Agresiones sexuales
Universidades y acoso sexual: ‘cum laude’ en silencio

La primera versión del estudio de Pikara Magazine #AcosoEnLaUni, publicada en abril, arrojaba 236 casos de acoso sexual y laboral. Desde entonces, universidades que se negaron a aportar datos han accedido a cumplir la Ley de Transparencia y hoy se cuentan 275. Pikara Magazine y El Salto publican una actualización de este informe en el que se repite una constante: muchos abusos siguen en la sombra.

Pikara Magazine
14 nov 2018 06:00

Ana Vidu fue una de las primeras en denunciar en España el acoso sexual que sufría por parte de su profesor desde que empezó sus estudios universitarios. Junto a ella, unas trece personas más decidieron organizarse para denunciar a un catedrático de la Universidad de Barcelona que no paraba de acosarlas a través de correos electrónicos con un alto contenido sexual en los que incluso las citaba en su domicilio para allí intentar abusar sexualmente de ellas.

Era el año 2011 y poco o nada se hablaba de los casos de acoso que sucedían en las universidades españolas. En aquel momento, en la Universidad de Barcelona no existía un protocolo al respecto, a pesar de que son obligatorios desde la aprobación de la Ley de Igualdad en 2007. Hoy, aunque ya existe esta herramienta para velar por una comunidad universitaria libre de violencias, la institución no facilita el número total de casos que ha abordado, aludiendo a que “hasta ahora no existía un registro formal”. Diez meses ha tardado en dar esta respuesta a Pikara Magazine.

No es la única universidad que mantiene una cierta opacidad a la hora de contar el acoso ocurrido dentro de sus instalaciones. De hecho, cinco universidades de las 50 públicas del Estado español que han sido contactadas para realizar esta investigación no han aportado información. Huelva, Cádiz, Jaén, Pablo de Olavide y la Internacional de Andalucía han dado el silencio como respuesta.

En total, en España se han registrado, al menos, 275 denuncias, quejas y/o avisos por acoso, tanto sexual como laboral, a estudiantes, a compañeras de trabajo y a personal de administración, como desvela la investigación de Pikara Magazine. La recogida de datos, que desarrolló entre enero y abril de este año, arrojó en un primer momento 236 casos. Tras la publicación de la investigación periodística en abril, universidades que en un primer momento no colaboraron decidieron responder a las reiteradas peticiones de información, apoyadas en la Ley de Transparencia. Por ello, la actualización de los datos ha sumado 39 casos más.

La mayoría —102— son por acoso sexual, mientras que 73 son por acoso laboral. De los 100 casos restantes no se conoce la categorización, al no ser especificada por las universidades. Y esto solo es la punta del iceberg, porque, según el estudio de hace cuatro años Las violencias sexuales en las universidades: cuando lo que no se denuncia no existe, un 24% de las estudiantes ha manifestado sufrir acoso sexual en el ámbito universitario. Sin olvidar que no todas las personas afectadas se atreven a denunciar. Si lo hacen, por cierto, les espera un largo camino de trabas, obstáculos y señalamientos por parte de la institución, del profesorado y de los compañeros.

“La universidad protege a los acosadores más que el resto de la sociedad”, declara Ana Vidu. Sus estudios en la carrera de Sociología en la Universidad de Barcelona comenzaron en 2007 cuando se cruzó por primera vez con el catedrático: “En primero de carrera me empezó a mandar correos y eso me incomodaba porque al principio no sabía si eso era normal”, recuerda. Entre los mensajes remitidos a la Fiscalía en la denuncia multitudinaria constaban frases como “me encanta cómo eres y cómo puedes ser”, “te he llevado en el bolsillo del pantalón”, “si sigues miedosa puedo darte un buen spanking [azote]” o “estuviste muy bien en la presentación pero tengo que decirte que te movías mucho y de forma muy sinuosa”. Vidu no ha detallado cuáles fueron dirigidos a ella. Además, el catedrático llegó a citar en al menos dos ocasiones en su domicilio a un estudiante y, bajo la excusa de un masaje, le agarró el pene.

Panorama acoso universidad Pikara 3
>

Vidu intentó cambiar sus clases al turno de tarde. “Será peor si te cambias de grupo” fue lo que le dijo una de las profesoras. “No le sorprendió lo que le contaba”, relata ahora con indignación. No era la única que estaba aparentemente acostumbrada a aquellas situaciones. La anterior decana de la facultad de Economía y Empresa reconoció en los juzgados que “ya en 1987, siendo estudiante de Sociología, se sabía que el catedrático siempre elegía alguna chica que era su preferida y que la tutelaba”, admitió. “Siendo decana sí he tenido conocimiento indirecto de algunos casos”, reconoció.

