Comunidad de Madrid
Las becas de Ayuso a la FP, un “desvío de dinero público a centros privados”

La Comunidad de Madrid ha anunciado las becas de Formación Profesional (FP) del curso 2025/26 y un año más vienen con polémica: las ayudas, que suponen 30,5 millones de euros de las arcas públicas, solo están destinadas a quienes estudien en centros privados, ya sea en modalidad presencial, semipresencial u online.
Además, a pesar de que la Comunidad asegura que su objetivo es dar prioridad a “estudiantes de familias con menos recursos”, el límite de renta establecido es de 35.913 euros per cápita, una cifra mucho más alta que la media nacional, alejada de lo que se considera renta baja a la que habitualmente van dirigidos este tipo de ayudas.
Los críticos con estas becas llevan años denunciando que esta medida sucede en paralelo con la falta de financiación a los centros públicos de FP, lo que reduce su oferta educativa y obliga a los alumnos, especialmente de determinadas ramas, a recurrir a la privada.
¿Becas para todos?
Para justificar estas ayudas dirigidas a rentas elevadas, Enrique Ossorio, entonces consejero de Educación y número dos de Ayuso, argumentó en 2022 que estas rentas “forman parte de una clase media que paga muchos impuestos, trabaja mucho y no recibe nada” y que “van a tener difícil llegar a fin de mes”. En julio del mismo año, la presidenta Díaz Ayuso declaraba que querían que las rentas medias también tuvieran “algún tipo de ayuda, porque son las que siempre pagan y nunca reciben nada” a la vez que aseguraba que “todo el que necesita una beca la tiene garantizada”.
En 2024, la cifra de alumnos excluidos por falta de plazas de FP en la Comunidad de Madrid alcanzó un récord con cerca de 50.000 jóvenes
Sin embargo, este es el quinto año que el sindicato Comisiones Obreras (CCOO) analiza los alumnos excluidos de la FP pública y advierte de que el número no deja de crecer. Según su informe sobre la FP madrileña publicado en julio, en el curso 2022-2023 más de la mitad de los solicitantes (48.255 alumnos) quedaron fuera por falta de plazas, muchos en FP de grado Medio y Superior (en ramas como prótesis dental, el porcentaje subió hasta el 83%). En 2024, la cifra alcanzó un récord: quedaron excluidos cerca de 50.000 jóvenes.
Esta situación ha llevado a institutos, sindicatos y estudiantes a organizar protestas como la de febrero de 2024, cuando unos 600 estudiantes de FP pública entraron en huelga porque, sin prácticas, no podían titularse, o la de febrero de 2025, protagonizada por más de 25.000 personas que marcharon por la educación pública. Al mismo tiempo, la Comunidad anuncia que en este curso han quedado vacantes 12.000 plazas públicas, un desequilibrio que viene sucediendo desde hace años y que los expertos achacan a que la oferta no se ajusta a la demanda.
La FP en Madrid: un viaje a la privatización
Hace unas décadas, el 75% de la oferta de FP en Madrid era pública. Hoy apenas alcanza el 46%. La tendencia hacia la privatización de la educación no es nueva: gobiernos del PP en Madrid, desde Esperanza Aguirre hasta Ayuso, han impulsado medidas que la favorecen. Ya en 2018, estrategias como los cheques escolares y la supresión de conciertos en FP de Grado Superior ocasionaron la pérdida de centros públicos y empleo docente. Los gobiernos de Esperanza Aguirre y de Cristina Cifuentes continuaron con la tendencia con políticas similares, y en 2016 tuvieron lugar varios cierres de grados formativos en barrios populares castigados por el paro, como el IES Vallecas I, que llevaba 75 años impartiendo FP.
El último capítulo arranca en 2019 con el gobierno de Ayuso, que ha acelerado aún más este proceso. Desde ese mismo año, el número de centros privados ha crecido un 20%, mientras que la media nacional es del 9%. Eso hace que hoy se decanten por el sistema privado casi la mitad de los alumnos de FP, opción que crece vertiginosamente gracias, además, a la modalidad online, dominada por la iniciativa privada. A todo esto se suma que la construcción de varios centros de FP está siendo investigada por la Fiscalía por haber sido adjudicados “a dedo” durante la anterior legislatura de Ayuso.
