Flamenco
Rocío Márquez: "La solución no es mirar hacia otro lado"

Cantaora e investigadora, Rocío Márquez escapa de los estereotipos del cante flamenco y la figura clásica de artista.

Rocio Marquez
Foto del Archivo Casa Patas.
Musicólogo
16 nov 2017 16:58

Entre trenes con destino Sevilla, Madrid, Huelva y La Habana, charlamos con Rocío Márquez (Huelva, 1985) sobre la universidad, la mujer, el feminismo, la estética, la prensa, el sempiterno debate de lo ortodoxo/heterodoxo en el flamenco… Sobre uno de sus últimos proyectos, el álbum Firmamento (Universal, 2017), debe de estar hastiada de hablar, así que abordamos el reverso. Desde su reciente doctorado hasta la necesidad —o no— del componente social y político en el artista.

Quería preguntarte por tu doble faceta como artista e investigadora.
Para mí ha sido un trabajo precioso. Es cierto que me ha costado mucho marcar la diferencia entre lo artístico y la investigación, porque estaban muy vinculados a nivel práctico. Como lo iba haciendo todo a la vez, está muy conectada una cosa con otra. Lo vivo como una experiencia de aprendizaje. Los plazos institucionales han sido la parte más difícil, siempre me ha costado muchísimo encajar en la norma… Todo lo demás ha sido un regalo, porque he podido conocer la perspectiva de mis compañeros, combinarla con la mía, conocerme mucho mejor. La hipótesis que defendía [tesis La técnica vocal en el flamenco: fisionomía y tipología] era que tenemos muchos más recursos de los que utilizamos. Es decir, cada uno de nosotros, aunque tengamos un solo timbre, tenemos distintas cavidades resonantes y en función de cuáles empleemos variará totalmente el sonido y el efecto que vamos a producir.

Uno de los capítulos es cómo afecta la menstruación en el cante. Analizo las cuatro fases del ciclo, qué consecuencias tienen en el estado físico y anímico. Es de las pocas cosas que me criticaron en la tesis, un profesor del tribunal lo consideró demasiado esencialista. Me pareció curioso, porque realmente es un tema del que nunca se habla, incluso entre mujeres; por supuesto, entre hombres esa es la parte que no quieren ver de nosotras. Me ayudó mucho a profundizar en este tabú el libro Diario de un cuerpo (2016), de Erika Irusta.

Para nosotras, sin embargo, es muy positivo ser conscientes de, según qué momento, qué actividades nos vienen mejor. Está claro que no siempre se puede adaptar el calendario en función del ciclo menstrual. En mi caso, con el nivel de contratos es muy difícil, pero lo que sí que puedo hacer es tomarlo como punto de partida: si sé que voy a tener la zona diafragmática inflamada, puedo, de momento, bajar la cejilla un traste o simplemente ser consciente de que hay más probabilidades de desafinación.

"Cuando dicen 'el flamenco es machista', realmente sería un reflejo de la sociedad, no dista de lo que está pasando en la calle"

¿Cómo consigues, en una institución tan anclada como la universidad, hacer confluir ramas tan aparentemente dispares entre sí?
Me han ayudado muchísimo, especialmente mi tutor Paco Escobar, músico también [guitarrista]. Yo le decía que era mi traductor. Había momentos en que me interesaba el contenido, pero la forma me despegaba tanto que me entraban ganas de irme. Gracias a él mantuve las ganas hasta el final. 

Es uno de los heterodoxos, entonces...
Sí, conoce muy bien el lenguaje artístico, que es mucho más flexible que el académico. En este llega un momento en que es como “con la Iglesia hemos topado”, y da igual todo porque el texto tiene que ser así. En el tribunal había también gente muy diversa: Cristina Cruces, Luis García Montero, Joaquín Mora… gente con la que yo ya me había encontrado en mi carrera. Por un lado, he podido aportar cosas desde dentro, cosas que no son fáciles de conseguir y, por otro, ellos han sido muy generosos ayudándome a traducir todo eso en datos. He tenido la suerte de encontrar personas que, por encima del funcionamiento del sistema, han sido muy comprensivas y les interesaba lo que estábamos haciendo.

