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Ecofeminismo
Aprendizajes de emergencia. Notas tras el apagón

Hemos recogido algunas vivencias y reflexiones diversas, notas a vuela pluma, con la idea de rescatar posibles aprendizajes que nos ayuden en el necesario decrecimiento energético, pero evitando romantizar un apagón que “era prácticamente imposible que ocurriera”. Pero ocurrió.
Gracias a las trece compas que en seis lenguas diferentes nos han enviado sus “aprendizajes de emergencia”. Palabras que alimentan, acompañan y abren nuevas conversaciones. A ser posible, en persona, “perque lo millor ret social ye charrar con la chent en o parque u en a plaza, fendo verdadera colla”
Iñigo-Claudia, huelga general de educación en Madrid (de 0-3 años a la uni)
El lunes 28 de abril estaba convocada una huelga de todo el sector educativo en la Comunidad de Madrid, desde 0-3 años hasta la universidad, reclamando financiación y condiciones dignas. Era un paso más desde que en febrero se unieran los caminos de lucha de Menos Lectivas en las enseñanzas no universitarias y las asambleas de Universidades por la Pública. La jornada comenzó muy activa, con los piquetes informativos en cada centro, consiguiendo un gran seguimiento en las principales universidades de la ciudad, y con una asamblea concurrida del profesorado de colegios e institutos junto con una comida compartida en el CSO La Rosa. Las comunicaciones dejaron de funcionar, pero la agenda estaba clara desde hacía días: a las 15:30 nos encontrábamos en Asamblea frente al Museo Reina Sofía. No hicieron falta mensajes, allí fuimos llegando quienes pudimos sortear las dificultades y darnos abrazos, reír anécdotas y preguntar por las personas cercanas más vulnerables. Se ofrecieron casas para quienes vivían lejos y veían difícil llegar a sus hogares, se organizaron coches por zonas para facilitar el transporte. Sentimos que no estábamos solas. A las 18:00 estaba programada una gran manifestación, pero que finalmente hubo que suspender por motivos obvios. Sin embargo, marchamos a la cuesta de Moyano y nos reunimos para concretar la nueva fecha de movilización, 13 de mayo, con un altavoz compartíamos las noticias que llegaban por radio, brindábamos con los botellines y compartíamos la paella vegana preparada para la comida. Un día para reivindicar la calidad en la educación pública, que también acabó siendo para reivindicar el acuerpamiento ante la crisis ecosocial.
Nacho Escartín Lasierra, desde un pequeño pueblo de Aragón (Nuez de Ebro)
Saltaron los plomos y miramos el móvil. En el grupo de la familia, ya comentaban que se había ido la luz. Salimos a nuestra calle, vecinas compartiendo inquietudes y bulos: “¡Se ha ido la luz en Europa”! Hay miedo. Tranquilizo a los mayores, ya volverá la luz. Recogemos agua y encendemos la radio a pilas de los años 70. Acudimos al colegio rural. Vamos con la bici por las calles del pueblo y no hay caos, hay agrupamiento familiar, conversaciones en la calle. Aquí no hay semáforos ni hipermercados. Avisamos al grupo del colegio “Hoy no habrá comida caliente”. Cada mochuelo, a su olivo. Recogemos a las niñas y comemos verduras de la huerta, mientras recordamos Palestina, la Cañada Real y quienes viven así siempre, sin luz. Paso a casa de varios vecinos para que recojan agua, porque se cortará. El portavoz de Red Eléctrica tranquiliza: “Volverá el suministro en unas horas”. Tarde de juegos, huerta, charradicas y bici por el pueblo para pegar carteles. Justo cuando las estrellas asomaban, las farolas se encienden: La luz ha vuelto.
Laia, No ens importa la traçabilitat de la informació?
Al bar del costat de casa algú ha portat una ràdio a piles. Informació pública i de servei: Les criatures estan segures a l’escola, que ningú no s’amoïni si no arriba a temps a recollir-les; caos a les estacions de Renfe (quina novetat!); estat del trànsit –amb la informació disponible per les circumstàncies-; la consellera d’Interior repeteix tres vegades seguides la mateixa frase “situació excepcional”. Deu ser dur informar un dia en què no se sap res.
Al carrer la gent parla: ciberatac; dues setmanes sense corrent; afectació a Països Baixos i Anglaterra, Itàlia, Alemanya!! D’on surt aquesta informació? No importa, ens ho anem creient tot… O ja no ens creiem res. I així el negacionisme té camp abonat.
