Elecciones
Teresa Rodríguez: “Hay que recuperar las lógicas de cooperativismo y autogestión que se han visto tradicionalmente entre las familias de Andalucía”

La candidata de Adelante Andalucía reflexiona sobre los retos del próximo gobierno andaluz, las propuestas de su partido y sobre hacer política desde Andalucía.
@laespigaora
9 jun 2022 12:00

Teresa Rodríguez (Rota, 1981) es la candidata a la presidencia de Andalucía por parte de Adelante Andalucía. Un proyecto político reformulado tras la ruptura de la fracción anticapitalista de la unión entre Podemos e Izquierda Unida en la comunidad. Una propuesta que pretende ser la alternativa andalucista desde las izquierdas para las elecciones del próximo 19 de junio. Rodriguez (Rota,1981), habla con El Salto frente a un vaso de gazpacho hay que tener fuerza para una vertigionosa campaña electoral que la está llevando a recorrer toda Andalucía para encontrarse con las distintas aristas de una tierra a la que dar voz para salir de su situación de dependencia.

¿Cuál es vuestro balance de la legislatura de Juanma Moreno Bonilla en Andalucía?
Después de esta legislatura las grandes fortunas se han beneficiado ampliamente en Andalucía, lo cual supone menos recursos para los servicios públicos. La sanidad se ha quedado herida de muerte con una situación de colapso que no se remonta, especialmente la atención primaria que es lo más importante que tiene la sanidad. Si hablamos de educación, se han consolidado datos inasumibles. Si hablamos de la defensa del medio natural con una ley lista, y con la promesa de esta ley de legalización de los acuíferos en la zona de Doñana, se han desprotegido espacios naturales. Se ha apostado de nuevo por la cultura del pelotazo y del urbanismo como modelo turístico, que es insostenible en términos medioambientales, pero también en términos sociales porque encarece enormemente los precios de la vida y no proporciona salarios suficientes para poder vivir. Este gobierno ha dilapidado las políticas en contra de la desigualdad en Andalucía. 

¿Qué retos crees que tiene el próximo Gobierno andaluz?
Los problemas andaluces no se resuelven en un solo día. Hay cosas que se pueden hacer en los primeros días de gobierno, de regeneración democrática y eliminación de los privilegios. Nosotras tenemos una propuesta de regeneración democrática que propone que los servicios públicos se autogestionen entre los usuarios y los profesionales. Que no cambiemos a los enchufados del PSOE por los enchufados del PP, Ciudadanos y Vox. No queremos cambiar ahora a poner a los enchufados de Adelante Andalucía. Lo que hay que hacer es romper enchufes.

¿Cómo se pone en marcha eso?
Esto cambia el sentido de la reivindicación: pasamos de tener comisarios políticos en los servicios para aplicar recortes y poner medidas regresivas, a tener representantes legítimos de las comunidades de usuarios de servicios públicos que exijan del gobierno medidas suficientes para que sus servicios se vean fortalecidos. Eso se puede hacer en los primeros diez días de gobierno: eliminar las ayudas de alquiler a los altos cargos, eliminar las dietas sin justificar del parlamento de Andalucía, eliminar todos esos privilegios que tienen la clase política. 
Pero las medidas que de verdad tendrían impacto en el bienestar de la ciudadanía no son medidas de los diez primeros días. Son medidas que pasan por salir de la situación perdedora y dependiente que Andalucía respecto al resto del Estado y al resto de Europa. 

Somos fundamentalmente un sitio que tiene un problema de emigración, no de inmigración. El problema de la inmigración es un fetiche construido por los medios de extrema derecha

¿Y cuáles serían esas medidas para cambiar la situación dependiente de Andalucía?
Es necesario, por ejemplo, garantizar costes de producción en la agricultura o hacer que la ley de garantía alimentaria se concrete en el registro de los contratos entre productores y distribuidores, de forma que la inspección actúe sobre contratos abusivos de la distribución respecto a la producción. De manera de que salgamos de una situación en la que estamos vendiendo el kilo de naranja a diez céntimos el kilo. Hacemos una apuesta por un modelo de industria que no atente contra el futuro de nuestros hijos, que no ponga en riesgo la sostenibilidad. Una apuesta por una reindustrialización sostenible en términos de generación de renovables que no le dé la renta al oligopolio. Apostamos por un modelo que cuente con las poblaciones y que genere una revolución del autoconsumo, pero que el beneficiario sean cooperativas y empresa públicas. Apostamos por la agroindustria, no puede ser que no sea rentable una fábrica de zumo en Palma del Río que es el municipio que más naranja produce del mundo. Tiene que haber una apuesta por la economía social, por las cooperativas. Hemos visto muchas subvenciones al sector de la industria en Andalucía. En Cádiz somos expertos en darle millones de euros en subvenciones a empresas multinacionales que cuando se terminan las subvenciones se van. La apuesta tiene que ser por cooperativas, pequeñas empresas andaluzas o directamente por un emprendimiento publico en sectores estratégicos.