En tu experiencia en la universidad, ¿has trabajado conjuntamente con muchas mujeres?
Hay más mujeres que hombres, no mandando, pero sí estudiando. En lo que respecta a la jerarquía, como en cualquier ámbito, los puestos altos siempre están ocupados por hombres. Esta es una característica más del sistema patriarcal en el que vivimos, igual que con el tema del flamenco: cuando dicen “el flamenco es machista”, realmente el flamenco sería un reflejo de la sociedad. También es cierto que, al ser grupos endógenos y cerrados, en algunos casos se puede intensificar; pero no dista de lo que está pasando en la calle.

Recuerdo una conversación con Pedro G. Romero porque me hicieron una entrevista y, como hay que buscar titulares potentes, pusieron algo así como “el flamenco es muy machista”. ¡No te imaginas Pedro la que me echó! Me ayudó mucho su visión, es verdad que siempre aprendo mucho con él, pero me resonó mucho esa parte patriarcal que tiene el hombre.

"No digo que sea una responsabilidad de las cantaoras y cantaores hacer un posicionamiento social o político, pero para mí es una necesidad"


¿Y eso lo has notado también cuando te has subido a otros escenarios fuera de Andalucía o de España?

Yo creo que es bastante general, porque además el heteropatriarcado es un rasgo del sistema capitalista. Hemos naturalizado demasiado esta cuestión. Recuerdo la primera vez que di clases en el curso de estudios avanzados en el Rectorado de Sevilla en la asignatura Sexuación en el arte, y el primer día me dije, ¡qué ganas de buscarle los tres pies al gato! Es decir, no siempre he pensado como pienso hoy.

Después de tres clases fue como abrir de repente la caja de Pandora; como llevaba tantos años tocando en peñas, hay muchas cosas que he normalizado hasta tal punto que ni siquiera era consciente. Uno de los ejercicios que hicimos fue subrayar los adjetivos en críticas musicales: las mujeres eran la sensualidad, la fragilidad, la belleza; los hombres, la fuerza, el desgarro… Otro caso: en una peña había una charla y después cantábamos una compañera y yo. El director de la peña nos dijo: “Oye, como ya estáis arregladas, ¿por qué no salís ahí durante la conferencia y así adornáis el escenario?”. Palabras textuales.

Tenemos que empezar a tomar conciencia y es cierto que no debemos intensificar un mito que ya hay, que el flamenco es machista… Mi intención no está nunca en ofender al flamenco porque lo adoro. Ahora bien, que esa no sea mi intención no quiere decir que no pueda contar mi experiencia personal y que no pueda visibilizar algo que es necesario exponer. Para él [Pedro] quizás no sea necesario, para mí sí lo es, porque creo que realmente estamos todavía muy lejos. Él me dice que igual que en la sociedad, no solo en el flamenco; y bueno, yo el mundo que vivo es el mundo del flamenco, entonces lo hablo desde mi experiencia.

Hay una serie de reportajes que te incluyen, junto a otras artistas, dentro de una heterodoxia flamenca protagonizada por la mujer, ¿te sientes identificada con eso?
Mmm… A ver cómo empiezo. Mi sensación general con el feminismo es que está muy de moda y todo el mundo es muy feminista y habla mucho de la igualdad, la discriminación positiva… El sistema capitalista se ha dado cuenta de que eso va con fuerza y entonces dice: vamos a dominarlo para tener el control, vamos a hacerlo a nuestra manera para, en el fondo, dejarlo todo igual; ponemos a tres o cuatro de cara a la galería que puedan defender de esta manera los cánones que nosotros queremos de mujeres sumisas, sensuales, dulces… Realmente ellas creen que están aportando algo y no sé yo hasta qué punto se puede aportar desde ahí. Me encantaría pensar que esa “vanguardia” fuera unida a la manera de pensar, a la defensa de la igualdad, pero creo que todo está muy controlado.

