Brasil
Bolsonaro sigue quemando etapas para provocar el autogolpe en Brasil

El presidente brasileño cesa al máximo jefe de la policía en un intento de tener el control del cuerpo. Con este gesto genera una crisis probablemente irreversible con Sérgio Moro, el popular ministro de Justicia y uno de sus pilares de gobierno. La actitud de Bolsonaro  afirma la línea que avanza un autogolpe militar provocado por el círculo de confianza del presidente.


Jair Bolsonaro selfie
Jair Bolsonaro se hace un selfie delante de una manifestación en 2015
24 abr 2020 14:34

Hace apenas una semana el presidente brasileño defenestró a su ministro de Salud, Luíz Henrique Mandetta, político que había cobrado prestigio social desde que adoptara las normativas prescritas por la Organización Mundia de la Salud en el combate al coronavirus. El sanitarista mantenía notorias discrepancias con el ex capitán al frente del gobierno, que en el tema coronavirus es un consumado negacionista.

Su destitución fue una decisión en solitario del gobernante que según los medios brasileños no habría contado con el apoyo del círculo de militares que acompañan su gestión y ni siquiera con el de sus colaboradores cercanos, entre ellos los ministros de Economía y de Justicia, Paulo Guedes y Sérgio Moro, que ha dimitido pasadas las 16h de la tarde hora española. Todos se manifestaron a favor de las directrices de Mandetta ante la pandemia, eso sí, teniendo la precaución de no desmentir en público las tesis radicalmente contrarias de Bolsonaro. Hay que tener en cuenta que Guedes y Moro constituyen dos soportes de sustentación del gobierno del ex militar.

Hoy, 24 de abril, Bolsonaro ha decidido dar otro golpe en la mesa relevando al jefe de la Policía Federal, Mauricio Valeixo. Lo hace tal vez reforzado por la manifestación de sus leales frente al Cuartel General del Ejército en Brasilia, el pasado domingo 19. Se convocaron en su apoyo y en explícita demanda de una asonada militar, una de las líneas en desarrollo en el complejo escenario político brasileño.

Las consignas coreadas no dejaron lugar a dudas: exigían la supresión de las instituciones del Estado explícitamente del Supremo Tribunal Federal (STF) y del congreso nacional y la instauración de una dictadura, a cuyo frente solicitaban al propio Bolsonaro, en el formato de la inaugurada en el país en 1964. Entre otras consignas, cabe destacar una en favor del Acta Institucional 5 (AI-5), que en aquella época dio poderes extraordinarios al presidente, suspendió las garantías individuales y, solapándose a la Constitución, suprimió, de hecho, su vigencia.

El mandatario salió al encuentro de sus seguidores y, desde la caja de una camioneta policial respondió en su tono habitual, con un breve discurso cuya síntesis extractamos: “Estoy aquí porque creo en vosotros y en Brasil. Nosotros no queremos negociar nada, queremos una acción en favor del país y un nuevo Brasil. Hay que ser patriota y poner a Brasil en el lugar que se merece. Se acabó el tiempo de la indignidad, ahora es el pueblo quien está en el poder”.

El episodio desencadenó una reacción unánime en contra del Supremo Tribunal Federal, de las asociaciones de abogados y jueces, los políticos brasileños y las entidades defensoras de las libertades y los derechos humanos. Como muestra, el tweet de Gilmar Mendes, uno de los jueces del STF: “La crisis del coronavirus solo será superada con responsabilidad política, con la unión de todos y la solidaridad. Invocar el AI-5 y el retorno de la dictadura es romper el compromiso con la Constitución y con el orden democrático. Dictadura Nunca Más”.

UNA HISTORIA EN CAPÍTULOS

En este marco se produce el relevo del jefe de la policía federal. Pero sucede que este alto mando es hombre de extrema confianza de Sérgio Moro, quien lo nombró en el cargo. Hay que recordar que el ex juez federal y actual titular de Justicia fue el articulador de la Operación Lava Jato, iniciativa judicial rodeada de un aura de cruzada moralizante. La gesta ha acarreado al ahora ministro Sérgio Moro un amplio apoyo y prestigio social, superior al que detenta el presidente.

La historia que acaba con la destitución del jefe policial tiene recorrido. Se inicia en agosto de 2019, cuando Bolsonaro anuncia que “por problemas de productividad” cambiaría a Ricardo Saadi, Jefe de la Policía Federal en Río de Janeiro (ámbito de actuación por excelencia de la mafia bolsonarista) y a renglón seguido intentó colocar en su lugar a Alexandre Silva Saraiva, jefe de la PF en Amazonas. Pero este movimiento suscitó la reacción negativa de la corporación policial y del ministro de Justicia Sérgio Moro, quienes estaban a favor de la designación de Henrique Oliveira Sousa, procedente de la PF de Pernambuco.

