Consumo
SuperCoop, el mercado donde trabajador, dueño y consumidor son la misma persona

El mercado cooperativo SuperCoop propone dinámicas de producción, trabajo, convivencia y consumo alternativas a la del devastador modelo de la industria alimentaria convencional. 

Supercoop Asamblea
Asamblea del mercado Supercoop.
25 oct 2019 08:39

Los supermercados cooperativos no son una creación contemporánea. El primero que conoció la ciudad —la Aglomeración Cooperativa Madrileña— data de fines del siglo XIX y se proponía cubrir las demandas alimentarias de la población de menor renta y, en simultáneo, expandir las ideas del socialismo. Al día de hoy, algunas se mantienen.

Aparte de otras experiencias a nivel del Estado, dos colectivos madrileños se han constituido para lanzar sendos proyectos. La motivación detonante la habría generado la proyección tres años atrás del documental Food Coop, de Tom Boothe. Describe la experiencia de un supermercado cooperativo —el Park Slope Food Coop— que desde 1973 funciona en Brooklyn, Nueva York.

Las iniciativas madrileñas recogen la fuente de inspiración de sus antepasadas locales, incorporando las nuevas pautas de demanda y consumo devenidas de las transformaciones en los hábitos alimentarios de la población. En el barrio de La Ventilla (Tetuán), surge La Osa, que pretende abrir sus puertas a lo largo de la segunda mitad de 2020.

El otro grupo se concentra en Lavapiés, un barrio castigado por la especulación inmobiliaria y la gentrificación, que en los últimos años ha perdido —por la vía judicial o por la económica— buena parte de su tejido vecinal. Y también han desaparecido profusión de comercios tradicionales, sea por el alza de los alquileres o por haber sido sustituidos por negocios orientados a la atención de las demandas turísticas.

Sin embargo, además de la resistencia a los desahucios que ofrecieron las vecinas de Argumosa 11, entre otras, hay otra, no por menos épica y visible menos enconada. Queda algún taller de reparación de calzados y artículos de cuero, tiendas donde comprar un buen queso, jamón o carne de calidad sin que te asalten y donde los que te atienden te llaman por tu nombre, luthiers de instrumentos y artesanos de variado pelaje. El bar Achuri continúa impertérrito atendiendo a su clientela de siempre, con su estilo espontáneo, directo, antimarketing y, como él, bares, tascas y tabernas que se postulan como parte de un núcleo vertebral que resiste al esnobismo y las modas. Para que el alma del barrio —esa que el apetito especulativo olfatea para finalmente aniquilar con la gentrificación— no desaparezca sin dejar rastros.

Supercoop Usuarios
Algunos de los usuarios y usuarias del Supercoop.

Como parte activa, que ya no simple “resistencia”, de creación de vínculos singulares surge un nuevo supermercado, SuperCoop. Se propone la osada tarea de promover una estética de vida diferente a la del neoliberalismo campante. Después de todo, parece que este no solo ha conseguido que, cifra más, cifra menos, el 1% de los más ricos ingrese más que el otro 99%. Quizá lo más desasosegante es que estaría ganando “el alma” de las sociedades, instalando su lógica, fatal a cualquier noción de colectivo, común o de organización social articulada por fuera del exclusivo beneficio económico individual. SuperCoop propone otras dinámicas de producción, trabajo, convivencia y consumo, que se nos antojan antagónicas o, como mínimo, alternativas a la del devastador modelo.

Así lo enuncia Elisabeth, una de sus socias fundadoras: “Sin duda, somos más de tropa que de la estética plasticosa y funcional que se ha instalado en Lavapiés. Por supuesto, la prioridad está puesta en hacer que los productos del súper sean accesibles a todos los bolsillos, pero se trata de lograr ese objetivo haciendo barrio por el camino, juntando muchas manos y con el espíritu de la cooperativa muy presente. “Tener algo” conlleva la responsabilidad de cuidarlo entre todas: este súper lo estamos construyendo entre muchas, también va a ser un espacio de reunión, de intercambio, de toma de decisiones horizontales”, afirma.

