Urdaibai
El proyecto del Guggenheim en Urdaibai muere el día que Unai Rementeria ficha por BBK
El Patronato del Museo Guggenheim Bilbao ha anunciado el descarte definitivo del proyecto de expansión en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Acorralado por procesos judiciales y una amplia contestación social, impulsada por asociaciones como Zain Dezagun Urdaibai, acumulaba irregularidades administrativas que Hordago había adelantado sobre la caducidad de la concesión del astillero de Murueta, lo que consiguió colocar el tema en el foco político.
La decisión, comunicada por la actual diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe; la consejera de Cultura, Ibone Bengoetxea, y la directora del Museo, Miren Arzalluz, cierra el periodo de reflexión de dos años (2024-2025) que el propio Patronato se había concedido para evaluar la viabilidad del proyecto.
El mismo día que se clausura un proyecto impulsado desde el Gobierno foral de Bizkaia bajo su liderazgo, el ex diputado general Unai Rementeria aterriza en la entidad bancaria que mantiene vínculos estrechos con el propio Museo Guggenheim
La comparecencia coincidió con el nombramiento de Unai Rementeria como presidente de la Fundación BBK. El mismo día que se clausura un proyecto impulsado desde el Gobierno foral de Bizkaia bajo su liderazgo, el ex diputado general aterriza en la entidad bancaria que mantiene vínculos estrechos con el propio Museo Guggenheim. La BBK, Patrono Estratégico del Museo, contribuyó con una aportación anual de 750.000 euros durante cinco años al desarrollo de los proyectos generales para continuar impulsando el acercamiento del arte a la sociedad vizcaína.
En grabaciones reveladas por el periodista de investigación Ahoztar Zelaieta, se escuchaba al entonces diputado general presionando a un alcalde con frases tan explícitas como: “Le tienes que exigir que se pringue, yo también me pringaba”. Los audios publicados por Hordago formaban parte de una investigación sobre una operación del PNV para torcer el brazo de un funcionario de la administración local y un técnico de la Diputación Foral de Bizkaia, con el objetivo de revestir de legalidad contrataciones públicas.
“Tengo que mover muchas firmas yo aquí”, indica Rementeria en alusión a los trabajos que debe hacer en la Diputación de Bizkaia. “A ver si lo puede hacer. Estar aquí es complejo”, decía entonces Rementería, que junto a Itxaso Atutxa y un responsable local del PNV de Mundaka participaron en las presiones a Mikel Bilbao para que transigiera con sus habituales prácticas en materia de contratación pública.
Un proyecto de 130 millones sobre suelo contaminado
El macroproyecto pretendía crear dos nuevas sedes con 60.000 metros cuadrados conectadas por una pasarela que atravesaría la Reserva, con un coste estimado de 130 millones de euros y una previsión de 150.000 visitantes anuales. La financiación contemplaba 40 millones del MITECO y otros 40 millones de la Diputación Foral de Bizkaia, mientras las instituciones vascas vendían el proyecto como un motor para el territorio que crearía 700 empleos y generaría un retorno económico de 39 millones de euros al año. El 70% de la afluencia de visitantes se concentraría durante los meses de verano, precisamente cuando la presión turística ya es grande en la Reserva.
Uno de sus emplazamientos, el astillero de Murueta —que ocuparía 10.596 metros cuadrados del total de 42.384 metros cuadrados de los terrenos—, acumula 80 años de actividad industrial dañina: contaminación, desechos, dragados y botaduras sobre una zona inundable. El otro emplazamiento se proyectaba sobre las antiguas instalaciones de la fábrica de cubiertos Dalia en Gernika, con unos 10.500 metros cuadrados, un terreno donde podrían encontrarse sepultados los cadáveres de quienes fallecieron en el bombardeo de Gernika de 1937, lo que requeriría labores de exhumación previas.
Pese a las protestas ecologistas, se firmaron una decena de contratos vinculados a la reciente obra para demoler este “extraordinario conjunto arquitectónico”, a los que hay que sumar otros servicios adjudicados desde la Diputación de Bizkaia, que cuatriplica lo filtrado a los medios.
La recalificación de industrial a equipamental que pretendía el proyecto habría liberado a Astilleros Murueta, propiedad de la familia Arana, de pagar los costes de descontaminación en suelo público. Esta operación suponía trasladar la responsabilidad de limpiar décadas de vertidos industriales a las arcas públicas. Esta misma familia había compartido intereses societarios con Juan Ignacio Vidarte, director del Museo Guggenheim Bilbao, y ha recibido significativas ayudas públicas pese a deslocalizar parte de su imperio empresarial.
