Euskal Herria
La Fiscalía pide 36 meses de prisión a dos antimilitaristas por “daños” en el cuartel militar de Bilbao

El juicio se celebrará el 24 de enero en el Juzgado de lo Penal número 5 de Bilbao. Misma ciudad donde el 18 de diciembre de 2021, varios antimilitaristas del colectivo KEM-MOC simularon el derribo, mazo en mano, del cuartel militar Juan de Garay con el objetivo de concienciar a la opinión pública sobre el gasto militar. Por la performance, la Fiscalía ha considerado que se ha cometido un “delito de daños”. Por ello, dos de los activistas que participaron han sido imputados con una pena total de 36 meses y 9.000 euros de multa.
En aquella ocasión, mientras el colectivo KEM-MOC “picaba” los muros del cuartel, los periodistas que trataban de recoger imágenes y testimonios fueron identificados por los agentes de la Ertzaintza por “estar entorpeciendo”, según indicaron.
Mientras los antimilitaristas “picaban” los muros del cuartel, los periodistas que trataban de recoger imágenes y testimonios fueron identificados por los agentes de la Ertzaintza
“Con aquella acción directa noviolenta, el KEM-MOC denunciaba que en Bilbao la preparación de la guerra empieza en el cuartel militar de Juan de Garay, situado en el barrio de Irala”, comenta el grupo antimilitarista. Su propuesta sigue siendo la misma que entonces: desmantelar las instalaciones del ejército y destinar sus 6.500 m2 a mejorar la vida de las personas de la ciudad.
El pasado año un juzgado de Vitoria retiró una multa impuesta vía Ley Mordaza al reconocer la desobediencia como parte de la libertad de expresión. Se entendió entonces "como un ejercicio de libertad de expresión” que fue “lícito, legítimo y eficaz” por parte de la activista feminista y antimilitarista Koldobi Velasco, que, junto a otras compañeras, se arrojó pintura roja y simuló su muerte.
Hace ahora poco más de un mes, a finales de noviembre de 2022, los activistas de KEM-MOC repitieron la acción por la que serán enjuiciados, tomando en cuenta la coyuntura internacional e incluyendo el conflicto en Ucrania y la “carrera armamentística” en su reivindicación, intentaron “derribar” el cuartel militar. El fin del cuartel Juan de Garay, dice, ahorraría 48.800 millones de euros que ahora se destinan en “presupuestos para la guerra”.
Todo ello, insisten, se enmarca en su campaña de concienciación contra las guerras y contra la industria armamentística. #BotaKuartela es el lema que despliegan en cada ocasión. Son acciones directas de desobediencia civil, noviolentas. La noviolencia. todo junto, es una actitud, un método de acción, que pretende cambiar las estructuras de poder revelando la posibilidad de la construcción de la paz. Esto es, la posibilidad de un relato de insumisión a las guerras, parte de la normalidad capitalista cuando se enfrenta a sus límites estructurales. Y el movimiento antimilitarista internacional, como ha venido contando Hordago-El Salto, está listo para continuar “a mazazos contra la guerra”.
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