DIFICULTAD PARA DENUNCIAR

“No denunciamos por miedo a represalias”, afirma una alumna, testigo de una supuesta agresión física por parte de un profesor a dos compañeras y que prefiere mantener el anonimato para no entorpecer el proceso de investigación que se está realizando. A las oficinas de Igualdad universitarias llegan todo tipo de avisos: frases hirientes, vejaciones, humillaciones, denigraciones a las mujeres durante las explicaciones, espionajes en los lavabos, palabras fuera de contexto en una tutoría, propuestas de sexo indebidas...

“Resulta muy difícil denunciar estas situaciones en el ámbito académico. De un lado está el contexto laboral. Nadie tiene muy claro su futuro, hay mucha incertidumbre acerca del qué será de mí mañana y, en esta situación de clara explotación, las mujeres llevan las de perder. Supongo que se hace como si nada hubiera pasado y elegantemente se aprende a evitar al probable acosador. Difícilmente un esclavo denuncia a su amo. Pero, por otra parte, hay un contexto social claramente machista con el que toda mujer debe aprender a lidiar y que fomenta y naturaliza este tipo de situaciones”, afirma en una entrevista publicada dentro del especial #AcosoEnLaUni de Pikara Magazine Laura Llevadot, profesora de Filosofía Contemporánea en la Universidad de Barcelona e investigadora en la Universidad de París 8.

Finalmente, Vidu decidió dejar pasar lo sucedido y terminó su carrera. Pero, en 2011, durante la presentación de su trabajo final de máster —precisamente titulado Redes de solidaridad: movilizaciones estudiantiles contra la violencia sexual en las universidades—, se volvió a cruzar con el mismo catedrático porque era parte del jurado evaluador. “El mismo día que deciden quién van a admitir al máster me dijo ‘me acuerdo de ti, de primero’”, rememora. Entonces trató de salir de aquella espiral del silencio y mostró un correo electrónico del catedrático a su profesor de máster y fue este quien denunció por ella. Según cuenta Vidu, la Comisión de Igualdad desestimó su caso y solo fue reabierto cuando la Universidad de Harvard pidió explicaciones al ver que en los mensajes constaba la firma de la institución estadounidense.

Cuando llegó el caso a los juzgados de Barcelona, las conductas ya habían prescrito. Aun así, el informe de Fiscalía recalcó tres cosas importantes: que los hechos “tendrían cabida dentro del acoso sexual”, que podría haber sido condenado a penas de prisión si no hubieran prescrito, y que, tal y como reconoce la decana, esta conocía “indirectamente” casos desde 1987. “Los profesores prefieren mantener esa estructura de poder y los alumnos aprenden a ser fieles a los catedráticos”, denuncia Ana Vidu.

Preguntada la Unidad de Igualdad de la Universidad de Barcelona en diversas ocasiones sobre el número de casos sucedidos en su institución, la respuesta, obtenida diez meses más tarde del primer intento, ha sido inespecífica: no cuentan con datos totales porque “hasta ahora no existía un registro formal”. Y solo aportan dos casos de activación del protocolo: “Una vez el año pasado y otra vez en el presente año”.

Los protocolos, que no existen en todas las universidades, son una herramienta que trata de acompañar a la persona afectada en todo el proceso y que se suele activar tras una denuncia, siempre y cuando lo consideren oportuno los integrantes de la comisión formada al respecto. Las investigadoras consultadas coinciden en que los protocolos de actuación son muy disuasorios, por la burocracia y porque no hay, aparentemente, un sistema sancionador manifiesto.

Arqueología
Arqueólogas se organizan para frenar el acoso
Las mujeres arqueólogas sufren situaciones cotidianas de ninguneo, abuso y acoso. La mitad de las mujeres han vivido situaciones de acoso en el sector según una encuesta.

No solo la respuesta de la Universidad de Barcelona no ha sido clara, sino que la propia universidad trató de premiar a principios de octubre al catedrático otorgándole una medalla de oro por su trayectoria. Solo se retractó cuando se denunciaron en redes sociales estos hechos. “Al tratarse de un acto graciable, y teniendo en cuenta los antecedentes que constan en el expediente del Dr. de Miguel, este rectorado ha decidido no otorgar la medalla de la UB de acuerdo con el firme compromiso adquirido con la comunidad de tolerancia 0 a cualquier forma de acoso”, dijo en un tuit la universidad catalana. Preguntada sobre ello, la Unidad de Igualdad se ha remitido a este ‘comunicado’.