UN MODELO INSPIRADO EN OTROS QUE YA FUNCIONAN

Según Pepe Roncero, uno de sus inspiradores: “No nos estamos inventando nada, sino aplicando un modelo que está operativo en el Park Slope Food Coop de Brooklyn y en La Louve de París, que funcionan a la perfección. En Brooklyn tienen 17.000 socios y llevan así desde 1973. Ambos están alcanzando a pleno rendimiento una reducción del precio de hasta el 40%. Nosotras no aspiramos a tanto y menos al principio, donde es probable que no haya diferencias de precios con los supermercados convencionales, al menos hasta que tengamos un número de socios suficientes y hayamos pagado la deuda”.
Super Coop se asienta en tres pilares: no hay beneficio, es participativo y, además, tiene un tamaño que le permite hacer compras a gran escala para poder ofrecer precios.

SuperCoop se asienta en tres pilares. Los dos primeros son decisivos: no juega a la lógica capitalista (aunque se aplique un porcentaje sobre los precios de compra, hasta amortizar la deuda contraída y para pagar la mano de obra especializada y el alquiler del local) y es participativo (ya que no solo en las decisiones, sino también las personas socias cubrirán alrededor del 75% de la mano de obra no especializada). Según sus organizadores, este es el segmento de mayor peso salarial en un supermercado —sectores de reposición, clasificación, transporte y descarga, limpieza—. Y esto, de obligado cumplimiento para las socias, redundaría en una merma sustancial en la planilla de costes.

El tercer pilar es su tamaño: sus casi 700 m2  de superficie, habilitan a este mercado a hacer compras en gran escala, con las consiguientes ventajas comparativas para negociar precios con proveedores. En esto no se diferencia de los supermercados tradicionales, pero sí de las pequeñas cooperativas y grupos de consumo.

Solo las socias podrán comprar en SuperCoop. Pero es muy fácil ingresar en la categoría de tales. Solo hay que cumplir las condiciones de abonar 100 euros una única vez, que se te devolverán si en algún momento esa persona decide retirarse del proyecto, hacer la compra habitual en el SuperCoop, accesible gracias a un stock de productos diversos y con distintos rangos de precios, y trabajartres horas cada cuatro semanas en el supermercado, aunque “es evidente que haremos lo posible por ajustarlo a situaciones personales”, aclara Elisabeth.

VARIEDAD DE PRODUCTOS Y ECONOMÍA DE ESCALA

Conscientes de la importancia de ofrecer la gama completa de productos que un hogar demande, valoran que si la gente tiene que terminar la compra en otros sitios, acabará desencantándose. “El tiempo es muy valioso y si no puedes comprar todo en un mismo lugar, mal vamos” completa Chiara, otra de las fundadoras. “Eso es lo que ha sucedido con los grupos de consumo, que han hecho su proceso y cumplido su misión, pero han tenido ese techo”, valora Pepe.
Supercoop Pablo y Ana
Pablo Garcia Bachiller y Ana Fernández, dos de los impulsores del mercado cooperativo.

Pero también saben que, sobre todo al principio, SuperCoop no podrá ofrecer un abanico de productos tan diversos como los supermercados convencionales. Aspiran a que, en un plazo asumible, llenar la cesta en SuperCoop resulte sencillo y puedan brindar una variada gama de productos —limpieza e higiene, además de alimentación— para cubrir este flanco que, al menos al inicio, los colocaría en un marco de debilidad frente a las grandes superficies. Confían en que su localización geográfica en el mercado municipal de San Fernando ayude a suplir el resto de productos o variedades que SuperCoop no esté en condiciones de ofrecer. “Se trata además de fomentar el comercio de proximidad y tejer alianzas con quienes nos rodean, en el propio mercado y sus alrededores”, completa Pablo García Bachiller, arquitecto empeñado en la obra y en el proyecto.

EL PÚBLICO y los proveedores

En la apuesta por cubrir todas las necesidades básicas y la cesta completa se parece a un supermercado convencional. Pero, por fundamento democrático, tiene como premisa una segmentación de precios que permita atender a las pautas de consumo y al poder adquisitivo de los diferentes estamentos de Lavapiés y áreas próximas. Dado este condicionante de inclusión social, aunque tenderán estratégicamente a los artículos ecológicos, no lo harán en exclusividad, ni siquiera como línea hegemónica, sabido es que los productos de este perfil son notablemente más caros.