La disputa con Bolsonaro duró cerca de tres meses y hasta provocó uno de los proverbiales exabruptos del ex militar, “Si Moro quiere ese cambio va a tener que hablar conmigo. Quien manda aquí soy yo y lo quiero dejar bien claro”. Sin embargo, finalmente el presidente dio marcha atrás y quien tomó posesión fue el candidato de Moro y del cuerpo policial.

El juez Sérgio Moro y el Jefe de la Policía Federal que acaba de ser destituido, tienen al presidente y a su clan en un puño y eso es intolerable para Bolsonaro.

Bolsonaro y su clan integrado por sus hijos y un grupo cerrado son conscientes de su vulnerabilidad. Su implicación en el asesinato de Marielle Franco y su chófer Ánderson Gomes es algo sobre lo que pocos dudan, así como que son los articuladores y legitimadores políticos de Las Milicias, una vasta red delictiva, parapolicial y paramilitar que opera en el Estado de Río de Janeiro. También es casi de dominio público la vinculación de los Bolsonaro con la llamada Oficina del Crimen, cuyo responsable más visible –el ex capitán Adriano Magalhães da Nôbrega- fuera asesinado hace poco tiempo en una truculenta operación policial, en evidente clave de “quema de archivo”.

EN PELIGRO LA CARRERA DEL PRESIDENTE Y DE SU PROPIO ENTORNO

Según diversos analistas brasileños, si alguien de la cúpula institucional –judicial y/o policial- pusiera alguna voluntad de esclarecimiento podría demostrar sin mayores dificultades la responsabilidad directa de Bolsonaro y los suyos en este extenso magma criminal y delictivo. Equivale a decir que el juez Moro y el Jefe de la Policía Federal que acaba de ser destituido, tienen al presidente y a su clan en un puño y eso es intolerable para Bolsonaro.

Para colmo, en los últimos días un elemento emergente agravó este cuadro de amenaza sobre el ex militar y su círculo áulico: la policía federal investigó una fuente de fake news a cuyo frente estarían los hijos del presidente, destinada a atacar a los adversarios políticos del bolsonarismo. Y las pesquisas habrían llegado a pruebas concluyentes de que este “gabinete del odio” estaría promovido directamente desde la casa de gobierno, en Brasília.

Esta habría sido la gota que rebalsó el vaso y llevó a Bolsonaro a fulminar al máximo jefe policial, parece evidente que sintió que estaba en juego la supervivencia de su clan y de él mismo. El ex capitán, que pocos días atrás no vaciló en quitarse de encima al “estorbo Mandetta” para seguir sin impedimentos con su política negacionista del coronavirus ─por imperativos quizá aún más acuciantes─ ahora se mueve para reemplazar al jefe policial por un mando de su confianza, cuyo nombre aún no es público.

A esta situación, se suma un agravante que amplifica el sino de Espada de Damocles sobre la cabeza del presidente: las conocidas pretensiones de Sérgio Moro de presentarse a las elecciones de 2022, en las que disputaría a Bolsonaro la presidencia del país. Fácil es deducir que poco costaría a Moro destrabar las investigaciones policiales sobre los delitos de la cofradía y así ─por la vía judicial─ quitar de en medio al desequilibrado mandatario. Después de todo, el ex juez ya probó con Lula su habilidad para sacar de la carrera a un candidato que podría haber disputado la presidencia a Bolsonaro, con buenas posibilidades de éxito.

EN LAS ÚLTIMAS HORAS CIRCULAN RUMORES ENCONTRADOS

La situación aún es confusa. Las versiones más consolidadas afirman que Moro ha presentado al presidente su renuncia irrevocable. Esto constituye un problema para Bolsonaro y la cúpula militar que le circunda. Que renuncie el ministro de mayor prestigio da mala imagen y debilita al gobierno, por ello tanto Bolsonaro como los generales Walter Souza Braga Netto y Luiz Eduardo Ramos ─muy próximos al ejecutivo─- estarían intentando hacer desistir de su decisión al ministro Moro. Y aquí los medios brasileños se dividen: algunos sostienen que el ministro estaría decidido a dimitir y otros, que el ministro aceptaría quedarse a condición de nombrar al sustituto del alto jefe policial. Afirman que su candidato sería el director de la Depen, Fabiano Bordignon. Por otra parte, Bolsonaro no desistiría de ser él quien imponga al nuevo mando y sería favorable a la designación de Alexandre Ramagen director general de la Abin (Agencia Brasileña de Inteligencia) o, en su defecto, del secretario de Seguridad Pública de Brasília, Anderson Torres. Y, yendo más lejos, otros medios afirman que Bolsonaro estaría dispuesto incluso a prescindir del ministro Moro y ya tendría el nombre de su sustituto ─sería Jorge Oliveira, de la secretaria general de la presidencia─ en caso de que el ex juez se mostrase irreductible a negociar el nombramiento del próximo jefe de la policía militar.

