Migración
Los continuos incendios en los asentamientos de Huelva dejan en la calle a las personas trabajadoras migrantes

En la madrugada del pasado día 4 ardieron una treintena de chabolas en un asentamiento de personas migrantes en Lucena del Puerto (Huelva). Esa es la noticia. La verdadera historia la escriben sus habitantes una vez apagadas las llamas.
Asentamientos Huelva Lucena Puerto 2024 - 01
Mohamed Suso (izquierda) reconstruye su chabola con sus compañeros después del incendio ocurrido la madrugada del pasado día 4 en Lucena del Puerto (Huelva) Juan Luis Rod
16 may 2024 06:00

Y la escriben con la palabra solidaridad como forma de supervivencia. Así lo explica Cheickme Coulibaly (25 años), de Mali, uno de los muchachos que martillea sin cesar los clavos en los palés para levantar el esqueleto de una nueva chabola para su amigo de Gambia, Mohamed Suso (28 años): “Le ayudo porque es mi amigo, porque trabajamos juntos y por solidaridad”. Igual que Cheickme, hay otros diez muchachos echando una mano a Mohamed: señalan el perímetro de la chabola en la tierra aún humeante, retiran los restos del incendio, levantan los palés y fijan las esquinas con una maestría admirable sin perder la sonrisa. Se gastan bromas, se empujan, apenas caben todos en el perímetro de la chabola, sin embargo, todos cumplen una tarea en ese desorden aparente rebosante de optimismo. Nadie podría pensar que la mayoría de esos muchachos acaban de terminar una larga jornada de trabajo en el campo, sin dormir un mínimo de horas. El incendio se produjo sobre las tres de la madrugada y puso en alerta al resto del asentamiento. Después llegaron los bomberos. 

El fuego se originó en una esquina del llamado asentamiento ‘Sevillana’, aunque es conocido como “asentamiento de los malienses” porque esa nacionalidad es mayoritaria entre sus habitantes. También le llaman “asentamiento de la mezquita” porque hay una gran chabola donde se celebran los rezos musulmanes. Alguien imprimió sobre el cemento del suelo en la puerta de entrada, la fecha de terminación de la construcción: 28 de marzo de 2024. Es la segunda que se construye. 

El incendio del pasado día 4 se produjo cuando todavía no habían terminado de levantar las más de cien chabolas destruidas por el fuego anterior

El 9 de junio del año pasado, un gran incendio acabó con el 95% del asentamiento, incluida la mezquita. Inmediatamente después, comenzaron a reconstruir las chabolas poco a poco. Muchas de las trabajadoras y trabajadores habían terminado la faena en la campaña de la fresa y adelantaron la fecha para viajar a otras campañas agrícolas de la geografía española, como Mamadou [nombre ficticio]. Este temporero maliense dejó su chabola a medio construir y se fue a la campaña agrícola de Segovia: “Allí el empresario me da sitio donde dormir y, una vez a la semana, nos llevan al pueblo para comprar la comida que necesitamos. Aquí ahora, no tenemos nada”, explicaba. No tenían donde dormir, ni asearse, ni cocinar. Lo habían perdido todo. La respuesta a la pregunta sobre los planes a corto plazo siempre era la misma: “Irme cuanto antes”. Nadie tenía un colchón que ofrecer en una chabola porque nada quedó en pie. Algunos levantaron, sobre la tierra arrasada, un trozo de plástico sostenido con cuatro palos para no dormir al raso. Los más afortunados tenían algún amigo en otro asentamiento cercano, otros pudieron encontrar una cama en las fincas donde trabajaban. La zona quedó arrasada, cubierta de hierros retorcidos y troncos de árboles calcinados que tuvieron que retirar con sus propias manos organizando cuadrillas de trabajo. La reconstrucción, paralizada durante el verano, continuó a partir del pasado mes de septiembre cuando los trabajadores temporeros volvieron para trabajar en la planta de la fresa. El incendio del pasado día 4 se produjo cuando todavía no habían terminado de levantar las más de cien chabolas destruidas por el fuego anterior. 

