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Entrevista La Poderío
“La inteligencia artificial es una herramienta fabulosa que nos va a dar grandes avances”
El próximo 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una iniciativa de la Asamblea General de Naciones Unidas para apoyar a las mujeres científicas y promover el acceso de las mujeres y las niñas a la educación, la capacitación y la investigación en los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.
En 2018, las investigadoras a nivel mundial seguían siendo minoritarias en ingeniería (28%) y en informática (40%) y del personal dedicado a investigar en inteligencia artificial sólo representaban el 22%. Además, siempre según datos del Informe sobre la Ciencia 2021 de UNESCO, ellas encuentran más dificultad para encontrar financiación para sus empresas en estos ámbitos.
Hablamos de todas estas cuestiones con Estrella Utrera Montes, una andaluza pionera que, desde el barrio de la Macarena en Sevilla, comparte con su alumnado todo lo que ha aprendido a lo largo de su vida profesional y lo que sigue aprendiendo cada día. Su centro de enseñanza, StarBótica, es como un pequeño paraíso tecnológico frente al Guadalquivir en el que perderse entre ordenadores, robots, videojuegos o inteligencia artificial.
“Yo pensaba que me iba a encontrar con que cada vez hubiera más chicas, pero resulta que no”
Utrera, de 50 años, se licenció en Física, en la especialidad de Electrónica, en la Universidad de Sevilla, en un momento en el que las mujeres eran franca minoría. Empezó a programar con el Spectrum cuando tenía 11 años porque tuvo la suerte de que su padre se compró un ordenador a finales de los ochenta: “cuando todavía nadie se planteaba tener uno en casa”. Al acabar sus estudios, encontró trabajo de programadora y siempre ha estado dedicada al desarrollo de software. Después de pasar algunos años en una gran empresa, se decidió a montar la suya propia. La maternidad le hizo alejarse de ese mundo y volcarse, primero, en la crianza y, después, en la educación.
En tu ámbito de trabajo casi no hay mujeres, ¿verdad?
Efectivamente, cuando yo estudiaba, las mujeres éramos un 20%. Nada más entrar el primer shock que te encontrabas era que las mujeres éramos muy pocas. Y, cuando ya sales al mundo laboral, y te metes en el desarrollo del software, casi no hay mujeres.
¿Te ha afectado ser mujer en ese ámbito tan masculino?
En aquel momento, sí. Estamos hablando de que cuando yo empecé a trabajar eran los años noventa y sí que había bastante discriminación hacia las mujeres, sobre todo en el ámbito en el que yo empecé a trabajar. Se exigían muchas horas, muchas más de las que marcaba el contrato laboral y eso supone que tú no puedes compaginar ese ritmo de vida con el cuidado de una familia y de unos hijos pequeños. Entonces, se dejaba atrás a las mujeres deliberadamente. Era muy difícil siendo mujer que tuvieras ascensos; siempre se prefería promocionar a los hombres dentro de las mismas capacidades o de la misma experiencia. Y ese fue uno de los motivos por los cuales yo dije: “para estar así, me lo monto yo por mi cuenta”. En mi propia empresa al menos, yo era dueña de mis propias decisiones.
Tu centro de formación se llama StarBótica, ¿de dónde surge ese nombre?
Como me llamo Estrella y he sido aficionada a la astronomía desde muy pequeña siempre he dado a mis proyectos personales nombres relacionados con este campo. Cuando puse en marcha la academia buscaba un nombre que fuera único para que los buscadores de Internet no lo confundieran con nada más, por lo que decidí usar un acrónimo: STAR es el acrónimo de Software, Technology, Artificial intelligence y Robotics, que dan idea del contenido que encuentra el alumnado, y al mismo tiempo mi nombre en inglés.
Si tuvieras que explicar qué es StarBótica, ¿cómo lo definirías?