En las próximas horas se dirimirá el episodio, pero de lo que no cabe duda es que esta jugada implica una conmoción en el interior del gobierno. La biografía de Jair Bolsonaro lo retrata como un hombre de audacia, al límite de la cordura. Jugar con fuego le pone y el paso que acaba de dar podría interpretarse como un nuevo avance en favor del (auto)golpe que sus más fieles le instigan a dar. Para más inri, habría un segundo frente de conflicto en la cúpula gubernamental y sería con el ministro de Hacienda Paulo Guedes, el otro pilar del gobierno Bolsonaro. Algunos de sus proyectos estratégicos estarían siendo congelados en los cajones del escritorio presidencial y se rumorea que el presidente ya no está tan convencido de la eficacia de las recetas hÍper neoliberales del ministro para dar una salida consistente a la mayor recesión en la historia del país.

La analista del periódico O Globo, Miriam Leitão, en su columna de hoy, compara la crisis del gobierno Bolsonaro con la caída de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001. Sin augurar cualquier desenlace final, afirma que el presidente habría decidido atacar a los dos pilares de sustentación del actual gobierno: los ministros Sérgio Moro y Paulo Guedes.

Actualizado tras la rueda de prensa de Moro

El ministro de Justicia renunció sí, pero cayó tirando y dejó el camino expedito para un impeachment al presidente Jair Bolsonaro. En la rueda de prensa que acaba de dar en la tarde del 24 de abril ante los periodistas en que anunció su decisión, acusó al presidente de haber cometido crimen de responsabilidad al destituir al director de la Policía federal, para reemplazarlo por alguien en quien confiase, que le pase información confidencial sobre las investigaciones de crímenes protagonizados por su familia. Más claro, agua.

Y, hasta confidenció que Bolsonaro se lo habría dicho sin tapujos: “el presidente me comentó que pretendía nombrar al nuevo cargo, para poder tener informaciones personales. Y eso no es función de la Policía Federal”, denunció. “Tampoco es función del presidente, tener comunicaciones permanentes para obtener informaciones personales. Ese es un valor fundamental que debemos preservar dentro de un estado democrático de derecho”, agregó.

De pasada, hizo un elogio explícito a la gestión en ese ámbito de la depuesta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores, reconociéndole haber dado autonomía e independencia a la Policía Federal durante el período de la Operación Lava Jato, que comandara el propio Moro. Como para no dejar dudas respecto a la intención de sus declaraciones, acrecentó: “Tenemos que garantizar la autonomía de la Policía Federal contra las interferencias políticas”. A renglón seguido, se refirió directamente a Bolsonaro: “Me había garantizado autonomía”. Y aseguró que él no se habría opuesto a la sustitución del director de la Policía Federal, si hubiera habido causas consistentes para ello, “pero no puedo concordar con esto, voy a empaquetar mis cosas y a presentar mi carta de renuncia”, concluyó, recibiendo un fuerte aplauso de los periodistas presentes.

Archivado en: Brasil
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Brasil
Extrema derecha Arte en tiempos de fascismo: cuando enseñar a Goya y Rubens le cuesta el puesto a un profesor
Una clase de Historia en la escuela municipal en una localidad del Estado de São Paulo desemboca en acusaciones contra el profesor y una campaña de difamaciones que encabeza el concejal de educación de la zona, de la extrema derecha bolsonarista.
COP30
COP30 Rumbo a la COP30: entre la retórica de eliminar los combustibles fósiles y la perforación de la Amazonía
Mientras el presidente de la COP30 insta en una carta a abandonar los combustibles fósiles en los sistemas energéticos, la agencia ambiental brasileña autoriza la perforación en una cuenca petrolera de alta sensibilidad cerca del río Amazonas.
Rafalé
24/4/2020 18:57

La situación de Brasil tiene muy difícil encauzamiento. Aun la pésima gestión de la emergencia sanitaria, la arrogancia de su líder y equipo, no parece atisbarse alternativa que una salida complicada. Esperemos que el pueblo emerja para derrocar a la injusticia y al tirano. Adelante!