Asentamientos Huelva Lucena Puerto 2024 - 03
Un trabajador temporero busca entre los restos del incendio algo para reutilizar, en el asentamiento ‘Sevillana’ de Lucena del Puerto (Huelva) Juan Luis Rod

Según un estudio de Andalucía Acoge de 2022, Lucena del Puerto tiene 15 asentamientos de chabolas con una población de 616 personas. El resto de municipios que albergan asentamientos son Moguer, con 7 asentamientos con una población que fluctúa, según la estación del año, entre 200 y 600 habitantes; Lepe, con 17 asentamientos y una población entre 500 y 1.000 habitantes, y Palos de la Frontera, con un solo asentamiento, desaparecido el año pasado por dos grandes incendios, donde vivían entre 400 y 1.000 personas. Pero los continuos incendios y la prohibición municipal, en la mayoría de los casos, de volver a construir las chabolas alteran la situación de forma continua. 

El olor a quemado se mezcla en el aire con el repiqueteo de los martillos. No hay tiempo para un duelo necesario por la pérdida del hogar con todos los enseres. No existe otra alternativa que reconstruir a toda prisa. “¿Ha ofrecido el alcalde algún espacio para descansar y ducharse a los afectados por el incendio?”, preguntamos a un grupo de trabajadores que se arremolinan frente a la zona calcinada. “Aquí no ha venido nadie”, responden con rotundidad, al unísono y con cierto malestar.

“En ninguno de los incendios hay ofrecimiento por parte de las administraciones para ofrecer un espacio alternativo mientras vuelven a construir”, afirma Carmen Vázquez, secretaria técnica de la delegación de Huelva de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía. Y aclara que la única opción que les queda es, mientras tanto, irse a vivir a otras chabolas. “Está bien que haya solidaridad entre las vecinas y vecinos, pero de lo que se trata es que no se vulneren los derechos de estas personas que viven en los asentamientos”, afirma. 

Temporeros
Temporeras La Escuela de Pakita, clases autogestionadas en los asentamientos de jornaleras de Huelva
Las temporeras migrantes que trabajan en Huelva tienen dificultades para acceder a aprender castellano, una herramienta esencial para poder desenvolverse en su día a día. En los asentamientos surgen iniciativas autogestionadas de aprendizaje.

A Mebark, de nacionalidad marroquí, solo le dio tiempo a sacar una maleta con ropa. Según explica, su prioridad fue despertar a sus compañeros para que salieran de las chabolas. “No ha pasado nada porque llamamos a todas las puertas hasta que todos salieron corriendo”, asegura. Hasta la fecha han muerto cuatro personas en incendios como estos: dos en Lucena del Puerto, una persona en Palos de la Frontera y la última, hace dos años, en Lepe. 

“Ahora me he quedado sin dinero y sin nada que llevar a mi familia”

Un compatriota de Mebark explica que él no vive en esa zona, pero tenía una pequeña chabola donde guardaba tres camas, una nevera y ropa que había comprado para llevar a Marruecos este verano: “Ahora me he quedado sin dinero y sin nada que llevar a mi familia”.

Lo mismo le ocurrió a Kamal. Hace dos semanas se compró un coche para ir a Nador (Marruecos), donde vive su familia a la que no ve hace seis años. Durante el incendio intentó sacar el coche pero no pudo arrancarlo. Las llamas han dejado bastante afectada la parte trasera del maletero. Se acerca a esta periodista para pedir ayuda, necesita hablar con el seguro de su coche pero su precario nivel de castellano no le permite desenvolverse. Al menos su chabola sigue en pie, solo el plástico que la envuelve se ha consumido por las altas temperaturas del fuego. Estamos en la rectal final de campaña de la fresa y muchas de las personas trabajadoras preparan con ilusión su viaje de vuelta a casa. 

Asentamientos Huelva Lucena Puerto 2024 - 02
Asentamiento de chabolas ‘Sevillana’ después del incendio. Kamal Lamkadmi se había comprado un coche para ir a ver a su familia en Nador (Marruecos) Juan Luis Rod

Los incendios forman parte de la vida cotidiana de los asentamientos. “He reconstruido mi chabola tres veces”, asegura Mohamed Suso, que llegó a España hace cuatro años. Mohamed vivió en Grecia e Italia antes de vivir en España. Llegó a Europa en patera desde Libia y tuvo que atravesar el desierto del Sáhara desde Gambia, su país natal. Toda una odisea para terminar viviendo en una chabola situada frente a un gran basurero donde, aseguran sus habitantes, se pasean las ratas y las culebras a sus anchas.

