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En los discursos posteriores a las primarias PASO de la medianoche del domingo, Javier Milei (30,04%) y Sergio Massa (21,4%) se señalaron, y señalaron a sus fuerzas —La Libertad Avanza y Unión por la Patria, respectivamente—, como los verdaderos oponentes de cara a las generales del próximo 22 de octubre. No les falta razón, así como el indiscutible ganador fue Javier Milei —ni en su propio partido todavía salen de la sorpresa por la contundencia de su victoria—, la verdadera derrota de estas PASO la sufrió Juntos por el Cambio. Ni Horacio Rodríguez Larreta (11,3%), ni Patricia Bullrich (17%), obtuvieron los votos que esperaban, y eso los deja en una muy mala posición.
Como sea, por estas horas en Argentina todo son interpretaciones y análisis que buscan dar cuenta de lo sucedido. Aunque resulta tentador (e inevitable) focalizar el análisis haciendo cuentas y especular de dónde van a sacar votos unos y otros, el voto a Milei expresa —y pide a gritos— navegar otras profundidades. El hecho de que nadie haya advertido este escenario que expresa un profundo hartazgo social, habla de cierta ceguera, y negación, por parte de muchos que no quieren ver, ni asumir, las consecuencias que traen años de pobreza y deterioro. Anclados en fórmulas y recetas obsoletas, ni el kirchnerismo/peronismo ni la oposición, supieron advertir, y dar cuenta, de amplios sectores de la población que el Estado hace tiempo no interpela (ni contiene) porque han quedado fuera de todos sus esquemas, y a los que sí les habla Javier Milei.
Argentina
Elecciones primarias Argentina saca boleto para el desastre y el ultra Milei se impone en las primarias
En la previa de las elecciones, desde el oficialismo algunas voces señalaban que un Milei vencedor era el mejor escenario para Unión por la Patria (kirchnerismo y aliados), porque de esta manera la elección se polariza aún más y obliga a elegir entre opciones bastante más claras. Las PASO funcionan como una primera vuelta simbólica y, si bien se hablaba de un posible escenario de tres tercios (Cristina Fernández de Kirchner fue la primera en mencionarlo), lo que no se preveía era que Milei ocupará el primer lugar sino el tercero.
Milei ha sabido captar el voto no sólo de varones jóvenes sino también de trabajadoras y trabajadores precarizados que nunca llegan a fin de mes
Las explicaciones a toda esta situación hay que buscarlas, fundamentalmente, en los números de la economía. La situación económica no da respiro, y a una amplia porción de la población argentina parece haberle dejado de importar si la responsabilidad de años de pobreza y miseria, le cabe al peronismo, a Macri o a los radicales. La política argentina post dictadura ha pendulado en un voto castigo entre gobiernos más o menos progresistas, de centro derecha y/o liberales, pero lo de Milei, si logra ser gobierno, podría romper el pacto de la democracia en un país que se ha erigido como referente en materia de política de derechos humanos a nivel mundial, pero no ha sabido compensar sus avances en políticas sociales con políticas económicas que alcancen a sacar de la pobreza a millones de ciudadanos.
Los invisibles
El de Milei, más que como un voto ideológico, puede interpretarse como una advertencia y un claro mensaje de que la bronca, el hambre y el desencanto, están tomando otra forma, y que una gran parte de la sociedad argentina parece dispuesta a saltar “la grieta” que la divide, aún a costa de muchos de los derechos conquistados. La grieta se fue profundizando después del conflicto del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y el campo (2008), por el anuncio impositivo que elevaba la alícuota de retenciones al sector agropecuario y que aún tiene consecuencias.Milei ya anunció que va a destruir todo, y aunque no se sabe cuánto de su propuesta —que incluye dolarizar la economía, dinamitar el banco central, privatizar las empresas públicas, más ajuste, acabar con la gratuidad de la educación o la salud, etc.—, conocen quienes lo votaron, lo que sí está claro es que esto señala un límite. Estos resultados ponen en el centro de la escena a millones que se cansaron de quedar invisibilizados, entre ellos, un 40% de trabajadores informales.