ESTRATEGIAS PARA CONJURAR MANIOBRAS ESPECULATIVAS

Sobre si con el recurso de hacer varios aportes de 100 euros, alguien podría obtener un mayor peso en las decisiones estratégicas, responden que no existe la posibilidad de comprar varias participaciones, ya que no se trata de acciones, sino de un requisito para integrar la cooperativa. Cada socia tiene un único voto y así se refleja en las asambleas, independientemente de lo que se haya aportado. Para quien esté dispuesta a contribuir con un importe mayor a 100 euros, están las aportaciones voluntarias de capital, un plus de inversión que no da mayor poder de decisión.
SuperCoop ha superado la barrera crítica de los 500 socios y esperan seguir creciendo a buen ritmo hasta la inauguración, prevista para marzo

Temas debatidos en asambleas, entre otros, son la pertinencia de no incluir algunas marcas en la oferta de productos susceptibles de objeciones, quizá gravar algunos otros considerados no esenciales en una cesta básica —el alcohol de alta graduación o los refrescos azucarados— y repercutir ese ahorro en alimentos de primera necesidad y en tejer redes con otros proyectos similares para compartir saberes.

Entre los asuntos a debatir está también el de los volúmenes de compra. En principio, no habría límites de compra, dado que valoran que sería beneficioso que las adquisiciones sean frecuentes y cuantiosas, al tiempo que promueven que cada unidad familiar tenga tantas socias como personas vayan a realizar compras. Además, no admiten bares, asociaciones u otras entidades colectivas. Ya han superado la barrera crítica de los 500 socios. Esperan seguir creciendo a buen ritmo y dar un salto más cerca de la inauguración, que se proponen para marzo del año próximo.

Industria alimentaria
Cuando la comida devora el planeta

El sistema de producción y distribución de alimentos impone unas normas que no priorizan la salud ni la justicia, sino sus propios intereses. Los procesos de gentrificación alimentaria desplazan a la población y ahondan en las desigualdades sociales a través de la comida. Del reto de concebir la alimentación como derecho, y no como mercado, depende que la población tenga acceso a alimentos saludables y asequibles.

Archivado en: Consumo
Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Airbnb
Airbnb Consumo exige el bloqueo de 65.000 anuncios de pisos ilegales en Airbnb
El Ministerio que dirige Pablo Bustinduy toma la decisión después de que la empresa haya ignorado el envío de tres resoluciones ordenando la retirada de los anuncios.
Culturas
Opinión Macrofestivales o la romantización del hiperconsumo
No hay macrofestival ético, del mismo modo que no hay banco que piense en las personas. La forma de construir relaciones sociales, así como el lugar desde donde estas se producen son importantes.
Industria textil
Industria textil #Tirandodelhilo: la industria textil al descubierto
Comprar ropa se ha convertido en un gesto automático, pero detrás de cada prenda barata se esconde una realidad marcada por la explotación laboral, la violencia de género y el deterioro ambiental.
#42029
25/10/2019 23:07

Y qué diferencia hay entre crear capital desde una SA o hacerlo desde una organización popular ?

0
0
#42087
28/10/2019 12:47

Entiendo que en una cooperativa todas las personas socias son propietarias de la misma, las decisiones se toman por consenso y en asamblea. Una sociedad anónima es todo menos eso.

2
0
#42020
25/10/2019 19:11

Está en el Mercado de San Fernando, calle Embajadores, 41, Lavapiés.
Y mañana sábado 26 hay asamblea general, a partir de las 11hs. Veníos!
http://mercadodesanfernando.es/

0
0
#42011
25/10/2019 17:41

Excelente, tiene muy buena pinta, ¡ánimo!.