¿Cómo se desarrolla esto en el sector servicios, que es el primero en empleo y económicamente de Andalucía?
Lo que ha hecho la Junta en cuanto al sector terciario, ha sido ampliar los horarios comerciales, que es aplastar al pequeño comercio. Eso es darle todas las de ganar a las grandes superficies, que además no están generando empleo sino que están contratando por hora en algunos casos para cubrir los huecos. Así, lo que están haciendo es destrozar los derechos laborales y de conciliación de su propio personal.

¿Cuál es el objetivo de las medidas que proponéis?
Buscan fortalecer un desarrollo endógeno que está pendiente en esta tierra. Un desarrollo que deje de hacernos dependientes de lo que pase fuera, que apueste por la economía social andaluza, y que tenga en la Junta de Andalucía una herramienta clave para apostar por una diversificación productiva. No podemos vivir solo del turismo y de la exportación de productos agrícolas a bajo coste. Este modelo no está generando empleo de calidad, al revés, tenemos que traer trabajadores a miles de km de distancia para que hagan ese tipo de tareas que a la gente de aquí no le resuelven absolutamente nada en términos vitales. 

Las medidas que de verdad tendrían impacto en el bienestar de la ciudadanía no son medidas de los diez primeros días. Son medidas que pasan por salir de la situación perdedora y dependiente que Andalucía respecto al resto del Estado y al resto de Europa.

¿Por qué crees que es tan difícil que se escuche la voz propia de Andalucía en un Estado donde otros territorios se encuentran representados políticamente a través de un partido?
En el caso de Andalucía ha habido varias coyunturas. Una, que el PSOE ha sido capaz de apropiarse de alguna forma del sentimiento andalucista que nació con el 4 de diciembre y con el 28 de febrero, pero han gestionado la herencia de forma que la han ido desmantelando al mismo tiempo que apagaban el espíritu de reivindicación andaluz. Porque es un partido centralista, cada vez que el PSOE ha gobernado en Madrid, el PSOE andaluz ha metido en un cajón las reivindicaciones legítimas de Andalucía. El PP, ahora se dice así mismo andalucista: es de locos, ser de derechas y andalucista, es imposible. Uno puede ser nacionalista de Baviera y de derechas porque es una tierra rica y defienden sus privilegios, pero si eres defensor del andalucismo no tienes más remedio que ser de izquierdas, porque nuestra necesidad económica habla de la necesidad de políticas de izquierda. Tenemos la oportunidad de construir ese andalucismo de izquierda que esté vinculado a lo asambleario, al territorio y a quitarnos de encima también los complejos. Hay que hacer un ejercicio de autoestima colectiva, de análisis de nuestra situación. Ser capaces de ver que hay cuestiones sociopolíticas que causan nuestra situación y que no es culpa nuestra que protagonicemos las cifras más duras. Hay políticas que se pueden hacer para revertir eso. 

Teresa Rodríguez Anticapitalistas
Teresa Rodríguez en una de sus intervenciones en el Parlamento de Andalucía

¿Qué ejemplos de políticas de resistencia andaluza te inspiran a la hora de hacer política?
Desde el anarquismo en el campo del siglo XIX hasta el comunitarismo y a la defensa de los intereses de la clase jornalera en Andalucía. Gobierne quien gobierne la siguiente legislatura, aunque sea la derecha reforzada por la extrema derecha —siempre en todo tiempo y lugar, y en Andalucía también— las mayorías sociales han acabado rebelándose contra una injusticia manifiesta. Yo creo que hay que hacer un trabajo a medio plazo de construcción no solamente de una fuerza política, de una candidatura política para las próximas elecciones, sino una causa política que definitivamente acabe esta injusticia manifiesta de brecha territorial con el resto del Estado y que mantengan los intereses de las mayorías sociales aquí.

¿Cómo se expresa eso con el andalucismo?
Tenemos la suerte de que tradicionalmente el andalucismo ha estado vinculado a valores de defensa de libertades y derechos, modernidad, pluralidad cultural. El andalucismo es entender que bebemos de varias fuentes: gitana, negra, árabe, cristiana, judía. Todo eso contribuye a tener una identidad escudo frente a la extrema derecha. 