El voto a Milei es un voto heterogéneo. Ha sabido captar el voto no sólo de varones jóvenes sino también de trabajadoras y trabajadores precarizados que nunca llegan a fin de mes, que hace años que corren detrás de los precios de casi todas las cosas, y que ya hace tiempo que dejaron de sentirse parte de ese todo al que aluden los discursos de la dirigencia política. Para el sociólogo Pablo Semán, la emergencia del fenómeno Milei habla de una reacción frente a un Estado que no resuelve y que “la crisis de la democracia expresada en el ascenso de candidatos autoritarios es una crisis del Estado”.
Comparado con las PASO de 2019, el peronismo cayó más de 20 puntos y tuvo su peor desempeño en todas las provincias
Pero el problema no es sólo de los liberales y sus ideas contrarias a la intervención del Estado, en Argentina, y en varios países latinoamericanos, los progresismos también son renuentes a las críticas y, en muchas ocasiones, suelen reaccionar mal toda vez que se cuestionan ciertas formas de gestionar el Estado, y de esta manera, invalidan buena parte de la crítica y colocan, a quien la formula, como defensor del mercado. Para Semán, además, el voto a Milei no sé explica sólo como una crisis del kirchnerismo sino con una crisis del sistema de partidos, y de las dirigencias que se refugian en sus propias ideas y se aíslan cada vez más. “El Estado, objetivamente, ocupa cada vez menos espacio en la vida social y tiene cada vez menor capacidad de regulación”, sostiene.
La democracia
En numerosas ocasiones a lo largo de los últimos meses, se advirtió que las peleas internas entre los candidatos de las dos principales fuerzas políticas (hasta el domingo al menos), no dejaban lugar a propuestas claras respecto a lo que más preocupa a la sociedad. Si bien la muerte de Morena —una niña de 11 años que murió hace algunos días producto del ataque que sufrió en medio de un robo—, colocó en el centro de la agenda el tema de la inseguridad, en Argentina la inseguridad no es el gran tema —como sí lo es en Ecuador o en Brasil—, pero sí lo es la inflación y la situación económica.Argentina
Primarias Argentina va a primarias con la novedad ultra y un clima de apatía
Esto es algo que tampoco terminó de entender Patricia Bullrich, que hizo de la criminalidad y la inseguridad su caballito de batalla y no advirtió, o no quiso advertir, que ese es un tema que preocupa, sobre todo, a su electorado de clase media, o media alta y alta. En el caso del oficialismo, los sectores populares, cuando son objeto de políticas económicas desde el Estado, sobre todo mediante planes asistenciales, estos no terminan de dar respuesta a sus urgencias y las más de las veces, funcionan sólo como paliativos.
Las organizaciones sociales hace tiempo vienen advirtiendo de la gravedad de una situación que ven en los territorios y que, de alguna manera, también intentan contener. En su análisis de los resultados de las PASO, el periodista y politólogo José Natanson, opinó que la situación actual no derivó en un estallido como el de 2001 porque la sociedad argentina todavía tiene en alto valor la democracia, pero que esperó callada para clavar el puñal el día en que fue llamada a las urnas. Se trata, asegura, de una sociedad muy distinta a la del 2001, que no estalla, pero revienta para adentro.
Para Natanson, si hasta ahora no hubo una rebelión que arrase con todo, fue porque la sociedad argentina sigue confiando en la democracia: “La sociedad había castigado al kirchnerismo (en 2015), al macrismo (en 2019) y al Frente de todos (en 2021), y esta vez buscó algo completamente nuevo, la marca más rara que se ofrecía en la góndola, el vehículo más bizarro para gritar la ferocidad de su bronca, como si buscara más que decir algo: que le crean. El ascenso de Milei expresa una voluntad de impugnación fuerte del sistema y de rechazo al gradualismo, pero también el deseo de un reseteo profundo, de un shock”.
Los números
La foto del mapa nacional, en la que Milei ganó en 16 de los 24 distritos, no deja de sorprender, pero incluso la foto del mapa del conurbano bonaerense dio lugar a la sorpresa. Ese voto muestra una polarización entre La Libertad Avanza y Unión por la Patria en lugares donde el peronismo históricamente arrasa. Comparado con las PASO de 2019, el peronismo cayó más de 20 puntos y tuvo su peor desempeño en todas las provincias.La apuesta fuerte del kirchnerismo duro (y del peronismo), dado que en el plano nacional no podían mostrar resultados que les permitieran dar cuenta de una buena gestión al frente del gobierno, fue luchar por mantenerse en la provincia de Buenos Aires —un distrito que concentra el 37% del padrón electoral—, y lo logró.