También estás vinculada a múltiples proyectos solidarios y educacionales…
El año pasado, en el Instituto Carmen Laffón, en San José de la Rinconada, participé en la asignatura de flamenco (guitarra, cante, baile e historia del flamenco) del bachillerato artístico. También estuve un tiempo en la Fundación Cristina Heeren, en la escuela de Esperanza Fernández y dando clases particulares. No digo que sea una responsabilidad de las cantaoras y cantaores hacer un posicionamiento social o político, pero para mí es una necesidad. Siempre que tengo oportunidad le doy cabida. Hace poco tiempo estuvimos en Lesbos, con Jorge Martínez. Es tan duro y tan cruel que te corta el cuerpo, pero la solución no es mirar para otro lado y hacer como que no existe.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Perfiles con tiempo
Perfiles con tiempo Illeana Gómez, bailaora: “Estoy luchando por dejarme llevar más”
Bailaora en tablaos y teatros de Madrid, la historia de Illeana Gómez está marcada por su pasión por el flamenco. “¿Cómo puedes ser tan flamenca bailando si eres de Estados Unidos?”, le preguntan a veces.
Antigitanismo
Flamenco y antigitanismo La memoria siempre vuelve
Muchos “aman” el flamenco de la misma manera en que un taxidermista “ama” a los animales que diseca o que un señor “ama” a las mujeres a las que silba por la calle: como una carcasa con la que adueñarse de la belleza ajena y de su relato.
Pedro G. Romero
23/11/2017 15:56

Bueno, en realidad lo que yo dije fue lo contrario que hay que denunciar con nombres y apellidos, diciendo el presidente tal, en la Peña cuál. El problema de estás generalizaciones es que pierden fuerza política y son el adorno de cada época. Uno de los problemas de la lucha contra el capitalismo es pensar que depende del heteropatriarcado, otra palabra de moda, me temo que la estrategia capitalista incluye el heteromatriarcado y también el campo de dominio de homosexuales y otras figuras de género. Se puede acusar al flamenco de capitalista por vender discos y entradas de concierto, por sumarse al marqueting o a cualquier otra campaña liberal? Claro que no. Con el machismo pasa igual, hay que ser claro, directo y consecuente, relacionarlo con el flamenco es un estereotipo demasiado confortable. Sirve para subvenciones, campañas institucionales y otros soufles pero no para luchar contra la discriminacion de género.

1
4
#4398
13/12/2017 11:20

No creo que sea necesario volver a explicar lo que ella misma ha dicho en la entrevista. Ella da su punto de vista y cuenta su experiencia, que para eso es a quien le están preguntando, ¿No? Tú seguro que tienes otra perspectiva basada en unas vivencias diferentes, pero venir a una entrevista a cuestionar a la protagonista de esta como si las suyas no fuesen válidas me parece que sobra bastante.

0
0
Pedro G. Romero
6/1/2018 19:58

Bueno, seguro que me excedido en el comentario, seguro. Se me alude en un par de ocasiones de manera inesacta y como me parece un debate interesante y sí que me parece pertinente e importante, quería dejar claro mi punto de vista. Claro, podía optar por poner un "me gusta" o un "no me gusta", pero entiendo que estos espacios de libre acceso tienen la posibilidad también de ampliar contenido, no solo de repetir obviedades. Pero sí, uno mismo, como lector feminista, se siente invitado a dar su opción y más cuando se le cita en un medio de comunicación. Todas las opiniones merecen ser tenidas en cuenta. Abrir debates pensaba que era eso.

0
0
Pedro G. Romero
8/1/2018 10:27

Repito que lo digital, no sé si mi dedo o el teclado, juega malas pasadas: me he excedido e inexacto; perdón

