Urbanismo
Espacios intermedios: ¿tiene cabida la mentalidad comunitaria entre vecinos?

El barrio de Sant Marcel·lí, en València, es un ejemplo del desaprovechamiento y la dejadez de las zonas comunitarias vecinales. Si hay voluntad, las oportunidades de creación de espacios de sociabilización a escala barrio son inmensas.
22 jul 2021 06:00

Da la sensación de que el urbanismo se ha detenido aquí. En la calle hay más persianas bajadas que comercios con clientes. Cemento y ladrillo visto —ese amarillento que surca España de comunidad autónoma en comunidad autónoma, siempre en barrios obreros nacidos de la explosión demográfica— en lugar de vegetación y zonas de encuentro vecinal. Amabilidad no es el sustantivo que se desprende de este barrio, que es el de Sant Marcel·lí, en València.

Plazas duras y espacios poco simpáticos con la vida comunal, pero vecinos que sí que lo son, y que tienen la voluntad de transformar su barrio para devolverle los valores propios de una sociedad a escala microlocal, conformada desde la red de apoyos. De hecho, un grupo de estos vecinos está reunido en la plaza de la Alquería dels Balcons. Comprueban el estado de la vegetación que plantaron tiempo atrás, debaten temas comunes. “Las personas tenemos mucha capacidad de hacer si nos dejan, no tiene que venir nadie a dar permiso ni nada. Que no nos pongan pegas, la ley pone pegas. Somos vecinos, simplemente, no es cosa de una asociación”, expone uno de ellos. “Tenemos un grupo de consumo para poder acceder a un banco de semillas, pero no queremos poner títulos ni eslóganes, porque lo que hace eso es dividir”.

¿Qué son los espacios intermedios?

El catedrático de urbanismo Manuel de Solà-Morales describió los espacios intermedios como espacios públicos absorbidos por usos particulares y espacios privados que adquieren una utilización colectiva. Es decir, un limbo con connotaciones —que deberían ser positivas— en el que la propiedad y la gestión pública conviven con la iniciativa y las acciones particulares de los ciudadanos.

Espacios Intermedios Valencia - 2

Los espacios intermedios son lugares-oportunidad. Aquí no hay que prestar atención al concepto de propiedad, sino a quién y cómo lo vive y lo usa. Para comprender el potencial de los espacios intermedios hay que abandonar la idea administrativo-mercantil de quién tiene la titularidad del espacio.

Un modelo integrado de activación de los patios de manzana del barrio de Sant Marcel·lí

Según estimaciones de la ONU, en 2050 un 68% de la población mundial vivirá en ciudades. El investigador en urbanismo Fernando Álvarez parte de este dato para proponer una solución a los espacios carentes de uso en las ciudades, tomando para ello el barrio de Sant Marcel·lí.

Álvarez señala el exceso de parque móvil de València —hay más de un coche rodando o estacionado por cada dos personas—, la trama urbana que responde a un crecimiento acelerado durante la segunda mitad del siglo XX y a  la estrategia urbana enfocada en grandes proyectos que se experimentó a principios del siglo XXI. “Barrios de nueva construcción donde se asientan comunidades aisladas y exclusivas, bloques de viviendas consolidados con espacios comunitarios en desuso, y signos de anonimia y falta de vitalidad en la periferia ante una ciudad con un modelo económico centralizado”, describe.

Sobre estos problemas cabe preguntarnos, especifica, “cómo podemos revitalizar la vida comunitaria y redistribuir la economía y acción urbana a lo largo de la ciudad; si la única manera de devolver espacio de convivencia a la ciudadanía es a costa de la superficie destinada al vehículo privado y servicios terciarios; o si hay otras maneras de crear nuevos espacios vivos en la ciudad consolidada”. Y ante la dificultad de crear nuevos espacios públicos, añade, “los patios interiores de manzana o recintos entre bloques se erigen como alternativas a la intervención formal del paisaje urbano”.

