Laboral
El sindicato ELA alerta sobre la salud mental de las trabajadoras en intervención social

“Somos un instrumento de contención porque tratamos con población muy dañada, estamos en mitad del sándwich”, explica la educadora social Vanesa Núñez Moran.
Concentración sector social asesinato Badajoz - 5
Manifestación del sector social ante la muerte de una educadora social en Badajoz David F. Sabadell

“¿Es normal que me pueda sentir insegura en mi puesto de trabajo?”. Esta es una de las preguntas que quiere hacer el sindicato ELA a más de 3.800 trabajadoras de intervención social en Euskadi para poner de relieve la falta de atención sobre la salud mental en este sector. Las trabajadoras, que lidian cada día con problemas de adicciones, agresividad, enfermedad mental y muchas otras situaciones, rara vez denuncian su propia situación. Denunciar esa normalización del malestar laboral y revertirlo es el objetivo del sindicato vasco. 

A esta tensión laboral que se ha puesto de manifiesto en situaciones como la de la muerte de una educadora social en Extremadura, se unen situaciones como jornadas de diez horas diarias, con nocturnidad, sin que se cubran bajas, con alta rotación o la propia temporalidad. Circunstancias que, junto con la supuesta vocación y la subcontratación, hace que muchas trabajadoras no denuncien un problema en su salud mental. “Los riesgos psicosociales van unidos a las cargas de trabajo, que son excesivos, hay falta de participación en la toma de decisiones, continuos cambios organizativos, mucha movilidad geográfica”, añade Andrea González Lavin, educadora social y delegada de intervención social de ELA en Bilbao.  

Todo esto se une el acoso sexual, las agresiones o los insultos. “Las tenemos muy a menudo y las instituciones no se hacen cargo de ello”, denuncia González Lavin. Su sindicato, ELA, además de una investigación, ha creado una guía para ayudar a las educadoras, trabajadoras, auxiliares y demás perfiles de integración social para que sepan donde acudir cuando hay un problema. “Somos un sector con muy poca presencia sindical, incluso se ha criminalizado que haya elecciones sindicales”, explica a El Salto Vanesa Núñez Moran, que trabaja en un centro con usuarios con enfermedades mentales, en riesgo de exclusión y/o con adicciones.

Cuidados
Trabajo de cuidados Cuidar mirando el Excel
La precariedad y la mercantilización del sector de los cuidados y la intervención social son la regla en Euskal Herria, un territorio donde fondos de inversión y grandes empresas se han hecho con el control de un lucrativo negocio.

“Hemos luchado por los derechos de las personas a las que atendemos y ya no somos voluntarias, este sector está profesionalizado: con ratios adecuados, cubriendo las bajas el primer día, con formaciones específicas, con prevención”, completa Núñez Moran. Preguntas como “¿habrá una persona de referencia en mi centro? ¿existen protocolos?” o “he tenido un accidente laboral y la empresa no me da el parte para ir a la mutua, me dicen que vaya al médico de cabecera”, pretenden hacer que las trabajadoras no normalicen estas situaciones de estrés laboral. 

Ante esta situación, estos pasos: denunciar frente a un delegado sindical, un representante laboral o acercarse al local de un sindicato. Unas indicaciones que no haría falta hacer si hubiera protocolos en favor de la salud mental. “Hay que intentar elaborar un relato sobre las situaciones que te han acontecido, para ver si hay riesgos psicosociales”, comenta González Lavin, que explica que en muchas empresas hay protocolos de acoso sexual pero no sobre riesgos psicosociales. 

Protocolos sobre riesgos psicosociales inexistente

Estos riesgos, según indica la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo (OSHA), “surgen de una mala concepción, organización y gestión del trabajo, así como de un contexto social deficiente del trabajo, y pueden entrañar resultados psicológicos, físicos y sociales negativos”. “Cuando has vivido una agresión o una situación de acoso, te afecta en lo personal, en la conciliación familiar, en el sueño y además les implica a las personas que atendemos”, explica la educadora social de Bilbao. 

