Feminismos
La última bruja asesinada en Euskal Herria

Un domingo de luna llena, cuatro disparos resonaron en la noche a dos kilómetros de Gaztelu. 

Exhumación de Juana Josefa Goñi
Exhumación de los restos de Juana Josefa Goñi. Hedy Herrero
8 oct 2017 05:44

Desde que en 1986 la asociación Altafaylla Kultur Taldea publicase su enciclopedia monumental De la esperanza al terror ―el acta definitiva sobre la represión en Navarra durante la Guerra Civil―, la violación colectiva, el asesinato y el cuerpo arrojado a los perros de la niña Maravillas Lamberto, vecina de Larraga, ha ocupado un lugar singular en la infamia. Es una de esas historias de familia jornalera y ugetista en un territorio, la Ribera, donde la disputa por la propiedad de la tierra y la lucha de clases desencadenó el baño de sangre.

Las atrocidades del caso, delicada y conmovedoramente recreadas por el cantautor Fermin Balentzia, eran tan perturbadoras que difícilmente cabía imaginar sucesos similares.

Y, sin embargo, otra historia espeluznante, acaecida aquel fatídico mes de agosto de 1936, ha ido abriéndose paso en el imaginario colectivo. Un crimen relatado por Joxe Mari Espartza en La Sima, con formato de investigación y que le ha ocupado, intermitentemente, tres décadas.

Es verano en Gaztelu, barrio de Donamaria, pequeño núcleo con menos de 700 habitantes de la comarca de Malerreka. Pendientes empinadas, regatas angostas, paisajes lluviosos, colinas de verdes fluorescentes, agricultura y ganadería de subsistencia, tradición, temor a Dios...

El pasado mes de febrero no votó nadie al Frente Popular. El frente de guerra se encuentra a pocos kilómetros y las consignas para llevar a cabo limpiezas de indeseables en la retaguardia son constantes. El clima social es convulso, hay mucha gente armada. Juana Josefa Goñi, embarazada, y seis de sus siete hijos e hijas de 16, 12, 9, 6, 3 y 2 años (el primogénito está trabajando en Lekaroz, otro pueblo de la zona) son acusados de pequeños hurtos y de inadaptación social.

El batzarre, consejo comunitario, condena a esa familia empobrecida. Pedro Sagardia, el marido carbonero que trabaja en los bosques, vuelve, pero una suerte de consejo de notables le impide entrar al pueblo y ver a su mujer.

Es detenido por la Guardia Civil, pasa ocho días en el calabozo ―vagamente acusado de espía― y es puesto en libertad sin cargos con la orden de volver a su tajo, que está a 40 kilómetros.

Entre tanto, la familia es expulsada de su hogar y se refugia en una choza abandonada que acondicionan con ramajes a un par de kilómetros de Gaztelu, en medio del monte. Juana Josefa hace llegar una carta a Pedro pidiéndole dinero, y éste hace un envío que no encuentra destinatario y es devuelto: ya no hay nadie habitando la casa. Más tarde, y tras varios intentos infructuosos para ponerse en contacto con su mujer, se alista como voluntario requeté. Puede que, en una situación desesperada, tratara de mostrar fidelidad al Alzamiento.

La sentencia, sin embargo, ya ha sido ejecutada. Un domingo de luna llena, cuatro disparos resuenan en la noche, arde la cabaña y Juana Josefa y su prole son ejecutados y arrojados (¿algunos vivos?) a la sima de Legarrea, situada a escasos 500 metros de la txabola. La subida de los condenados hasta la cavidad (cuya profundidad equivale a 16 pisos), se antoja macabra.

El sumario posterior, en plena posguerra, incluye declaraciones difamatorias de curas que califican de despreciables a criaturas que apenas saben andar, mentiras de guardias civiles, suicidios, muertes accidentales... y un pacto de silencio que durante ocho décadas ha echado tierra sobre el asesinato de esta familia desapegada de la moralidad y de la religiosidad cristiana, hasta que, por fin, los cuerpos fueron finalmente exhumados el pasado 2 de septiembre.

Porque, ¿qué llevó a Juan Josefa Goñi a convertirse en el chivo expiatorio de un ecosistema compuesto, de manera abrumadoramente mayoritaria, por católicos practicantes de moral intachable y costumbres apacibles?

Al parecer, su madre pagana creía en los dioses antiguos de la mitología vasca, tenía conocimientos de herboristería, era curandera, de condición humilde y no pisaba la iglesia. Es probable que algo de eso transmitiera a sus dos hijas ―que se casaron embarazadas― y quizás también por ello,  la pequeña, Juana Josefa, fue castigada de un modo tan atroz.

