Crisis financiera
Diez años después, la crisis del capitalismo global nunca acabó realmente

El falso sentimiento de calma que existía antes de 2008 ha dado paso desde hace mucho tiempo a una fase de inestabilidad económica, social y política en los cuatro puntos cardinales.

Accion Banco de España 10 años de crisis
Acción en el Banco de España para conmemorar los diez años de crisis. David F. Sabadell
26 sep 2018 05:37

El 15 de septiembre marca el décimo aniversario de la caída de Lehman Brothers, el anteriormente poderoso banco de inversión estadounidense cuya dramática bancarrota aquel día de 2008 desató la peor crisis financiera desde la Gran Depresión de los años 30. Una década después, frecuentemente oímos la queja de que poco ha cambiado desde entonces: los bancos todavía son demasiado grandes para quebrar, las finanzas continúan dominando la actividad productiva, y los hogares comunes todavía no han sentido el impacto en sus bolsillos de una lenta recuperación económica. Pero esta continuidad que se percibe, aunque es claramente válida, sólo es parte de la historia. En realidad, mucho ha cambiado durante los últimos diez años —gran parte, por desgracia, para peor—.

En los años anteriores al desplome, el mundo aún se divertía en un estado de complacencia alimentado por el crédito. Durante esta llamada Gran Moderación, el ministro de Hacienda y luego primer ministro del Reino Unido Gordon Brown incluso presumió de forma infame de que los interminables ciclos de auge y crisis del pasado habían sido finalmente dominados y superados. Desde ese momento, no habría más crisis financieras.

Este falso sentimiento de calma ha dado paso desde hace mucho tiempo a la inestabilidad económica, social y política. Mirando hacia atrás, está claro que mucha de esta inestabilidad puede atribuirse directamente a la desastrosa forma en que los responsables de las políticas respondieron a la caída de 2008.

Privatizar beneficios, socializar pérdidas

A medida que los gobiernos de todo el globo rescataban a sus mayores bancos y asumían las obligaciones del sector financiero en un intento desesperado de impedir que el capitalismo global implosionara bajo el peso de otra Gran Depresión, en la práctica transformaron una crisis bancaria privada en una crisis de la deuda soberana. De 2010 en adelante, respondieron a esta auto-infligida crisis de deuda soberana con una política de austeridad extrema, recortando rápidamente el gasto público para pagar a los titulares de bonos —que a menudo resultaron ser las mismas instituciones financieras que habían sido rescatadas con dinero del contribuyente en 2008.

Este enfoque neoliberal de la gestión de la crisis —privatizar los beneficios de los banqueros y socializar sus pérdidas— a su vez intensificó una tradicional tendencia hacia el crecimiento de la desigualdad socioeconómico. Enfrentados a prestaciones sociales diezmadas, aumento del desempleo y salarios reales estancados o en descenso, muchos hogares no tenían más opción que adquirir aún más deuda simplemente para cubrir sus gastos básicos.

Como ahora sabemos, el evangelio de la austeridad fiscal iba a encontrar a sus predicadores más apasionados en la Unión Europea, donde la ferviente adopción de recortes presupuestarios y la resultante caída en la demanda agregada llevó a una década perdida y a varios brotes de pánico en el mercado que casi derribaron la Eurozona. En ningún sitio se sintieron las consecuencias más dolorosamente que en Grecia. Situada bajo la tutela de sus acreedores, el país redujo el gasto público y sufrió un colapso del rendimiento económico y los estándares de vida popular peores que los experimentados por Estados Unidos durante los años 30.

En Europa, como en el resto de lugares, esta devastación económica a su vez alimentó el conflicto social y la polarización política en auge. Durante esta segunda fase de la crisis capitalista global, los problemas fiscales del Estado se transformaron en la práctica en una verdadera crisis de legitimidad.