Ayudas para clases altas
La Formación Profesional “es el mayor exponente de la privatización de la educación en la comunidad de Madrid”, dice Beatriz Borrás, diputada en la Asamblea madrileña por Más Madrid. Este grupo denunció que entre 2014 y 2024 se crearon 314 centros privados de FP y apenas 46 públicos.
Borrás cree que la modalidad privada de FP está creciendo no porque sea mejor, sino porque su alternativa no cuenta con plazas suficientes: “Hay mucha demanda, hay muchos estudiantes que quieren estudiar FP, pero no se construyen tantos centros para dar respuesta”.
“En el ciclo de emergencias sanitarias de FP hay clases en las que no tienen ni siquiera los materiales de la ambulancia para practicar con ellos”: Beatriz Borrás diputada de Más Madrid en la Asamblea Regional
Esta predisposición de la Comunidad tiene una víctima principal: la educación pública, que cuenta con ratios de alumnos más elevadas y falta de recursos. La diputada aporta un ejemplo: “En el ciclo de emergencias sanitarias de FP hay clases en las que no tienen ni siquiera los materiales de la ambulancia para practicar con ellos”. Esa degradación del servicio público deja una pista de aterrizaje más para la privada, añade, a la que recurren muchos alumnos que se quedan sin opciones, y lo hacen “endeudándose sus familias o ellos, trabajando a la vez, haciendo un esfuerzo económico” para pagar unas tasas de entre 2.500 euros a 6.000 al año.
En este contexto, las becas anunciadas por Ayuso son para Borrás “un desvío de dinero público a centros privados”. Critica, además, que no pasan por el alumno: “Van directamente al bolsillo de los dueños de los centros privados y los fondos de inversión que tienen detrás”.
Desigualdad que se traslada al ámbito laboral
Según el Boletín Oficial de las becas publicado en junio, la finalidad de estas ayudas es flexibilizar la FP, adaptarla a las necesidades reales del mercado de trabajo y facilitar la inserción laboral de los alumnos. Sin embargo, en su informe, CCOO asevera que el proceso de privatización educativo dificulta el acceso de una parte de los jóvenes madrileños al sistema educativo, y genera una desigualdad de oportunidades entre las personas que desean acceder a este tipo de formación.
“Restringir el acceso a estudios medios y superiores o no adaptar la oferta de FP a las necesidades del mercado laboral y a las preferencias de las personas jóvenes impide el desarrollo de proyectos vitales de muchas personas trabajadoras”, explican en el informe. Esta desigualdad de acceso se traslada al mercado laboral: el nivel educativo sigue siendo un factor determinante para acceder a unas mejores condiciones laborales y para evitar el desempleo, la precariedad o la temporalidad.
“Hay estudiantes que están dejando de venir a Madrid porque no pueden pagar el alquiler o profesores que se están yendo de Madrid. Estamos perdiendo talento por todas partes”
Borrás pone ejemplos de esta desigualdad de oportunidades: “Si has estudiado en la FP privada, es más fácil que consigas unas prácticas, porque esa gente se ha encargado de hacer convenios con empresas, cosa que no ha hecho la Comunidad de Madrid”. En la pública, sin embargo, puede ser más difícil hacer prácticas. “Al final en esta región todo está atravesado por el capital social o económico que tiene tu familia”, dice, y añade a la vivienda como factor que agrava esta desigualdad: “Hay estudiantes que están dejando de venir a Madrid porque no pueden pagar el alquiler o profesores que se están yendo de Madrid. Estamos perdiendo talento por todas partes. Es un problema que va a más”.
Por eso, desde su grupo proponen la creación de más plazas en la pública, no solo porque lo consideran más justo y un derecho de los estudiantes madrileños, sino por eficiencia económica: calculan que con los 30 millones anuales destinados a becas podrían levantarse tres centros de FP cada año, doce a lo largo de una legislatura. Una opción más eficiente, considerando que la infraestructura permanece, mientras que las becas son a fondo perdido y deben renovarse cada curso. “Creemos que la única razón por los que se está haciendo esto es por nutrir estos centros privados”, asevera.
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