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Se han sentido “dolidas” con las declaraciones de la Diputación de Gipuzkoa sobre el 8 de marzo y han ocupado la Casa de la Mujer de Donostia. Las trabajadoras de residencias llevan 233 días de huelga y no tienen intención de renunciar a negociar su convenio, tanto para mejorar sus condiciones laborales como para reivindicar una mejora del servicio público de cuidados —gestionado a través de empresas privadas—, con un aumento de los ratios y el fin de los contratos parciales.
“La campaña de Diputación con motivo del 8 de marzo nos parece vergonzosa. Está llena de hipocresía, porque a nosotras nos tienen abandonadas”, resume Begoña Gainza, una de las trabajadoras encerradas en la Casa de la Mujer de la capital guipuzcoana.
“Nuestro sector está feminizado y somos nosotras quien debe interpelar a Diputación con motivo del día de la mujer trabajadora”
“Nuestro colectivo lo forman 5.000 trabajadoras, el 90% de ellas somos mujeres. Es un sector feminizado y somos nosotras quien debe interpelar con motivo del día de la mujer trabajadora. Queremos que se sienten a la mesa y empezar a negociar”, añade sobre este conflicto enquistado desde septiembre de 2018. Carecen de convenio colectivo desde 2017.
En el mediodía del miércoles 4 de marzo, las cuidadoras entraron en la Casa de la Mujer, ante la sorpresa de las administrativas, “para quienes solo tenemos palabras de gratitud”, añade Gainza. Han entrado sin fecha de salida, con grupos de 20 mujeres que harán turnos de día y de noche.
El colectivo de trabajadoras de residencias está formado por 5.000 trabajadoras, de las cuales el 90% son mujeres, y llevan en huelga desde septiembre de 2018
Desde el sindicato ELA, mayoritario en el sector, indican que han solicitado una reunión con Diputación y que esta acción, acordada por la asamblea de trabajadoras, supone “un salto cualitativo en las movilizaciones” a la hora de conseguir “visibilidad” y contraponer “el discurso tan hipócrata de las instituciones”, en relación al 8 de marzo, indica Txomin Lasa.
La portavoz de la Diputación de Gipuzkoa, Eider Mendoza, realizó un llamamiento a “toda la sociedad” para sumarse a los actos programados del 8M y reconoció que, “tanto a nivel global como en nuestras comunidades locales, siguen persistiendo diferencias y discriminaciones hacia las mujeres, por el mero hecho de ser mujer”. Asimismo, afirmó mantener un “compromiso por avanzar en la igualdad de mujeres y hombres”. Actualmente, la brecha salarial se sitúa en el 22% y se debe, en gran parte, por la segmentación de los sectores por género, como el de cuidados, que está altamente feminizado.
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Es normal que no quieran trabajar, es una manera progue de conseguir un igualdad con el que si lo hace.
Es mentira la diferencia salarial, pero éso es un invento socialista.Igualdad tenía que haber en el número de presos hombres y mujeres, en trabajos de máximo esfuerzo,peligro y tiempo,cuestión de compettividad.Fracasos escolares mayormente en niños, suicidios mayormente en hombres, vagabundos mayormente hombres .
Seguís queriendo esta igualdad o ya no?!.
A quien queréis engañar, las ciudades que pisais las hicieron mayormente hombres por no decir 100%, va de evolución no de idioteces.