Coronavirus
Sánchez impondrá la mascarilla en la calle de nuevo
Diciembre de 2021 con medidas de diciembre de 2020. Ha pasado el tiempo, vacunación mediante, pero se vuelve a restricciones del pasado. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, va a recuperar el uso de mascarillas en la calle, “salvo en espacios naturales abiertos”, después de que en junio se permitiera prescindir de este material de protección si se podía asegurar una distancia de 1,5 metros. “El planteamiento es que esta obligatoriedad sea temporal y acabemos con ella lo antes posible”, ha afirmado el presidente del Gobierno.
Sánchez, que ha comparecido en rueda de prensa tras la Conferencia de Presidentes, ha reconocido que no estamos en el mismo escenario de hace un año. “No estamos en marzo de 2020, ni en las navidades de 2020, porque los españoles se han vacunado. Hoy casi 38 millones de ciudadanos están vacunados”, ha afirmado. “Además, el 85% de los mayores de 70 años cuentan con la tercera dosis de refuerzo y la vacunación de niños avanza a buen ritmo, con un 13,4% de población vacunada. Son unas cifras formidables y extraordinarias. Estamos mejor preparados para afrontar la pandemia”, ha añadido.
Para validar la vuelta a esta medida, el presidente ha convocado este jueves un Consejo de Ministros en el que se aprobará un nuevo real decreto. Así se lo ha transmitido a los presidentes autonómicos en una reunión de urgencia para analizar el incremento de la incidencia de covid-19 debido a la variante ómnicron.
“Es indignante. A mí me da la sensación de que hay resistencias políticas a tomar medidas de restricciones con implicaciones económicas”
Además de la vuelta a la mascarilla en exteriores, Sánchez ha transmitido a los presidentes autonómicos un plan para intensificar la administración de terceras dosis, con el objetivo de alcanzar al 80% de la población de entre 60 y 69 años, antes de que finalice el año; el mismo porcentaje en el tramo de 50 a 59 años, antes del 24 de enero y el 80% en la franja de 40 a 49, antes de que acabe la primera semana de marzo. Además también ha marcado metas con la vacunación infantil, anunciando que el 70% de la infancia tendrá la primera dosis en la semana del 7 de febrero y la segunda dosis en la del 19 de abril. Para ello ha comunicado la puesta a disposición de personal de las fuerzas armadas como refuerzo de la campaña de vacunación.
También ha confirmado que las personas que hayan tenido contacto directo con un contagiado no deberán realizar la cuarentena en caso de estar vacunadas con pauta completa. Al mismo tiempo ha anunciado la puesta a disposición en farmacias de test profesionales y un cambio en los pasaportes o certificados covid, que a partir de enero tendrán una duración de nueve meses desde la última vacuna.
Ha añadido además un plan de acción en atención primaria, que va a suponer un aumento del número de profesionales disponibles y mejorar sus condiciones laborales, “reduciendo la temporalidad por debajo del 8%”. Para ello, se ha comprometido a incluir 292 millones en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que serán en su mayor parte transferidos a las CCAA. Propone también la contratación de personal sanitario jubilado y prejubilado y la habilitación para contratación de profesionales con título de especialista obtenido en Estados no miembro de la UE.
Control de interiores
El retorno a la mascarilla en exteriores supone una polémica vuelta al pasado. “Es indignante. A mí me da la sensación de que hay resistencias políticas a tomar medidas de restricciones con implicaciones económicas”, expresa el médico y epidemiólogo Javier Segura a El Salto. “Las comunidades autónomas, para dar la sensación de que hacen algo, toman medidas “como sí”. Son medidas que aparentemente son muy espectaculares pero que son ineficaces y que ponen todo el acento en la acción ciudadana, porque son más baratas que medidas de orden institucional”.
Hasta el momento solo Catalunya ha puesto coto al ocio nocturno, cerrando pubs y discotecas y disminuyendo aforos en restaurantes y otros locales públicos a partir de este viernes. “Las cifras actuales son peores que las del año pasado”, aseguró la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, quien reconoció que son conscientes del impacto que comportan estas medidas en unas fechas como las actuales. “Hay que frenar el crecimiento de la pandemia, que está disparado y desbordado”, añadía.
El resto de comunidades, en su mayoría, habían apostado por la vacunación y el pasaporte covid como único asidero para contener el avance. Pero la clave, según los expertos, es controlar los interiores y huir de la “falsa seguridad” que puede proporcionar el pasaporte covid, ya que la vacunación no impide la transmisión y tampoco se deben de relajar las medidas por contar con dicho pase.
“El problema no es el exterior, el problema son los interiores. Hay que restringir actividades en interiores y suspender eventos masivos. Hay que plantearse el cierre de los locales de ocio. Y eso es lo que no se atreven a hacer. Se está cambiando una cosa por la otra”
“El problema no es el exterior, el problema son los interiores. Hay que restringir actividades en interiores y suspender eventos masivos. Hay que plantearse el cierre de los locales de ocio. Y eso es lo que no se atreven a hacer. Se está cambiando una cosa por la otra”, se queja Segura, vicepresidente de la Asociación Madrileña de Salud Pública (AMASAP).
Como Segura, otros expertos ven en esta medida un “retroceso”. “Pedir mascarilla en exteriores en diciembre de 2021 es tan obsoleto e incomprensible como que tu única postura sobre la pandemia sea decir que no vas a cerrar los bares”, aseguraba en Twitter el médico de familia Javier Padilla.
“El foco no está ahí. Es el momento de transitar de la restricción a la acción: ahí se verán los gobiernos solventes”, ha asegurado este doctor, diputado en la Asamblea de Madrid por Más Madrid.
Para Segura esta nueva medida tendrá bajo coste político. “Seguro que tendrán gente que les apoyen. En Madrid hay un gran uso de la mascarilla en exteriores, la gente se siente protegida así y mira mal a los que van sin mascarilla. Puede ser una medida que socialmente se aplauda”, asegura mientras añade que “hay mucho menos riesgo de que te contagies en la calle porque te cruces con una persona que no lleva mascarilla a que luego vayas a consumir una bebida a un local sin ventilación y te la quites. Es esquizofrénico”, concluye.
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