De la crisis financiera al conflicto civil

En 2011, el mundo fue testigo del estallido de protestas masivas alimentadas por una combinación de agudos agravios políticos y económicos. Empezando en las revoluciones de Túnez y Egipto, una ola de revueltas populares se extendió por la cuenca mediterránea y todo Oriente Medio, afectando profundamente en el proceso al orden regional establecido.

Durante la primavera y el verano, millones de personas tomaron las calles de Grecia y España en masivas protestas anti-austeridad, inspiradas directamente en la Primavera Árabe y a su vez inspirando al movimiento Occupy Wall Street que surgiría en Nueva York y se extendería rápidamente por el planeta poco después. En 2013, levantamientos similares convulsionaron Turquía y Brasil. El mundo estaba temblando.

Fue en los países árabes, sin embargo, donde estas movilizaciones sociales espectaculares tuvieron las consecuencias políticas con mayor alcance, derribando o desestabilizando varios regímenes dictatoriales arraigados antes de caer en el conflicto sectario, el terror contrarrevolucionario y —de forma más dramática en Siria, Libia y Yemen— la sangrienta guerra civil.

El conflicto violento, las intervenciones extranjeras y el posterior derrumbamiento de la autoridad estatal en partes de Siria y Libia causaron a su vez una gran crisis humanitaria que supuso que millones de personas buscaran refugio en países vecinos. En 2015, una parte relativamente menor de esta gente intentó brevemente hacerse camino a Europa, donde —a pesar de las acciones de solidaridad de base generalizadas— se encontraron a menudo con alambre de espino, centros de detención y una explosión de sentimiento anti-inmigrante fomentado por años de miseria inducida por la austeridad, en lo que polémicamente se vino a conocer como la “crisis de refugiados” europea.

En ese mismo tiempo, un repentino estallido del enfrentamiento civil en Ucrania llevó a Rusia y Occidente al borde del conflicto violento. Como argumenta convincentemente el historiador Adam Tooze, estas tensiones ya existentes en la antigua esfera soviética fueron drásticamente exacerbadas por las repercusiones económicas del crash de 2008.

Solucionar una crisis de deuda con más deuda

Mientras tanto, a medida que las consecuencias sociales y políticas de la crisis empezaron a hacerse sentir, y los cimientos del orden internacional de la posguerra parecían temblar, los principales bancos centrales del mundo —inflexibles para salvar el pellejo de los financieros privados y evitar una repetición de los años 30— respondieron con un experimento monetario sin precedentes.

No sólo bajaron las tasas de interés a mínimos históricos, sino que también se embarcaron en un agresivo programa de “expansión cuantitativa” (QE, por sus siglas en inglés) que supondría que los cuatro mayores bancos centrales inyectaran el equivalente a 15 billones de dólares de dinero nuevo en el sistema financiero global.

Aunque la economía mundial podrá soportar una serie de crisis aisladas en los mercados emergentes, hay un país cuya altísima carga de deuda, si implosionara, desestabilizaría la recuperación global. Ese país es China

En lugar de potenciar la actividad productiva, sin embargo, pronto quedó claro que este exceso de liquidez había desatado una nueva ola de inversión especulativa. Como resultado, nuevas burbujas financieras estallaron por todos lados: en el sector inmobiliario, en las acciones, en los créditos para estudiantes y automóviles, en bonos corporativos, en los mercados emergentes —en cualquier lugar donde tales inversiones parecieran rendir una tasa de retorno decente—.

Aparte de estimular el período de crecimiento más largo de la historia de la Bolsa en EE UU, el enorme incremento en la liquidez global también impulsó un renovado auge de préstamos internacional que causó que la deuda global se disparara hasta el 217% —su nivel más alto, un 40% sobre la zona de peligro alcanzada en la víspera del desplome en 2007.

En resumen, los responsables de la política y los banqueros centrales se propusieron resolver una crisis causada por demasiada deuda... ¡con aún más deuda! En ausencia de suficiente inversión productiva, esto siempre iba a ser una receta para el desastre.

