Comunidad de Madrid
Extrabajadora del Hospital de Torrejón: “Nos decían que teníamos cinco minutos para atender a un paciente”
Rosa —nombre ficticio— es médica en la sanidad pública madrileña. Hizo su periodo de residencia de cuatro años, la formación práctica que toman los recién licenciados, en el Hospital Clínico San Carlos. Entre 2016 y 2018 trabajó en Atención Primaria y en las urgencias rurales. En 2019 le ofrecieron un contrato en el Hospital de Torrejón. La oferta era seductora y prometían que se convertiría en indefinida en breve. En ese momento desconocía que ese centro era gestionado por Ribera Salud y aún faltaban seis años para que unos audios, publicados por el diario El País, revelaran la voz de su CEO pidiendo rechazar pacientes para ganar más dinero. Aceptó y se incorporó en las Urgencias de este hospital. El primer día ya se dio cuenta de dónde estaba.
“En el listado de pacientes por atender, junto a su nombre, aparecía un color. El color indicaba si era residente del área de salud o si venía de fuera. Me vinieron a decir que lo que nos interesaba era hacer más pruebas a las personas que estaban fuera de área. Me impactó, pero no lo comenté con nadie”, asegura.
El Hospital de Torrejón, inaugurado por Esperanza Aguirre en 2011, era el décimo que estrenaba la que era presidenta de la Comunidad de Madrid bajo el mantra de la colaboración público-privada. Antes de esto, en 2009, el expresidente de Ribera Salud, Alberto de Rosa, había firmado un contrato con el por aquel entonces consejero de Sanidad, Juan José Güemes, para la construcción de este hospital y su gestión durante los próximos 30 años, por un valor de 2.127 millones de euros.
“En el listado de pacientes por atender, junto a su nombre, aparecía un color. El color indicaba si era residente del área de salud o si venía de fuera. Me vinieron a decir que lo que nos interesaba era hacer más pruebas a las personas que estaban fuera de área”
Atendería una población de 136.000 habitantes de Torrejón, Ajalvir, Daganzo, Fresno del Torote y Ribatejada. Según el pliego de condiciones, para su funcionamiento el hospital recibiría una prima por habitante de la zona de salud a la que atendía al año y un extra por los servicios de asistencia especializada prestados a los titulares de Tarjetas Sanitarias Individuales no incluidos en la población protegida.
Cinco minutos por paciente
Tal y como relata Rosa, el hospital desplegó diferentes estrategias para atraer a pacientes de otras zonas. Explica que con la llegada de una nueva gerente se inauguró un nuevo circuito en la Urgencia, llamado circuito cero, pensado para pacientes que venían con patalogías no muy graves y que pueden esperar. Es el caso de una conjuntivitis, heridas o caídas. “Nos ponían ahí siempre a dos personas. A veces llegaban a la urgencia pacientes que podían desestabilizarse más rápido y una de las dos personas se iba a la otra zona a atenderlos. Nos regañaban porque no podíamos abandonar ese área. Esto era una continua fuente de tensión”, explica Rosa. Para esta trabajadora, el objetivo era generar un circuito de entrada para mucha gente, “que se supiera entre los vecinos que había una atención más rápida en ese hospital y que vinieran de otras áreas”.
Esta profesional explica que en enero de 2020 sufrieron un ataque informático. “Estuvimos un mes trabajando en la Urgencia con informes realizados a mano”, relata mientras describe el posible riesgo para el paciente y la importancia legal de estos informes. “Tardábamos mucho en hacer los informes. Se empezaron a quejar de que tardábamos mucho en atender en el circuito cero, que no lo entendían. Nos dijeron que teníamos que invertir, como mucho, cinco minutos en atender a estos pacientes. Yo me negué y dije que iba a usar el tiempo que necesitara”, explica Rosa, mientras añade que era habitual que los trabajadores no las cumplieran este tipo de órdenes.
Un testimonio de un trabajadora actual del centro, publicado en La Sexta, añade más estrategias de la apuntada por Rosa para conseguir más pacientes: “Si atendemos habitantes de otras áreas de salud, el hospital va a ganar más dinero”, señala el profesional mientras relata que a cada servicio“le ponían un objetivo diferente en cuanto al dinero que tenían que ganar viendo ese tipo de pacientes”. La estrategia para conseguir que los pacientes de fuera eligieran este hospital y no otro, según indica el profesional, “era tener disponibles muchos huecos de primeras visitas” y, con ello, dejar “menos huecos para las revisiones de los pacientes crónicos”, lo que ha provocado “que patologías que se tienen que ver cada seis meses solo se pueden revisar cada año, o si se revisan cada año, se revisan cada año y medio”.
Un documento interno previo al escándalo desatado tras las grabaciones, apoyado por 250 trabajadores, y filtrado por eldiario.es, denunciaba estas prácticas que buscaban la rentabilidad por encima del paciente. “El personal del hospital de Torrejón asiste con incredulidad a una pérdida imparable de prestaciones basada exclusivamente en un presunto (y probablemente mal estimado) abaratamiento de los costes para la empresa”, explicaban.
Sanidad
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