Axel Kicillof fue casi el único motivo por el cual Unión por la Patria pudo celebrar. Kicillof, actual gobernador de la provincia de Buenos Aires y exministro de economía de Cristina Fernández de Kirchner, decidió —pese a que se lo presionó para que fuera el candidato del kirchnerismo en las PASO— jugar a lo seguro, y ganó. Consiguió el 36,4% de los votos, frente al 32,9% de los candidatos de Juntos por el Cambio y el 23,8% de la candidata de Milei.
Lo llamativo es que el corte de boleta dio lugar a que en algunos distritos muchos votarán combinadamente a Milei y Kicillof, un corte que apareció en al menos 150 mil sobres. Esto significa que, mientras en nación se castigaba al oficialismo, en provincia se le daba un voto de confianza, pero también indica que no importa que se trate de proyectos políticos muy distintos.
El otro dato por demás significativo es el ausentismo, de los 35,5 millones y medio de argentinos que estaban habilitados para votar, acudieron a las urnas 23,5 millones, es decir, un 69,62% del padrón. Si bien este número es superior a las PASO de 2021, se trata de la segunda elección nacional con menor participación electoral desde la vuelta a la democracia.
El lunes a primera hora el gobierno anunció una devaluación del 22% y una fuerte subida de la tasa de interés (118%)
El 30,38% del padrón que no fue a votar significa “la primera fuerza” de la elección. Son más de diez millones de electores, frente a los siete millones que obtuvo Milei.Las cuentas que hacen en todos los armados políticos en este momento son adonde irán los votos de unos y otros en la primera vuelta de octubre, y una de las preguntas clave es sí los votos de Horacio Rodríguez Larreta —actual alcalde de la ciudad de Buenos Aires— irán hacia Patricia Bullrich o hacia Massa.
Larreta hizo, de lejos, la peor elección de todos los candidatos. Con un aparato político digno de Macron, quedó solo seis puntos por encima de Juan Grabois, el candidato rival de Massa. Grabois no sólo hizo campaña sin un gran aparato, sino que fue prácticamente ninguneado dentro de su propio partido. Aun así obtuvo muy buenos resultados. Amigo del Papa Francisco y referente de los movimientos sociales, Grabois prometió que, de perder, apoyaría a Massa.
Si bien muchos de sus votos provenían de kirchneristas desencantados con la candidatura de Massa —a quien apoyó Cristina Fernández de Kirchner—, en un evidente acto de pragmatismo quienes votaron a Grabois seguramente votarán a Massa. Los votos de Larreta (e incluso los de Bullrich) son más dudosos, ya que el temor a un gobierno de Milei podría hacer que parte del establishment se incline por una opción más moderada.
Tras conocerse los resultados de las PASO, otro de los protagonistas centrales de la política argentina que dio la cara fue el FMI. El lunes a primera hora el gobierno anunció una devaluación del 22% y una fuerte subida de la tasa de interés (118%), con la que intentó contener (y evitar) una corrida cambiaria, y anticiparse a un escenario de derrumbe como el de las post PASO de 2019.
Inmediatamente después del anuncio del paquete de medidas, el FMI emitió un comunicado en el que celebró las medidas adoptadas. Su portavoz, Julie Kozack, valoró “las acciones de políticas recientes de las autoridades y el compromiso de salvaguardar la estabilidad”, en referencia a la subida del dólar oficial, y anticipó que el directorio tratará el 23 de agosto los desembolsos previstos por 7.500 millones de dólares. La devaluación tendrá un fuerte impacto en el índice de inflación de agosto, pero, sobre todo, y nuevamente, castigará los bolsillos (ingresos y precios) de millones de argentinas y argentinos.
El fenómeno Milei
Aunque el kirchnerismo/peronismo, y sus diferentes variantes, sobrevivieron a distintas crisis (externas e internas), hoy el panorama parece ser otro. Juntos por el Cambio aspiraba a capitalizar ese desencanto, pero la memoria del gobierno de Macri y sus desaciertos aún permanece muy fresca, y tampoco le alcanzó. En cambio, el autodefinido “anarcocapitalista” —que a esta hora debe estar afilando el lápiz y haciendo sus propios números—, es el único que supo capitalizar el descontento y la frustración. Habrá que ver sí su estrategia lo lleva a moderar su discurso, o a envalentonarse.