Espacios Intermedios Valencia - 3

El investigador considera que “en los últimos años los gobiernos locales se han preocupado algo más por mejorar el espacio público de las ciudades, especialmente desde que los portales de participación ciudadana, presupuestos participativos y demás se han integrado de alguna forma en la política local ordinaria”. Para Álvarez, ahora la ciudadanía tiene mejores herramientas para expresar sus necesidades.

Sin embargo, matiza, “esta nueva realidad, aunque más justa y seguramente más democrática, ha reforzado la noción de que el espacio público es el dominio único de la administración: su poder solo permite transformar equipamientos, calles, parques y plazas”. Considera que el problema es que sus capacidades y recursos no permean de puertas para dentro, en las comunidades y las viviendas donde las personas viven: “Personalmente, me cuesta entender por qué en un barrio periférico envejecido es más prioritaria una peatonalización que mejorar la accesibilidad, la salubridad o la calidad de los espacios comunes de una finca donde viven personas con pocos recursos económicos”.

El papel de la iniciativa pública

¿En qué medida puede y debe la iniciativa pública intervenir para reacondicionar y dar uso a estos espacios? ¿Debería la Administración, con su laberinto de normas y tiempos, mantenerse al margen? ¿O por lo contrario debería ser activo partícipe de la recuperación de estos espacios? Álvarez opina que es importante que los gobiernos locales sean conscientes del potencial que tienen los espacios comunitarios para reforzar el tejido social de los barrios y por lo tanto el bienestar de las personas, pero considera que para eso es imprescindible la movilización ciudadana. “Poner en el mapa los vacíos urbanos y espacios en desuso a los que la iniciativa pública nunca llega por sí misma, mediante acciones colectivas o demostraciones de usos comunitarios. Creo que en la política local nada es imposible, pero te tienes que hacer notar, tienes que hacer ruido, pero este ruido se escuchará”, defiende.

Espacios Intermedios Valencia - 4

Añade que “la iniciativa pública también tiene que pensar que las ciudades empiezan en las viviendas de las personas”. En València, ejemplifica, hay barrios con un parque de viviendas muy envejecido, con zonas comunes con una accesibilidad deficitaria, sin ascensores y llenas de obstáculos físicos. “Creo que una correcta asistencia económica y técnica por parte del Ayuntamiento para reacondicionar estos espacios, pensando en ellos como espacios colectivos que son, ayudaría a generar dinámicas comunitarias entre los vecinos”.

Proyectos en otras ciudades

Tanto a nivel nacional como europeo, es relativamente fácil encontrar ejemplos de otras intervenciones y proyectos sobre estos espacios. En Barcelona el ayuntamiento promovió ‘Interiors d'illa’, un proyecto de recuperación de espacios verdes que comenzó en 1987 y que sigue en marcha dentro del marco del plan de actuación del Districte de l’Eixample. El objetivo de este proyecto es que la ciudadanía disponga de una zona verde a menos de 200 metros de su casa. Por el momento cuentan con 48 interiores con cerca de 100.000 metros cuadrados de espacio público recuperado.

‘Redtejas’ es un proyecto que abre las azoteas del mundo como espacios de activación cultural. “El objetivo de Redetejas es generar una red abierta de nuevos espacios para la cultura en los que los ciudadanos tengan la oportunidad de programar, gestionar y decidir los contenidos culturales del proyecto, dentro de sus propios espacios”, cuentan desde la organización.

En Madrid ‘Esta es una plaza’ recuperó uno de los solares del barrio de Lavapiés. “Este proyecto colectivo que nace como una iniciativa ciudadana para la conservación urbanística del solar ubicado en la calle Doctor Fourquet 24, con uso dotacional de ocio”. De la “imperiosa necesidad de recuperar el espacio público y la plausible carencia de éste en el barrio de Lavapiés”, surge la inquietud de “reutilizar un espacio abandonado durante treinta años cuya vocación es de dotación pública”. Muy pronto el proyecto se define, especifican, como un jardín compartido o comunitario. “Es un proyecto en constante creación y definición, con escaso patrón previo, y de ritmo de crecimiento lento o paulatino”.