De quatre torxes de la petroquímica de Tarragona surt una fumerada negra perquè s’hi han canalitzat gasos per “garantir-ne l’eliminació controlada”. Repsol assegura que no comporta cap risc. Cap qüestionament del mètode; cap cerca de dades d’altres fonts que confirmin que la qualitat de l’aire és segura...
Nou episodi de crisi, acompanyat de desinformació. Fins que la ciutadania ens plantem per reivindicar el nostre dret a la informació veraç.
Kitins, todo lo que cabe en una tarde sin pantallas
Todo lo que cabe en una tarde sin pantallas, y cuando tienes asegurada la salud y seguridad propia, de familia y amistades, es mucho. Ese fue mi caso. Tuve oportunidades y las aproveché. Se me liberó la mente, la sentí ligera. Tiempo para contemplar mis macetas y los pájaros que sobrevolaban mi casa. Tiempo para un paseo en buena compañía y sosegado que termina comiendo pipas en un parque más vivo de lo habitual. Tiempo con mi madre, mi padre, mi sobrino y mi sobrina en un un ratazo de tertulia agradable y divertido. Sin prisas, lleno de presente y reflexiones de nuestra dependencia energética. Para terminar el día, subí con mi pareja a la azotea a disfrutar de unas estrellas que no recuerdo haber visto nunca en Córdoba, en pleno Casco antiguo.
Ana, dende o supermercado no rural
O día 28 de Abril paseino encerrada no meu posto de traballo dun supermercado de 1.500 m2. Tiñamos xeradores, e a media tarde correuse a voz de que eramos o único supermercado da zona aberto e que cobrábamos con tarxeta. Non lle din importancia cando marchou a luz, é algo mais ou menos normal no rural galego, pero comecei a pórme nerviosa cando souben que era a nivel nacional. Porque? Canto tempo duraría?
Sabía que me esperaba unha xornada eterna, co supermercado ateigado de xente. Cando chego, as compañeiras da mañá están a tope. De brincadeira dígolles que imos acabar o papel hixiénico, e me chaman exaxerada. Pero eu recordo que a xente dixo o mesmo do Covid.
Só somos 3 persoas no súper hoxe, e unha tiña que atender os fornos de pan, porque a xente estaba arrasando con todo na zona de panadería. Co cal somos dúas persoas cobrando en caixa, e tres cando a compañeira consegue un oco e pode saír de panadería. A cola fíxose infinita, a miraba desaparecer polo corredor sen ter nin idea de ata onde chegaba. Empezamos a quedarnos sen moedas para o cambio, así que pedinlle á xente que por favor pagase con tarxeta. Pero a partir das 20:00 o cobro con tarxeta deixou de funcionar.
Á hora do peche, a cola aínda non tiña final, aínda non llo miraba, e seguiamos alí as tres persoas. Pero sen ninguén na porta de saída, a xente seguía entrando na tenda, polo que a situación podería prolongarse ata a saber que hora. Gracias a unas compañeiras que viñeron fóra do seu horario puidemos rematar a xornada.
Houbo clientes que nos dixeron que eramos heroes, ou que lles salvamos o día. Houbo xente desagradable e nerviosa tamén, pero eu pregúntome... que necesidade tiña toda esa xente de estar alí de xeito tan compulsivo? ou é que non teñen comida na casa nin para un día? A min preocupábame non tirar o que tiña na neveira. A luz volveu as 6:00 da mañá.
Rubiera, desde un barrio de Madrid
Podría hablar de dependencias, afectivas o energéticas o de todas las ideas que surgieron ayer, pero quiero centrarme en lo importante: Yo ayer bajé a ver a mis padres. No están mayores, ni necesitan cuidados, ni fueron fuente de preocupación. Ayer, tuve la suerte de bajar, andando, con tranquilidad, a ver a mis padres, que viven a 15 minutos andando de mi casa en Madrid. “Menudo privilegio,” decimos siempre, “ese alquiler al lado de casa”. Pues sí, y ayer, en medio de todo, de los voluntarios gestionando semáforos, del puro bar en el que se había convertido mi calle… bajé paseando, sin mayor problema, a sentirme más cerca de gente que me quiere, porque es un poco lo que hay que hacer cuando pasan cosas como esto. Recordar que quieres, y que te quieren, y que, ante los del “homo homini lupus”, en las ciudades de 15 minutos, tus vecinas (en el sentido más amplio de la palabra) están siempre ahí.
Eneko Aierbe Sarasola, ¿Qué va allumar el nuesu futuru?
