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Política
Un Feijóo resignado trata de escenificar el apoyo social que las urnas le negaron
A menos de 48 horas del más que probable fracaso en su investidura, Alberto Núñez Feijóo se ha instalado en el rol del mártir. Un héroe que será derrotado “defendiendo la igualdad de todos los españoles”. El líder del Partido Popular ha mandado movilizar a las bases de su partido por todo el Estado para, según sus cifras, meter a “más de 40.000 personas” en la acomodada plaza Felipe II de Madrid. Tenía algo importante que decirles. Se resigna a liderar la oposición: “Aunque me cueste la presidencia del Gobierno, voy a defender que España es una nación de ciudadanos libres e iguales”. Si haber convocado este intento de exhibición de músculo ha sido la enésima zozobra de Feijóo lo dirá el tiempo. Porque la posición no es nueva. La ha repetido varias veces durante las últimas semanas. Aunque este domingo parece haber escenificado la antesala del cierre de este periplo: “Ha valido la pena”, ha proclamado Feijóo frente a los barones territoriales y los expresidentes del Gobierno, José María Aznar y Mariano Rajoy.
Política
Política Río revuelto a izquierda y derecha en la antesala de la investidura de Feijóo
Feijóo fue desvelando algunos de los ejes discursivos que esgrimirá este martes y que el expresidente Felipe González y el exvicepresidente Alfonso Guerra le han ido marcando en su argumentario contra la amnistía a las personas encausadas por el procès. Disparó duramente contra lo que considera “el PSOE actual” y Pedro Sánchez, de los que dijo que “ni son progresistas, ni socialistas” para acabar retorciendo los efectos de una potencial salida política al conflicto en Catalunya:“Esto es retroceso. No es socialismo cuando pretenden establecer privilegios para una élite de políticos en perjuicio de todos los demás. Llaman convergencia con Europa a eliminar los delitos de sedición en el Código Penal. Llaman normalización a la amnistía y llaman a perder ganar”.
Si Feijóo no consigue tránsfugas que lo hagan presidente a él, parece que optará por intentar convencer a un puñado de diputados del PSOE para que al menos tampoco invistan a Sánchez
Habida cuenta de lo que pasará el viernes tras la segunda votación en el Congreso de los Diputados, en la que buscará la mayoría simple, no parece descabellado inferir que el líder del Partido Popular esté ya enfocado en torpedear la investidura de Pedro Sánchez si es que el Jefe del Estado lo candidata. Si no fructifica la estrategia de buscar tránsfugas para que lo hagan presidente a él, desde Génova parece que optan por intentar convencer a un puñado de diputados del PSOE para que al menos tampoco invistan a Sánchez y así forzar una repetición electoral. Aunque si se atiende a los datos que esta semana arrojó el último barómetro del CIS, no parece que, ciertamente, eso les fuese a beneficiar. Eso sí, al menos tendrían una bola más para jugar. Y por eso, en cuanto Feijóo fracase el viernes, lo más probable es que cualquier cesión política durante la negociación de la investidura con la mayoría plurinacional del Congreso sea enmarcada en el imaginario de la derecha mediática como “traición”.
El ala dura de Aznar y Ayuso gana terreno
El equipo del presidente del PP también quiso escenificar una suerte de unión con el ala más reaccionaria de su partido. Algo que tanto José María Aznar como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, aprovecharon para ir comiendo terreno al ala supuestamente moderada que Feijóo había venido a liderar. Ambos tuvieron su generosa cuota de pantalla en la que siguieron desarrollando su retórica arribista y agitadora: “Hago un llamado a todos los ciudadanos para que no permanezcan en silencio, independientemente de sus creencias. Les insto a hacerse oír y reclamar sus derechos, y juntos, como españoles, debemos permanecer unidos en una nación de ciudadanos libres e iguales”. Instó a movilizarse contra lo que considera una “humillación” tras argumentar que la amnistía, a su juicio, es sinónimo de impunidad: “Representa el olvido, pero nosotros deseamos recordar”. Algo que el expresidente Mariano Rajoy suscribió haciendo una defensa a ultranza de la aplicación del artículo 155 que su Gobierno aplicó en Catalunya. Sostuvo que “lo único” que mejoró “realmente” la situación tras la celebración del referéndum del uno de octubre fue su aplicación: “A partir de aquel momento, todos, también ellos, entendimos que la democracia tiene instrumentos para defenderse”.