El lunes mismo, preguntado por el FMI, declaró que su ajuste iría mucho más allá que el que exige el organismo y que hay que revisar la ley del aborto. También ha señalado hasta el cansancio que va a acabar con la “casta”, dolarizar la economía y dinamitar el Banco Central, además de privatizar todas las empresas estatales, la educación y la salud.
En su discurso posterior a la victoria Milei sostuvo que “la justicia social es una aberración” y le agradeció el triunfo al jefe —como llama a su hermana y su principal colaboradora—, y a sus hijos de cuatro patas —sus perros—.
Se sabe que Milei es un tipo solitario, y que sus perros son una pieza clave de su entorno. En la biografía El loco, el periodista Juan Luis González, cuenta que la muerte de su perro Conan —al que trataba como a un hijo— fue un hito importantísimo de su vida. No solo lo hizo clonar, sino que dice hablar con el perro muerto, y que esas conversaciones lo llevaron a tener charlas con otros muertos hasta llegar dios, quien le reveló que tenía que meterse en política y llegar a ser presidente.
Más allá de sus exabruptos (o como parte de ello), una de las cuestiones que más se le alaban a Milei es su autenticidad, aunque la falta de filtro no siempre le juega a favor. Hace algunos meses sus declaraciones a favor de la venta de órganos y niños, como parte de la libertad de mercado, tuvieron un impacto negativo en su imagen y decidió bajar el tono. En ese momento, los medios también le bajaron el precio y redujeron su espacio en pantalla, lo que no ha condicionado una merma en su intención de voto.
Intentar descifrar el fenómeno Milei también implica dejar de simplificar, y explicar, la situación social y los resultados de las elecciones, en base a las horas de pantalla o a una presencia hegemónica en los medios de comunicación. Esa fórmula, por lo demás, hubiese dado como ganador a Horacio Rodríguez Larreta y está claro que no funcionó, o al menos que eso no lo explica todo. Nuevamente, en palabras de Natanson, también fracasó el discurso que apela al Estado como igualador social, y su apelación a la acción colectiva, y que esto habla de una sociedad que recién estamos empezando a conocer, y de “las vidas sufridas, atomizadas y entrecortadas de cada vez más personas, para quienes el liberalismo es menos una ideología que una realidad que emerge a partir de la posición que ocupan en la economía”.
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Paco, ya que hablas de historia, podrías tener en cuenta, respecto de eso que dices sobre "el único lugar (...) es Europa occidental", que su riqueza y pretendida seguridad vienen del expolio sistemático del mundo, tanto en territorios ajenos como propios. Si las luchas sociales no prosperan en Karachi o San Salvador, desde luego, no es sólo por el imperialismo europeo/yanki, pero éste podría tenerse en cuenta en el análisis. Por lo demás, creo que a lo largo de esos "250.000" años ha habido varios modelos de seguridad, empezando por otra gestión del tiempo, otra constitución de los servicios básicos (de educación, sanidad y vivienda) y otras prácticas democráticas. Leído por alguien que vive, o ha vivido, en América Latina, tu comentario es, además de autocomplaciente, muy difuso y descaradamente eurocéntrico. Finalmente, este artículo está integrando multitud de aspectos que dan cuenta de la complejidad del panorama en Argentina, empezando por lo que señala respecto de la abstención; panorama del que no vamos a aprender mucho, y con el que apenas podremos dialogar, si no descentramos nuestras miradas y aguzamos el oído respecto de otras luchas.
Perdón, los 30.000 años que me he comido representan un lapsus respecto del periodo que llevan, más menos, lxs cromañones por Europa...
El problema de no solventar los problemas de la sociedad, en una Democracia, por miedo a tocar el stablishmen, es que cada llamada a las urnas se convierte en una ruleta rusa; y las matemáticas demuestran que eso termina mal. Sólo es cuestión de tiempo. Lo malo de que algún loco instaure un régimen anarco-capitalista, es que eso no tiene vuelta atrás. Una vez abolido el Estado, sólo queda la violencia (mirad los abundantes estados fallidos por todo el planeta). El único lugar del mundo donde la Humanidad ha conseguido (tras 280.000 años de existencia) un relativo bienestar, seguridad y derechos humanos, es la Europa Occidental. Lo que demuestra lo difícil que es conseguirlo. Perderlo, es perder 280.000 años de progreso, y la oportunidad de recuperarlo es casi nula.