Medio rural
Vivir donde nunca pasa nada

Vivo en ese lugar que ocupa el 84% de la superficie del país y formo parte del 16% de población que lo habita. El imaginario colectivo de “lo rural” alimenta las lógicas extractivistas del capitalismo y sus estrategias cooperativas de convivencia son formas de resistencia.
Mujer de pueblo
23 dic 2022 11:16

Vivo donde nunca pasa nada. Vivo en ese lugar que ocupa el 84% de la superficie del país y formo parte del 16% de población que lo habita. Aunque este no es un artículo sobre la despoblación, sino que pretendo arrojar luz sobre cómo el imaginario colectivo de “lo rural” alimenta las lógicas extractivistas del capitalismo y cómo las estrategias cooperativas de convivencia en el mundo rural son formas de resistencia y creación colectivas a poner en valor y tener de referencia a la hora de enfrentar la crisis socioambiental actual, que más que una crisis es ya una emergencia. 

La “ruralfobia” consiste en concebir el mundo rural como un lugar atrasado, aburrido, inculto, sin interés más allá de lo bucólico y que no encaja con lo que se supone que es el éxito.  Lo rural es visto como ese lugar donde el pasado permanece porque las cosas no cambian. Ese lugar retrasado y retrógrado, solo deseable para los fines de semana, siempre y cuando el pueblo sea bonito, que si no, ni eso. 

La “ruralfobia” está instalada en nuestra cultura de forma que se produce y reproduce a todos los niveles. A nivel político, cuando no se llevan a cabo medidas que hacen posible la vida digna en estos territorios y en condiciones de igualdad frente a los espacios urbanos. A nivel económico, cuando se despoja a sus habitantes de sus medios de vida (por ejemplo cuando se les resta capacidad de agencia sobre las formas de producción y la soberanía alimentaria, pero también cuando se les aboca a abandonar la tierra o salir a trabajar fuera de su pueblo ante la falta de oportunidades). A nivel cultural, los territorios rurales siempre están infrarrepresentados, invisibilizados o sus representaciones son caricaturescas. Esto afecta negativamente a la autoestima individual y colectiva de las personas rurales y, como parte de este sistema ni nosotras mismas escapamos a las dinámicas reproductoras del prejuicio y al mismo tiempo que sufrimos la ruralfobia, la reproducimos.

Hasta 2011 no se aprobó en España la Ley de titularidad compartida. Esta ley busca asegurar a las mujeres que puedan disfrutar de los derechos de su trabajo en las explotaciones agrarias, que hasta la fecha pertenecían sólo a sus maridos. En un territorio que es masculino por derecho difícilmente la economía (y cualquier otra área) podía dejar de serlo. Lucía López Marco en su artículo “Mujeres rurales, mujeres visibles” recoge estas estadísticas que hablan por sí solas: “Se estima que el 59% de las mujeres que trabajan en el campo español no cotizan por la labor que realizan, mientras, en zonas rurales de Latinoamérica las mujeres ganan un 40% menos que los hombres por trabajar la tierra. Además, las mujeres sólo son propietarias del 12,45% de las tierras agrarias del mundo”.

Por otro lado, en los últimos 10 años las cargas de cuidados han aumentado debido al  envejecimiento de la población. Al tiempo, la deriva individualista del capitalismo va socavando discreta pero firmemente los vínculos comunitarios y de familia extensa. De forma que, cada vez los cuidados recaen sobre nosotras con más peso. Estos fenómenos, unidos a una mayor exigencia y control social hacia nosotras han expulsado de una forma más virulenta a las mujeres de los pueblos. No es casual que entre nosotras cale más la idea de que en los espacios urbanos podemos encontrar más oportunidades. 

Así la ruralidad, y todo lo que ello significa, se aleja del ideal de “tierra prometida” afín a los valores de la modernidad y que esperamos disfrutar en la posmodernidad. Un lugar aséptico, donde el individuo (uso el masculido deliberadamente), totalmente independizado, se realiza con tareas intelectuales y suple sus necesidades vitales pulsando un botón.

En el imaginario colectivo, los trabajos en el mundo rural son duros y están expuestos, además, a las inclemencias del tiempo. Las labores agrícolas y ganaderas han sido tradicionalmente denostadas por su rudeza y sus habitantes siempre debíamos aspirar a algo mejor. Primero llegó la mecanización, después los estudios con sus promesas de progreso y vida cómoda. Y no sé muy bien en qué momento nos encontramos ahora cuando la formación académica no asegura nada ya.

Es necesario desmontar el estereotipo negativo y acrítico de la ruralidad si realmente pretendemos subvertir el orden del capitalismo patriarcal heterosexista blanco, asentado sobre el conflicto de acumulación de capital y la sostenibilidad de la vida.  Ese orden al que Donna Haraway se refiere como esa “Escandalosa Cosa”. Expresión que le sirve no solo de resumen sino para hacer hincapié en lo escandaloso de preferir el capital a la vida. 