4
0
Derecho a la vivienda
Derecho a la vivienda KKR y el negocio del ladrillo: de vender pisos en territorios ocupados a gestionar las viviendas de la Sareb
Desde 2022, el fondo proisraelí KKR es el encargado junto a Blackstone de gestionar la cartera residencial del banco malo. En verano vencen sus contratos y los fondos presionan para seguir sacando rédito del patrimonio público.
Comunidad de Madrid
Pseudomedios Ayuso y Almeida han inyectado más de 400.000 euros a Periodista Digital en cuatro años
El medio de Alfonso Rojo que emplea al agitador Bertrand Ndongo ha recibido más dinero que medios con mucho más alcance como ElDiario.es mientras El Salto sigue siendo totalmente discriminado por el Partido Popular.
LGTBIAQ+
Sentencia El TSXG reconoce que el asesinato de Samuel Luiz fue un crimen de odio
El tribunal ha ratificado las penas de entre 20 y 24 años para los tres acusados y ha absuelto al joven condenado a diez años de cárcel como cómplice del asesinato.
València
València El País Valencià se prepara para la huelga general del 29 de mayo contra la gestión de Mazón
Siete meses después de la dana, mientras la justicia apunta al Consell, los sindicatos combativos preparan la huelga general con el respaldo de amplios sectores sociales.
Poesía
Poesía Por qué vive Roque Dalton: 50 años del asesinato del poeta de El Salvador
El poeta Roque Dalton sigue desaparecido desde que aquel día murió “muchacho” con 40 años de edad. Que Roque Dalton murió muchacho lo escribió su amigo Mario Benedetti, también poeta.
Andalucía
Genocidio en Palestina El fondo proisraelí KKR impulsa la privatización de la Formación Profesional en Andalucía
En 2021, el fondo proisraelí KKR compró la compañía malagueña de educación MEDAC, impulsora de la universidad privada online UTAMED avalada por la Junta de Andalucía y empresa líder de la privatización de la FP en la comunidad.
Opinión
Opinión No seas idiota (según los griegos)
Así se llamaba en la Atenas clásica a los ciudadanos que se desentendían de los asuntos públicos eran llamados. No era un insulto a su inteligencia, sino a su falta de implicación.

Últimas

Eventos
Evento Un Salto al periodismo desde el barrio: acompáñanos en un directo sobre periodismo situado
El Salto organiza un evento centrado en el potencial de los formatos sonoros para transmitir información veraz y fiable de forma cercana. Para hacer periodismo desde el barrio y barrio desde el periodismo.
València
València Indignación por la paliza de la policía a una familia afrocolombiana en València
El presidente Petro exige explicaciones al gobierno español y el movimiento Regularización Ya lanza un comunicado de apoyo a la familia agredida.
El Salto Radio
El Salto Radio Extranjería trabada
Con motivo de su entrada en vigor esta semana, hablamos sobre el Nuevo reglamento de extranjería con Matilde Mérida, Abogada especialista en extranjeria, letrada del Colegio de abogados de Córdoba.
Lince
Conservación La población de lince ibérico crece hasta los 2.400 ejemplares y duplica su tamaño respecto a 2020
La especie ha vivido una tendencia demográfica muy favorable gracias a la cría en cautividad, pero aún está lejos de dejar atrás el fantasma de la extinción.
Más noticias
Ocupación israelí
Ocupación Israelí Juristas por Palestina pide que el embargo de armas a Israel se apruebe de forma urgente como decreto ley
Esta organización de jueces, abogados y fiscales denuncia que el comercio de armas con Israel continúa y pide al Gobierno de coalición que tome medidas inmediatas “para no ser parte de un crimen”.
Análisis
Análisis El ascenso de Chega y la crisis de la democracia de los claveles
Por primera vez, en estas elecciones, la suma de centroizquierda y centroderecha no alcanza los dos tercios del Parlamento. Un reflejo más de la erosión de la democracia portuguesa nacida de los claveles.
Opinión
Opinión ¿Qué somos?
Lo cierto es que fuimos algo, con el primer beso tibio, con el primer paseo de la mano, con aquellas cartas secretas (que era mejor que nadie descubriera).

Recomendadas

Gordofobia
Lara Gil “Es más peligroso para la salud una cirugía de reducción de estómago que ser una persona gorda”
Lara Gil (Madrid, 1988) es antropóloga y activista antigordofobia. Ha escrito un libro, 'Manual para romper un cuerpo', en el que cuenta como una cirugía bariátrica ha destrozado su cuerpo. Denuncia que nadie habla sobre las consecuencias de mutilar el estómago cuando está sano.
Comunidad de Madrid
Exclusiva Ayuso oculta cuántos pacientes atendió el Hospital Isabel Zendal en 2024
La Comunidad de Madrid inadmite una petición de este diario para conocer cuántas personas han sido atendidas durante el último año en este hospital. En 2023 se produjeron 1,1 ingresos de pacientes al día.
Comunidad de Madrid
Coral Latorre “Las siete de Somosaguas somos un ejemplo más del retroceso democrático que estamos viviendo”
Una protesta contra la presencia de Espinosa de los Monteros en la Complutense ha acabado con la apertura de diligencias penales contra siete estudiantes, acusados de delitos como desórdenes públicos, coacciones y delitos de odio.