Medio ambiente
La perspectiva que tendría que cambiarlo todo: de qué hablamos cuando hablamos de colapso

Primera de una serie de reflexiones de Ricardo Sosa que publicaremos periódicamente acerca del colapso ecológico y social y sus diferentes modelos, formulaciones y posibles alternativas.
Fabrica Aceite Caceres 2
Una factoría agroalimentaria en el norte de Extremadura. David F. Sabadell
9 dic 2022 07:00

Tal vez sea pertinente empezar con algunas imágenes: una casa se va deteriorando, se le van ha­ciendo algunos arreglos parciales, a veces, simples chapuzas, le salen grietas que van hacién­dose más numerosas y profundas… Finalmente se viene abajo, se hunde parte del techo, se de­rrumban algunas paredes. No admite ya nuevos arreglos. Eso es un colapso. Se puede pensar en una historia similar sobre un coche, un camión, un barco.

Ni siquiera estas imágenes son del todo ajustadas. Puede pensarse, razonablemente, que unas reformas serias, bien hechas, a tiempo, podrían haber salvado la casa del deterioro final. En el co­lapso de un sistema social —ecológico, económico, político, cultural…— hay un problema de fondo que impide que las reformas eviten el hundimiento. Como si la casa del ejemplo tuviera unos ci­mientos insuficientes e inestables, por ejemplo, y to­dos los arreglos se basaran en que esos ci­mientos no se pueden tocar, porque eso signifi­caría tener que tirar la casa. Los afanes insaciables (insertos en el propio sistema como fundamentos incontestables) de riqueza, de poder y de presti­gio son esos cimientos frágiles y peligrosos de nuestro sistema social.

Medio ambiente
Análisis El capitalismo del colapso
Las elites capitalistas son conscientes de que el colapso del sistema global capitalista actual es inevitable, pero no están dispuestas a perder su condición de minoría privilegiada.

Este capitalismo senil, autoritario, violento, racista, heteropatriarcal y ecocida es el resulta­do ac­tual de una evolución que ha conducido a la destrucción avanzada de los delicados equilibrios na­turales y a una extensión y profundización de la miseria y el sufrimiento de una parte sustancial de la humanidad. Los cimientos tóxicos estaban ahí desde el origen, sus consecuencias negativas ya eran visibles para quienes quisieran verlas pero los re­sultados aparentemente positivos eran tan espectaculares y abundantes que pudieron ge­nerar no solo el privilegio de minorías, sino la aco­modación y la complicidad de una parte importante de la propia mayoría, la menos discriminada, las supuestas y “fabricadas” clases medias. Ahora, incluso estas “clases medias” tienen el miedo y la inseguridad metidos en el cuerpo.

El colapso no es una crisis parcial. Se parecería más a una confluencia sucesiva de co­rrientes que van arrastrando a su paso y potenciando otras menores y termina en una inundación general. Los encadenamientos pueden ser múltiples y son, seguramente, im­predecibles:

  • Sequías, inundaciones, huracanes… que hacen aún más difícil el acceso a una aliment­ación adecuada… que provocan insurrecciones populares y la multiplicación de “estados fallidos”.
  • Fruto de este caos climático, una intensidad migratoria sin precedentes, que se conviert­e en un caos social y económico, que termina en una paralización de lo esen­cial del sistema.
  • Escasez y encarecimiento brutal de combustibles fósiles que conducen a una crisis profunda de los transportes (especialmente del transporte de mercancías a largas dis­tancias)… lo que lleva al hundimiento de las bases de la “globalización” porque deja de ser rentable y posible producir en muy diversos sitios, ensamblar en otros, vender en otros, guardar el dinero en otros...
  • Nuevas guerras por los recursos que terminan implicando a los países ricos y arma­dos (como lo de Ucrania, pero peor aún), multiplicación y prolongación de los con­flictos bé­licos potencia­dos por el armamentismo y las previsiones de guerras impe­rialistas.
  • Deterioro grave del edificio monstruoso de la financiarización del mundo, metástasis de la es­peculación, crisis bursáti­les encadenadas, cada vez con menos capacidad de reacción.
  • deterioro aún mayor de los servicios públicos y sociales, incremento del malestar so­cial, nue­vos periodos de lucha popular.
  • Un empeoramiento radical de las condiciones de vida en el mundo rico que acaba con el espe­jismo de las clases medias, que incrementa la protesta, que incrementa la re­presión…
  • La extensión de la “epidemia” de personas que renuncian a su trabajo, la “Gran Renunc­ia”, por­que están hartas de no-vivir, al tiempo que se incrementa la sindicación y la lucha sindical, mientras los salarios míseros, las jornadas excesivas y las condicion­es insoportables son más “necesarias” que nunca para la supervivencia del sistema jerárquico.
  • Nuevas epidemias que repiten, amplificadamente, lo que sucedió con la pandemia del covid, recor­tan las libertades, incitan al aislamiento, producen el deterioro de las condiciones de vida y multitud de víctimas…; etc.
Este capitalismo senil, autoritario, violento, racista, heteropatriarcal y ecocida es el resulta­do ac­tual de una evolución que ha conducido a la destrucción avanzada de los delicados equilibrios na­turales y a una extensión y profundización de la miseria y el sufrimiento de una parte sustancial de la humanidad