Acabante aterrizar d'una esperiencia maraviyosa nos campos de refuxaos saharagüis y ensin dixerir del too la esperiencia, un apagón da una nueva escusa pa cavilgar.
Cavilgar so la situación d'unos campamentos nos que la lluz yera daqué discontínuo hasta fai un puñadín d’años. Pa les y los saharagüis l'apagón que vivimos el 28 d'abril yera un continuu hasta fai bien poco. Sicasí, agora pasaron a una “conexón desbalidora”, la eletricidá que-yos suministra Arxelia ye cuasi de baldre y na carretera del aeropuertu Tinduf les lluces led cada 10 metros son un escesu. Un escesu que-yos roba'l cielu estrelláu qu'ensin dulda esfrutaben hasta fai bien poco. Un escesu pa unos güeyos ecoloxistes de primer mundu nel que ún de les esmoliciones ye cómo facer pa consumir menos enerxía nel futuru ensin perder bienestar. ¿Cómo esplicotiar a una neña saharagüi la importancia d'aforrar enerxía p’amenorgar el cambéu climáticu cuando'l so futuru ye tan inciertu? ¿Cómo facelo cuando, precisamente, esa lluz ye ún de los pocos lluxos que puen esfrutar lo que ye güei?
La mio fía mediana de 8 años falaba esmolecía coles sos amigues tardar del apagón. ¿Cómo funcionaríen los hospitales col apagón? Y ¿los aviones? ¿cayeríense? Intenté aselales diciéndo-yos que llueu volvería la eletricidá y con eso, la normalidá que conocen. Pero, esmolecíu pienso qué-yos deparará'l futuru a unes neñes que con tan pocos años yá vivieron una pandemia, un apagón, unes polítiques más derechizadas en tolos ámbitos como la protección del mediu ambiente o'l llobu, un mundu amenaciáu por más y más guerres… Naguo porque, tanto les neñes saharagüis como la mio fía y les sos amigues, puedan tener un futuru de normalidá.
Nuria, visita al hospital y vuelta al pueblo
El olor a gasoil quemado inundaba la entrada principal del hospital. La misma quema que de combustibles que nos mata, hoy salva vidas. Dentro, los pasillos a oscuras, y muy poca gente. Llegamos pronto, pero tomar un café es misión imposible. Un conocido espera noticias del quirófano donde operan a su padre, después del susto que fue conocer la noticia del apagón general llegó mientras una nube de humo negro hizo evacuar la primera planta del hospital. El corazón a mil hasta que llegó una tranquilizadora llamada del equipo médico para asegurar que todo estaba bien.
En los pasillos oscuros nos recoge una enfermera que se mueve nerviosa, pide disculpas porque no nos podrán imprimir el informe, como si eso importara ahora. El médico dice que el corazón de mi padre marcha como el hospital un día como hoy: a duras penas, pero con ánimo y capacidad para mantener lo esencial.
A la salida, ni siquiera esta ciudad pequeña, gobernada por rotondas y con más policía que ninguna se libra del lío del tráfico. Nos vamos rápido, porque no hay nada que hacer aquí sin luz. En el pueblo no hay Internet, pero pasa demasiado a menudo y ya sabemos apañar. Aquí puedes comprar sin dinero, moverte sin metro y no necesitas semáforo. A la puerta de mi casa un corro de vecinas me ofrecen gas para cocinar y me explican que hacer un candil de emergencia es tan fácil como poner un poco de aceite y un pedazo de algodón en un plato. Uso la poca batería del móvil para conectar la radio FM, hasta que me harto de los detalles de cómo vuelve la luz en cada barrio de Madrid. Busco sin encontrar la emisora que hable de cuándo volverá a mi casa.
Xandra, (Gure arteko) sareen garrantzia
Eguna Donostiara prentsaurreko batera egindako bisitarekin hasi da. Ia amaitzear, ilunpetan geratzen gara. “Zentsuratu egiten gaituzte!”, esaten dugu barre artean, eraikinean ebaki bat izango genuela pentsatuz, eta berriz ere elektrizitatea izango genukeela minutu batzuk pasatu ostean. Hori da ohituta gaudena. Kalera bidean, nire lagun-taldearen txatan, ikusten dut argia ere joan zaiela Murtzian, Galapagarren, Bizkaian… Kalean erabateko lasaitasuna dago. Ez dago semafororik, baina batzuek saldu nahi izan diguten kaos hori ere ez. Nahasmena? Bai. Lasaitasuna? Baita ere. Bitartean, adiskidetasun zintzo batetik sortutako urrutiko sare horretan, ahal dugun moduan informatzen gara, gure familiak nola dauden ere kontatzen diogu elkarri. “Nola zaudete han? Egin al dezakezue jateko zerbait?” Bilbora itzulita, eguzki galdatan jotzen du Barakaldoraino, baina, gutxienez, nahiko azkar berreskuratzen dugu elektrizitatea. Arratsaldea beste zonalde batzuetan bizi diren lagunen zain igarotzen dugu, azken berriak konpartituz, batzuk irratiari itsatsita, ahal izanez gero laguntza emateko prest, sostengu bihurtzen gara.
