La empresa DesokupaCYL amenaza con desalojar a una familia migrante con menores a cargo en Barakaldo

El Consejo Socialista de Ezkerraldea denuncia la presencia de la empresa de desocupación en Burtzeña, el barrio más emprobrecido de la ciudad, y convoca una asamblea vecinal el viernes para organizar la respuesta.
Burtzeña-ehs
Una pancarta del Kontseilu Sozialista de Ezkerraldea convocando a la movilización a escasos metros de la casa que ha tratado de ser desalojada por una empresa privada.
10 dic 2025 04:32

La empresa de desocupación DesokupaCYL se presentó hace dos semanas en el barrio barakaldés de Burtzeña para presionar a una familia que reside en una vivienda del barrio. La inquilina es una mujer migrada con menores a su cargo y no puede hacer frente al pago del alquiller. Varios miembros de la compañía, presuntamente contratados por la inmobiliaria, acudieron al portal del domicilio donde viven tres menores de edad y, según un vídeo difundido posteriormente por la propia empresa en sus canales, procedieron a intimidar a la familia y a exigirle que abandonara la vivienda en un plazo determinado antes de ejecutar el desalojo por la fuerza.

El Kontseilu Sozialista de Ezkerraldea ha emitido un comunicado en el que denuncia “con rotundidad la actuación de este tipo de empresas fascistas, así como el modelo económico que las alimenta”. El colectivo sitúa la proliferación de estas compañías en el contexto de “la grave crisis capitalista que golpea a la clase trabajadora” y las define como “mercenarios del capital rentista” que actúan como “el brazo armado del lobby inmobiliario”.

DesokupaCYL-Barakaldo
Un miembro de DesokupaCYL intimida a la familia en el barrio de Burtzeña

El modus operandi de estas empresas, que operan al margen de cualquier procedimiento judicial, consiste en presentarse en los domicilios, habitualmente con varios operarios de complexión fuerte y estética intimidatoria, para presionar a los residentes hasta que abandonen la vivienda. “Una parte importante de sus miembros pertenece a organizaciones de extrema derecha y su actividad contribuye a la criminalización de la pobreza y la normalización de discursos de odio contra la población migrante”, señala el comunicado. “Su función real no es la de mediar en los conflictos, sino reforzar un mercado que nos expulsa sistemáticamente de nuestros barrios”.

Estas prácticas han sido denunciadas reiteradamente por organizaciones de defensa del derecho a la vivienda, colectivos antifascistas y abogados especializados, que las califican de desahucios extrajudiciales. Diversas sentencias judiciales han condenado a estas empresas por bloquear accesos, impedir la entrada de alimentos o vulnerar derechos fundamentales de los residentes. Ahora, ante la presencia de DesokupaCYL en Burtzeña, el colectivo ha convocado una asamblea abierta para este viernes 12 de diciembre, a las 19:30 horas, en el frontón del barrio. El objetivo es “sentar las bases para articular una respuesta vecinal organizada”.

El fascismo se nutre de la precariedad urbana

El negocio de la desocupación ha crecido exponencialmente en los últimos años al calor de la crisis habitacional y el encarecimiento de los alquileres. La irrupción de DesokupaCYL se produce en uno de los barrios más castigados por la precariedad urbana de Euskadi. Burtzeña concentra los niveles de ingresos y estudios más bajos de todo Barakaldo y presenta una tasa de paro un 50% superior a la media municipal, según datos de la asociación vecinal Laguntza. El barrio, de carácter obrero e industrial, arrastra décadas de abandono institucional, con viviendas envejecidas, graves problemas de accesibilidad y una creciente exclusión social marcada por la ría de BIlbao.

En abril de este año, los vecinos convocaron un “funeral” simbólico por el barrio. “Llevamos desde 2015 saliendo a la calle por el mismo motivo y diez años después nada ha cambiado”, denunciaban entonces. El Ayuntamiento de Barakaldo, gobernado por PNV y PSE, ha anunciado inversiones y proyectos de regeneración, pero los vecinos aseguran que hasta ahora solo han obtenido “respuestas vagas” sin plazos ni presupuestos concretos.

Mientras tanto, en las inmediaciones del barrio, en la zona más pegada a la ría, se están produciendo grandes inversiones inmobiliarias y construcciones de nuevas zonas residenciales enteras de la mano de empresas como Amenabar.