Sin querer caer en idealizaciones, sí queremos advertir que la “ruralfobia”, esta imagen del mundo rural atrasado y la carga que conlleva para los territorios y sus habitantes, es una de las lógicas por la que se nos ha vendido el progreso y es importante desmontarla para avanzar hacia ese otro futuro.

No nos es ajeno que cuanto menos atractivos son los espacios rurales para quienes los habitamos, más atractivos son para el capital y sus lógicas extractivistas. En las últimas décadas, siguiendo el modelo que se viene ensayando desde siglos en territorios colonizados, el sector agroganadero en el Estado Español se está industrializando a pasos agigantados. Las explotaciones agrarias que aseguraban el sustento de la familia extensa a base de diversificar los cultivos y combinar la actividad agraria y ganadera, están siendo absorbidas por grandes grupos empresariales del monocultivo, la ganadería intensiva y el sector energético. 

Rápida y revestida de “solución” a los problemas del agro, el freno a la despoblación, al desempleo… los cambios se están imponiendo sin prácticamente capacidad de reacción colectiva por parte de las comunidades locales, que no tenemos tiempo para hacer un proceso sosegado en el que repensar el futuro que queremos y analizar lo que las lógicas del progreso implican, no sólo para nuestros territorios, sino para el planeta en su conjunto.

¿A dónde vamos con todo esto? A que la ruralidad, aun sabiendo de sus lógicas reproductoras del heteropatriarcado capitalista, ha sido un lugar natural de resistencia a las mismas: autonomía, autoabastecimiento, cercanía a la naturaleza, comunidad, apoyo mutuo…

El nuevo proyecto en el que está inmersa Brigitte Vasallo se basa sobre la hipótesis de que antes de la dictadura franquista en el ámbito rural no existía una diferenciación tan fuerte de los roles de género y que esta diferenciación ha ido ligada a la construcción del modelo sexo-género impostado por el capitalismo. Un modelo económico y social que el franquismo se encargó de introducir en la sociedad “precapitalista” rural (matiza la autora no tanto puramente precapitalista, sino que estaba ya contaminada) y que provocó la diáspora de más de 6 millones de personas durante los años del desarrollismo. Y como dice @laVasallo estas personas no se alejaron de un lugar geográfico, sino que también dejaron atrás el modo de vida rural y la cultura campesina.

Como vestigios de ese pasado todavía en los espacios rurales se dan relaciones que se abastecen de esas fuentes precapitalistas que nombra @laVasallo. Se gestionan de forma comunal territorios y recursos como el agua, se decora un pueblo entero con las tramas tejidas por sus vecinas, se limpian y adecentan espacios con las herramientas de cada cual, se organizan las fiestas patronales y eventos como unas jornadas micológicas con la naturalidad de quienes saben a qué puerta llamar. Estos ejemplos de convivencia son necesarios para que la vida pueda ser vivida y reproducida en plenitud.

Aquí donde nunca pasa nada, con las lluvias, aparece ante nosotras una realidad aletargada, que nos recuerda que el territorio rural es donde se dan las verdaderas condiciones para la vida.  Aguardando las condiciones precisas, duerme bajo la tierra seca del verano, el micelio. El micelio es una estructura de los hongos de apariencia similar a una raíz y su función es clave en la naturaleza: descompone la materia vegetal muerta convirtiéndola en nutrientes. Pero el micelio no solo es importante para que se renueve la vida, sino que actúa como filtro biológico, eliminando sustancias químicas del suelo, limpiando y asegurando la salubridad de la nueva vida. 

Tras las primeras lluvias y cuando el cálido sol de otoño calienta la tierra, si el suelo está sano, nos ofrece sus frutos, las setas. He aprendido esto hace poco y me ha fascinado que se han descubierto micelios de más de 5km de diámetro, que se extendían sobre casi 900 hectáreas de bosque y que podían tener más de 2000 años de antigüedad. 

Me gusta pensar que las setas son como esas relaciones y experiencias comunitarias que se siguen dando en los pueblos de hoy, pueblos que ya no escapan a las lógicas del capitalismo en ninguna de sus formas, pero en los que bajo su suelo el micelio conserva la memoria y espera las condiciones para volver a ofrecer sus frutos.

Artículo elaborado para el proyecto  “DERIVAS para transitar hacia un tejido asociativo resiliente” financiado por la AEXCID- Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo de la Junta de Extremadura, en la convocatoria de proyectos Educación para la Ciudadanía Global del año 2021.

