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Entrevista La Poderío
Yasmina Tarbift: “La henna es emoción, memoria y vínculo”

Yasmina Tarbift (Melilla, 1994), más conocida en las redes por inspi.be es diseñadora de henna y de moda, le apasiona el arte, la cultura y todo lo relacionado con lo femenino. El arte de la henna ha sido su camino para conectar con mujeres de distintas culturas, generaciones y momentos especiales de sus vidas. Lleva dentro la cultura amazigh de la que proviene y eso se manifiesta en la simbología que interpreta con sus trazados y delineados de henna en los cuerpos de las mujeres que va conociendo en Marbella, ciudad en la que vive desde hace más de diez años.
Marbella, construida bajo el imaginario colectivo de la opulencia, el lujo y la gente rica, va más allá y es sostenida por trabajadoras incansables, intentando sortear el encarecimiento de la vivienda y hacer malabares para vivir en este paraíso. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la población extranjera supera el 30%, pero también hay una gran presencia de clase trabajadora de origen marroquí. Para muchas, la salida es, sin duda, la creatividad.
De visión aguda, y gracias al trabajo en inspi.be, Yasmina supo qué ofrecer y cómo sin perder su gran pasión: el arte de la henna. Su formación en diseño de moda y marketing, le han permitido desarrollar su sensibilidad estética y visión creativa en el plano artístico, simbólico y en el femenino.
Para ella, la henna empezó como un hobby que “le permitía expresarse creativamente” y con el tiempo, se convirtió en una profesión. Lo que comenzó de forma intuitiva, en encuentros familiares y celebraciones tradicionales, ha ido creciendo hasta convertirse en un trabajo que le “conecta con mujeres de diferentes culturas, generaciones y etapas vitales”.
Vi un momento idóneo para realizar esta entrevista, aprovechando un encuentro familiar de celebración: Eid Al- Adha, festividad una vez más agridulce al recordar inevitablemente a Palestina, aunque la henna ha seguido estando presente. Mezcla que preparó mi hermana con esmero tatuando mis manos con finos trazos mientras conversamos sobre su significado.
Hemos crecido viendo a nuestras ancestras cómo se tatuaban sus cuerpos y poco se habla de ello. ¿De dónde se obtiene la henna y cómo se realizaban esas mezclas?
La henna se obtiene de un arbusto llamado lawsonia inermis, muy presente en el norte de África, pero también crece en otros sitios con bastante sol y poca lluvia como Oriente Próximo y la India. Las hojas secas se machacan y muelen hasta obtener un polvo, que al mezclarlas con agua y otras plantas y aceites, sueltan una tintura rojiza. Ésta se aplica sobre el cabello o la piel, principalmente. Probablemente, sea el tinte natural más utilizado desde hace siglos.
Para mí es una forma de expresión y también un medio para que otras mujeres se sientan bellas y cuidadas.
¿Qué te inspiró a empezar con la henna?
Crecí viendo a mi familia cómo le daba importancia al momento de la henna. Siempre rodeada de mujeres, música (cantando izran*), risas, consejos… Empecé por curiosidad y amor a lo tradicional, pero con el tiempo se convirtió en algo muy personal.
Aunque debo decir que hubo un punto de inflexión muy claro: el día de mi boda. Una persona de la familia se ofreció a hacerme la henna y, por respeto, acepté… Pero no fue lo que esperaba. No me sentí cuidada, ni vi en mis manos la ilusión que había imaginado. Aquella experiencia me hizo comprender lo importante que es que una novia se sienta feliz con cada detalle, especialmente con algo tan simbólico como la henna.
Para entonces, también me inspiraban algunas grandes artistas de la India, y varias mujeres de la diáspora rifeña en Holanda. Realmente no recuerdo sus nombres, pero sus diseños y estilo dejaron una huella en mí.
Para mí es una forma de expresión y también un medio para que otras mujeres se sientan bellas y cuidadas. Desde entonces, me propuse hacer de ese momento algo inolvidable para otras mujeres. Poner atención en cada trazo, en la armonía del diseño, en la calidad de la mezcla… Todo para que, al día siguiente, cuando se miren las manos, sonrían con el corazón.