Los efectos colaterales no intencionados ya están empezando a hacerse sentir en mercados emergentes como Turquía y Argentina, que pidieron prestado mucho dinero en dólares durante el boom impulsado por la QE. Ahora, mientras la Reserva Federal de EE UU desarticula su programa QE y se prepara para subir las tasas de interés, el capital está empezando a retornar desde los mercados emergentes a Estados Unidos, causando que el crecimiento en el Sur Global se ralentice y que el dólar estadounidense se fortalezca.

Si esto persiste, esta mezcla letal de crecimiento ralentizado, tasas de interés en aumento y un dólar estadounidense más fuerte socavará firmemente la capacidad de los deudores de los mercados emergentes para pagar sus deudas en dólares, lo que probablemente lleve a un nuevo pánico inversor.

Aunque la economía mundial probablemente podrá soportar una serie de crisis aisladas en los mercados emergentes, hay un país cuya altísima carga de deuda, si implosionara, desestabilizaría la recuperación global. Ese país es, por supuesto, China.

Mientras que la deuda china está mayoritariamente en manos chinas, su enorme expansión de crédito en la década pasada seguramente debe estar entre las más extremas de la historia. Se espera que la deuda total alcance el 327% del PIB para 2022, el doble del nivel de 2008, situando al motor industrial del capitalismo global entre las economías más fuertemente endeudadas del mundo. La explosión del crédito impulsó un boom en la construcción sin parangón que hizo que China vertiera un 45% más de hormigón en sus ciudades en tres años que lo que EE UU había consumido en todo el siglo precedente.

Demostró ser un espaldarazo para los países en vías de desarrollo exportadores de mercancías, y ciertamente ayudó a mantener al capitalismo global bajo control después de 2008. Pero el mismo auge impulsado por el crédito llevó también a un exceso de inversión gigantesco, dejando tras de sí enormes ciudades fantasma y una inmensa capacidad excedentaria junto a un grandísimo sector bancario paralelo de diez billones de dólares. Algunos temen que esta “madre de todas las burbujas” todavía pueda explotar y desatar más adelante un importante cataclismo financiero.

El desorden global que se retroalimenta

Incluso a falta de un escenario desastroso de ese tipo, sin embargo, la combinación de una desaceleración económica china y el final del estímulo monetario en EE UU ya está teniendo repercusiones de amplio alcance en otros lugares del mundo. Los efectos han golpeado especialmente duro a América Latina, provocando que su “Marea Rosa” de gobiernos progresistas retroceda rápidamente ante las cada vez peores condiciones económicas. 

Brasil, por su parte, de lejos la economía más grande de Latinoamérica, ha estado luchando recientemente contra la recesión más profunda y larga de su historia. Esta crisis pronunciada ha ido mano a mano de la intensa inestabilidad política, llevando a un “golpe constitucional” de derechas contra la presidenta Dilma Rousseff y dejando al ex presidente Lula en la cárcel con cargos de corrupción, forzándole a retirarse de la campaña presidencial del próximo año.

Una agitación parecida ha acosado tanto al Gobierno socialista de Maduro en Venezuela como al Gobierno neoliberal de Macri en Argentina, subrayando la naturaleza estructural de la crisis, que está golpeando a países vulnerables independientemente de las orientaciones ideológicas de quienes tienen el poder.

El alboroto más relevante de todos, sin embargo, es indudablemente el que está haciendo tambalear el viejo núcleo capitalista de la Unión Europea y Estados Unidos. Allí, desde 2016 en adelante, años de desconfianza provocada por la austeridad, décadas de desigualdad causada por la globalización —y la financiarización—, y siglos de racismo, nacionalismo y misoginia glorificados han culminado finalmente en un enfrentamiento político paralelo sin comparación en la historia de la posguerra.

A un lado del Atlántico, el ala aislacionista del Partido Conservador del Reino Unido, nostálgica de los días de gloria del Imperio Británico finalizados hace mucho tiempo, está amenazando con salir estrepitosamente de la Unión Europea sin un pacto adecuado, arriesgándose a un daño incalculable no sólo a su propia economía sino también a los nerviosos mercados financieros globales. Fuerzas reaccionarias similares están ahora progresando en el continente, agitando el espectro de una potencial desintegración de la UE.

