València
La oposición cuestiona la gestión de la alcaldesa de València en la dana por los 17 muertos en las pedanías

El 29 de octubre de 2024, diecisiete personas perdieron la vida en las pedanías de La Torre, Castellar L´Oliveral y Forn d´Alcedo. Esta cifra sitúa a la capital valenciana como el tercer municipio con más muertes en todo el territorio afectado por la dana. El Plan de Actuación Municipal ante el riesgo de inundaciones de València, fue aprobado en 2018. Un documento que detalla los pasos a seguir en caso de riesgo de inundaciones: activar el Cecopal, comunicarse con los municipios “aguas arriba”, avisar a la población con carácter preventivo, coordinar la evacuación de zonas de riesgo, reforzar los servicios de emergencias, poner a disposición de la emergencia medios y recursos tanto públicos como privados, y utilizar canales de comunicación municipales.
Lucía Beamud, concejala de Compromís y vecina de La Torre, que vivió el desastre en primera persona, relata que el protocolo municipal, simplemente, se ignoró: “No se suspendieron clases, no se informó ni evacuó a la población, no se hizo un seguimiento de caudales ni se pidió información a municipios de río arriba, no sé desplegó un operativo sobre el terreno ante la alerta máxima por riesgo de lluvias torrenciales, nada de lo que el Ayuntamiento tenía en su mano como medidas preventivas se desarrolló ese día”.
“No se activó ningún protocolo específico de inundación y cada dotación actuó por su cuenta, bajo su propio criterio y responsabilidad”, explica un bombero que ha preferido no desvelar su identidad
La alcaldesa de València, María José Català, ha defendido en varias ocasiones que sí se activó el Cecopal, el centro de coordinación municipal. Pero, subraya Beamud, no basta con convocar una reunión si luego no se despliegan medidas: “El Cecopal se activó a las ocho, pero a partir de ahí no se tomaron decisiones útiles”. La edil pone como ejemplo que no se utilizaron los sistemas de megafonía, así como tampoco se enviaron avisos desde AppValència, ni hubo órdenes claras de evacuación. “La gente se quedó a oscuras, sin información ni ayuda,” lamenta.
Desde dentro del propio servicio de emergencias municipal, los bomberos del Ayuntamiento de València, han denunciado la situación a la que se enfrentaron en aquella fatídica jornada: “No se activó ningún protocolo específico de inundación y cada dotación actuó por su cuenta, bajo su propio criterio y responsabilidad, con los escasos medios disponibles durante la noche del 29 de octubre”, explica un bombero que ha preferido no desvelar su identidad.
El bombero relata que uno de sus compañeros llegó a proponer a primera hora del día que se activara el Grupo de Buceo como medida preventiva, y la respuesta fue que en principio no era necesario
Su relato apunta a una ausencia total de mando: “No hubo ningún tipo de orden previa por parte de la Jefatura de Bomberos”, explica. El bombero relata que uno de sus compañeros llegó a proponer a primera hora del día que se activara el Grupo de Buceo como medida preventiva, y la respuesta fue que en principio no era necesario. “Durante toda la jornada, ni el personal operativo ni el no operativo recibieron ninguna alerta ni instrucción oficial en relación con el episodio de lluvias”, sostiene.
En cuanto a las medidas preventivas (avisos, evacuaciones) que podrían haberse tomado, denuncia que “ni siquiera se activó a los bomberos desde el Cecopal ni desde el Cecopi como si se tratara de una emergencia de ciudad, por lo que difícilmente se iban a emitir avisos a la población”. Bajo su criterio, lo mínimo hubiera sido “difundir comunicados oficiales, por ejemplo en forma de bando municipal y, sobre todo, haber solicitado la presencia de un contingente mucho mayor de personal de emergencias, eso no se hizo”.