No importa tanto cómo comienza el proceso, sino el hecho de que, dadas las precondiciones, cualquier precipitante puede desencadenar un efecto dominó.

Nos falta perspectiva para ver los procesos actuales en su conjunto. Tal vez quienes escri­ban la historia en el futuro, hablen de que la Nueva Edad Oscura —o como se llame entonces— empezó con las crisis del petróleo de los años 70, o con la “revuelta de los privile­giados”, acaudillada por los entornos de Thatcher y Reagan, o con la crisis del 2008, o con la guerra de Ucrania… cualquiera sabe. A lo peor resulta que ya está aquí el comien­zo del colapso que aún no es acepta­do o asumido mayoritariamente.

El colapso de un sistema no es la crisis de algunas de sus instituciones (formales o infor­males) sean éstas económicas, sociales, política, culturales… Es que el sistema deja de funcionar, se para o se hunde. Donde antes había subsistemas que, mal que bien, iban tirando, ahora el tro­pezón de alguno o algunos de ellos produce un parón generalizado.

Tampoco el colapso del sistema es la miseria y el sufrimiento indecibles de millones de personas en los países del Sur e, incluso, en los propios países del Norte globales. Eso forma parte de su fun­cionamiento “normal”, aunque el crecimiento desmesurado del número de las personas exclui­das sí que puede ser un síntoma que apunta hacia el colapso del centro del sistema, que es en definitiva de lo que se trata.

El colapso de un sistema no es la crisis de algunas de sus instituciones (formales o infor­males) sean éstas económicas, sociales, política, culturales… es que el sistema deja de funcionar, se para y/o se hunde

Tal vez la mayoría de la gente los miles de millones de personas excluidas siente que ya está vi­viendo el colapso de su mundo y, sin embargo, los gobiernos, los supra-gobiernos y sus medios siguen diciendo que esto no es sino una crisis más, pasajera, que ya se ve la luz al final del tú­nel… y que hay que seguir confiando en ellos para salir de este bache.

Ha habido, probablemente, muchos colapsos civilizatorios en la historia (incluso algunos poco o mal conocidos todavía), pero este al que nos asomamos tiene características es­pecialmente gra­ves, fruto de la propia extensión y evolución del sistema capitalista hetero­patriarcal y racista:

  1. El sistema ha llegado, en diferente medida, al último rincón de la tierra. Los límites del sis­tema y los límites del planeta coinciden.
  2. El sistema ha deteriorado los equilibrios naturales hasta un extremo en el que estos no pueden recuperarse salvo con actuaciones drásticas -contrarias al propio siste­ma- y dura­deras, muy duraderas.
  3. El sistema ha deteriorado los equilibrios sociales hasta extremos desconocidos. Nunca ha habido tanta concentración de riqueza, poder y privilegios en una minoría tan reducida. Tal vez nunca ha habido tanta miseria, tanta exclusión, tanta violencia pade­cida por una mayo­ría tan extensa.

¿Se puede prever el proceso del colapso? ¿Hay alguna posibilidad de imaginar, aunque sea de manera insegura y a grandes trazos cómo pueden sucederse los acontecimientos?