Los barakaldeses dedican de media casi un tercio de sus ingresos al pago del alquiler o la hipoteca

En octubre de 2025, el colectivo Berri-Otxoak protestó frente a los minipisos “Be Casa” de Ansio, una torre de 639 apartamentos gestionada por un fondo de inversión cuyos alquileres parten de 980 euros mensuales. En el barrio de Cruces, otro fondo gestiona 150 viviendas con precios de entre 900 y 1.200 euros. “El equipo de gobierno colabora con la especulación”, concluyen desde Berri-Otxoak.

Sobre el contexto municipal más general, Barakaldo fue declarado en abril de 2025 zona de mercado residencial tensionado, la primera gran ciudad de Euskadi en recibir esta designación. Los datos que sustentaron la declaración son que los barakaldeses dedican de media casi un tercio de sus ingresos al pago del alquiler o la hipoteca, tres puntos por encima del umbral que define una zona tensionada.

El alquiler medio en el municipio se sitúa en 880 euros mensuales —425 euros por habitación—, mientras 7.678 familias están inscritas en la demanda de vivienda asequible. El 81% de las solicitudes de vivienda protegida en Barakaldo corresponden a personas empadronadas en el municipio que buscan alquiler.

Empresas de desocupación en Euskadi: resistencia vecinal y escolta policial

El caso de Burtzeña se inscribe en una serie de intentos de operar en Euskadi por parte de estas empresas que, en la mayoría de ocasiones, se han encontrado con una respuesta vecinal organizada. El patrón se repite: la empresa anuncia o ejecuta el desalojo, los movimientos de vivienda y colectivos antifascistas convocan concentraciones de apoyo, y los trabajadores de las compañías acaban abandonando el lugar escoltados por la Ertzaintza sin haber completado el desahucio.

En junio de 2024, dos miembros de DesokupaCYL —la misma empresa que ha actuado ahora en Burtzeña— acudieron a Soraluze requeridos por el propietario de una vivienda. Una treintena de vecinos convocados por Etxebizitza Sindikatu Sozialista se concentró en el exterior del inmueble al grito de “faxistak kanpora”. Los operarios respondieron desde una ventana con insultos y grabando a los presentes, según recogió el medio local Plaentxia.eus. La situación se prolongó durante hora y media hasta que la Ertzaintza, requerida por la Policía Municipal ante la tensión, escoltó a los miembros de la empresa fuera de la localidad. El alcalde de Soraluze acudió personalmente a interesarse por lo ocurrido.

En julio de 2023, Daniel Esteve anunció que Desokupa iba a desalojar una vivienda en el Casco Viejo de Bilbao y que lo retransmitiría en directo. El vicelehendakari y consejero de Seguridad afirmó que su departamento no tenía “ningún conocimiento oficial” del desalojo.

Un mes antes, en julio de 2023, el propio Daniel Esteve anunció a través de sus redes sociales que Desokupa iba a desalojar una vivienda en el Casco Viejo de Bilbao y que lo retransmitiría en directo. Cientos de vecinos salieron a las calles y la empresa tuvo que dar marcha atrás. “Íbamos a entrar con discreción, íbamos a desokupar y nos íbamos a volver. Me dicen que hay un gran despliegue policial así que al final el propietario manda”, explicó Esteve en un vídeo en el que agradecía el trabajo de la Ertzaintza y la Brigada Móvil y aseguraba estar “en contacto con ellos”. El vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, afirmó entonces que su departamento no tenía “ningún conocimiento oficial” del desalojo.

En noviembre de 2025, cuatro miembros de Horus Desokupa —otra empresa del sector, con sede en Talavera de la Reina— intentaron desahuciar a una familia en el barrio de San Francisco de Bilbao, la zona con mayor número de desahucios de la capital vizcaína. Vestidos de negro, con cabezas rapadas, chalecos de protección y exhibiendo banderas de España, se apostaron en el portal de la calle Mena. Cerca de un centenar de personas, convocadas por el sindicato de vivienda AZET, formaron un cordón humano para impedir el desalojo.

La empresa tuvo que retirarse escoltada por la Ertzaintza, que protegió a sus miembros frente a los vecinos y antifascistas congregados. Según la investigación de Sistema 161, el gerente de Horus Desokupa, Rafael González Romero, fue condenado por tráfico de drogas y está vinculado a entornos de peñas futbolísticas de ideología fascista.

En Abadiño, en enero de 2024, Desokupa sí logró ejecutar un desalojo a primera hora de la mañana, lo que provocó una protesta multitudinaria por la tarde convocada por Sare Antifaxista. La Ertzaintza cargó contra los concentrados, con el resultado de un detenido y al menos dos identificados.

Desokupa
Horus Desokupa intenta desalojar ilegalmente a una familia en Bilbao
La empresa fue obligada a retirarse de la vivienda gracias a la movilización vecinal y la presión popular.
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