El proyecto incluía además ambiciosas mejoras de infraestructuras en la comarca. En julio de 2022, el Ejecutivo foral y la Fundación Guggenheim encargaron al estudio de arquitectura Cooper Robertson de Manhattan la actualización del diseño. Las instituciones ya habían ejecutado las obras de Autzagane, la mejora de la carretera de Sollube y la reordenación de accesos en la carretera BI-2235 en Busturia y Murueta, todas justificadas por la futura ampliación.
La “renaturalización del entorno” que cacareaban el MITECO, la Diputación Foral y el lobby Guggenheim ya la está llevando a cabo el flujo natural de las mareas, sin necesidad de los 130 millones de inversión pública.
El plan contemplaba incluso una estación de tren en Murueta, que atacaba a fauna en peligro de extinción, para conectar ambas sedes mediante un tren lanzadera, junto con cafeterías, residencia para artistas, aparcamientos y un restaurante de alta cocina que, según sus promotores, tendría un “efecto tractor” sobre el desarrollo turístico de toda la comarca.
Sin embargo, la inundabilidad del terreno se convirtió en uno de los problemas más evidentes del proyecto. El pasado septiembre, las mareas demostraron de forma incontestable la vulnerabilidad del emplazamiento cuando cubrieron el 95% de la superficie prevista para la instalación museística. Los accesos proyectados para la sede del Guggenheim Urdaibai y la estación de tren se encuentran sobre la marisma inundable, una realidad que las propias fuerzas de la naturaleza se encargaron de visibilizar.
La “renaturalización del entorno” que cacareaban el MITECO, la Diputación Foral y el lobby Guggenheim ya la está llevando a cabo el flujo natural de las mareas, sin necesidad de los 130 millones de inversión pública.
Las irregularidades que adelantó Hordago
La paralización definitiva llega tras una serie de reveses administrativos y judiciales que Hordago había adelantado en su cobertura del proyecto. Ya en 2024, este medio reveló que el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) admitía que el espacio marítimo-terrestre ocupado por el astillero de Murueta era de dominio público, tenía la concesión caducada y cualquier uso requeriría un nuevo expediente sobre suelo protegido por la Ley de Costas.
Esta información, determinante para entender las debilidades legales del proyecto, evidenciaba desde el inicio las graves irregularidades administrativas sobre las que se pretendía construir la ampliación museística. En septiembre, las mareas cubrieron el 95% de la superficie prevista para el museo, demostrando que todo ese espacio forma parte del Dominio Público Marítimo Terrestre.
Tres vías abiertas en la Audiencia Nacional apuntaban a posibles irregularidades en la reducción de la protección del litoral, la caducidad de la concesión a Astilleros de Murueta y derechos no reconocidos sobre los terrenos del Guggenheim.
Los procesos judiciales terminaron por acorralar al proyecto en múltiples frentes. Tres vías abiertas en la Audiencia Nacional apuntaban a posibles irregularidades en la reducción de la protección del litoral, la caducidad de la concesión a Astilleros de Murueta y derechos no reconocidos sobre los terrenos.
La resistencia de los usufructuarios de terrenos contra la expansión en la Reserva Natural llevó al Ejecutivo de Imanol Pradales a la suspensión parcial de la adjudicación de obras en Murueta, que estaban financiadas con fondos europeos y pretendían unir las dos sedes del proyecto a través de una pasarela. El derribo de la histórica cubertera Dalia, ejecutado con irregularidades, había conllevado sobrecostos millonarios que anticipaban la deriva del proyecto.
El entramado clientelar del PNV en Murueta
La trama política y empresarial que sostenía el proyecto evidencia las relaciones clientelares del PNV en la zona. Julen Karrion, tesorero de la Junta Municipal del partido en Murueta y primo del exlehendakari Iñigo Urkullu, mantuvo una relación laboral con Astilleros de Murueta.
El hombre fuerte de la Junta Municipal del PNV en la localidad, Gorka Bermeosolo, es director de recursos humanos del mismo astillero. Mientras tanto, Aitor Esteban, que sonó para sustituir a Urkullu, logró arrancar 40 millones de euros al Gobierno español para preparar los entornos naturales y mejorar conexiones, vendiéndolo como gancho electoral para reivindicar la influencia jeltzale en Madrid.
Las plataformas Guggenheim Urdaibai Stop y Zain Dezagun Urdaibai presentaron recursos contencioso-administrativos que, sumados a la presión social, obligaron al entonces lehendakari Urkullu a anunciar en 2023 la paralización del plan durante dos años, justo antes de los comicios electorales
Las plataformas Guggenheim Urdaibai Stop y Zain Dezagun Urdaibai presentaron recursos contencioso-administrativos que, sumados a la presión social, obligaron al entonces lehendakari Iñigo Urkullu a anunciar en 2023 la paralización del plan durante dos años, justo antes de los comicios electorales. El suceso desveló además los choques internos entre el Gobierno Vasco y la Diputación de Bizkaia, así como las transformaciones internas del PNV respecto a este tipo de macroproyectos.