Este espacio es una forma de impartir a la gente el conocimiento que he ido adquiriendo durante mi carrera profesional y también formándome como autodidacta. Aquí viene gente desde los 5 años hasta los 80. Tenemos gente de todas las edades y de todos los niveles: gente que no sabe absolutamente nada y necesita que le pongan al día con las nuevas tecnologías para poder defenderse en un mundo cada vez más tecnológico, y gente que realmente se va a dedicar a esto, estudiantes universitarios o de otro tipo, que necesitan un poco de ayuda con sus asignaturas; y luego tenemos a los niños y niñas que o bien le gusta como hobbies o que vienen aquí a tener ese primer contacto para ver si esto es realmente lo que les gusta.
Yo pensaba que me iba a encontrar con que cada vez hubiera más chicas, pero resulta que no. La inmensa mayoría de los que vienen son chicos. Tengo grupos que son todo chicos o grupos en los que sólo hay una chica. Me sigue pasando, incluso con los más pequeños.
“Si Ada Lovelace hubiera vivido estos años, habría sido una gran ayuda en el desarrollo de la ciencia y la tecnología”¿Crees que les pueden faltar referentes?
Muy probablemente sea uno de los problemas. Tradicionalmente, todos los científicos, todos los ingenieros, que conocemos, son hombres. Aparte de Marie Curie nadie menciona a nadie más. Aunque eso también está cambiando. Al menos unos días al año mencionamos a otras científicas. En eso también fallamos las mujeres. Si a las mujeres que nos dedicamos a esto nos preguntan por referentes femeninos, es cierto que nos cuesta trabajo encontrarlos.
¿Tú tienes a alguna?Mi hija tiene ahora 15 años, pero cuando hacíamos estas actividades con 6-7 años, tenía una referencia que era su favorita: Mary Anning, paleóntologa. Anning no tenía oportunidades de estudiar. Sin embargo, ella encontró fósiles y fue capaz de ver mucho más allá de lo que señores muy estudiados de su tiempo pudieron ver teniendo muchas más oportunidades. Por supuesto, tenemos a Ada Lovelace, otro referente de alguien que se anticipó muchísimo a lo que después vendría. Si hubiera vivido estos años, habría sido una gran ayuda en el desarrollo de la ciencia y la tecnología.
¿Alguna mujer referente en la actualidad?Te voy a dar una referente sevillana. Hay una mujer, compañera mía de facultad, que se llama Mª Ángeles Martín Prats, que tiene una empresa aquí dando trabajo a un montón de ingenieros. No es especialmente famosa, no la verás en muchos sitios, pero es una persona que ha trabajado, se ha montado su propia empresa y ahí está. Me parece que tenemos que tener en cuenta a las mujeres que tenemos a nuestro alrededor. También es muy necesario divulgar la labor de la mujer en la ciencia y en la tecnología, pero no sólo hay que hacerlo en actividades dirigidas al público femenino, es importante que ese mensaje llegue a todo el mundo sin importar su género.
Una de las cuestiones que tratáis en StarBótica es la de la inteligencia artificial, ¿qué mensaje sobre esta tecnología le darías a las que somos un poco tecnoescépticas?La inteligencia artificial es una herramienta y, como tal, tú la puedes usar para el bien o la puedes usar para el mal. Yo quiero pensar que vamos a usarla, en conjunto, como humanidad, la vamos a usar para el bien y para el desarrollo. Por supuesto, tú puedes cogerla, ya está ocurriendo, y puedes hacer cosas malas con ella, puedes hacer daño a otras personas. Esto es algo que hay que evitar y hay que educar a las futuras generaciones para que sepan que eso está ahí y tienen que aprender a convivir con ello, a defenderse de ello y a utilizarlo correctamente.
Pero, por otro lado, es una herramienta fabulosa que nos va a dar grandes avances, nos va a permitir hacer cosas que hace unos años ni soñábamos. De hecho, ya está ocurriendo. No hay que cerrarse, pero sí conocerlo y eso es una de las cosas que yo trato de hacer aquí. La inteligencia artificial ya está aquí, no es el futuro, es el presente, ya está conviviendo con nosotros y nosotros con ella y aquí hay dos opciones: usarla y aprender a usarla y utilizarla para sacar ventaja; o quedarse completamente descolgado.