Álvarez vio en primera persona cómo intervenir la ciudad para que sea de quienes la habitan: “Viví más de tres años en Berlín y me quedé absolutamente fascinado por el uso que se le daba a los interiores de manzana en toda la ciudad: eran verdes y luminosos, contaban con aparcabicis y otros tipos de almacenamiento compartido, columpios y equipamientos de juegos infantiles y era muy común que se dieran encuentros espontáneos o incluso organizados como cumpleaños o fiestas”. Luego aprendió, prosigue, que era algo muy común en otras muchas ciudades de Alemania y en los países escandinavos. “Son espacios que tienen unas dinámicas muy especiales, están protegidos de coches, de ruidos, de extraños; permiten generar un círculo de confianza entre el vecindario”, resalta.

Quiso buscar casos parecidos en València, narra, pero el panorama era “desolador”. “Todos los interiores de manzana que observaba estaban sometidos por parkings, supermercados u otro tipo de almacenaje. Es tremendamente raro ver un árbol o un trozo de tierra en cualquier patio interior en Extramurs o L’Eixample, por poner un ejemplo de distritos donde abundan los bloques con espacios interiores”.

También aprendió que, si lo hay, el bloque que rodea el patio probablemente tiene una historia apasionante detrás: “Un ejemplo es la Finca Roja, que tiene un interior de manzana que fue específicamente diseñado como espacio comunitario y de encuentro para el vecindario, pero que ahora mismo es un erial con cuatro bancos donde la gente pasea a sus perros y se da algún encuentro casual”. Si bien matiza que ha habido casos recientes donde interiores de manzana  han sido intervenidos por el Ayuntamiento para construir escuelas infantiles o parques públicos (por ejemplo el CEIP Alejandra Soler en Ruzafa o la Plaza Santa María Mazzarello en Orriols), no termina, dice, “de percibir una intención de refuerzo del tejido social y comunitario en este tipo de transformaciones”.

Espacios Intermedios Valencia - 5

“Me despierta un gran interés observar quiénes son las personas que, habitando esos espacios intermedios, son capaces de cambiarlos, de repensarlos o de revivirlos. Por eso son mutables y difíciles de catalogar, la mayoría de las veces no basta con observarlos, sino que hay que imaginarlos”. Los ejemplos más potentes, considera, “son casos como los patios comunes, los solares urbanos, las azoteas, los centros sociales ocupados, los huertos urbanos o las raves”. Pero también los son “un mercadillo ambulante, una feria de libros, el local de una asociación vecinal o un casal fallero”.

¿Qué ocurrió para que se produjera la desidia en los espacios comunitarios?

En palabras de Fernando Álvarez, “todo empezó con el urbanismo moderno, el del capitalismo feroz, que durante el siglo XX ensanchó, zonificó, dispersó y segregó las ciudades occidentales. Le dio todo el poder al vehículo privado e introdujo las ciudades jardín y otros tipos de asentamientos humanos basados en la exclusividad”, lamenta. “Cuando separas a las personas, destruyes lo comunitario. No solo no se dan los encuentros necesarios para que esto ocurra, sino que también se generan miedos y rechazos que llevan a la gente a encerrarse en su esfera privada”.

Es un fenómeno “bastante reconocible”, continúa el experto, que ha ocurrido tanto en Sant Marcel·lí como en tantos otros barrios obreros o de la antigua clase media en el país, con una gran tradición vecinal y comunitaria: “Una parte de su población se muda a nuevas ciudades o urbanizaciones gracias a un supuesto ascensor social, su lugar es ocupado por personas procedentes de otros movimientos migratorios. Al final, en la nueva urbanización no hay vida comunitaria porque esta está abolida por diseño y en el barrio obrero se desgasta el tejido vecinal porque no se confía en lo nuevo o lo diverso”.