5
2
Baleares
Un modelo insostenible El rechazo a la turistificación se expande en Canarias, Baleares y Barcelona
Tras la masiva manifestación en las Islas Canarias del pasado mayo, Palma de Mallorca, Barcelona y San Sebastián salen este 15 de junio a la calle contra un modelo de turismo desmedido insostenible para el territorio y sus habitantes.
Oriente Medio
Oriente Medio Decenas de muertos en una noche de sirenas y misiles cruzados entre Israel e Irán
Después del ataque israelí contra la infraestructura energética y militar iraní, cientos de misiles iraníes atraviesan el cielo israelí e impactan en Tel Aviv, Bat Yam, Tamra y Haifa.
Galicia
Galicia Activistas bloquean una planta de Altri en Portugal y avisan de que frenarán su expansión en Galicia
El grupo atrancó con cadenas y soldadura las entradas de la planta de Celbi en Leirosa, en la mayor acción directa hasta el momento contra la expansión de la multinacional papelera en territorio gallego: “O povo é quem para Altri”.
Crónica
Justicia En la sala de un juicio a una madre protectora
Esta es una crónica de un juicio a una mujer que pidió medidas por sospechar de abusos sexuales a su hija en el domicilio paterno sin que ninguna institución moviera un dedo y, un mes después, cogió un vuelo a su país para intentar protegerla.
Violencia machista
El Estado que revictimiza Violencia institucional: “Si lo hubiera sabido antes, no hubiera denunciado nunca”
Rocío ha sufrido violencia psicológica, física y sexual por parte de su expareja. Y también violencia institucional en todas las puertas de la red de recursos institucionales que ha ido atravesando.
Editorial
Editorial Justicia irracional
Por acción o por omisión, las instituciones violentan a las mujeres. Se llama violencia institucional.
Relato
Relato Rendirse
A mi pesar me tocaba compartir mesa con aquellos documentos y, como estaba de los primeros (no lo habría imaginado al llegar), ya no conseguía quedar por encima, con lo que me gusta.
Madrid
Movimiento republicano Miles de personas claman en Madrid contra la monarquía y por la República
En el 11 aniversario de la proclamación de Felipe VI, una marcha unitaria reclama que este reinado sea el último de España.
Rap
Rap Los Chikos del Maíz: “La música urbana está llena de fachas y votantes de Vox”
Tras un fin de gira accidentado, Toni y Nega dan una tregua indefinida a su proyecto con dos conciertos en Madrid. Horas antes de llenar la sala en la primera cita, visitan la redacción de El Salto.
Río Arriba
Río Arriba Luis González Reyes: “Vivimos en un mundo en la que la escasez es un elemento central”
Primera entrevista del programa Río Arriba en formato podcast y vídeo donde hablamos de las nuevas guerras neocoloniales por recursos en la era de Trump y Putin, de la escasez, del decrecimiento y el colapsismo.

Últimas

Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
La vida y ya
La vida y ya Un rato de cada lunes
Pero, lo más coincidente ha sido, expresado de distintas maneras, su agradecimiento hacia ese lugar. Su lugar elegido.
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Galicia
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar a Altri
Queremos investigar a los responsables políticos y empresariales del que podría ser el mayor atentado ambiental de la historia reciente de Galicia.
Que no te lo cuenten
El Salto Radio De océanos y detenciones
VV.AA.
La acidificación del agua marina supera sus límites mientras Israel aborda la Flotilla por la Libertad.
Más noticias
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.
Argentina
Extrema derecha La motosierra de Milei se ceba con los hospitales públicos y las personas con discapacidad
Los recortes del Gobierno afectan al Hospital Garrahan, un centro de alta complejidad, referente pediátrico nacional y latinoamericano, y también a los recursos de las personas con discapacidad, a los que el ejecutivo califica de “idiotas”.

Recomendadas

Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.
Derecho a la vivienda
Jaime Palomera “La vivienda necesita una revolución”
Investigador y uno de los fundadores del Sindicat de Llogateres, Jaime Palomera presenta ‘El secuestro de la vivienda’, un libro sobre el juego amañado en el que los propietarios son cada vez más ricos y los inquilinos cada vez más pobres.
Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Brasil
Extrema derecha Arte en tiempos de fascismo: cuando enseñar a Goya y Rubens le cuesta el puesto a un profesor
Una clase de Historia en la escuela municipal en una localidad del Estado de São Paulo desemboca en acusaciones contra el profesor y una campaña de difamaciones que encabeza el concejal de educación de la zona, de la extrema derecha bolsonarista.