Andalucía
La ciudadanía exige la dimisión de Bonilla por la crisis de los cribados de cáncer de mama
11.30 de la mañana, domingo, la parada de bus del C3 frente al Parlamento de Andalucía está abarrotada. Grupos de mujeres, acompañadas de hombres, parejas de mediana edad, familias completas… se respira una cierta agitación en el ambiente. No es un domingo normal.
– No llegamos –, dice una señora a sus amigas.
– Yo he quedado junto al Hotel Alfonso XIII, a ver si llega ya –, le dice otra a sus compañeras.
– ¿Vais a la concentración? –, pregunto, aunque no queda ninguna duda.
– Por supuesto, personalmente, nos parece que todo es un despropósito, lo que tendría que hacer este hombre es dimitir ya–, declara el marido de una señora que ha sufrido retrasos con sus informes y pruebas.
– Ahí está por fin, el bus–.
Conforme avanzamos en las paradas, cada vez se va llenando más. Un chorro de aire acondicionado me da en la cara mientras me aprieto junto a la puerta.
Llegando al Palacio de San Telmo, sede del Gobierno andaluz, se escucha el clamor del gentío. La calle San Fernando, por un día, no está tomada solo por turistas y transeúntes ocasionales. Los tambores de la batucada se escuchan a lo lejos. Banderas de CCOO, UGT, USTEA, colectivos médicos, asociaciones contra el cáncer, asociaciones pro-derechos humanos, colectivos feministas, mareas blancas, plataformas de sanidad pública se alzan junto a globos y camisetas rosas.
Los pronósticos de chubascos no han quitado las ganas a las más de 8.500 personas –según datos de la Subdelegación del Gobierno– que se agolpan junto a la puerta del edificio. No cabe ni un alfiler. Autobuses de Granada, Málaga, Almería, Cádiz, Córdoba, Jaén y Huelva han llegado a tiempo para clamar en un grito común que resuena afilado y doloroso: “Nuestras vidas no pueden esperar”, el lema de la concentración organizada por AMAMA. Entre el clamor popular lo que más se escucha es, sin duda: “¡Bonilla dimisión!”, “¡Sanidad pública!” y ¡No estáis solas!
Al fondo suena el himno de Andalucía, cantado a coro: – “¡Sea por Andalucía libre, los pueblos y la Humanidad!”.
En volandas, avanzan entre la multitud y llegan al púlpito, la actriz Cristina Medina, superviviente de cáncer de mama; Ángela Claverol, la presidenta de AMAMA; Carmen Perona, la secretaria de la asociación; Pepa Rodríguez, la tesorera, las vocales María José de la Fuente, Alicia Martínez, Carmela Sánchez y Carmen Chao; Anabel, Cristina, Charo afectadas por el cribado del cáncer de mama. Rabia, lágrimas que no se aguantan, y gritos de apoyo acompañan sus cuerpos y los de la multitud que las vitorea segundos antes de comenzar a leer los manifiestos.
¡Basta de privatizaciones!
El escándalo del cribado de cáncer de mama, que ha estallado hace aproximadamente un mes, viene de lejos. La asociación AMAMA, ya llevaba alertando desde 2021 –según declaraciones de su presidenta Ángela Claverol– de irregularidades que no son más que fruto de las privatizaciones que se están llevando a cabo en la sanidad pública en nuestro país. “La privatización de los servicios sanitarios en Andalucía y toda España están poniendo en riesgo la salud, nuestra salud, y la vida de millones de mujeres, de hombres”, denuncia Medina.
“La privatización de los servicios sanitarios en Andalucía y toda España están poniendo en riesgo la salud, nuestra salud, y la vida de millones de mujeres, de hombres”, denuncia Medina.
Minutos más tarde Ángela Claverol, la presidenta de AMAMA, dice que este es solo un ejemplo, la punta del iceberg: “La sanidad pública está destruida. La han destrozado y por eso estamos aquí porque queremos una sanidad pública y de calidad, queremos que nos atiendan siempre y bien”.
Y, además, “están destrozando a familias enteras”, exclama Medina, “porque el cáncer no es esa enfermedad que o bien te mueres o bien te quedas un poquito calva y luego estás estupenda”. No, el “cáncer –dice Medina– tiene un antes, un durante y un después”. “Se destruye una parte de ti, ya no eres la persona que eras”. Cristina defiende que necesitamos recuperar nuestra sanidad, que nuestros buenos doctores no se marchen al extranjero y luchar por los derechos sociales, laborales y económicos que corresponden a todas las pacientes.
¡Nuestra política es vivir!