Las asociaciones son muy críticas con las administraciones públicas por la dejadez, la falta de humanidad y la incongruencia a la hora de aplicar la ley. Así lo explica Alfonso Romera, portavoz de La Carpa de Sevilla: “La vida [en los asentamientos] es insalubre, lo hemos comprobado con los que hemos llevado al hospital, hemos seguido su morbilidad, incluso su muerte”. Romera continúa enumerando las deficiencias de los asentamientos, como la acumulación de basura y la falta de agua, no solo para beber sino para el aseo personal después del trabajo. También critica esa contradicción de los alcaldes por aferrarse a la ley cuando les conviene, en el sentido de justificar su inacción en los asentamientos y que, sin embargo, se saltan la ley cuando se niegan a empadronar en chabolas. Romera es médico jubilado y ha dirigido 121 expediciones de ayuda humanitaria a los asentamientos de Huelva con agua, comida, colchones, ropa y bicicletas entre otros. En estos momentos, explica, están preparando otra expedición para llevar ayuda humanitaria a las personas afectadas por el actual incendio.

Preguntamos en el asentamiento por el origen del incendio. Nadie sabe nada con certeza, pero hay tantos rumores como habitantes. Algunas asociaciones de ayuda a los migrantes, como la Asociación Multicultural de Mazagón, exigen investigaciones a fondo porque la gran mayoría de los incendios, casualmente, se producen justo cuando se acerca el fin de la campaña fresera, que coincide con los últimos días de mayo o primeros de junio. 

El 13 de mayo del año pasado, un incendio acabó con el mayor asentamiento de la provincia de Huelva, en Palos de la Frontera. Situado junto al polígono industrial San Jorge, este asentamiento, que sufrió anteriormente varios incendios, llegó a acoger hasta mil trabajadoras y trabajadores. El alcalde, Carmelo Romero, del Partido Popular, prohibió la reconstrucción de las chabolas después del incendio y la ausencia de alternativa habitacional ha provocado que, en la actual campaña agrícola, los trabajadores y trabajadoras se hayan visto obligados a dormir en los bancos de las plazas del pueblo y en tiendas de campaña en el lugar donde estaba situado el asentamiento, como asegura Abdoulaye Sanogo, presidente de la Asociación de Malienses de Mazagón.

La misma situación ha ocurrido en el municipio de Lepe. Los numerosos incendios han acabado con muchos de los 17 asentamientos construidos en este municipio por los propios migrantes. La prohibición municipal de reconstrucción de las chabolas, la ausencia de suficientes alquileres y las reticencias de una parte de la población a alquilar a las personas extranjeras han provocado la aparición de personas sin techo durmiendo en la calle desde hace varios años. Decenas de migrantes duermen en tiendas de campaña, junto al polígono comercial del municipio, con la obligación de retirar este campamento improvisado a las 8 de la mañana para volver a levantarlo a las 8 de la tarde. La presencia diaria de guardias del Ayuntamiento por la zona recuerda la obligación de cumplir con la orden municipal. Mientras tanto, el albergue municipal, con capacidad para 150 personas, abrió sus puertas el pasado 30 de abril después de estar cerrado más de un año y medio desde la conclusión de las obras. Según la Fundación Samu, organismo privado que lo va a gestionar, el albergue está ocupado, en la actualidad, por 28 personas que pagan 5,28 euros por día. 

Asentamientos Huelva Lepe 2024 - 01
Un trabajador temporero busca un lugar donde colocar su colchón y su tienda de campaña para pasar la noche en Lepe (Huelva) Juan Luis Rod

Lahrach Rahhal lllegó a Lepe en febrero y alquiló una habitación por 155 euros donde dormían dos personas más: “No podíamos movernos en la habitación y no teníamos ni donde poner la ropa así que decidí dormir y comer en mi coche”, comenta Rahhal mientras come con avidez una lata de atún de un lote que acaba de repartir una ONG junto al albergue municipal cerrado. “El Gobierno debería hacer albergues y nosotros podríamos pagar por dormir”, opina enfadado este migrante marroquí que lleva 22 años en España. 

