Inflación
La cesta de la compra de los pobres ha subido un 13% más que la de los ricos en cinco años

Los productos más baratos de la cesta de la compra subieron un 37% entre 2021 y 2024. Es la “cheapflation”, o baratoflación, una tendencia que habla de la carestía selectiva de los alimentos más económicos. La alarmante subida de la cesta de la compra de los hogares con menos poder adquisitivo es una de las conclusiones principales del informe Per què puja la cistella de la compra? (Por qué sube la cesta de la compra), realizado por dos investigadores del Institut de Recerca Urbana de Barcelona (IDRA).
Mientras los productos baratos y de marca blanca subieron ese 37%, los productos de alta gama se han visto afectados por la inflación desatada desde finales de la década pasada, alrededor de la pandemia del covid-19, han subido un 23%.
Esto, explican los investigadores Rubén Martínez y Adrià Rodríguez se debe a varios factores. En primer lugar está el hecho de que las familias con menos recursos adaptan su consumo, sustituyendo unas marcas por otras de peor calidad. Pero a esa tendencia le sigue una por parte de fabricantes y distribuidores que los investigadores califican como perversa, por la cual aumentan esos precios.
En el otro extremo de la caja registradora, está el beneficio de las multinacionales del sector. En España, los principales grupos de distribución, Vall Companys, Coca-Cola Europacific Iberia, Ebro Foods, bonÀrea, Nestlé y el Grupo Fuertes, han obtenido un beneficio de 1.280 millones en 2024. Los minoristas, Mercadona, Carrefour y Lidl, entre otros, superaron sus récords con un beneficio de 7.500 millones.
La foto global que fija el informe señala que productos esenciales como la carne, la leche o la mantequilla han subido entre un 30% y un 50% con respecto a los niveles prepandemia. Otros alimentos como el café, el aceite de oliva y el cacao se han encarecido hasta el 80%.
Dónde ha ido a parar el dinero
Los indicadores del Banco Central Europeo indican que, desde 2022, la brecha entre los precios de los alimentos y los precios de otros productos es “excepcional y persistente”. Son subidas estructurales y no coyunturales, alertan los redactores de Per què puja la cistella de la compra? Martínez y Rodríguez destacan cómo, durante los últimos 15 años, España es el tercer país europeo –tras Francia y Grecia– donde más han aumentado los hogares con privación material relacionada con la alimentación. Las personas más afectadas son aquellas que sostienen hogares monoparentales —la mayoría son mujeres—, que tienen personas dependientes y empleos precarios.
La tesis de los responsables del informe es que el encarecimiento de los alimentos de al cesta de la compra se ha dado por una serie de factores que combinan desde la situación macroeconómica global, que ha vivido hitos como la pandemia de 2020 y el alza de precios tras el recrudecimiento de la guerra de Ucrania, como otros factores estructurales internos del sistema agroalimentario.
Los autores del informe destacan que la alternativa a la escalada de precios pasa por la recuperación del control del sistema alimentario por parte de las instituciones públicas
Las dinámicas que han llevado a la subida de los precios están relacionadas con la financiarización del precio de los alimentos, que ya generó la crisis alimentaria de 2008. El precio de los alimentos se determina especialmente en la Bolsa de Chicago a través de los contratos de futuro, algo que, como advirtió hace años la FAO, ha generado una “burbuja especulativa” en torno al precio de los alimentos.
Otro de los elementos es la concentración del mercado agrícola en cinco compañías. Se trata de Archer Daniels Midland (ADM), Bunge, Cargill, China Oil and Foodstuffs Corporation (COFCO) y Louis Dreyfus Company (LDC).
“Conocidas como las ABCCD, controlan entre el 70% y el 90% del comercio mundial de cereales comerciales”, explican los autores del informe, que destaca que “su capacidad para intervenir tanto en los mercados físicos como financieros les confiere una doble influencia sobre la formación de precios. Entre 2021 y 2022, las ABCCD registraron beneficios récord, con incrementos de entre el 75% y el 300% respecto a la media de 2016-2020”.
En el contexto español el aumento de los márgenes empresariales del sector agroalimentario ha sido el mayor de todas las categorías de actividad. El margen de beneficio de estas empresas ha sido del 38,1% en los últimos cinco años.
Los autores del informe destacan que la alternativa a la escalada de precios pasa por la recuperación del control del sistema alimentario por parte de las instituciones públicas. Eso sí, matizan “la reducción de los precios de los alimentos no puede ir en detrimento de los ingresos que reciben los productores, especialmente los pequeños y los medios”. También advierten de que esta reducción tampoco puede estar subvencionada por los contribuyentes sino que “debe ser resultado de una planificación democrática del sistema alimentario y de una disminución de los márgenes de beneficio”.
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