Desde la tarima, Cristina Medina reivindica la urgencia de conocer la verdad y que se haga pública la dimensión del problema real. Es necesario realizar “una auditoría externa, sin cuñaísmos” y “una investigación parlamentaria” donde las mujeres y sus familias afectadas puedan ser escuchadas y amparadas. “Aquí no estamos por política, estamos porque queremos vivir, no sobrevivir”.
“Es necesario realizar una auditoría externa, 'sin cuñaísmos' y una investigación parlamentaria donde las mujeres y sus familias afectadas puedan ser escuchadas y amparadas”, Cristina Medina.
En el discurso, las representantes de AMAMA han señalado la necesidad de que todas las mujeres afectadas puedan ya –de forma urgente– recibir la confirmación de sus diagnósticos. “No hay nada más desagradable que la incertidumbre”, nos cuenta una afectada, que está reclamando sus informes de los que no ha tenido noticias desde hace más de un año, un ejemplo entre mil de las afectadas que por toda Andalucía están denunciando “una situación insoportable”.
¡Si tocan a una, nos tocan a todas!
La presidenta de AMAMA, Ángela Claverol, ha agradecido la asistencia de la ciudadanía y tantos colectivos que desde todos los puntos de Andalucía están luchando por una causa justa y necesaria: garantizar la vida de las mujeres. “Cada día que pasa es un día menos de posibilidad de salvarte”, por eso considera tan grave lo que está pasando y reclama respuestas urgentes.
Desde el año 1995 AMAMA viene trabajando de forma voluntaria, luchando para conseguir convenios con el SAS, visitando diariamente a mujeres operadas de cáncer de mama, en los cuatro hospitales de Sevilla. Sus voluntarias son enfermas que, a veces trabajan 10 horas diarias para brindar apoyo y asesoría a un colectivo que no está reconocido, ya que se considera “enfermedad común”, clama Medina.
“Queremos morirnos de viejas, no de cáncer”, Ángela Claverol, AMAMA Sevilla.
También voluntarias son las mujeres de la Asociación de Cáncer de MamaVerenia Santa Ángela de Brenes, que recaudan fondos y los llevan al Hospital Macarena. Multitud de asociaciones como esta y AMAMA están haciendo una labor incalculable que debería hacer el Estado y no está haciendo.
Los señores de ahí adentro –dice Claverol refiriéndose a los políticos– “tampoco saben que nos dejamos la piel todos los días para recaudar fondos para la investigación. Queremos morirnos de viejas, no de cáncer”.
¡Bonilla dimisión!
Clavero cuenta con rabia, las visitas a la Consejería de Salud y la indiferencia de la clase política. Ni el entonces consejero Jesús Aguirre, en 2021; ni Catalina García, su sucesora; ni Rocío Hernández, que fue cesada tras el escándalo, han estado a la altura ni hicieron caso a las advertencias que la asociación venía denunciando. Por eso, ante las nuevas propuestas de reuniones desconfían y aseguran que no quieren cámaras, sino soluciones.
Después de presentar a sus compañeras de la asociación y sus vivencias la indignación se palpa en el ambiente. “Vergüenza de clase política”, “¿De qué tienen miedo?”, “No somos nadie para ellos”, “¡Basta ya!”, o “Que se vayan preparando”, “Sus muertes no van a quedar en vano” y un estruendoso “¡Bonilla dimisión!”, que se repite reiteradamente.
En los últimos días socias de AMAMA han sido amenazadas. Denuncian que “han roto las cerraduras, de la sede, nos han insultado, nos han vapuleado, nos han llamado de todo que si alarmistas, que si lanzamos incendios”. Todo forma parte de una estrategia para silenciarlas, pero no van a parar, la lucha no ha hecho más que empezar. Se trata de una “guerra sucia” pero “nos importa un rábano. Les importamos una mierda”, ha declarado Claverol.
Mujeres de la Asociación Feministas de Cádiz dejan un mensaje claro: “Esto no es Valencia, esto es Andalucía y vamos a luchar por las mujeres de Andalucía y por las de España también”. Nos cuentan con indignación que no solo quieren que las reciban y que les expliquen, quieren la dimisión: les han quitado días de vida, dicen: “Un día que perdemos es un día de muerte”. También han reiterado que, “Porque hay mujeres que ya no están y familias que están destruidas y porque es inadmisible que esto quede así: la lucha continúa”.
Finalizado el discurso de las representantes de AMAMA, las ciudadanas se dedican de forma espontánea a colgar carteles con lemas y proclamas en la puerta del Palacio de San Telmo y rápidamente la Policía amenaza con denunciar esta práctica pacífica, por lo que tienen que ser retirados de inmediato. Un triste final para una concentración estupenda y multitudinaria donde ha quedado de manifiesto que las andaluzas están unidas y hartas de las privatizaciones.
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