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Capitalismo
Opinión Araba frente a la nueva fiebre verde: cuando la transición energética amenaza a la tierra común
Más de 80 macroproyectos energéticos y una red de alta tensión planean atravesar Araba, vendiéndonos la transición verde mientras arrasan bosques, pastos y comunidades rurales. Pero este territorio ya conoce otra forma de gestionar la energía.
Opinión
Opinión La hostilidad del fin del mundo
Me da por pensar qué tal vez estoy haciendo algo mal, que tal vez tuve que aprovechar las cuatro horas atrapado en un coche para grabar un documental o un reel sobre la necesidad de parar.
Racismo
Arun Kundnani “Arrazakeriak gizarteko baliabideen banaketarekin du zerikusia”
Militante eta ikerlari antiarrazistak abiapuntu argia adierazten du: arrazakeriaren aurka borrokatzea ez da zeregin psikologiko edo diskurtsibo bat, baizik eta egiturak desegiteko premia.
jcpintoes
10/12/2022 14:09

Cuando se descubrió el petróleo, el poder económico no midió bien esa fuerza telúrica que la geología de miles de año atesoró en las entrañas del Planeta. ¿Una cuestión de ritmos?, sí por supuesto, entre las ganas de comer, el hambre, el carpe diem y el "como si no hubiera un mañana" el consumo masivo de petróleo y gas, como el de carbón o uranio nos lleva a este sistema autodestructivo que nos impone el poder ecónomico que acapara el poder político; el calentamiento global, el plástico visible o invisible por tierra, mar y aire; la perdida de biodiversidad, suelos y acuíferos contaminados por nitratos y muchos otros elementos nocivos. De nuevo nos topamos con los ritmos en las soluciones, querer sustituir la demanda actual con las renovables y la movilidad eléctrica, sin ningún cuestionamiento crítico del extractivismo y la destrucción que lo acompaña que esa falsa solución implica. En España y en la UE, la solución se sustenta sobre un oxímoron, en la Hoja de ruta para la gestión sostenible de las materias primas aparece como cuarta orientación estratégica, el empleo MASIVO de las mismas. Nada ha aprendido el poder económico y político salvo a hacer negocios. La sostenibilidad tiene que ver con un planeta con límites físicos y está reñida con la filosofía económica que nos parasita.

0
0
carnedeyunta
9/12/2022 17:34

Muchas gracias, Ricardo. Esto pinta mal. Esperamos las nuevas entregas con inquietud.

0
0
djcesarrubio
9/12/2022 9:58

Carlos Taibo 'Colapso', editorial Catarata.

0
0
Ocupación israelí
Ocupación Israelí La policía egipcia impide con violencia la marcha internacional a Gaza
La marcha de 4.000 personas a Gaza es reprimida por la policía del régimen de Al-Sisi. La organización pide a las embajadas que reaccionen y protejan a sus ciudadanos.
Ocupación israelí
Movilizaciones Un centenar de organizaciones de 26 países denuncian a la empresa vasca CAF y su tren del apartheid
Más de 50 localidades salen a la calle este fin de semana para señalar a la empresa que construyó el tranvía que conecta Jerusalén con territorio ocupados y exigir el fin del genocidio en Gaza.
Pensamiento
Economista Clara Mattei: “El liberalismo y el fascismo están unidos en su protección del orden del capital”
El ambicioso ensayo 'El orden del capital' nos traslada al Reino Unido y la Italia de la I Guerra Mundial, que se contemplan como un momento bisagra: el auge de socializaciones y cooperativizaciones que tuvo lugar durante la contienda y la inmediata posguerra fue abortado a través de un 'shock' austericida destinado a restaurar la centralidad de los grandes capitales.
Análisis
Análisis del CIS La calma antes de la tormenta: la dimisión de Santos Cerdán como punto de inflexión
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha muerto pocas horas después de nacer por la dimisión de Santos Cerdán, aunque sirve como foto fija de un escenario que favorece a la derecha.
Argentina
Extrema derecha La motosierra de Milei se ceba con los hospitales públicos y las personas con discapacidad
Los recortes del Gobierno afectan al Hospital Garrahan, un centro de alta complejidad, referente pediátrico nacional y latinoamericano, y también a los recursos de las personas con discapacidad, a los que el ejecutivo califica de “idiotas”.
Estados Unidos
Estados Unidos “No Kings”: más de 2.000 manifestaciones en EEUU para protestar contra la deriva autoritaria de Trump
Con el nombre de movimiento No Kings (sin reyes), millones de personas están convocadas a manifestarse en todo el país este sábado y enfrentar el desfile militar organizado por Trump el día de su 79 cumpleaños.

