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Opinión
Pluriversidad
A inicios de septiembre tuve la oportunidad de disfrutar en Barcelona del estreno del documental La rebelión de las flores. La activista y lider Moira Millán explica la lucha que están llevando a cabo las mujeres del pueblo mapuche a favor de sus derechos. Entre las muchas acciones que realizan, la creación de la pluriversidad me suscitó especial curiosidad, “no universidad, sino pluriversidad”, insistió con contundencia Millán. Según esa propuesta, los conocimientos, métodos de investigación y aplicaciones sobre la vida que se han expuesto habitualmente en las universidades se han basado en un modelo fijado por Occidente. Muchas veces las referencias culturales de otros pueblos han sido excluidas y, casi siempre siguiendo la ideología de los mercados, como si ésta fuera objetiva
Ese planteamiento tiene varias características interesantes. Entre otras, se pone en valor la pluralidad de fuentes del conocimiento y, especialmente, los saberes procedentes del medio rural, así como las miradas de colectivos que han sido habitualmente excluidos. Esa propuesta pone encima de la mesa un diálogo, una mirada mutua, escucha recíproca y reflexión pausada para construir nuevos caminos desde lo colectivo.
En nuestro caso, la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) ha vuelto a entrar en la prestigiosa lista de Shanghai. Aunque ya antes estábamos entre las 400 mejores universidades del mundo, este año hemos bajado algunos puestos en el ranking. Cabe destacar que dicha lista, principalmente, se fija en el impacto de la investigación. Si tuviera en cuenta los criterios de evaluación de las actividades docentes, habría que ver qué resultados se plasmarían en la lista. Por supuesto, es imposible saber si en ese caso permaneceríamos tan bien situados en la comparativa mundial de las universidades.
“Buena muestra del drama que se vive en la actividad docente universitaria es la degradación de las condiciones de trabajo del personal sustituto”
Las acciones investigadoras, en general, tienen mayor reconocimiento que la actividad docente. La denominada competencia entre las universidades para lograr la excelencia se basa principalmente en la investigación que se realiza. No solo eso, si alguien pretende avanzar en la carrera académica, además de realizar una tesis doctoral, deberá lograr una evaluación positiva de las agencias externas, en las que las publicaciones de artículos en revistas indexadas será clave. Conforme una va consiguiendo certificados en dicha carrera investigadora, generalmente, las horas de la carga docente van disminuyendo para, de esa manera, llevar a cabo investigaciones de mayor calidad. Es una especie de premio para fomentar la investigación. Curiosamente, los pocos reconocimientos que se pueden conseguir en la docencia no implican reducción alguna en las exigencias de cara a la investigación.
En realidad, el drama que se vive en la actividad docente se ha ido agravando. Buena muestra de ello es, por ejemplo, la degradación de las condiciones de trabajo del personal sustituto. La interpretación torticera que, además, se realiza de la Ley Orgánica del Sistema Universitario de España ha convertido esa situación en aún más lamentable, tal y como se ha explicado en diversos medios [NdE: Hoy 11 de octubre hay huelga convocada en la universidad pública vasca por los sindicatos y la Coordinadora de Precarios de EHU]. Además, el alto número de matriculaciones de alguno de los grados que se ofertan hacen difícil garantizar una docencia en buenas condiciones. Todas esas señales evidencian que el interés y la responsabilidad por el nivel de la docencia resultan del todo insuficientes.
Por la fuerza de los hechos, los modos de enseñanza se están haciendo cada vez más directivos, dejando menos tiempo para trabajar colectivamente, discutir los nuevos puntos de vista con tranquilidad y promover el necesario enfoque crítico en esos espacios. El perfil estudiantil es cada vez más plural, por fortuna, pero en ocasiones, impartimos las clases dando la espalda a esa diversidad, por desgracia. Además de la publicación internacional de nuestras investigaciones, va a ser indispensable dar y difundir (eman eta zabal zazu, lema de UPV/EHU) entre los y las estudiantes para construir en común esa versión plural de la universidad.