La sensación de desamparo fue generalizada entre el personal de bomberos, tal y como relata este bombero “la noche del 29 fue caótica y se trabajó con la sensación clara de ausencia de respaldo”. Para él, lo más grave, sin embargo, fue lo ocurrido en los días posteriores: hasta el 4 de noviembre −casi cinco días después− no se movilizó al Grupo de Buceo, ni a la Unidad Canina, ni al conjunto del personal de guardia. Mientras tanto, la mayoría de parques permanecían con sus dotaciones de servicio interno, realizando prácticas, pese a ser plenamente conscientes de la magnitud de lo ocurrido en zonas como La Torre, que eran competencia directa del Ayuntamiento de València. “Solo se mantuvo activa una dotación reducida de 12 personas de guardia, cuando se necesitaba una respuesta masiva”, lamenta.
Las consecuencias de la ausencia de movilización del parque de bomberos municipal
Lucía Beamud lamenta que no se difundieran avisos ni se tomaran medidas de precaución. “Es doloroso saber que la única barca de bomberos que entró en La Torre, lo hizo porque el bombero se saltó las órdenes. Fue a rescatarnos bajo su riesgo de recibir represalias.”
La concejala sostiene que ese vacío de instrucciones dejó a los vecinos en completa indefensión: “Si la Generalitat y el Ayuntamiento hubiesen hecho su trabajo y hubiesen prevenido a la población de que una inundación era posible, mucha gente hubiese vuelto antes a casa o no hubiese salido a mover el coche de sitio. Si se hubiese avisado, muchas muertes no se hubiesen producido. La mayoría fueron muertes evitables.”
Nicolás I. F., vecino de la calle Ismael Blat, logró ponerse a salvo a tiempo. “Recibí una llamada de mi hermana que me avisaba de que el agua empezaba a entrar al garaje. Bajé a verlo y al principio eran solo unos centímetros, pero en cuestión de segundos empezó a entrar agua con más fuerza en el garaje”, relata
Su denuncia remite a uno de los episodios más dramáticos de la catástrofe: el fallecimiento de ocho vecinos en el garaje de un edificio de la calle Mariano Brull, en La Torre, cuando bajaron a intentar salvar sus vehículos. Tal y como informaron diversos medios, las víctimas quedaron atrapadas por la riada en cuestión de minutos.
A escasos metros de ese edificio, Nicolás I. F., vecino de la calle Ismael Blat, logró ponerse a salvo a tiempo. “Recibí una llamada de mi hermana que me avisaba de que el agua empezaba a entrar al garaje. Bajé a verlo y al principio eran solo unos centímetros, pero en cuestión de segundos empezó a entrar agua con más fuerza en el garaje”, relata. En ese momento decidió sacar el coche a la calle y muy pocos minutos después, “al abrir la puerta del vehículo, el agua entró de golpe, y vi que ya venía arrastrando contenedores y otros vehículos”.
Este vecino explica que la corriente era tan fuerte que apenas podía mantenerse en pie, “mi familia me gritaba desde la ventana para que me pusiera a salvo. Tuve que avanzar con muchísimo cuidado, con el agua por la cintura ya, esquivando coches y contenedores flotando, hasta conseguir llegar al portal”. La puerta del edificio se había bloqueado por el agua, cuenta, “pero entre mi mujer y yo, conseguimos abrirla y ponerme a salvo”.
Nicolás relata como a partir de ese punto el agua entraba en su vivienda, situada en la entreplanta, y se llevaba el coche que había intentado salvar. “Cuando llegó la alerta ya teníamos la vivienda inundada”, lamenta. Para este vecino fue una experiencia muy traumática, “aunque en mi caso tuve la suerte de no perder la vida, el miedo y la tensión de aquel momento siguen presentes”. Las secuelas de aquella experiencia siguen ahí: “A nivel psicológico seguimos afectados y vivimos con preocupación, porque sabemos que nuestra zona es inundable y que podrían volver a ocurrir episodios similares”.