Historia
Neobonapartismo, neofascismo y el imposible retorno a un capitalismo nacional

Duterte, Trump, Macron, Putin, Erdoğan... La editorial alemana Dietz se ha propuesto con Los nuevos bonapartistas entender las bases de un fenómeno, el del nuevo autoritarismo, que se extiende por todo el planeta.

Al otro lado, mientras tanto, el presidente de EE UU, Donald Trump, parece estar haciendo todo lo que puede para socavar la estabilidad y la futura viabilidad de su propio Gobierno. Pero a pesar de la aparentemente interminable sucesión de escándalos y controversias, mantiene el control sobre su cuenta de Twitter y las riendas de la política internacional, lo que le permite avivar divisiones internacionales y tensiones geopolíticas en medio de una intensificada guerra comercial con China.

La inmensa incertidumbre generada por esta intensificación del conflicto político doméstico e internacional está teniendo a su vez un efecto depresivo sobre la recuperación económica global- lo que, por su parte, por fuerza generará un mayor caos político en otros lugares, desencadenando un círculo vicioso de desorden que se retroalimenta.

Un espacio insospechado para la política

En resumen, la tormenta global desatada por el colapso de Lehman Brothers hace diez años no se ha calmado en absoluto. No sólo siguen hoy con nosotros las consecuencias del crash financiero, en forma de desigualdad en auge, deuda creciente y abrumadora inestabilidad política, sino que la crisis del capitalismo mismo persiste también y continúa haciendo estragos en todo el planeta, cambiando de aspecto constantemente a medida que se abre camino desde un trastorno a otro.
En este punto, es todavía demasiado pronto para decir si esta emergente política democrática del siglo XXI podrá tener éxito frente a una poderosa reacción nacionalista

Afortunadamente, sin embargo, no todos los cambios sociales y políticos desde 2008 han sido negativos. La misma dinámica desestabilizadora que trajo al mundo a Trump y al Brexit ha abierto también un espacio para la política anteriormente insospechado —incluyendo un tipo diferente de política comprometida con una alternativa verdaderamente emancipatoria y radicalmente democrática al presente desorden global.

Esta nueva política radical mostró su rostro por primera vez en los levantamientos globales que hicieron tambalearse al orden establecido de 2011 en adelante. Recientemente ha empezado a consolidarse en forma de vibrantes movimientos de base, formaciones políticas progresistas y candidaturas explícitamente socialistas que colectivamente buscan desafiar desde abajo el poder y los privilegios desbocados del “1%”.

Incluso en medio de la guerra civil siria, el conflicto más sangriento e inextricable que ha surgido a la sombra de la Gran Recesión, en una región tan a menudo privada de esperanza por un futuro mejor, la lucha por la autonomía democrática de los kurdos y sus aliados ha demostrado las posibilidades concretas de un proyecto político liberador en estos tiempos tumultuosos.

Rojava
David Graeber: “En Rojava saben que no te puedes librar del capitalismo si no te libras antes del patriarcado”

La mutación del capitalismo, la uberización del empleo, el poder del feminismo, la lacra moral de la deuda o el origen de la desigualdad son algunos de los temas que trata en esta entrevista el antropólogo estadounidense David Graeber, que visita Madrid para participar en un evento en apoyo al pueblo Kurdo y la revolución de Rojava.

En este punto, es todavía demasiado pronto para decir si esta emergente política democrática del siglo XXI podrá tener éxito frente a una poderosa reacción nacionalista. Pero si los dramáticos acontecimientos desde 2016 son algo a tener en cuenta, las consecuencias políticas de la crisis financiera global sólo están empezando. La verdadera confrontación, parece, está por llegar.

rOAR MAGAZINE
Artículo traducido por Eduardo Pérez para El Salto con el permiso de Roar Magazine: Ten years on, the crisis of global capitalism never really ended. Jerome Roos trabaja como becario en Economía Política Internacional en la London School of Economics, y es fundador de ROAR Magazine. Su primer libro, ¿Por qué no suspender pagos? La política económica de la deuda soberana, será publicado por Princeton University Press.