¿Qué aporta a la hora de hacer política mirar hacia Andalucía?
Comunitarismo. Tradicionalmente, el capitalismo ha puesto una lógicas de individualismo y aislamiento de unos con otros, por eso tenemos problemas de salud mental. La extrema derecha cala porque hemos perdido esos espacios comunitarios de apoyo mutuo. Hay que recuperar las lógicas de solidaridad, de autogestión, de cooperativismo, de colectividad que se ha visto tradicionalmente entre las familias de Andalucía, en el propio modelo de vivienda de los patios de la casa de vecinos.  Este tipo de cosas sirve de inspiración para cambiar este momento en el que estamos de aislamiento social. Recuperar estos espacios de socialización, fomentarlos y no regalárselo a la derecha.

¿Se ha perdido la batalla en el campo del folclore?
Nuestras fiestas y tradiciones no se las podemos regalar a la derecha y a la extrema derecha. Ellos no pueden hacer de nuestra cultura un fetiche de la quintaesencia del españolismo, no es verdad. La izquierda no puede abandonar esos espacios: ni la Semana Santa, ni la feria, ni el Rocío.  Esos espacios que ahora las familias en esta primavera están recuperando para volverse a encontrar y volver a tener vínculos emocionales entre ellos y, por tanto, tener la posibilidad de apoyarse mutuamente. Con todo eso, debemos hacer un sistema político en Andalucía que no sea esa institución fría que está lejana a la ciudadanía, sino que sea un apoyo a las lógicas de apoyo mutuo, solidaridad y de empoderamiento de la gente, de mayor implicación democrática de mayor implicación en su futuro. 

El andalucismo es entender que bebemos de varias fuentes: gitana, negra, árabe, cristiana, judía. Todo eso contribuye a tener una identidad escudo frente a la extrema derecha.

¿Cuál es vuestra propuesta en torno a la emigración y la inmigración?
Somos fundamentalmente un sitio que tiene un problema de emigración, no de inmigración. El problema de la inmigración es un fetiche construido por los medios de extrema derecha. Nuestro problema es la emigración: uno de cada tres jiennenses tienen que irse fuera de su provincia para buscarse la vida, uno de cada cuatro cordobeses, uno de cada cuatro gaditanos. Ese es el verdadero drama de la gente que se tiene que ir de su entorno familiar aunque no quiera.

¿Qué solución propone Adelante Andalucía?
Un modelo de diversificación productiva que apueste por un nuevo modelo productivo que deje la renta aquí, que dejemos de ser una economía extractiva. Donde tener un empleo sea sinónimo de poder pagar una vivienda, pagar facturas, poder llegar a fin de mes y generar una cierta seguridad para la siguiente generación. Habría que hacer medidas específicas de recuperación de gente que necesitamos en Andalucía para este cambio de modelo productivo. Hay mucha a la que hemos formado durante años y que son el recurso más valioso que tiene una sociedad.

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¿Qué pasa con respecto a la migración que vive en Andalucía?
Lo que tenemos en los campos de Andalucía es un problema humanitario gravísimo, nada más que hay que darse una vuelta por los asentamientos chabolistas en Níjar o en Huelva se da cuenta de que no es propio de una sociedad llamada a sí misma desarrollada tener esta situación de violación sistemática de los derechos humanos. La administración pública tiene la obligación de proporcionar soluciones habitacionales para la gente que viene a trabajar, también los empresarios. 

El PSOE tiene una gran capacidad de apropiarse de tus logros. Nosotros con el PSOE no gobernaremos

¿Cómo se resuelve el problema de abstencionismo, que pasó una factura tan alta a las izquierdas las pasadas elecciones?
El abstencionismo no se resuelve en campaña electoral, se resuelve entre legislaturas. Es decir, cuando los gobiernos cumplen con la gente y tienen cubierta sus necesidades y las organizaciones políticas somos capaces de organizar a la gente para enfrentar sus problemas de forma colectiva y organizada, cuando se politiza la sociedad en términos de reivindicación política, luego hay buenos resultados en términos de participación en los procesos electorales. Mucho me temo que va a haber mucha gente que no se sienta interpelada a votar a la izquierda, desde luego no se lo ponemos nada fácil con nuestras batallitas y nuestros culebrones. 

De cara a un futuro gobierno en Andalucía. ¿Qué alianzas estáis dispuestos a tener?
Si tuviéramos posibilidad de gobernar junto a Por Andalucía, nosotros dejaríamos a un lado por responsabilidad cualquier tipo de problema anterior. Los problemas que hemos tenido no tienen ninguna relevancia en términos sociales. En nuestra experiencia, todos los gobiernos con el PSOE cuando eres el socio minoritario acaba fortaleciéndolo o dejándole el camino abierto a la derecha. El PSOE tiene una gran capacidad de apropiarse de tus logros. Nosotros con el PSOE no gobernaremos, en todo caso daremos nuestro voto para que las derechas no gobiernen, pero reservaremos una posición autónoma.

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