Incendios
Manuel Martínez de la Iglesia (Ecologistas): “Lo que ha pasado en León es la crónica de una muerte anunciada”

Manuel Martínez de la Iglesia es uno de los poco más de doscientos habitantes de Tabuyo del Monte, en León. En las últimas semanas ha visto de cerca los incendios de Castrocalbón y de Yeres/Llamas de Cabrera, dos de los focos más graves de la ola de incendios que ha asolado Castilla y León este verano, que ha traído los peores incendios en dos décadas. El incendio de Yeres se ha cobrado dos de las víctimas mortales que hay que poner entre las consecuencias de los incendios.
Martínez fue coordinador de Ecologistas en Acción León, pero hoy pide que se le cite como un activista más. Es también conocedor de un medio del que ha hecho su forma de vida: nos responde a las preguntas mientras recolecta frambuesa y habla en tono pesimista de las necesidades de un territorio que ya fue devastado por los incendios: hasta este año y a la espera de tener cifras de superficie afectada, el peor incendio en la zona fue en 2012, cuando el fuego arrasó 30.000 hectáreas en Castrocontigo.
¿Cómo has pasado estos días o estas semanas desde que a mediados de agosto empezara la peor parte de los incendios?
Ha sido una situación muy dramática, estábamos muy asustados porque la situación era dramática… Y lo sigue siendo porque está todo quemado, en todo el oeste de la provincia de León la vegetación ha desaparecido. La sensación entre la gente de estas zonas es que, por un lado, hemos sufrido una gran catástrofe. Pero, por otro, nuestra vida pertenece a lo rural y lo que intentamos es volver otra vez a sentirnos personas y a trabajar en nuestro medio.Lo que necesitamos ahora es que se nos comprenda, porque no podemos seguir con una con una situación como esta. La gente hemos ido poco a poco elaborando otros modelos y ahí estamos.
Explicabas hace unos días que tenemos “unas políticas forestales del siglo XX” . ¿A qué te referías con eso?
Me refiero a que, por ejemplo, no se mira la cantidad de combustible que tenemos en los territorios. O seguramente sí se mira, pero nadie hace nada. Llega un momento en que la cantidad de combustible existente es enorme y cualquier chispita, a cualquier hora, en unas condiciones climáticas como las que hemos tenido hace poco, pude convertirse en esta catástrofe. Este año, ha llovido mucho en primavera y en invierno, por lo que había una gran cantidad de hierba alta, pero no ha habido ningún planteamiento de desbrozar algunas zonas, o de utilizar ganadería, o de hacer trabajos forestales… todo esto no se hace. Por eso una chispina de cualquier cosa —de una desbrozadora, una máquina, un rayo— provoca la catástrofe y no hay manera de apagarlo, es imposible, con la velocidad del viento y 17% de humedad y combustible a tope... imposible.
una política de incendios del siglo XXI ha de ser cambiante, es decir, que tendremos que ir adaptándonos a lo que nos está viniendo
¿Cómo serían unas políticas forestales del siglo XXI?
Uno tiene que adaptarse a varios parámetros. Primero, hay que mirar que hay poca gente en el mundo rural, lo cual impide que podamos utilizar mucho más los recursos existentes, sobre todo en madera. Y, además, una política de incendios del siglo XXI ha de ser cambiante, es decir, que tendremos que ir adaptándonos a lo que nos está viniendo. Tendríamos que ir hacia unas políticas de de mosaico en las que no solamente haya vegetación, sino que haya también zonas que de cultivo, y donde nuestro nuestro territorio tenga también una función también alimentaria que ahora se está perdiendo en muchas zonas. Es una cosa bastante compleja.
Ecologistas en Acción ha pedido suspender las actividades de caza en laas zonas afectadas. ¿Por qué? ¿Qué tiene que ver la caza con los incendios?
En primer lugar, la caza ha sido una de las causas de los incendios, por gente que quiere que los animales pasen de una zona a otra. Por otro lado, dada la voracidad de los incendios, es posible que muchos hayan muerto. Y los que no han muerto se han trasladado a otras zonas y están en una situación de estrés grande. Entonces, es lógico que durante un tiempo se mantenga el compromiso de no acotar.
¿No es algo que ocurra de manera automática, que se cancelen las actividades de caza en las zonas afectadas?