Algo que, por otra parte, no sería nuevo porque ya en 1610 dos vecinas del pueblo acabaron en las mazmorras de la Inquisición, como parte del proceso seguido contra las brujas de Zugarramurdi.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Violencia machista
Irantzu Varela “Es mucho más gozoso un espacio sin hombres”
En ‘Lo que quede' (Continta me tienes, 2024) la periodista Irantzu Varela lanza dardos contra todos los hombres que han ejercido violencia contra ella. Contra todos los hombres que han ejercido o ejercen violencia contra las mujeres.
Euskal Herria
Euskal Herria Señalan la inacción del Gobierno vasco en cuidados públicos y su intento de apropiación del discurso feminista
“Queréis robarnos el discurso sin hacer ningún planteamiento real”, ha advertido el movimiento feminista de Euskal Herria en referencia a los Pactos de Cuidados presentados por el Gobierno vasco y navarro.
Literatura
Literatura 28 de marzo: un recuerdo de Virginia Woolf
El 28 de marzo de 1941 Virginia Woolf decidió sumergir a las aguas del río Ouse aquellas malditas voces que la venían asolando desde muchos años atrás.
Charo
10/10/2017 0:25

"Caliban y la bruja", de Silvia Federici. Un análisis profundo y riguroso. No dejéis de leerlo.

8
0
Sanidad privada
Privatización Defensa adjudica a Quirón el servicio de vigilancia de la salud de su plantilla
Tras el escándalo, el principal cliente del novio de Ayuso gana el concurso para realizar exámenes de salud a la plantilla del Ministerio de Defensa, que hasta 2020 se realizaban en el Hospital público Gómez Ulla.
Arte
Arte Guerra, crisis migratoria y Unión Europea: el arte crítico de Avelino Sala en la primera Bienal de Malta
El salón español de la Bienal de Arte de Malta está ocupado por cinco creaciones del artista gijonés Avelino Sala en las que representa las similitudes entre las guerras pasadas y presentes, los estallidos sociales o la hipocresía de la ONU,.
República del Sudán
Un año de guerra Sudán, la guerra del futuro que aplastó la revolución
La confrontación entre el ejército y las milicias en Sudán implica una guerra contra la población que se levantó por la democracia y ahora lucha por su supervivencia.
Opinión
Opinión Ni un voto al genocidio contra el pueblo palestino
Conocemos el compromiso del Estado español con el statu quo imperialista, por lo que nuestra ingente tarea es forzar al gobierno español a hacer algo que no quiere hacer.

Últimas

Sequía
Feria de Abril Arte flamenco para luchar contra la sequía
Una acción de Juventud por el Clima Sevilla en la Feria de Abril se suma con unas sevillanas de denuncia a la Acción Global por el Clima del viernes 19 de abril, convocada por Fridays for Future.
Opinión
Opinión La guerra cada día más cerca
Se condena y reprocha a Irán el ataque con drones y misiles a Israel, pero no se condena con la misma intensidad el ataque hace dos semanas al consulado de Irán en Damasco, donde murieron dos generales y diversos funcionarios y guardias iraníes.
Ocupación israelí
Palestina El Salto te ofrece una camiseta para apoyar económicamente a la UNRWA
No cesamos de buscar nuevas vías para visibilizar un mayoritario clamor social que pide un alto el fuego al que apenas se da cabida en el discurso mediático convencional. Todos los beneficios de esta campaña irán destinados a la UNRWA.
Genocidio
Genocidio Clamor entre empleadas de las big tech ante la complicidad de Google con el genocidio israelí en Palestina
El gigante tecnológico de Silicon Valley ha firmado este mismo año un acuerdo de colaboración con Israel que, según sus propios trabajadores, puede aumentar la capacidad de videovigilancia y selección de objetivos militares a través de Google Photos.
Sidecar
Sidecar El fin de la inocencia
¿Por qué las burguesías blancas están visceralmente del lado de Israel? Una respuesta sería que las burguesías occidentales consideran que la situación de Israel está íntimamente ligada a la suya.
Más noticias
Opinión
Regularización Iniciativas populares vs pactos institucionales: caminos colectivos frente a los callejones sin salida
Mientras el pasado martes la perseverancia de los colectivos migrantes se anotaba una victoria en el Congreso, el miércoles el Parlamento Europeo ratificaba de nuevo, como único horizonte, la razón securitaria.
Green European Journal
Green European Journal Europa a las urnas: no (todo) es cuestión de participación
Una escasa participación en las elecciones europeas puede socavar la legitimidad democrática del Parlamento Europeo al reflejar la anteposición de la identidad nacional a la europea.
Opinión
Opinión El FMI insta a no alinearse en la segunda Guerra Fría
Aunque reconoce que la globalización ha terminado, la segunda del FMI hace un llamamiento a los gobiernos para que «preserven la cooperación económica en medio de la fragmentación geoeconómica» debida a la segunda Guerra Fría.

Recomendadas

Violencia machista
Irantzu Varela “Es mucho más gozoso un espacio sin hombres”
En ‘Lo que quede' (Continta me tienes, 2024) la periodista Irantzu Varela lanza dardos contra todos los hombres que han ejercido violencia contra ella. Contra todos los hombres que han ejercido o ejercen violencia contra las mujeres.
Historia
Anticolonialismo Cuando la figura de Abd-el-Krim sobrevoló América Latina
A lo largo del siglo XX, las relaciones entre el pueblo rifeño del norte de África y América Latina fueron escasas, pero estuvieron marcadas por las luchas de liberación nacional y los intentos de derrotar al colonialismo en ambos continentes.
África
Feminismos Las estrategias feministas de las mujeres de Guinea Ecuatorial frente al patriarcado
Como ocurre en todas las sociedades, las violencias machistas atraviesan las vidas de las mujeres en la antigua colonia española, pero además, éstas se ven abandonadas por un estado que no dispone de un marco de protección a las víctimas.