El gran escollo para la defensa judicial del territorio fue que el proyecto se troceó administrativamente en al menos 19 planes urbanísticos separados para evitar un estudio de impacto ambiental conjunto, obligando a las plataformas a presentar demandas por separado con costes de miles de euros.
“Estética fósil” contra movilización popular
El proyecto Guggenheim Urdaibai generó una fuerte contestación no solo ambiental, sino también cultural e intelectual. El arquitecto y ensayista Santi Eraso caracterizó el proyecto como ejemplo de una “estética fósil”, un imaginario donde confluyen los intereses del capital y de las élites dominantes, junto con una concepción de progreso vinculada a una supuesta modernidad industrial o, en sus palabras, “lo que es más cínico, a una contemporaneidad cultural, de la mano del arte”.
Pese a la reivindicación de los partidos, no fue la política institucional lo que tumbó el proyecto. La movilización social sostenida durante años ha sido determinante en el desenlace.
La decisión del Patronato ha generado reacciones unánimes de satisfacción en la oposición. El portavoz de EH Bildu en el Parlamento Vasco, Pello Otxandiano, celebró que “se ha impuesto el sentido común y la realidad ha pasado por encima al PNV”. Sumar y Podemos Euskadi felicitaron a la sociedad civil por conseguir la paralización. La coordinadora general de Sumar Mugimendua, Alba García, destacó que “se ha impuesto el sentir mayoritario” en Euskadi, mientras que el coordinador general de Podemos Euskadi, Richar Vaquero, afirmó que “gana Urdaibai, gana el sentido común y gana la ciudadanía”.
Pese a la reivindicación de los partidos, no fue la política institucional lo que tumbó el proyecto. La movilización social sostenida durante años ha sido determinante en el desenlace.
La puerta giratoria institucional
El Gobierno foral liderado por Unai Rementeria recuperó en su día la idea de expandir el Guggenheim a Urdaibai, aunque con un nuevo emplazamiento respecto a las propuestas iniciales. Bajo su mandato, el proyecto tomó forma institucional y se intentó blindar administrativamente pese a los problemas legales que se acumulaban sobre el terreno elegido. Por entonces, afirmaba, este polémico megaproyecto se hará “sí o sí”.
Imanol Pradales, entonces diputado foral de Sostenibilidad y Medio Natural, había firmado en septiembre de 2022 el Protocolo General de Actuación con el MITECO “para el impulso del proyecto de ampliación del Museo Guggenheim Bilbao en Urdaibai”, mientras su departamento e Interbiak ejecutaban obras preparatorias en Autzagane, la carretera de Sollube y los accesos en Busturia y Murueta.
La paralización del Guggenheim Urdaibai representa un punto de inflexión en la política de grandes infraestructuras en Euskadi. Cuando confluyen irregularidades administrativas graves, presión judicial y movilización social, es posible frenar los mega proyectos
Seis meses después de dejar la Diputación, Rementeria fue recolocado como presidente de Elkarkidetza, la entidad que gestiona las pensiones de empleados públicos municipales y forales, con un salario estimado en torno a los 100.000 euros. Ahora da el salto a BBK, accionista mayoritario (57%) de Kutxabank y entidad con peso determinante en el ecosistema cultural vizcaíno a través de su obra social y mecenazgo. Su nombramiento fue aprobado este martes por la comisión de nombramientos y se ratificará mañana miércoles en el patronato, el mismo día que se oficializa la clausura del proyecto que él mismo impulsó.
La paralización del Guggenheim Urdaibai representa un punto de inflexión en la política de grandes infraestructuras en Euskadi y confirma que, cuando confluyen irregularidades administrativas graves, presión judicial efectiva y movilización social sostenida, es posible frenar proyectos que amenazan espacios naturales protegidos y responden más a intereses especulativos que a necesidades reales de la ciudadanía. Pero también evidencia cómo quienes impulsan estos proyectos desde lo público encuentran un hueco en el sector privado una vez cumplido su ciclo institucional, perpetuando que las dinámicas de poder sigan haciendo posibles este tipo de operaciones.
¿Cuál será el próximo proyecto?
PNV
Paralizado parcialmente el proyecto del Guggenheim Urdaibai tras una alegación vecinal contra las obras
Urdaibai
El Gobierno español reconoce que el Guggenheim Urdaibai no puede construirse sin quebrantar la ley
Ecologismo
Los procesos judiciales acorralan al Guggenheim en Urdaibai
Opinión
Defendamos Urdaibai del ladrillazo: la victoria es parcial
Medio ambiente
Así son los operativos del Gobierno Vasco para acelerar la implantación del Guggenheim Urdaibai
Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.
Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!