0
0
Política
Lawfare ¿Qué decisiones puede tomar Pedro Sánchez tras amagar con dimitir?
Tras el anuncio del presidente, se abren varias posibilidades que no se resolverán hasta el lunes: ¿Una moción de confianza? ¿La convocatoria de elecciones? ¿Un cambio de marco? ¿Dimitir y dar el salto a la presidencia del Consejo Europeo?
Medios de comunicación
Opinión ¿Y qué esperabas, Pedro?
Los gobiernos de derechas llevan años alimentando con dinero público a sus medios afines que esparcen bulos y manipulan sin que el Gobierno haya hecho nada para evitarlo.
Sanidad pública
Ribera Salud Hospital del Vinalopó: el último rehén de la privatización del PP valenciano
La vuelta del PP al gobierno valenciano ha supuesto un balón de oxígeno para la principal beneficiaria de la privatización sanitaria, que mantendrá la concesión de Elx-Crevillent a pesar del malestar social.
Portugal
Portugal Cuando los campesinos portugueses tomaron la tierra… y la contrarrevolución se la despojó a tiros
Tras el 25 de abril de 1974 una ola de ocupaciones agrícolas impulsó en Portugal una profunda reforma agraria que los gobiernos socialistas y conservadores tardarían más de una década en desmontar.
Portugal
Memoria histórica 50 años del 25 de abril: la reforma agraria
Cuando se cumple medio siglo de la Revolución de los Claveles este catedrático y corresponsal de prensa en Portugal entre 1974 y 1975 relata una de las caras menos conocidas de este proceso histórico: la reforma agraria.

Últimas

Derechos Humanos
Libertades y derechos Amnistía Internacional acusa al Estado de no investigar casos graves de violación de los derechos humanos
El informe anual de esta organización de derechos humanos denuncia “la persistente falta de rendición de cuentas por las violaciones de derechos humanos cometidas por el Estado español”.
Medio ambiente
Minas en Andalucía La sinrazón de los vertidos mineros al Guadalquivir
Se cumplen 26 años del vertido minero desde la Mina de Aznalcollar al Río Guadiamar en abril de 1998. Ahora, los nuevos proyectos de vertidos mineros desde las minas Cobre-Las Cruces y Aznalcóllar-Los Frailes vuelven a poner en peligro la zona al no haber tenido en cuenta las características del lugar.
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.
Eventos
Evento Un Salto al periodismo del futuro: súmate a nuestro primer evento para estudiantes y jóvenes profesionales
El viernes 10 de mayo, El Salto organiza una jornada de periodismo joven para profundizar en temas clave, nuevos lenguajes y formatos, desde un enfoque eminentemente práctico.
Palestina
Palestina La Flotilla hacia Gaza anuncia un retraso de la salida de los barcos de ayuda
La organización refiere presiones internacionales para que no se lleve a cabo una misión que pretende entregar 5.500 toneladas de alimentos y productos de primera necesidad a la población atrapada en el territorio palestino.
Tratado de la Carta de la Energía
Tratados El Parlamento Europeo aprueba la salida del Tratado de la Carta de la Energía
Con una inmensa mayoría, la eurocámara vota la salida de un tratado que era incompatible con los objetivos climáticos y que España ya anunció que abandonaría.
Derecho a la vivienda
Derechos a la vivienda Catalunya se adelanta al Gobierno central y regula los alquileres de temporada y por habitaciones
El Banco de España recomienda en su informe anual “medidas restrictivas” para controlar los alquileres turísticos, de temporada y por habitaciones, convertidos en la vía predilecta de grandes y pequeños propietarios para eludir las legislaciones.

Recomendadas

Derechos reproductivos
Luciana Peker y Cristina Fallarás “El aborto se ha apartado del relato feminista porque genera consenso”
Las periodistas Cristina Fallarás y Luciana Peker forman parte del grupo motor de una campaña europea que quiere blindar el derecho al aborto mediante una iniciativa ciudadana que necesita un millón de firmas para llegar a ser debatida.
Música
Música Aprendiendo filosofía con el punk patatero de La Polla Records
Los cáusticos esputos lanzados por Evaristo en las canciones de La Polla Records contenían materia adecuada para hablar de filosofía política en el instituto. Así lo entiende el profesor Tomás García Azkonobieta, autor de ‘La filosofía es La Polla’.
Pensamiento
Kristen Ghodsee “Necesitamos soluciones que podamos llevar a cabo sin la ayuda del Estado”
Esta escritora y etnógrafa estadounidense explora experiencias utópicas del pasado y del presente en su último libro ‘Utopías cotidianas’ (Capitán Swing, 2024).