Preguntada sobre si hay un respaldo a una trabajadora que reclama ayuda por su salud mental, la respuesta es que “depende” de los equipos de trabajo. “Debería haber un seguimiento exhaustivo, un espacio para ser escuchados, una supervisiones de equipo e individuales”, explica González Lavin, que puntualiza que nunca se actúa de manera preventiva. 

“No es lo mismo en una ludoteca que en el trabajo de calle”, comenta Vanesa Núñez Moran, ya que ella en 20 años ha visto muchas situaciones en las que se pone en riesgo la salud de las trabajadoras

Esta es una de las propuestas que ELA llevó al sexto convenio de intervención social de Bizkaia. “Pusimos sobre la mesa una batería de propuestas y solo se cogieron unas pocas”, comenta Vanesa Núñez Moran, que espera que sí se tengan en cuenta en 2026, cuando se vuelva a revisar el convenio. “Es que no es lo mismo en una ludoteca que en trabajo de calle”, explica, ya que ella en 20 años de carrera ha visto muchas situaciones en las que se pone en riesgo la salud de las trabajadoras, tanto física como mental. 

Como otras de las reivindicaciones de la trabajadora del sector social, no solo miran por su bienestar. “La salud mental tiene un impacto en las personas que acompañamos, porque al final la calidad del trabajo se ve resentida”, explica y continúa diciendo: “Las cargas de trabajo tienen que ver con las ratios, nuestro cuerpo es nuestra máquina de trabajo y tenemos una sobreexposición que hace mella, en primera instancia en nosotras y de forma colateral en las personas que acompañamos”. 

Esa “mochila personal” que aprenden a relegar y ponerse una coraza frente a las situaciones que presencian es parte de la formación que reciben. Una cualificación que, según denuncian, cada vez es menor. “Veo que cada vez se está convirtiendo en un asistencialismo, con menos personal, con menos formación, y esto hará que situaciones limites se den cada vez más”, concluyen. 

Piden volver a hacer públicos los servicios, que se acabe la figura del fijo-discontinuo y advierten del negocio que supone para “empresas sin escrúpulos” la intervención social

Para estas dos delegadas de ELA el responsable último es la Administración. Ya sea a través de un ayuntamiento, una diputación o una comunidad autónoma, entienden que es la Administración la responsable última de los beneficiarios y el estado de las trabajadoras. Por eso piden volver a hacer públicos los servicios, que se acabe la figura del fijo-discontinuo y advierten del negocio que supone para empresas sin escrúpulos la intervención social. “Ya estamos viendo empresas, incluso extranjeras, queriéndose hacer cargo de pisos tutelados de menores con medidas judiciales”, apunta Núñez Moran que lo considera un nuevo negocio.

Esta educadora social advierte que las empresas o asociaciones que ganan los pliegos muchas veces no quieren reportar los incidentes. Por un lado, las trabajadoras tienen miedo de hacerlo y que prescindan de ellas y, por otro, las empresas no quieren generar problemas y perder concursos públicos. “Se está luchando porque haya reconocimiento de accidentes y enfermedades laborales por estos motivos”, explica Núñez Moran, que apunta a que las trabajadoras en intervención social se sienten “instrumentos de contención de cara a la sociedad, trabajadoras esenciales porque tratamos con población muy dañada y nosotras estamos en mitad del sándwich”.

