Ecologismo
Mujeres que cultivan tierras radioactivas

En la zona de acceso restringido que rodea Chernóbil, en uno de los lugares más tóxicos del planeta, un centenar de ancianas vive semi-ilegalmente de lo que produce la tierra.

Babushkas_1
Maria Shovkuta, colona de Chernóbil (Yuli Solsken)
4 oct 2019 08:00

Lo llaman la Zona Muerta o Zona de Exclusión, es un perímetro de 30 km en Ucrania alrededor del reactor nuclear n°4 que explotó en 1986. Es una zona muerta porque todo en ella está contaminado: el agua, la tierra, los animales, los juguetes y las fotografías. Contaminados para siempre (según los estudios científicos, durante 24.000 años).

Es una zona de exclusión porque dos semanas después del accidente el gobierno de la antigua unión soviética desalojó a sus 350.000 habitantes y precintó el lugar para que nadie viviese allí de forma permanente. Fletó unos autobuses y dijo a la gente que cogieran lo imprescindible para estar fuera no más de tres días. Excluida, y olvidada.

Pasado un tiempo se hizo claro que el desalojo sería definitivo. Una gran parte de estas personas eran granjeros pobres que nunca habían salido de sus pueblos. De pronto se vieron viviendo en un lugar desconocido, al amparo de lo que quisiese darles el gobierno.

Contra toda lógica algunos empezaron a volver a sus casas a escondidas, hicieron el camino de vuelta a pie y entraron como furtivos en la zona vigilada por el ejército. Se calcula que fueron unos mil, y se les conoce como los “samoselys” o colonos.

Treinta y tres años después, han sobrevivido un centenar, en su mayoría mujeres que tienen hoy entre 70 y 80 años. Son las “babushkas” de Chernóbil. Unas mujeres que viven aisladas, a veces en pueblos con una sola habitante, que cultivan sus huertos, cuidan de sus gallinas y rezan para sobrevivir al invierno. La historia de estas abuelas, recogida con gran sensibilidad y sentido del humor por la periodista Holly Morris en el documental The babushkas of Chernobyl es de estas historias que no te dejan indiferente. Una se pregunta si estas mujeres sonrientes son valientes, inconscientes, rebeldes, supervivientes o negacionistas.

Como explica Morris en una de sus charlas, a nosotras, acostumbradas a cambiar de residencia una y otra vez y enraizadas como mucho a nuestros teléfonos móviles, nos resulta muy difícil entender que alguien quiera vivir en un sitio como la zona muerta. No entendemos esa necesidad de vivir y morir junto a los ancestros. Son mujeres que vivieron la persecución de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y el brutal Holodomor impuesto por Stalin en esta parte de Ucrania ya de por sí profundamente empobrecida. Para ellas, y esto lo repiten en el documental, la verdadera amenaza es el hambre y no una radiación que no pueden ver.

Pero vivir hoy en día en la “madre tierra”, como llaman las babushkas a sus granjas, no es fácil. Algunas padecen de tiroides por la alta radiación que absorben y el riesgo a desarrollar otros tipos de cáncer es muy alto. Una amenaza aún más inminente es quizás el aislamiento en el que viven. Los pueblos de la zona muerta están habitados por una o dos mujeres y muchas partes de la región se vuelven inaccesibles durante el invierno debido a las nevadas. En el documental se ve como una trabajadora social enviada por Kiev recorre con una furgoneta los pueblos para distribuir las pensiones (a veces con mucho retraso). Pero en invierno los ataques de jabalíes y lobos son constantes y el acceso casi imposible si alguna se se pone enferma.

Aún así se respira un aire de libertad y buen humor en sus comentarios. En sus ojos se ve una mezcla de miedo y orgullo cuando los militares las visitan de tanto en tanto y les pasan el medidor de radioactividad por el cuerpo. “¿Soy muy radiactiva?”, preguntan. Y el militar, que ve cómo la cifra se dispara, le dice que no tiene de qué preocuparse. El gobierno ucraniano ya no pone impedimentos a que estas mujeres vivan en la zona de exclusión. Considera que no hay peligro de que pasen la radioactividad a las generaciones futuras. Y tampoco hace nada para ayudarlas.