 

Crisis financiera
Cuenta atrás hasta la próxima crisis

El 15 de septiembre de 2008, el gigante financiero estadounidense Lehman Brothers quebró. Diez años después, la regulación financiera no ha cambiado mucho y las nuevas señales económicas parecen indicar que un nuevo capítulo en la historia de las crisis está por llegar.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Desigualdad
Green European Journal ¿Es posible dirigir una sociedad ingobernable?
La élite global está amasando una cantidad de riqueza inconcebible, el consumo se ha vuelto insaciable y existe una sobreexplotación temeraria de los recursos naturales y una creciente insatisfacción social: el 'statu quo' actual es insostenible.
#23570
27/9/2018 14:12

¿Hasta cuándo no se asumirá que la crisis de 2008 fue incubada con cálculo por quienes sacan provecho de las crisis del capitalismo desde su nacimiento?

Si no se señala a los culpables, seguirán campando y organizando el mundo para su provecho. Enfrentando a la gente y promoviendo guerras de las que sacan rédito canibal.

¿Quiénes son el famoso y opaco 1%? Pongámosles el cartel de wanted, dead or alive.

0
0
#23499
26/9/2018 14:53

http://lhblog.nuevaradio.org/b2-img/VandepitteMarx.pdf

0
0
País Vasco
Los audios del PNV El modus operandi del PNV en Mundaka: “Invita a tres personas, el resultado va a ser uno”
Hordago revela grabaciones exclusivas en las que el presidente de la Junta Municipal de la localidad de Busturialdea pide al entonces alcalde, Mikel Bilbao, que favorezca la contratación como asesor externo de un barón del partido.
País Vasco
País Vasco “En Osakidetza nos la van a dejar morir, vámonos a la privada”
Las listas de espera que reconoce el Departamento de Salud en respuesta parlamentaria no se corresponde con las citas que ofrece. Tampoco hay coincidencia con el dato público del número de médicos que compatibiliza la sanidad pública con la privada.
Galicia
Altri Vecinos, ecologistas y científicos saltan a Bruselas para frenar la celulosa que amenaza el corazón de Galicia
Las plataformas de vecinas afectadas y ambientalistas han podido reunirse con altos funcionarios de la Comisión Europea especializados en normativa medioambiental aupados por la eurodiputada del BNG Ana Miranda para seguir defendiéndose de Altri.
Cárceles
Carabanchel Tele Prisión, memoria audiovisual de una cárcel
Además de varias películas que se han acercado a la cárcel de Carabanchel, Tele Prisión fue un canal de televisión interno en el que participaron numerosos reclusos y algunos educadores de esa prisión madrileña. Emitió de 1985 a 1987.
Culturas
Culturas La FILMIG reflexiona sobre hacia dónde se dirige la producción cultural migrante en el Estado español
La primera edición de la Feria Itinerante del Libro Migrante convoca a Vivi Alfonsín, Moha Gerehou, Dagmary Olívar y Silvia Ramírez para dialogar sobre la creación y participación en la cultura de las personas migrantes y racializadas.
Genocidio
Rumbo a Gaza La Flotilla de la Libertad se prepara para zarpar hacia Gaza
Un carguero con 5.500 toneladas de ayuda humanitaria y tres barcos más cargados con cientos de personas, entre ellas observadores de los derechos humanos, personal médico, periodistas y políticos —incluida Ada Colau—, integrarán la Flotilla.

