Bilbao
Cenas solidarias contra el abandono de 80 migrantes que serán desalojados de Consonni y Lancor

Cerca de 80 jóvenes migrantes sobreviven en los pabellones de Consonni y Lancor, en Zorrotzaurre, isla que el Ayuntamiento de Bilbao ha vendido como el nuevo Manhattan. Ante la amenaza de derribo de estos pabellones municipales y el acoso policial de las últimas semanas, la agrupación de vecinas B-KAS (Bilboko Kaleko Afari Solidarioak), ha organizado la tarde del primer viernes de octubre las llamadas cenas solidarias dando respuesta, una vez más, ante la inoperancia del Gobierno local de Juan Mari Aburto. La noche ha llegado con un sabor diferente a este rincón insular olvidado.
Una gran pancarta ha presidido las ollas en ebullición en torno a las cuales se han sentado muchos de los que pasan las noches en estos pabellones: “Aquí sobre vivimos”, se lee telegrafiado con separaciones. Y también “Inor ez da ilegala”. La mayoría “son chavales”, explican las organizadoras. Ellos mismos se han animado y se han sumado a la preparación de los ingredientes para preparase platos calientes de los que han comido todas.

El objetivo, según explican las vecinas, es “evitar un intento de desalojo ilegal sin ofrecer alternativa alguna” y presionar al Ayuntamiento de Bilbao, propietario de ambos edificios, para que abra un canal de negociación. “Es su obligación garantizar los derechos de todas las vecinas y vecinos de Bilbao”, recuerdan. Una comitiva, entre ellas la concejala María del Río, de EH Bildu, ha podido recorrer el interior de los pabellones. Luego ha salido una pelota de los pies de alguien. Las organizadoras dicen que la acción ha sido exitosa. Parece que algo se mueve. De momento, se avecina chocolatada para el próximo sábado 11 de octubre, según se ha informado.

Las cenas, además de una acción política, son necesarias. Recordamos las palabras de Youssef hace unos días: “Hace poco pasamos tres o cuatro días sin comer algo caliente. Dormimos rodeados de ratas, es serio, es peligroso para la salud”, relataba.

Las organizaciones recuerdan que la legislación vigente reconoce incluso una chabola o una tienda de campaña como domicilio protegido, por lo que cualquier desalojo exige autorización judicial y un plan previo de realojo. “La regeneración urbana no puede levantarse sobre la exclusión y la represión”.
Con las cenas solidarias, B-KAS revela de nuevo la incomparecencia del Ayuntamiento: “En un barrio en el que se van a construir miles de viviendas, lo mínimo es garantizar un techo a quienes hoy son empujados a la calle”, concluyen.
Cenas solidarias antirracistas
Estas mismas cenas han sido perseguidas y estigmatizadas por una parte de la política institucional y algunos grupúsculos alimentados en redes de odio en Telegram. Fue el caso en Donostia. Allí el Gobierno local, formado por PNV y PSE, compró el discurso ultraderechista y decidió prohibir el reparto de comida que se hacía “con permiso tácito” desde 2021.

Todo ocurrió tras una serie de protestas racistas y aporofóbicas donde algunos manifestantes denunciaban la supuesta “inseguridad” y acabaron profiriendo insultos hacia las personas que participaban en la iniciativa solidaria.
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El “inminente” derribo de dos pabellones en Zorrotzaurre supondría el desalojo ilegal de unas 80 personas
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