Cómo estas mujeres han podido sobrevivir tanto tiempo es un misterio. La tasa de mortalidad de las personas que fueron evacuadas y nunca regresaron a Chernóbil es mayor que la de estas mujeres. Sin duda hay un elemento de bienestar psicológico que compensa la exposición a la radiación. Los evacuados nunca pudieron superar el trauma de tener que abandonar sus hogares. Según explica la fotógrafa Esther Heesing, quien estuvo hace dos años en la zona de exclusión para hacer un reportaje sobre los colonos, a muchos de estos evacuados se les instaló en edificios en bloque preparados para ellos en Kiev y se les olvidó un poco a su suerte. Además, la gente de la capital les marginó por “estar contaminados”. Esta situación resultó para muchos insoportable.

Negacionismo y turismo radioactivo

El accidente de Chernóbil y sus consecuencias en el tiempo constituyen la mejor y más dramática prueba de que la energía nuclear no es una alternativa a las energías fósiles. Ni es segura, ni es limpia, ni puede controlarse. A pesar del buen humor y la adaptabilidad de las abuelas ucranianas, lo que nos encontramos en la zona de exclusión es un cementerio viviente eterno, empobrecido y olvidado. Las babushkas volvieron por su propia voluntad, pero porque la opción de vivir en un apartamento de Kiev aisladas de todo lo que aman no era una alternativa para ellas. Su resistencia a la radiación es solo aparente, muchas de ellas sufren de dolores continuos y casi todas han visto morir a sus familiares de forma prematura.

Vacaciones
Unas vacaciones saludables en España para las niñas y niños de Chernóbil

Desde los años 90, las asociaciones españolas han gestionado más de 760.000 estancias de niños y niñas que han venido a descontaminar su organismo. Llegaron a venir hasta 9.000 niños y niñas en un verano. Hoy apenas llegan a 850.

Dentro de diez años ya no estarán allí. Y la región se mantendrá vetada para siempre. Como un parque de atracciones abandonado y macabro, se ofrecen rutas turísticas medidas con el reloj y los detectores Gauger. También existe toda una comunidad virtual de jóvenes de la capital que juegan a entrar en la zona y acercarse lo más posible al reactor número 4.

La miniserie de HBO ha rescatado del olvido la catástrofe, banalizaciones aparte. Y el caso no está cerrado. Por increíble que parezca, los otros tres reactores de Chernóbil se mantuvieron en funcionamiento hasta el año 2000. Se acaba de inaugurar un nuevo sarcófago para los residuos, construido a turnos por trabajadores expuestos a diario a una gran dosis de radioactividad. Y se estima que en los próximos 50 años, 40.000 personas morirán de cáncer como consecuencia de la contaminación provocada en Chernóbil.

Sobre este blog
Saltamontes es un espacio ecofeminista para la difusión y el diálogo en torno al buen vivir. Que vivamos bien todas y todos y en cualquier lugar del mundo, se entiende. También es un espacio para reflexionar acerca de la naturaleza, sus límites y el modo en que nos relacionamos con nuestro entorno. Aquí encontrarás textos sobre economía, extractivismo, consumo, ciencia y hasta cine. Artículos sobre lugares desde donde se fortalece cada día el capitalismo, que son muchos, y sobre lugares desde donde se construyen alternativas, que cada vez son más. Queremos dialogar desde el ecofeminismo, porque pensamos que es necesario anteponer el cuidado de lo vivo a la lógica ecocida que nos coloniza cada día.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.
scorpia
8/10/2019 11:55

Un artículo de una extraña belleza... Interesante y necesario. Muchas gracias.

1
0
#40449
4/10/2019 14:45

"...se estima que en los próximos 50 años, 40.000 personas morirán de cáncer como consecuencia de la contaminación provocada en Chernóbil"
¿Tenéis enlaces de la fuente de esta información? Gracias.

5
4
#40470
4/10/2019 18:59

Hola sí, si pinchas en 40.000 llegas al informe en PDF.