Tribuna
Integración Social Stop Subcontratación: por un sector de Intervención Social público
La lucha de dos años de trabajadoras y trabajadores de Intervención Social de Bizkaia culmina con la firma del convenio. ESK destaca la movilización y apoya la publificación para equiparar condiciones laborales al ámbito público.
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Galicia
Laboral El Supremo confirma el fraude masivo de contratación en el sector cárnico gallego
La sentencia reafirma que Servicarne funcionaba como una falsa cooperativa y que sus socios tenían una relación laboral con Novafrigsa, del Grupo Coren
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.
Argentina
Extrema derecha La motosierra de Milei se ceba con los hospitales públicos y las personas con discapacidad
Los recortes del Gobierno afectan al Hospital Garrahan, un centro de alta complejidad, referente pediátrico nacional y latinoamericano, y también a los recursos de las personas con discapacidad, a los que el ejecutivo califica de “idiotas”.
Estados Unidos
Estados Unidos “No Kings”: más de 2.000 manifestaciones en EEUU para protestar contra la deriva autoritaria de Trump
Con el nombre de movimiento No Kings (sin reyes), millones de personas están convocadas a manifestarse en todo el país este sábado y enfrentar el desfile militar organizado por Trump el día de su 79 cumpleaños.

Últimas

Galicia
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar a Altri
Queremos investigar a los responsables políticos y empresariales del que podría ser el mayor atentado ambiental de la historia reciente de Galicia.
Galicia
TSXG Peritos en el juicio contra la Xunta: la contaminación del embalse de As Conchas es “extremadamente peligrosa”
Siete vecinos, la Asociación de vecinos de As Conchas y la organización de consumidores CECU han demandado a varias administraciones gallegas por presunta mala gestión de una contaminación derivada del exceso de macrogranjas en la comarca de A Limia.
Palestina
Marcha a Gaza Poner el cuerpo contra el genocidio
Miles de activistas de todo el mundo participan en la Marcha a Gaza desde Egipto. Desde el movimiento solidario extremeño con Palestina, una reflexión acerca de la importancia de esta lucha y de su momento histórico.
La madeja
La Madeja Oído/lengua/vientre
El oído que deja de prestar atención a la palabra del amo y se vuelve, inclinado ligeramente hacia abajo, a las que durante siglos callaron y al fin abandonaron la mudez, no será nunca subyugado.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Un centro de salud desbordado y con cucarachas y otro pendiente de construir desde hace 22 años
Los vecinos del barrio de Comillas, en Carabanchel Bajo, se han manifestado para reclamar el nuevo centro de salud planificado desde 2003 y cuya parcela ya fue cedida por el Ayuntamiento a la CAM, que no da explicaciones por la paralización.
Centrales nucleares
Cierre de Almaraz Las empresas propietarias de Almaraz no acuerdan una propuesta conjunta para alargar la vida de la central
Solo Iberdrola y Endesa firman la propuesta de alargar la vida de Almaraz trasladada al MITECO. Naturgy se descuelga de la misma y bloquea su viabilidad, al estar la central explotada por las tres energéticas en un régimen de comunidad de bienes.
Más noticias
Israel
Oriente Próximo Israel mata al comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, que prepara “una respuesta contundente”
Israel ha atacado Irán en la madrugada del viernes 13 de junio con bombardeos de unos 200 aviones de combate. La Guardia Revolucionaria iraní ha confirmado la muerte de su comandante, el general Hossein Salamí.

Recomendadas

Derecho a la vivienda
Jaime Palomera “La vivienda necesita una revolución”
Investigador y uno de los fundadores del Sindicat de Llogateres, Jaime Palomera presenta ‘El secuestro de la vivienda’, un libro sobre el juego amañado en el que los propietarios son cada vez más ricos y los inquilinos cada vez más pobres.
Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Brasil
Extrema derecha Arte en tiempos de fascismo: cuando enseñar a Goya y Rubens le cuesta el puesto a un profesor
Una clase de Historia en la escuela municipal en una localidad del Estado de São Paulo desemboca en acusaciones contra el profesor y una campaña de difamaciones que encabeza el concejal de educación de la zona, de la extrema derecha bolsonarista.
Literatura
María Agúndez “El trabajo de limpiadora es muy digno, pero nadie quiere hacerlo”
La escritora retrata en ‘Casas limpias’ las contradicciones de quienes considerándose personas igualitarias y progresistas delegan los cuidados y la limpieza para evitar el conflicto y sostener su comodidad.