz, donde las mujeres organizaron y protagonizaron los enfrentamientos en defensa de la huelga que pretendía lograr mejores condiciones para los obreros del campo y sus familias. En ese mes el local de la Unión Femenina en la calle Doblados fue tomado por las fuerzas militares y la sociedad clausurada. Una vez disuelta, Lucía Rico Bodes volvió a convocar a las mujeres que habían formado parte de la sociedad femenina a una reunión en el Casino republicano de Badajoz el 22 de octubre de 1903, anuncio aparecido en la prensa de La Región Extremeña el 16 del mismo mes, advirtiendo que “se celebrará la reunión con las compañeras que asistan”, sin que lleguemos a saber, a día de hoy, el resultado final de dicha reunión.
Otras mujeres relacionadas con La Germinal, según consta en el periódico El Obrero, fueron Encarnación Frangamijo, Teresa Torrado y su hija Amalia, María Infante, María Hormigo y Francisca Valor.
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La Federación Regional Española de la AIT, bakuninista, declaró en su congreso de 1881 que “la mujer puede ejercer los mismos derechos y cumplir los mismos deberes que el hombre”. No obstante, como afirma Marta Ackerlsberg en su libro sobre la organización anarquista Mujeres Libres, “ni la teoría del anarquismo, tal y como se desarrolló en España y en otros países europeos durante el siglo XIX y en los primeros años del XX, ni la práctica del anarcosindicalismo en España, fueron igualitarias en un sentido integral del término”. En definitiva, la emancipación de “las trabajadoras” habría de ser obra de ellas mismas o no sería.
Aun así y a pesar de lo poco que conocemos o nos ha llegado de la Unión Femenina, cabe decir que fue pionera en su época en cuanto a la creación de asociaciones de mujeres de carácter reivindicativo feminista con unos principios emancipadores que incluían el anticlericalismo y el laicismo que propugnaba Belén Sárraga como condición para la liberación de la mujer. Su participación en los hechos del 1 de junio de 1902, que narraremos en un próximo artículo, quedó difuminada en el tumulto de las mujeres que se echaron a la calle para defender a los huelguistas y que prendieron la mecha de los enfrentamientos. A día de hoy nada recuerda en la calle Doblados de Badajoz que allí estuvo la que, tal vez, fue la primera organización realmente feminista de Extremadura, desde abril a junio de 1902. Las mujeres que abrieron sus puertas aún esperan, como en el cuadro Il Quarto Estato, que algún día el espectador, o espectadora, pueda reconocerlas.
Anarquismo
El Badajoz anarquista de 1900 (II): los sucesos de Badajoz
Siguiendo con la serie acerca del Badajoz anarquista de 1900, segunda entrega que nos aproxima a unos sucesos que marcaron el devenir del movimiento libertario y sindical de la capital pacense prácticamente hasta el advenimiento de la Segunda República.
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Tomando una licencia en esta serie, nos remontamos a la última etapa del siglo XIX para encontrar, pasando por Madrid, en una densa investigación fotográfica e histórica, las raíces del internacionalismo pacense.
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Gracias, Chema. Espero impaciente las próximas entregas. Viva nuestra memoria!