La administración es muy laxa porque los cazadores, aunque sean minoría, tienen mucho poder. Muchas veces las autoridades lo que hacen es atender sus demandas, con lo cual no atienden a las demandas de la naturaleza, que necesita otro modelo, el modelo ir hacia la recuperación. Porque, ya al día siguiente del incendio, la biomasa empieza a funcionar, y es necesario que esto se controle. En mi zona, que no ha sido incendiada, probablemente tengamos un exceso de animales que irán poco a poco volviendo a sus zonas. Pero no de un día para otro, por lo cual sería bueno que no ocurriera caza tanto en esta en esas zonas que se han quemado y una regulación y una seriedad en las zonas que no han sido afectadas por el fuego.
En estos días se ha explicado que los incendios que estamos viendo son “incendios de sexta generación”, muy virulentos… ¿Qué has visto tú estos días? ¿Cómo se enfrentan estos incendios?
Cuando los incendios son muy grandes, los helicópteros no sirven prácticamente para nada más que para transportar a la gente de un lado a otro cuando es necesario. Son incendios que no se apagan o que es muy difícil apagarlos durante el día, lo único que podemos hacer es aprovechar las noches para intentar controlarlos. Además, es necesario utilizar maquinaria pesada y personas que sepan de la vaina para poder irlos reduciendo. Y la velocidad es una cosa importantísima, porque ha habido días en los que con el aumento de la temperatura y la velocidad del viento hemos llegado a 900 grados de temperatura en algunos sitios, eso produce una bomba de calor que puede que hace imposible hacer nada. Esas cosas hay que hacerlas desde lejos y con gente de garantías.
muchas de las zonas que se han quemado son de zonas de brezales, aquí las llamamos urces. Estas plantas son muy pirofitas y necesitan ser controladas
Ha habido incendios en todo pero sobre todo en el noroeste del Estado, especialmente en Galicia y el noroeste de Castilla y León. ¿Qué particularidades tienen estas zonas?
Pues yo te diría que es una zona de transición entre lo atlántico y lo mediterráneo. Hay especies vegetales de las dos zonas. Además, esto es una zona de alta biodiversidad. Incluso tenemos una aceptación por parte de la FAO sobre la provincia de León, una figura importante y es que somos una zona SIPAM [Sistema Importante de Patrimonio Agrícola Mundial], lo que significa que estamos produciendo alimentos de gran calidad y en un territorio en el cual el manejo de las cosas se hace de forma responsable con respecto a la naturaleza. Somos la segunda zopa SIPAM del mundo y la mayoría de lo que se ha quemado pertenece a zona SIPAM. Otra particularidad de estas zonas es que antes había mucha gente y ahora hay muy poca, por lo que se han perdido cultivos y esto lo han ido cogiendo otras especies vegetales: todo lo que antes era cultivado ahora se ve bien porque ahora hay muchísimos piorno.El piorno es un arbusto que nada más que con una chispa se prende. Lo mismo que ocurre con muchas zonas que se han quemado, que son de zonas de brezales, aquí las llamamos urces. Estas plantas son muy pirofitas y necesitan de vez en cuando hacer quemas controladas en invierno, aunque mucha gente no está de acuerdos, bajar, digamos, la altura y que sean más cortos, o pasarles maquinaria, no a todo pero sí a una parte para que, si hay un incendio, podamos controlarlo. Habría muchísimos temas, la gestión es una cosa muy complicada.
¿Qué consecuencias crees que han tenido estos incendios? ¿Qué se puede recuperar?
Lo primero, se han perdido personas, y ahí nadie va a poder hacer nada. Y luego se ha perdido toda la masa forestal tanto las de recaudaciones como encinares, robledales… zonas de gran calidad ambiental que teníamos al oeste de la provincia de León. En el incendio que vino de Zamora se habla de 36.000 hectáreas entre León y Zamora, en León no sabemos todavía. Se ha quemado también la parte de la parte de Llamas de Cabrera, Las Médulas. Y se ha quemado patrimonio, no solamente están Las Médulas sino que también se ha visto afectada la minería de oro que también en La Cabrera. Un verdadero desastre.
¿Los incendios afectan también a la calidad de aire?
Sí, hemos estado respirando aire muy contaminado. La gente está teniendo problemas respiratorios… y los que estén un poco tocados, más. Los incendios forestales disparan los niveles de partículas respirables (PM10), partículas finas (PM2,5) y ozono troposférico, y se han producido muchas superaciones de los umbrales diarios de alerta.
Mucha gente pensará que no se puede hacer nada. Sí, se puede hacer, pero hay que hacerlo con los debidos límites. Eso necesita también que se hable con la gente que vivimos aquí
Hablábamos de las pérdidas de masa forestal. ¿Se puede recuperar?