Últimas

Galicia
Crowdfunding O Salto Galiza abre un crowdfunding para empapelar a Altri
Queremos investigar a los responsables políticos y empresariales del que podría ser el mayor atentado ambiental de la historia reciente de Galicia.
Galicia
TSXG Peritos en el juicio contra la Xunta: la contaminación del embalse de As Conchas es “extremadamente peligrosa”
Siete vecinos, la Asociación de vecinos de As Conchas y la organización de consumidores CECU han demandado a varias administraciones gallegas por presunta mala gestión de una contaminación derivada del exceso de macrogranjas en la comarca de A Limia.
Palestina
Marcha a Gaza Poner el cuerpo contra el genocidio
Miles de activistas de todo el mundo participan en la Marcha a Gaza desde Egipto. Desde el movimiento solidario extremeño con Palestina, una reflexión acerca de la importancia de esta lucha y de su momento histórico.
La madeja
La Madeja Oído/lengua/vientre
El oído que deja de prestar atención a la palabra del amo y se vuelve, inclinado ligeramente hacia abajo, a las que durante siglos callaron y al fin abandonaron la mudez, no será nunca subyugado.
Comunidad de Madrid
Comunidad de Madrid Un centro de salud desbordado y con cucarachas y otro pendiente de construir desde hace 22 años
Los vecinos del barrio de Comillas, en Carabanchel Bajo, se han manifestado para reclamar el nuevo centro de salud planificado desde 2003 y cuya parcela ya fue cedida por el Ayuntamiento a la CAM, que no da explicaciones por la paralización.
Centrales nucleares
Cierre de Almaraz Las empresas propietarias de Almaraz no acuerdan una propuesta conjunta para alargar la vida de la central
Solo Iberdrola y Endesa firman la propuesta de alargar la vida de Almaraz trasladada al MITECO. Naturgy se descuelga de la misma y bloquea su viabilidad, al estar la central explotada por las tres energéticas en un régimen de comunidad de bienes.
Más noticias
Israel
Oriente Próximo Israel mata al comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, que prepara “una respuesta contundente”
Israel ha atacado Irán en la madrugada del viernes 13 de junio con bombardeos de unos 200 aviones de combate. La Guardia Revolucionaria iraní ha confirmado la muerte de su comandante, el general Hossein Salamí.

Recomendadas

Derecho a la vivienda
Jaime Palomera “La vivienda necesita una revolución”
Investigador y uno de los fundadores del Sindicat de Llogateres, Jaime Palomera presenta ‘El secuestro de la vivienda’, un libro sobre el juego amañado en el que los propietarios son cada vez más ricos y los inquilinos cada vez más pobres.
Redes sociales
Industria editorial Escritores fantasma: así trabajan los auténticos autores de los libros de éxito que publican los ‘influencers’
Detrás de cada libro firmado por un ‘influencer’ hay otra persona que ha trabajado a destajo para entregar a tiempo un texto en el que su nombre no aparece por ninguna parte y que, además, ha tenido que renunciar a sus derechos como autor.
Brasil
Extrema derecha Arte en tiempos de fascismo: cuando enseñar a Goya y Rubens le cuesta el puesto a un profesor
Una clase de Historia en la escuela municipal en una localidad del Estado de São Paulo desemboca en acusaciones contra el profesor y una campaña de difamaciones que encabeza el concejal de educación de la zona, de la extrema derecha bolsonarista.
Literatura
María Agúndez “El trabajo de limpiadora es muy digno, pero nadie quiere hacerlo”
La escritora retrata en ‘Casas limpias’ las contradicciones de quienes considerándose personas igualitarias y progresistas delegan los cuidados y la limpieza para evitar el conflicto y sostener su comodidad.