“Las universidades obligan a las chicas a matricularse con profesores acosadores”, lamenta Vidu frente a estos hechos. “Hay muchas resistencias a poner el acoso sexual sobre la mesa de verdad, a aceptar que entre el profesorado, por ejemplo, puede haber acosadores; hay un cierto silencio cómplice”, incide la investigadora Esperanza Bosch Fiol. Según sus palabras, el acoso sexual no tiene que ver con el sexo sino con el poder. Coincidente es la opinión de Llevadot: “La universidad, como la mayor parte de instituciones actuales, mantiene una estructura patriarcal que ha heredado históricamente y que costará trabajo cambiar”. El informe de la Fiscalía del citado caso recalca la posición de superioridad del catedrático y recoge cómo calificaba de una forma generosa a algunos alumnos a los que acosaba con el objetivo de reforzar una especie de “lealtad” y dificultar así la denuncia.

Panorama acoso universidad Pikara 4

Casi todas las afectadas han sido mujeres y los acosadores, hombres. Tras el acoso, son ellas las que padecen las secuelas: baja autoestima, sentimiento de asco, problemas de concentración e incluso el querer dejar la asignatura.

La universidad que más casos ha registrado ha sido la de Granada (65), cuyo protocolo contiene dos vías de actuación que permiten abordar de manera integral el acoso en las aulas. Le siguen en número de casos la Universidad del País Vasco y la Universidad Autónoma de Barcelona, con 23 cada una. Nueve universidades aseguraron, según los datos recopilados a principios de año, no haber registrado acoso: la Politécnica de Catalunya, La Rioja, León, Lleida, Extremadura, Las Palmas de Gran Canaria, Valencia, Zaragoza y la Politécnica de Madrid.

“Si hay más casos es porque las víctimas confían en una institución para denunciar”, declara Vidu. Ante las cifras, o la ausencia de ellas, tanto Bosch Fiol como Ana Vidu se muestran escépticas: “Es como si un bombero dice ‘no tenemos fuego que apagar’”.

Las reacciones de las universidades

La reacción de las universidades es diversa según el caso: se desestima, se abre expediente disciplinario al acosador, se traslada lo sucedido a la Fiscalía y, en contadas ocasiones, el agresor acaba condenado. En la Universidad de Vigo un alumno denunció a un profesor por acoso sexual, pero no se admitió el caso a trámite “al no detectar indicios objetivos de situación de acoso”. En la catalana Pompeu Fabra, un profesor que acosaba a una alumna fue sancionado con una amonestación por falta leve; la universidad no ha aclarado en qué consistía, pero a ella le dirigía frases como “no te hace falta hacer ejercicio” o “cuando apruebes la asignatura ya lo celebraremos como es debido”. En la de La Laguna, una alumna denunció a su profesor por acoso sexual y la universidad trasladó el caso al Ministerio Fiscal. Mientras que en la Universidad de Sevilla una sentencia condenó a un profesor a prisión por acosar a una profesora y a varias becarias.

Otro caso que se encuentra en pleno proceso de investigación data de 2015, cuando una estudiante japonesa vino a hacer su pasantía en la Universidad de Burgos. Poco duró. Se marchó sin decir nada a nadie. No contó que un profesor la había supuestamente acosado. Los datos obtenidos por este medio indican que no se activó el protocolo contra el acoso en este caso. La directora de la Unidad de Igualdad, María Isabel Menéndez Fernández, sostiene que en los daros aportados había un error y que “sí se activó el protocolo, pero el caso se desestimó” y que, además, “la Unidad de Igualdad no tuvo conocimiento y esta alumna no hizo ningún trámite dentro de la universidad en España, la denuncia la puso en Japón”.

Una red de autodefensa

Ante el silencio y la falta de respuestas contundentes, las estudiantes tratan de organizarse. Así es como Vidu, hoy especializada en violencia y acoso en las universidades, creó en 2013 una red de solidaridad junto al resto de personas afectadas. Un lugar de encuentro denominado ‘Red solidaria de víctimas de violencia de género en las universidades’ que trata de cubrir el hueco que las instituciones académicas no abordan. Tras las cuentas de Facebook y Twitter, una treintena de personas se organizan para atender a cada afectada que se pone en contacto con la red. “Cuando nos escriben normalmente te lo quieren contar y ya. A partir de ahí preguntamos qué necesita la persona. A veces nos piden consejo sobre si denunciarlo o contarlo”, explica al ser preguntada sobre el trabajo de la red. Además, frente al papel que realizan algunas unidades de igualdad reclama la necesidad de que existan “personas comprometidas, no serviles”, y un apoyo que les diga, al menos, “yo sí te creo”. A esta red han acudido estudiantes de universidades de toda España y de países como México, Chile y Argentina.