Las encinas de robles, y algunas especies de pinos autóctonos de aquí, sí se va a recuperar, lentamente pero sí. O no tan lentamente, porque en 12 años puedes tener ya unas encinas.... Pero también hay que tenerlas las cosas claras, cómo vamos a hacerlo, y para eso se necesita hablar con la gente de los pueblos. Mucha gente pensará que no se puede hacer nada. Sí, se puede hacer, pero hay que hacerlo con los debidos límites. Eso necesita también que se hable con la gente que vivimos aquí, hacer campañas de educación, tener las cosas bien claras y hacer lo que tenemos que hacer, pero con garantías de que no va a haber sobreexplotación.
En las manifestaciones se pide la dimisión de dos personas: el presidente y el consejero de Medio Ambiente. ¿Está justificado el pedir esas dimisiones?
Yo voy por los montes en bici y voy mirando la cantidad de biomasa que tiene la zona. Esto estaba claro, lo que ha pasado es la crónica de una muerte anunciada. Yo pediría no solo la dimisión sino que marchen a una isla desierta y no vuelvan por aquí. Son inútiles y además están haciendo un relato que no es es adecuado. Su relato es que ellos son los más competentes en esta materia. En 2012 tuvimos aquí en nuestro monte un incendio de 12.000 hectáreas y no fueron capaces de hacer nada serio. Y encima diciendo que ellos ponen dinero, cuando en realidad el dinero viene de fuera, o de la Unión Europea o del estado.
Pero, ¿realmente se pueden evitar los incendios?
En esta península hace 10.000 años, cuando no vivía se controlaba ella sola. Ahora, con la situación del cambio climático, es más preocupante todavía. No se puede. Se van a generar cambios. De hecho, por ejemplo, nuestro monte que es un pinar autóctono lleva tantísimos años quemándose que el pino es capaz de regenerarse. En el último incendios, de 2012, ya te digo, fue tan capaz que se quemaron los arbustos que parecían mucho más duros y en muchos casos no se habían regenerado los arbustos, en cambio, el pino salían 80.000 pinos por hectárea, que no hay que dejarlos dormir por todos los trabajos selvícolas. Entonces me hace gracia cuando nos dicen ahora os vamos a dar un caramelito de 500 euros por familia para la gente que se ha marchado. Esto no nos soluciona el problema.
Nos solucionas los problemas una gestión adecuada, tener gente permanente trabajando en el monte, tener rebaños... Si no, si no tenemos rebaños normales, rebaños concejiles, que permiten que esté pastado todo alrededor del pueblo y luego, cuando venga el incendio tengamos la posibilidad de controlarlo. Y también es muy importante mantener todos los servicios públicos en el mundo rural. Lo que no se puede hacer es desmantelar todo porque nosotros no les damos votos cuando resulta que luego la gente está acostumbrada a vivir en un espacio que es la ciudad, que parece que estamos protegidos y estamos totalmente desprotegidos porque estamos perdiendo el agua, perdiendo la calidad del aire, el suelo...
¿Cómo valoras las movilizaciones que ha habido, entre ellas la de León el 18 de agosto o la del 20 de agosto en Valladolid?
Hemos tenido movilizaciones también en Astorga, y otra bastante numerosas en La Bañeza. Y yo lo valoro positivamente, porque tiene que llegar un momento en que esto no pueda seguir como estamos hasta ahora, con un modelo tercermundista, tenemos que ir avanzando hacia otro modelo. Mucha gente no solamente pierde el territorio sino que pierde su forma de vida. Ahora estamos mirando cómo podemos dejar las zonas que nos han quemado para los las colmenas, porque hay muchas gente joven que ha puesto su fe en la agricultura y están creando pueblo, creando mundo rural y ahora se les ha quemado el territorio. Hay quien tiene ganadería y hay zonas de pasto que no se utilizan y que están ayudando porque hay también mucha gente joven aquí que está que ha puesto vacas de extensivo y ahora pues no tiene forma de dar de comer a la vaca porque se ha quemado el territorio.
¿Crees que el descontento con la gestión de los incendios puede ser un punto de inflexión?
A nivel político, tal y como se está planteando el relato, más bien creo que intentarán lavarse las manos. Y los perjudicados vamos a hacer nosotros, porque no lo van a arreglar. Ya hemos tenido en la comunidad los dos grupos que han estado y no han hecho nada real.
No te veo muy optimista…
Depende de la gente y si se deja manipular con este relato. Pero la gente que somos rurales no somos gilipollas. Hay que hacer una labor muy grande para que la gente vuelva a querer venir a los pueblos. Porque tenemos los recursos, y hay que hacer políticas que ayuden a asentar población. Esto no puede seguir así porque este problema va a seguir, vamos a tener todos el mismo problema cada cierto tiempo si no se hace nada.
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