La ausencia de albergues y alternativa habitacional para las personas trabajadoras temporeras agrava una situación que dura ya más de 25 años

La campaña agrícola de la fresa en Huelva absorbe más de cien mil puestos de trabajo, según las asociaciones agrarias, y los alojamientos situados en las fincas agrícolas no son suficientes para la mano de obra que se desplaza de unas campañas a otras. La ausencia de albergues y alternativa habitacional para las personas trabajadoras temporeras agrava una situación que dura ya más de 25 años. El número de chabolas, única alternativa habitacional hasta el momento, sigue disminuyendo de forma significativa debido a los incendios. 

Temporeros
Asentamientos chabolistas 25 años de asentamientos chabolistas de migrantes en las zonas freseras de Huelva
La demanda de mano de obra del sector agrario o la ausencia de soluciones habitacionales, entre otras causas, han llevado a la cronificación del chabolismo. El Protocolo suscrito hace un año puede suponer el comienzo de su fin.

Un gato enfermo se pasea entre los montones de basura en el asentamiento de los malienses en Lucena del Puerto. A veces, el hedor es insoportable. Son las siete de la tarde y el resto del asentamiento se despereza de una merecida siesta. Algunas personas migrantes pasan en bicicleta delante de la zona calcinada. Se dirigen a un punto de agua no potable, cerca del asentamiento, para llenar sus bidones, y observan curiosos el trajín de reconstrucción. Se escuchan los rezos de la mezquita. Tres hombres y una mujer están sentados a la sombra de una antigua torre eléctrica, situada junto a la chabola de Kamal, y se muestran cabizbajos y vencidos. Tres de ellos han perdido sus chabolas en el fuego, no tienen ganas de hablar, pierden la mirada en el horizonte. Cansados. Sonríen a esta periodista pero quieren estar tranquilos. Quizás hayan pasado más veces por este difícil trance y conocen el duro camino de volver a una normalidad incomprensible. Mientras tanto, el revuelo aumenta entre los amigos de Mohamed. Esta vez la solidaridad ha llegado de alguna persona vecina en forma de dos grandes platos de cous cous que plantan en el suelo. Es la primera comida del día después de una larga noche.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Cádiz
Derechos Humanos Algeciras se moviliza contra la apertura inminente de un nuevo CIE
La Coordinadora CIEs No Cádiz ha convocado una manifestación este sábado 14 de diciembre contra la apertura de un nuevo centro de internamiento para extranjeros en la localidad
Fronteras
Túnez Túnez endurece la represión contra las ONG de ayuda a las personas migrantes
Mientras el presidente Kaïs Saied se prodiga en discursos racistas, el estado persigue a las entidades solidarias con quienes llegan al país, bajo el silencio cómplice de la Unión Europea.
Migración
Fronteras El futuro no cuenta con las personas africanas o, ¿por qué migran?
Mientras en Europa se insiste en la narrativa de que vienen demasiadas personas de África, sin proponer más respuesta que la externalización de las fronteras y la criminalización, los factores de expulsión se multiplican en el continente.
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Amazonía
Caso Chevron Pablo Fajardo: “Sacrificaron la Amazonía y la vida de la gente por racismo y por la ganancia económica”
El activista y abogado Pablo Fajardo fue elegido hace casi 20 años por la Unión de Afectados por Texaco para el juicio más importante contra la petrolera Chevron. Dos décadas después sigue luchando por la justicia ambiental y social en Ecuador.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
La vida y ya
La vida y ya Ya no sé quién vive en el primero
El barrio se ha transformado tanto que pueden pasar semanas sin ver por la calle una sola cara conocida porque los vecinos han sido sustituidos por turistas.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Análisis
Análisis Rojava en peligro
Las intenciones de Turquía en Siria ponen en peligro no solo la Administración Democrática Autónoma del Norte y Este de Siria (AADNES) sino también la convivencia del resto de minorías presentes en el país.
Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.

Últimas

Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.
Música
Música Un coro para homenajear las luchas obreras: “La canción protesta del pasado es historia viva”
El coro de canción protesta de Madrid nació para rescatar del pasado las tonadas de la lucha obrera y ponerlas al servicio de distintos activismos en el presente.

Recomendadas

Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.
Ocupación israelí
Palestina Vivir en alerta: la resistencia palestina frente la ocupación israelí
La cruda realidad de las feministas palestinas que, ante la represión y las detenciones arbitrarias, continúan su lucha por la libertad, la justicia y los derechos humanos.
Madrid
Ciudades Fake Madrid, un paseo por los hitos del simulacro
Un recorrido por los grandes éxitos de la conversión de Madrid en una ciudad irreal.