Espacios Intermedios Valencia - 7

Este tejido apolillado, desgastado por un goteo constante y figurado de lejía, ¿es algo propio de la idiosincrasia del país? ¿Somos incapaces de organizarnos a nivel comunidad? “No hay incapacidad, sino una mezcla de miedo ante lo ajeno y falta de interés por lo común”, responde Álvarez. Para organizarse a nivel comunidad, defiende, primero se debe identificar qué lo está evitando: “He hablado con mucha gente sobre esto en Sant Marcel·lí y he percibido mucho rechazo ante cualquier cambio, normalmente justificado por miedo a interrumpir el descanso del vecindario o por que personas concretas se lo apropien”. Por eso, considera,  una comunidad debe buscar primero esos mínimos comunes que hagan la convivencia posible y, después, pensar en ideas transformativas: “Hay que tener en cuenta que un espacio comunitario es excesivamente complejo, se dan muchísimas dinámicas, ideas y opiniones enfrentadas y, a diferencia de en lo público, nada puede ser impuesto, o el conflicto está garantizado. El margen de actuación es muy limitado”.

La receta, a priori, pasa por dar con la simplicidad dentro de lo complejo. “Es importante que todas y cada una de las personas que habitan una comunidad sean conscientes de que tienen poder de cambio y derecho a crear colectividad, estableciendo redes con otros vecinos, dando pequeños pasos para crear dinámicas solidarias”, concluye Álvarez.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

La vida y ya
La vida y ya Ya no sé quién vive en el primero
El barrio se ha transformado tanto que pueden pasar semanas sin ver por la calle una sola cara conocida porque los vecinos han sido sustituidos por turistas.
Madrid
Ciudades Fake Madrid, un paseo por los hitos del simulacro
Un recorrido por los grandes éxitos de la conversión de Madrid en una ciudad irreal.
Urbanismo
¿Ha llegado ya el fin de la precariedad? ¿Ha llegado ya el fin de la precariedad?
VV.AA.
El modelo de negocio de Glovo en cuestión: su fundador se enfrenta a la justicia y su matriz anuncia un giro hacia la contratación laboral. Sin embargo, la pregunta clave sigue abierta: ¿es esto el fin de la precariedad o solo una adaptación más?
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Análisis
Análisis Rojava en peligro
Las intenciones de Turquía en Siria ponen en peligro no solo la Administración Democrática Autónoma del Norte y Este de Siria (AADNES) sino también la convivencia del resto de minorías presentes en el país.
Amazonía
Caso Chevron Pablo Fajardo: “Sacrificaron la Amazonía y la vida de la gente por racismo y por la ganancia económica”
El activista y abogado Pablo Fajardo fue elegido hace casi 20 años por la Unión de Afectados por Texaco para el juicio más importante contra la petrolera Chevron. Dos décadas después sigue luchando por la justicia ambiental y social en Ecuador.
Especulación inmobiliaria
Especulación en Madrid Las vecinas de Tribulete, 7 denuncian la especulación de Élix Rental Housing con una acción musical “fúnebre”
VV.AA.
30 inquilinas de este bloque resisten en sus hogares pese a que este fondo buitre ya ha adquirido la totalidad del edificio para convertir los pisos en apartamentos turísticos. Este sábado, han vuelto denunciar el proceso de gentrificación del barrio
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
La vida y ya
La vida y ya Ya no sé quién vive en el primero
El barrio se ha transformado tanto que pueden pasar semanas sin ver por la calle una sola cara conocida porque los vecinos han sido sustituidos por turistas.

Últimas

Derecho a la vivienda
Vivienda El Sindicato de Vivienda de Euskal Herria propone la “expropiación de pisos turísticos”
Ponen en el punto de mira los intereses del sector inmobiliario y tachan de “falsas” a todas las medidas propuestas por los partidos políticos como la Ley de Vivienda.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Opinión
Opinión La oportunista invasión israelí de Siria
Desde la caída de Bashar al-Assad, Israel ha llevado a cabo una invasión de Siria sin provocación previa y con el apoyo de Estados Unidos. Los objetivos son claros.
Más noticias
Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.

Recomendadas

Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.