Últimas

Acoso escolar
Acoso escolar Obligan a ir a clase a una niña que denuncia acoso en un colegio concertado de Aranjuez
La Concejala de Educación ha emitido una carta que da una semana a la menor para acudir a clase, pese a contar con un diagnóstico de ansiedad y depresión.
Análisis
Desigualdad ¿Millennials Vs boomers? ¡No, es lucha de clases, amigo!
Aunque el discurso habitual enfrenta a los millennials con los baby boomers, este panorama general oculta la disparidad económica dentro de la generación de los millennials.
Ocupación israelí
Palestina El Salto te ofrece una camiseta para apoyar económicamente a la UNRWA
No cesamos de buscar nuevas vías para visibilizar un mayoritario clamor social que pide un alto el fuego al que apenas se da cabida en el discurso mediático convencional. Todos los beneficios de esta campaña irán destinados a la UNRWA.
Salud mental
Salud mental El Ayuntamiento de Valladolid de PP y Vox cancela unas jornadas sobre anticapacitismo
A 48 horas de celebrarse la primera de las charlas, el Servicio de Igualdad y Juventud suspendió el acto alegando que pocas personas estaban interesadas en asistir
Ocupación israelí
Ocupación israelí Más de 80 ciudades saldrán a la calle el 20 y 21 de abril para denunciar el genocidio israelí en Gaza
El movimiento de solidaridad con el pueblo palestino denuncia la complicidad del Gobierno español con la masacre al seguir comprando y vendiendo armas a Israel.
Más noticias
Palestina
Palestina El terror de gestar, parir y maternar en una tierra devastada
La violencia reproductiva sacude más que nunca Gaza, donde las ONG están reportando un incremento alarmante del número de abortos espontáneos causados por el estrés extremo que atraviesan las madres durante la gestación.
Violencia policial
Violencia institucional Iridia consigue reabrir judicialmente el caso de una muerte por pistola taser policial
Es uno de los 56 casos en los que ha litigado la entidad de derechos humanos en 2023 y en los que hay un total de 156 agentes o funcionarios encausados.
Especulación urbanística
Especulación urbanística El pelotazo de Las Cárcavas: cuatro torres de apartahoteles crecen a la sombra del futuro trazado de Fórmula 1
Los vecinos del barrio madrileño denuncian el desarrollo desde hace un año de viviendas turísticas donde debían situarse equipamiento para el barrio, justo en la zona del futuro circuito de carreras urbano.
Elecciones
Debate electoral Imanol Pradales esquiva el debate sobre Osakidetza tras sufrir una agresión en un mitin electoral
Imanol Pradales y Eneko Andueza mantuvieron un excelente entendimiento: los socios de Gobierno atacaron a Pello Otxandiano en cada bloque. Pradales se palpaba más asustado que Andueza, que se comportó de forma histriónica.
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.

Recomendadas

Historia
Historia Rubén Buren: “La memoria debe ser aquello que nos construye y nos une como ciudadanía”
El historiador y polifacético Rubén Buren coordina el libro 'La Segunda República', una oportunidad para dar a conocer este periodo a un público no especializado.
Culturas
Xirou Xiao “Mi mirada artística es constructiva y, por tanto, tiene en la educación su aliada”
La compañía de performers Cangrejo Pro; la exposición ‘Zhōngguó. El País del Centro’ o la película de Arantxa Echevarría ‘Chinas’ son algunos de los proyectos en relación a la comunidad china en Madrid con la impronta de Xirou Xiao.
Genocidio
Mkhaimar Abusada “Israel quiere quedarse en Gaza”
En esta conversación el doctor gazatí de Ciencias Políticas, Mkhaimar Abusada aborda la popularidad de Hamás en Gaza, las probabilidades de éxito israelí en la lucha por extinguir la insurgencia palestina o el futuro político del enclave.
Genocidio
Genocidio Clamor entre empleadas de las big tech ante la complicidad de Google con el genocidio israelí en Palestina
El gigante tecnológico de Silicon Valley ha firmado este mismo año un acuerdo de colaboración con Israel que, según sus propios trabajadores, puede aumentar la capacidad de videovigilancia y selección de objetivos militares a través de Google Photos.