La henna tiene mucha simbología, ¿Qué significa para ti?
Desde pequeña veía que la henna formaba parte de todos los rituales familiares. Cada Eid, cada boda, compromiso o cumpleaños venía acompañado de ese momento especial: la tarde anterior, nos reunimos entre mujeres, con un vaso de té en la mano y el olor a henna recién mezclada en el aire. Era casi una terapia previa a la celebración. Risas, confidencias, canciones, consejos de vida… todo se compartía mientras una dibujaba a la otra.
Para mí, la henna es belleza, conexión con la feminidad y la autoestima. Es como una pequeña ceremonia donde se mezclan el arte, las emociones y la cultura. Es algo muy terapéutico, tanto para la persona que la recibe como para la que la hace. Es una forma de parar el tiempo, de cuidar y de celebrar.
Era casi una terapia previa a la celebración. Risas, confidencias, canciones, consejos de vida… todo se compartía mientras una dibujaba a la otra.Además de ese cuidado del que hablas y de su valor terapéutico, ¿Qué simboliza en otras culturas?
En muchas culturas, como la india, la árabe, la amazigh o la pakistaní, la henna tiene un valor simbólico muy fuerte. Aunque las formas cambian en distintas culturas, el sentido de unión, protección y belleza se mantiene.
En el norte de África y en el mundo árabe, la henna se aplica como símbolo de bendición, protección contra el mal de ojo y de alegría. Es común verla en nacimientos, celebraciones religiosas y bodas. Aquí se cree que trae suerte a la novia y aleja las malas energías. También se utiliza en nacimientos, en el Aid (fiesta religiosa islámica), o en rituales de paso importantes. En muchas familias, como la mía, forma parte de una tradición íntima, donde las mujeres se reúnen el día antes del evento, preparan el té, la henna y comparten ese momento como si fuera un pequeño ritual de cuidado colectivo. Un espacio propio donde se comparten conversaciones y se extiende la sobremesa.
En las culturas del sur de Asia, especialmente en India y Pakistán, la henna tiene un carácter ceremonial aún más elaborado. El mehndi de la novia es casi un evento en sí mismo: se canta, se baila, se cocina para la familia, y todo gira en torno a embellecer a la novia y llenarla de energía positiva. Los diseños suelen ser muy detallados y simbólicos. Incluyen nombres ocultos, representaciones del amor, de la fertilidad, de la abundancia o de la unión, y se cree que, cuanto más oscuro es el color de la henna, más amor recibirá la novia de su pareja y su familia política.
Con el tiempo, he entendido que, más allá de la técnica o el origen, la henna es un lenguaje común. Un lenguaje femenino, emocional y lleno de significado, que traspasa fronteras.
He entendido que, más allá de la técnica o el origen, la henna es un lenguaje común.
¿Cómo se desarrolla una sesión de henna? ¿Cuáles son los elementos que están presentes?
Una sesión de henna es como una pausa en medio del caos. Es un momento íntimo, casi sagrado, donde se respira calma y conexión. En el proceso de la henna, a veces hay risas, otras silencio… pero siempre hay algo que se libera. No es sólo decorar la piel, es acompañar a alguien en un momento especial y dejar una huella que va más allá del diseño.

Entonces la henna es ceremonial, y el ritual tiene un gran valor. ¿Siempre se vive de forma colectiva?
Sí, la mayoría de las veces. Especialmente en bodas o celebraciones importantes. Suele haber música y cánticos tradicionales, y casi siempre está acompañada con instrumentos de percusión, comida…Todo gira en torno a compartir. Incluso cuando la sesión es más íntima, siempre se crea ese sentimiento de conexión.
Es un arte que une y que se vive con los cinco sentidos.
¿Qué tipos de henna existen?
La más conocida es la henna natural, que deja un tono rojizo o marrón dependiendo del tipo de piel. También está la jagua, que es un pigmento natural extraído de una fruta tropical y deja un tono negro-azulado muy bonito. A mi me gusta preparar mi propia mezcla con ingredientes naturales, con aceites esenciales, limón y azúcar, para que la textura sea perfecta para su uso, y así poder manejar mejor el delineado.
Es una forma de recordar que somos valiosas, que merecemos pausa, mimo y belleza. Y cuando eso se vive en grupo, es aún más potente: se convierte en tribu, en ritual, en algo que queda para siempre en el recuerdo.
¿Qué representa para ti la relación entre la mujer y la henna?
Para mí, la henna es como un puente hacia algo muy profundo que llevamos dentro. Es como si, al sentarse a recibirla, una mujer pudiera soltar el peso que lleva encima y reconectar con su parte más suave, más auténtica. He visto mujeres reír, llorar, abrirse, sanar… sin necesidad de hablar.
En realidad, la henna no es solo arte sobre la piel. Es una forma de recordar que somos valiosas, que merecemos pausa, mimo y belleza. Y cuando eso se vive en grupo, es aún más potente: se convierte en tribu, en ritual, en algo que queda para siempre en el recuerdo.
Podemos decir que la henna se ha popularizado en occidente y se ha llevado a festivales, mercados que ofrecen este tipo de tatuajes. ¿Qué crees que te diferencia a ti como tatuadora?
Considero que no solo tatúo henna. Me gusta crear momentos. Intento que la persona que viene, se sienta a gusto, sin prisas, sin presión. Para mí, cada diseño lo hago pensando en ella, no repito por repetir.
Cuido los detalles, pero también la energía del encuentro. Al final, muchas se van diciendo: “No era solo por la henna, necesitaba este ratito”. Y eso para mí lo es todo.
Si te tuvieras que quedar con alguna experiencia, ¿cuál o cuáles serían?
La henna ha viajado conmigo a muchos lugares y situaciones. Desde bodas, nacimientos, rodajes de película, hasta eventos privados o colaboraciones con marcas.
Pero lo más bonito es cuando se convierte en algo muy personal: como cuando decoro la barriga de una mujer embarazada, o el cuero cabelludo de una mujer que ha perdido el pelo por el cáncer. Ahí es donde la henna deja de ser adorno y se transforma en algo sanador, simbólico, y casi sagrado.
La henna se ha adaptado a los nuevos tiempos, sí, pero su esencia sigue intacta: crear belleza desde el alma. A través de la henna he tenido la oportunidad de acompañar momentos únicos. Aquí esta forma artística se convierte en emoción, en memoria y en vínculo.
*Los izran son canciones cantadas principalmente por mujeres de El Rif, a menudo en forma de diálogo, que expresan sentimientos, opiniones y experiencias, con un fuerte componente de improvisación y juego poético.