Borja Sanjuán, portavoz del PSPV: “Somos el tercer municipio con más víctimas mortales, 17. La jueza de la dana está diciendo claramente que eran muertes evitables si se hubiera avisado a tiempo. Esas personas podían haberse salvado”
Borja Sanjuán, portavoz del PSPV en el Ayuntamiento, coincide con Beamud en que el Plan Municipal de Inundaciones aunque estaba a disposición del consistorio, no se aplicó: “Nada de lo que contempla el plan se aplicó y hay dos diferencias fundamentales con otros municipios”. El edil se refiere a que València tiene medios propios con los que asumir esas responsabilidades, que además recaen directamente en la alcaldesa, algo de lo que carecen los municipios del área metropolitana. Y la segunda diferencia es que “desde este ayuntamiento no se ha responsabilizado a la Generalitat de la falta de comunicación con los municipios, ni siquiera se han hecho públicas las comunicaciones entre ellos”. Algo que para Sanjuán pone de manifiesto “que asumen de facto que podían y el plan dice que debían.”
Sanjuán recuerda que las consecuencias se midieron en vidas humanas: “Somos el tercer municipio con más víctimas mortales, 17. La jueza de la dana está diciendo claramente que eran muertes evitables si se hubiera avisado a tiempo. Esas personas podían haberse salvado, de eso estamos hablando.”
Navalón, portavoz de Podem València: “Si alguien incumple sus obligaciones y de ello derivan muertes, hay una responsabilidad. Hablamos de gestión criminal, y la justicia no puede olvidar la inacción de Catalá y su equipo.”
Adrián Navalón, portavoz de Podem València ha señalado que la responsabilidad es compartida con la Generalitat: “Avisar era obligación tanto de la Generalitat como del Ayuntamiento. Ni Mazón ni Catalá avisaron a nadie de que venía una riada”. Para Navalón, esta gestión “homicida costó vidas y tendrá que dar cuenta de ello en el Congreso porque desde Podem hemos citado a la alcaldesa a la Comisión de Investigación”, e insiste en la negligencia del Ayuntamiento de València: “Si alguien incumple sus obligaciones y de ello derivan muertes, hay una responsabilidad. Hablamos de gestión criminal, y la justicia no puede olvidar la inacción de Catalá y su equipo.”
Según la concejala de Compromís, tras la catástrofe Català defendió que València no había sufrido el impacto directo de la dana, minimizando la gravedad del desastre en la capital: “Cuando hablamos del 29 de octubre enseguida pensamos en Mazón, en su dinarot, en su negligencia y la del Consell. En el gran vacío de información, eliminando los videos del Palau de la Generalitat para no saber a qué horas entró o salió el President, o dando órdenes a ÀPunt para no se publiquen videos del Cecopi y como han ido jugando con la gente con soberbia. Pero la negligencia del PP no solo se queda en el gobierno valenciano, también lo encontramos en la alcaldesa de València. El PP ha querido construir el relato de que la dana no afectó a la capital y eso es simplemente falso.”
Una de las defensas más repetidas por Català fue atribuir a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) un supuesto “apagón informativo”, alegando que el Ayuntamiento no disponía de datos suficientes para anticipar la magnitud de la riada.
Sin embargo, la jueza instructora de la causa, Nuria Ruiz Tobarra, ha requerido a la Generalitat y a À Punt la entrega de las imágenes del Cecopi que hasta ahora no se habían facilitado. Estas grabaciones prueban que la administración autonómica disponía de información sobre la evolución de la emergencia que no llegó a la población con la debida antelación ni claridad.
La incógnita de la comunicacion entre Català y el Cecopi
Queda por aclarar, sin embargo, si existió comunicación efectiva entre el Ayuntamiento de València y el Gobierno autonómico durante la crisis. Cuatro meses después de la riada, la comisión de estudio sobre la dana celebrada en el Ayuntamiento de València, se saldó con 40 comparecencias de técnicos y expertos, más como un proceso de mejora que como un examen a la gestión, y sin la presencia de ningún responsable político ni de la oposición.
La jueza instruye la causa para determinar si hubo negligencias en la gestión y esclarecer si procede imputar responsabilidades penales por omisión del deber de socorro o de funciones públicas. Amnistía Internacional, en su informe de abril de 2025, constató la vulneración de derechos humanos durante la catástrofe, incumpliendo estándares internacionales de protección en catástrofes naturales, al no haberse informado con suficiente antelación a la población sobre la llegada de la riada.
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