Sobre este blog
El Blog de Pueblos - Es una apuesta por la solidaridad que ofrece una mirada crítica sobre las diferentes realidades sociales, políticas, económicas y culturales del mundo.Queremos visibilizar la diversidad de colectivos y movimientos sociales del Estado Español y de otras partes del mundo, así como sus luchas, sobre todo en aquellos lugares y momentos históricos donde la voz y la palabra son negadas. Este Blog, impulsado por la asociación Paz con Dignidad, es un instrumento de comunicación para fortalecer e impulsar nexos entre organizaciones del Norte y del Sur que trabajan en procesos de transformación social.
Ver todas las entradas
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Islas Canarias
Huelga de hambre Canarias se planta ante el turismo de masas en una movilización histórica simultánea en las ocho islas
Bajo el lema Canarias se agota, las organizaciones convocantes recuerdan que el detonante de esta movilización histórica fue la reactivación dos proyectos ilegales, cuya paralización reclaman seis activistas en huelga de hambre.
Capitalismo
Blog Socias Poner fin al capitalismo, no reformarlo
Es hora ya de poner un término a esta situación, la clase trabajadora no es únicamente la más capacitada para parar esto, sino la única capaz de transformar esta sociedad.
Filosofía
Alicia Puleo “El ecofeminismo nos recuerda la ayuda mutua de la naturaleza, que la vida buena es solidaridad”
La filósofa Alicia H. Puleo cuenta su historial personal con la filosofía y aborda, desde claves ecofeministas, temas como la sensibilidad de los animales no humanos, la desmesura neoliberal o la crítica de la Ilustración.
Jcastromes
Jcastromes
25/12/2022 22:43

Me ha gustado leerlo.

0
0
leticiasanjuan
1/3/2024 13:04

Gracias!! No había visto tu comentario.

0
0
Sobre este blog
El Blog de Pueblos - Es una apuesta por la solidaridad que ofrece una mirada crítica sobre las diferentes realidades sociales, políticas, económicas y culturales del mundo.Queremos visibilizar la diversidad de colectivos y movimientos sociales del Estado Español y de otras partes del mundo, así como sus luchas, sobre todo en aquellos lugares y momentos históricos donde la voz y la palabra son negadas. Este Blog, impulsado por la asociación Paz con Dignidad, es un instrumento de comunicación para fortalecer e impulsar nexos entre organizaciones del Norte y del Sur que trabajan en procesos de transformación social.
Ver todas las entradas
Palestina
Bloqueo israelí Activistas toman el embarcadero de El Retiro en favor de la Flotilla a Gaza, bloqueada por Israel
“La Flotilla, rompiendo el bloqueo”, han coreado activistas que han desplegado pancartas y banderas palestinas en el embarcadero del Retiro en un homenaje a la Flotilla de la Libertad.
Palestina
Palestina Misión incumplida: sobre la cobertura de El Salto de la Flotilla rumbo a Gaza
Queremos dar una pequeña explicación a nuestra comunidad y, especialmente, a las personas que con su suscripción permiten que un medio como el nuestro, que es una rara avis en el contexto político y social en el que vivimos, salga adelante.

Últimas

El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Galicia
Política autonómica Redes clientelares, falta de autogobierno y consensos neoliberales: las claves del Gobierno gallego sin Feijóo
Políticas y analistas desgranan la hoja de ruta de la primera legislatura gallega de la era post-Feijóo: reforzamiento de los hilos de poder locales, falta de vocación autonómica, complejo de inferioridad y una marcada agenda neoliberal.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Genocidio
Genocidio La Flotilla de la Libertad pospone el viaje a Gaza hasta un próximo intento
Las activistas internacionales que tienen previsto zarpar para llevar ayuda humanitaria hasta Palestina anuncian que volverán a intentar zarpar para romper el bloqueo israelí.
Más noticias
La vida y ya
La vida y ya Paraguas o chubasquero
En algún momento aprendes que no da igual qué opción tomar. Aprendes que hacer las cosas de una u otra manera tiene repercusiones para otras personas, para el planeta.
Galicia
Galicia Muere a los 92 años la poeta, activista y revolucionaria Luz Fandiño
El fallecimiento ha sido anunciado públicamente por su amiga y alcaldesa de Santiago de Compostela, Goretti Sanmartín.
Palestina
Palestina Estudiar y formarse mientras sobrevives a un genocidio
La destrucción generalizada de las infraestructuras ha tenido un impacto brutal en el sistema educativo palestino.

Recomendadas

México
América Latina México a las urnas: los claroscuros de AMLO y la primera presidenta
Todo apunta que el 2 de junio, por primera vez en la historia, una mujer llegará a la presidencia. Claudia Sheinbaum, sucesora de Andrés Manuel López Obrador, se presenta como “hija del 68” en un país todavía asolado por el conflicto interno.
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda Vivir y resistir en Andalucía, la comunidad con más desahucios del Estado español
En Andalucía, la comunidad con mayor número de desahucios, se producen 11 al día. En todo el territorio surgen experiencias que luchan por la vivienda digna en un lugar donde tener un techo “se ha vuelto una utopía”.
Cine
Estíbaliz Urresola “El cine no debe quedar impasible ante las atrocidades que suceden”
La directora de ‘20.000 especies de abejas’ sigue recibiendo reconocimientos por su película, pero pide que se transformen en aplicación de mejoras concretas para el colectivo trans.