Cuentan las expertas y las afectadas que las estrategias de defensa ante el acoso en las universidades son diversas: ir en grupo a las tutorías, dejar la puerta abierta de los despachos, esperarse las unas a las otras. Ante el caso de un alumno acosador en la Universidad del País Vasco, las alumnas pintaron mensajes de aviso en los baños con el número de teléfono para mantenerse avisadas las unas a las otras. Y en la Universidad de Burgos, la asociación Acción En Red ha publicitado por diversas facultades un cartel donde indican a quién acudir en caso de acoso.

Hemeroteca Diagonal
Falta de reacción ante el acoso sexual en las aulas

El caso de una estudiante de la Universidad de Granada pone sobre la mesa la falta de activación del protocolo de actuación ante el acoso sexual.

Además, a finales de este mes de noviembre se va a celebrar en la Universidad de Valencia el I Congreso Mujer y Universidad Sin Cifras. La Violencia Invisible. La iniciativa surgió tras constatar una de las organizadoras cómo, en otro congreso de una temática distinta, varias participantes sufrieron acoso sexual y la respuesta de personas del mundo universitario fue intentar acallarlo, dudar de las mujeres que denunciaron y calificar las situaciones sufridas como “chorradas”. Además de recurrir a la vía jurídica, la profesora decidió montar un congreso para “darle el peso que se merece”. Y subraya: “Hay muchos informes sobre la situación de las mujeres en la universidad que hacen referencia a puestos de trabajo, pero no hay sobre la violencia o el acoso sexual que se sufre diariamente”. 

MÁS SOBRE #ACOSOENLAUNI
También forman parte de esta actualización del informe #AcosoEnLaUni la entrevista a Esperanza Bosch Fiol “El acoso sexual es el ejemplo paradigmático del secreto a voces”, y Acoso sexual - acoso laboral, una delgada línea, publicados en la revista El Salto de noviembre y en la web de Pikara Magazine.
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Granada
Violencia Sexual Tres mujeres más denuncian agresiones sexuales del director de la escuela de teatro La Seducción en Granada
Las exestudiantes describen tocamientos y besos no consentidos durante su estancia en la escuela por parte del director, una denuncia que se suma a la interpuesta por otras seis exalumnas contra el docente, de la que informó El Salto Andalucía.
Francia
Mathilde Forget “Francia es un país que tiene miedo de abordar las violencias sexuales”
La escritora francesa aborda las violencias sexuales en su segunda novela, ‘Por voluntad propia’, publicada en el Estado español por Editorial Tránsito.
Opinión
Opinión A ti y a mí no nos gusta lo mismo
Como dijo Monique Wittig, el pensamiento normativo no concibe una sociedad en la que la heterosexualidad no ordene todas las relaciones humanas y toda producción de conceptos.
Laia
20/11/2018 13:36

Interesante trabajo sobre Acoso en la Universidad de Pikara Magazine!
Impotencia es lo que se siente, cuando por ejemplo un profesor de la Universidad de Burgos lleva varios casos de acoso sexual a varias alumnas y continua indemne y sin ninguna consecuencia.
Porque él sigue tan tranquilo, pero las víctimas siguen sufriendo todavía!!!!!

0
0
#25994
14/11/2018 17:23

"el catedrático llegó a citar en al menos dos ocasiones en su domicilio a un estudiante y, bajo la excusa de un masaje, le agarró el pene"

Para que luego digan que hay alguien a salvo de estas cosas, esta claro que selectivo con el sexo no era y era bisexual

0
0
txa
19/11/2018 19:01

Si era Bisexual o no, es irrelevante. Se están planteando malas prácticas por parte de Profesorado / Catedráticos en los que se aprovechan de su posición de poder para ejercer acoso. Y esa actitud es la que es impresentable, y aún más en espacios como son las Universidades donde la inteligencia, la crítica y la independencia deberían ser prioritarias.