1
0
Sobre este blog
Saltamontes es un espacio ecofeminista para la difusión y el diálogo en torno al buen vivir. Que vivamos bien todas y todos y en cualquier lugar del mundo, se entiende. También es un espacio para reflexionar acerca de la naturaleza, sus límites y el modo en que nos relacionamos con nuestro entorno. Aquí encontrarás textos sobre economía, extractivismo, consumo, ciencia y hasta cine. Artículos sobre lugares desde donde se fortalece cada día el capitalismo, que son muchos, y sobre lugares desde donde se construyen alternativas, que cada vez son más. Queremos dialogar desde el ecofeminismo, porque pensamos que es necesario anteponer el cuidado de lo vivo a la lógica ecocida que nos coloniza cada día.
Ver todas las entradas
Extrema derecha
Extrema derecha Estados Unidos declara la guerra contra los pobres con la ley “grande y bella” de Trump
VV.AA.
La norma presupuestaria, que contempla más de un centenar de disposiciones, convierte a ICE en el cuerpo de seguridad del Estado más financiado y es un cheque en blanco para las grandes contaminantes.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Una “victoria moral” da alas a la Plataforma STOP Planta de Biogás en Colmenar y Tres Cantos
La aprobación en el último pleno de una moción para revertir la declaración de utilidad pública del proyecto infunde ánimos a la plataforma, que ya ha denunciado el procedimiento ante los tribunales.

Últimas

Palestina
Palestina Albanese presenta su informe ante la ONU: “Gaza es el escenario de un crimen”
El Consejo de Derechos Humanos atiende al reporte sobre el lucro de empresas y bancos en el actual genocidio de Gaza. The Guardian califica de “posible crimen de guerra” el ataque contra una cafetería en la que murieron 39 personas.
Opinión
Opinión Sirat y las zonas temporalmente autónomas
En la película de Olivier Laxe prevalece el relato sobre la deserción del mundo que una mirada a la propia creación de la comunidad que surge en torno a las raves.
Política
Política Feijóo radicaliza al Partido Popular en medio del terremoto Cerdán con la vista puesta en las elecciones
Miguel Tellado será el nuevo secretario general del partido. Un movimiento con el que Feijóo consigue el control casi absoluto del PP y le come espacio del discurso ultra a Vox, pero que lo aleja de eventuales pactos con PNV y Junts.
Galicia
Galicia Galicia elige el rumbo de la lucha contra Altri en las elecciones a la directiva de la plataforma Ulloa Viva
Vecinos y vecinas de la comarca más afectada presentan dos listas separadas tras no llegar a una propuesta de consenso. Por un lado concurre una candidatura continuista y, por el otro, una alternativa que se acerca más al nacionalismo institucional.
Madrid
Madrid Vecinas de Tribulete 7 presentan demanda colectiva por acoso inmobiliario contra Elix Rental Housing
Es la primera demanda colectiva que se presenta en España contra una socimi. El inquilinato quiere conservar sus hogares e impedir que se desarrolle el plan de pisos turísticos que pretende el propietario.
Más noticias
Comunidad de Madrid
Sanidad Pública Cae el techo de la entrada principal del Hospital Isabel Zendal
El hospital de pandemias, inaugurado por Isabel Díaz Ayuso en 2020 y que generó unos sobrecostes del triple de lo presupuestado en su construcción, ha visto cómo se desplomaba el techo de entrada.
El Salto Radio
EL SALTO RADIO Podcast familiar Caleidoscopio, episodio 26: Y... ¡Acción! (Segunda parte)
Los pequeños colaboradores y colaboradoras nos cuentan cómo sería su película ideal, cuánto creen que tardarían en grabarla... y cómo imaginan que sería su estreno.
Tribuna
Regadíos Regar con un agua que no tenemos ni tendremos
Se encona la lucha por el control de un agua de la que somos deficitarios, exponiendo amplios territorios a la desertificación y el abandono.

Recomendadas

En el margen
En el margen Aisetou Kajakeh: “Nosotras no estamos rompiendo techos de cristal, sino sorteando muros”
Esta socióloga española asegura que las asociaciones gambianas en España mantienen un vínculo directo con el lugar de origen, lo que hace que nunca pierdan la conexión con las raíces.
Salud mental
Laura Martín López-Andrade “La psiquiatría es una profesión potencialmente muy peligrosa”
La psiquiatra granadina defiende desde Málaga otro tipo de psiquiatría que huye de los diagnósticos y de la jerarquía y cambia la palabra tratamiento por acompañamiento.
Alquiler
Racismo y alquileres Siete de cada diez migrantes se ve en la necesidad de vivir de alquiler frente al 14% de los hogares españoles
“El precio del prejuicio” es el título del más reciente estudio del Instituto de Investigación Urbana de Barcelona, IDRA, en el que disecciona la relación entre las personas migrantes y su acceso a la vivienda.