Azken finean, sare garrantzitsuena ez da elektrikoa, ezta Internet ere. Beti izango da gure artean sortzen duguna, eusten gaituena, beti fida gaitezkeena.
Salomé, Desde otras coordenadas
“Prima, no se si esto te llegará”. El lunes recibí este mensaje semiencriptado mientras tomamos un refresco en el Instituto Francés de Benín. Nuestra travesía por el continente africano llegaba a su fin y nos planteamos el último día con la calma de quien ha aprendido a improvisar al estilo beninés. Fue gracias a la buena conexión wifi del país y a RNE que pudimos confirmar en escasos minutos que se trataba de un apagón eléctrico, lo cual provocó también un apagón comunicativo para algunos de nuestros familiares y amigas. En el acto nos vino a la mente el Kit de supervivencia ecofeminista y nos propusimos, sin obviar la gravedad de la situación, relativizar sus consecuencias. Llevábamos semanas viviendo cortes intermitentes y frecuentes de luz y agua al norte del país beninés y sin embargo la vida transcurría sin grandes fracturas. Habíamos incluso conocido poblaciones que, viviendo de manera permanente sin electricidad y escaso acceso al agua potable, desarrollaban sus vidas en comunidad a duras penas. Sabiendo que formamos parte de un sistema capitalista depredador de territorios y personas, comprobamos una vez más que mientras dos países del norte global se paralizaban por una falta puntual de electricidad, una parte del resto del mundo continúa su curso a pesar de la falta continua de electricidad.
Nerea, patio de vecinas bordadoras
Tanto en la pandemia como en Filomena y también en los avisos de intensas lluvias, en mi edificio comunitario ya habíamos experimentado la diferencia de vivir aquí conociendo a todas tus vecinas, sosteniendo y compartiendo con ellas nuestras cotidianidades, con vivir en una gran ciudad como Madrid en un edificio al uso en el que con suerte le pones nombre propio a tu vecindad. Así que en el gran apagón lo volvimos a experimentar. Humor, tecnología compartida (ya sea la radio a pilas o el único móvil que parece que tiene cobertura para localizar a los vecinos aún en paradero desconocido), gestión comunitaria de preocupaciones, recogida de desperdigados por la ciudad y cena común en la azotea con la única bombona de butano de todo el edificio. Yo me pasé 4 horas sentada al sol en la corrala bordando con algunas de mis vecinas, una auténtica fantasía que me hizo bastante feliz, mientras escuchábamos la radio e intentábamos localizar a nuestros familiares más mayores o vulnerables. Mis planes de intentar ser menos colapsista, al carajo.
Fernando, “apagón” en a escuela
Esta historia ye basada en feitos reals. Las 12:15 mas u menos en una clase con trenta mesaches y mesachas de 16 anyos, descubrindo a traviés de videos eixemplos d'a 1ª lei de Newton, clamada lei d'a inercia.
De rapiconté, tot s'amorta...los zagals empecipian a meter-se nerviosos y preguntar-se qué pasa...y alavez lo profesor aprofita y diz: rai, no pasa cosa! contaz-me qué cosetas se tos ocurren que podríanos fer sin enerchía electrica: se fació lo silencio...y poco a poco beluns d'éls empecipioron a decir en voz baixa: leyer, ir a lo campo, chugar a lo futbol, charrar mas con a familia...encara que belún seguiba fendo morros perque s'heba dau cuenta que no teneba sinyal en o móbil...y conforme abanzaba lo tiempo no se recuperaba la electricidat, toz se dioron cuenta que no feba falta estar hiperconnectau pa poder estar de pistón.
Prou que la electricidat y enerchía ye basica, pero no podemos estar esclaus d'ella, ni en a escuela ni en a sociedat en cheneral...perque lo millor ret social ye charrar con la chent en o parque u en a plaza, fendo verdadera colla.