0
0
1 de mayo
1º de Mayo Euskadi se moviliza contra la 'patronal explotadora' este 1º de Mayo
Además de los temas laborales, ha habido otras reivindicaciones y recuerdos a favor del Euskera, los presos o el genocidio israelí en Palestina.
1 de mayo
1º de Mayo ‘Contra la guerra y el capitalismo’ en este Primero de Mayo interseccional de Madrid
Decenas de colectivos exigen en la calle acabar con el militarismo creciente, las violencias transversales y un espacio para todos los colectivos en la lucha de clase.
There Is Alternative
There Is Alternative There Is Alternative #2: de supermercados, las cosas del comer y todo lo que no sea Juan Roig
Segundo episodio del podcast There Is Alternative de El Salto Radio sobre el lado oscuro de los supermercados, las grandes superficies y sus alternativas cooperativistas.
Laboral
1º de Mayo Inmigración y sindicatos: derechos universales o derrota colectiva
Los líderes sindicales no pueden ofrecer soluciones realistas para la situación de las personas migrantes, porque parecen asumir la vieja tesis de que la inmigración perjudica a la clase trabajadora en su conjunto.
Energía
Gran apagón Apagones, energías renovables y estabilidad del sistema eléctrico: tareas pendientes y visos de futuro
Es posible avanzar en la penetración de las renovables, al menos hasta cierto punto, sin perder seguridad en el sistema energético. Este debe modernizarse, descentralizarse y estar planificado por el Estado, opina un experto.

Últimas

Eventos
Evento Un Salto al periodismo desde el barrio: acompáñanos en un directo sobre periodismo situado
El Salto organiza un evento centrado en el potencial de los formatos sonoros para transmitir información veraz y fiable de forma cercana. Para hacer periodismo desde el barrio y barrio desde el periodismo.
Ley Trans
Ley trans El Constitucional enfrenta el recurso del PP a la ley trans, los colectivos piden evitar la senda antiderechos
El Alto Tribunal deliberó por primera vez sobre este recurso sin llegar aún a ninguna decisión. Plataforma Trans pide que no se sume a la carrera de odio contra las personas trans y avale la norma.
1 de mayo
1 de mayo Primero de Mayo: contra el militarismo y por la paz universal
Europa reaviva su deriva militarista. Como en 1914, el movimiento obrero se enfrenta al dilema de sumarse al consenso bélico o alzar la voz por la paz.
Eléctricas
Oligopolio eléctrico Sánchez no admite responsabilidades en el apagón mientras sus socios piden nacionalizar la red eléctrica
El presidente del Gobierno señala a los “operadores privados”, entre ellos Red Eléctrica, cuyos últimos dos presidentes vienen del PSOE y cuyo principal accionista es el Estado, con el 20%, seguido por el 5% de Amancio Ortega.
Antimilitarismo
Rearme El gasto militar mundial se dispara
El gasto militar en el planeta aumentó en 2024 un 9,4% respecto a 2023, lo que supone el mayor incremento interanual desde la Guerra Fría.
Más noticias
Pobreza energética
Energía Apagón crónico: lugares donde no volverá la luz, a pesar de la restauración del sistema eléctrico
Miles de personas en el Estado español viven día a día apagones y falta de suministro en lugares como Cañada Real (Madrid), la Zona Norte de la ciudad de Granada o los asentamientos de jornaleras y jornaleros migrantes en Huelva y Almería
València
València El tejido social presenta su propuesta de reconstrucción tras la dana
Los Comités Locales de Emergencia y Reconstrucción y las asociaciones de víctimas definen los presupuestos de Mazón y Vox como una declaración de guerra.
Galicia
Galicia La Xunta aprobó la celulosa de Altri argumentando que su chimenea de 75 metros sería “icónica”
El Informe de Patrimonio Cultural, favorable a la multinacional, se emitió en base a dos encargos externos, contratados y pagados por la empresa al ex presidente y al actual tesorero de Icomos-España.

Recomendadas

Cómic
Fabien Toulmé “Hablar de trabajo es menos sexy que hablar de amor o de guerra”
En su libro ‘Trabajar y vivir’, el autor francés recorre distintas realidades reflejando cómo las personas se relacionan con ese mandato ineludible de hacerse con un empleo para sostenerse económicamente.
Empresas recuperadas
Natalia Bauni “En este primer año del Gobierno de Javier Milei casi no hubo empresas recuperadas”
Natalia Bauni es coordinadora del Observatorio Social sobre Empresas Recuperadas y Autogestionadas del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
Eléctricas
Sistémica eléctrico Del lobby nuclear a la burbuja de las renovables: comienza la pugna por encontrar al culpable del apagón
Un crecimiento desmedido de las renovables guiado por intereses corporativos y una red eléctrica que no ha sido actualizada a la nueva realidad energética son algunas de las causas señaladas del apagón del 28 de abril.
Senegal
Migraciones El mito de la migración ordenada: la denegación de visados por el Consulado de España en Dakar
Maltrato institucional. Estas dos palabras son las más escuchadas cuando se pregunta a personas descontentas con el Consulado de España en Dakar. Cada vez más personas denuncian denegación de visados que no consideran justificados.