Al menos de cara a la galería, Isabel Díaz Ayuso y José María Aznar quisieron escenificar un cierre de filas con el presidente de su partido
También se posicionó en un tono parecido al de Aznar la presidenta de la Comunidad de Madrid: “Amnistía es decir que los jueces son prevaricadores y que el golpe fue justo. De ninguna manera”. Al menos de cara a la galería, Isabel Díaz Ayuso quiso escenificar un cierre de filas con el presidente de su partido: “Alberto Núñez Feijóo será la voz de la dignidad de cada español”. Y eso que las expectativas iniciales de la participación tanto de José Luis Martínez-Almeida, el alcalde de la ciudad, como de Ayuso se reducirían a un simple “saludo” en calidad de anfitriones. Ambos, aunque sobre todo la segunda, fueron aclamados con prolongados aplausos. Una imagen con reminiscencias a la de la noche del 23J en el balcón de Génova 13.
Sánchez y Díaz siguen su hoja de ruta
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha aprovechado un acto contraprogramado en Catalunya para mandar un mensaje de tranquilidad al electorado progresista y plurinacional: “Lo tenemos claro, hay números para un Gobierno progresista del PSOE con el partido de Yolanda Díaz y que ponga todos los diques a un Gobierno de Feijóo con Abascal”. Aprovechó la resignación a liderar la oposición que Feijóo estaba mostrando en paralelo en el barrio de Salamanca para hacer sangre desde la localidad barcelonesa de Gavà: “Echaron a Pablo Casado por denunciar un caso de corrupción y ahora vemos a Feijóo apelar al transfuguismo. Van de mal en peor”. El líder del PSOE sigue vetando el significante amnistía en todos sus discursos, pero a la vez es su subtexto principal: “Estamos aquí para pasar página por la convivencia, concordia y el acuerdo”, concluyó congratulando a la mayoría parlamentaria que ha permitido sentar las bases del primer Congreso plurilingüe de la historia.
Yolanda Díaz sostiene que la única estrategia que pretende la derecha para este momento político es “incendiar Catalunya”
Por su parte, la vicepresidenta segunda del Gobierno en funciones, Yolanda Díaz, ha aprovechado una visita a su tierra para defender de nuevo que las negociaciones con los independentistas catalanes se llevan a cabo en “los marcos legales existentes” y ha insistido en lo absurdo que sería negociar “nada que no esté en el marco legal o constitucional del país”. “Creo que soy clara: donde hay acuerdo no hay unilateralidad. Creo que cuando alguien se sienta a negociar, ya se desprende de la unilateralidad”, ha repetido otra vez en una entrevista en Cadena Ser.
La líder de Sumar también ha subrayado la importancia de lograr un “proyecto de transformación” para el Estado durante esta legislatura, que ella visualiza como la etapa de “los avances sociales”. Sin embargo, en cuanto a la amnistía, Díaz ha expresado su percepción sobre Catalunya “como una solución en lugar de un problema”. En sus antípodas políticas ha situado a la derecha que, dice, propone “incendiar Catalunya”: “Creo que hoy estamos mucho mejor y que si gobernara el PP con la extrema derecha, Catalunya y el resto del país estarían mucho peor”.
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El argumento de la derecha es que debe gobernar Feijoo, porque los partidos que apoyan a Sánchez, no valen; y no valen, porque no votan a la derecha. Es un razonamiento insuperable.