Comunidad de Madrid
Destrucción de ecosistemas y falsa vivienda asequible: así será el nuevo pelotazo urbanístico de Alcorcón
En los últimos años, las políticas de vivienda de la periferia madrileña han centrado el tiro en aprovechar hasta el último pedazo de terreno vacío para edificar viviendas unifamiliares a precio de oro. Estos nuevos desarrollos a menudo han ido dirigidos a un perfil socioeconómico muy concreto: rentas altas que buscan residir en barrios de baja densidad poblacional en chalés unifamiliares. Ninguno de estos planes urbanísticos, indica el Sindicato de Inquilinas, parece atender a las innumerables demandas habitacionales tanto de jóvenes como de personas vulnerables. En los últimos meses, la puesta en marcha de un nuevo pelotazo inmobiliario en Retamar de la Huerta, a las afueras de Alcorcón, bajo este modelo residencial excluyente, amenaza con causar graves estragos en el territorio.
El Ayuntamiento ha aprobado la construcción de 3.503 viviendas ubicadas en una extensión de 1.140.000 metros cuadrados - con una inversión de unos 14 millones de euros- que se situarán junto al barrio de Campodón, cerca de Villaviciosa de Odón, una zona agreste que forma parte del corredor ecológico del suroeste, alejado del núcleo urbano. Los distintos grupos ecologistas que trabajan en el territorio ya han advertido de que la edificación causará un atentado medioambiental sin precedentes.
Parte de los pisos construidos serán de alquiler social y asequible siguiendo un modelo de colaboración público-privada, es decir, pisos municipales que acaban siendo gestionados por entidades privadas que operan con tácticas similares a las de los fondos buitres. Sin embargo, en caso de que estas promesas institucionales llegaran a cumplirse, tan solo 238 de las 3.500 incluidas en el plan urbanístico se destinarían finalmente vivienda asequible y 1.123 a Vivienda de Protección Pública (VPP) mientras que la mayoría serían chalés con jardín.
“Realmente no responde como tal a las necesidades de la ciudadanía de Alcorcón sino que es simplemente refleja un interés claro en crear más y más vivienda”, explica a este medio Andrés Rodríguez, miembro del Sindicato de Inquilinas en el Nodo Sur. El activista puntualiza además que, aunque la movilización ciudadana había conseguido frenar sucesivamente el arranque del plan desde 2008, el Ayuntamiento lo consiguió aprobar definitivamente este año en un pleno extraordinario celebrado en la primera semana de agosto “para poder pasarlo sin que la ciudadanía se enterase demasiado”. La última fase se presentó en diciembre de 2024, de tal forma que el periodo de alegaciones coincidió de lleno con las vacaciones navideñas.
Un atentado medioambiental sin precedentes en el municipio
Las principales promotoras del desarrollo son Culmia - a través de la constructora San José SL, empresa que se dedica a obra residencial- y AEDAS Homes, ambas adjudicatarias de muchos de los lotes del Plan Vive de la Comunidad de Madrid. Los residentes de los pisos del denominado formalmente Plan de Vivienda de Alquiler Joven de Isabel Díaz Ayuso (ubicados en lugares como Alcalá de Henares, Móstoles, Valdebebas, Torrelodones o Tres Cantos, en total más de 2.480 inmuebles en toda la región) llevan meses denunciando públicamente la “nefasta gestión” de los pisos.
También criticaron recientemente la “cuestionable” calidad de los materiales de construcción y la imposición de clausulas abusivas en los contratos de arrendamiento. El plan de “protección pública” de Retamar de la Huerta pretende seguir el mismo esquema que el Plan Vive, aunque en esta ocasión se añade un problema adicional: el enorme coste ecológico que traerá consigo la construcción.
“Configura un modelo pensado y diseñado para rentas altas, que parece vivir al margen de la crisis climática en la que estamos inmersos de manera irreversible”, destacan desde la plataforma Derecho a la Ciudad de Alcorcón
No está previsto que el nuevo barrio vaya a contar con una red de transporte público cercana para el desplazamiento u otras formas de movilidad sostenible. La urbanización quedará aislada de cualquier núcleo urbano y sus residentes -unas 20.000 personas- dependerán totalmente del vehículo privado. “Es un barrio residencial sin un transporte público adecuado que dependerá del automóvil para todo: desplazar al lugar de trabajo, a los colegios, a la compra, a los servicios sanitarios o áreas de recreo. Configura un modelo pensado y diseñado para rentas altas, que parece vivir al margen de la crisis climática en la que estamos inmersos de manera irreversible”, destacan desde la plataforma Derecho a la Ciudad de Alcorcón, grupo que integra colectivos en defensa del derecho a la vivienda como el Sindicato de Inquilinas, grupos ecologistas y el Ateneo Popular de este municipio.
Un tipo de diseño urbanístico que apuesta por erigir grandes bloques de pisos aislados. En este sentido, Rodríguez resalta que se trata de un desarrollo urbanístico “ artificial” que avanza hacia formas de convivencia más segregadas e individualizadas, donde los vínculos comunitarios desaparecen casi por completo “porque la vida social no se hace realmente en esas áreas”. Aún así, la constructora San José S.L promete en su web el desarrollo de “proyectos innovadores y sostenibles en el área industrial, energética y medioambiental”, declarándose incluso “consciente de la importancia del cambio climático”. Del mismo modo, ‘Vive Retamar’, nombre con el que la Junta de Compensación ha bautizado la promoción inmobiliaria y que se publicita online como “uno de los proyectos urbanísticos residenciales más destacados de la Comunidad de Madrid en términos medioambientales”. Contará con kilómetros de carriles bici y sendas peatonales, puntos de recarga para vehículos eléctricos y una superficie de casi 40.000 metros cuadrados de ecoparkings, asegura la promotora.
Tala de árboles autóctonos y especies amenazadas
Los activistas también inciden en el gasto energético que estas viviendas tendrán al tratarse de viviendas unifamiliares de bajas alturas, de cuatro plantas a lo sumo. “El proyecto fomenta un tipo de ciudad que tiene unos costes energéticos altísimos, además de situarse en un lugar con unos valores tanto botánicos como faunísticos altísimos. Creíamos que después del pinchazo de la burbuja inmobiliaria este tipo de urbanismo ya estaba desfasado y, sin embargo, vuelve”, protesta en conversación con este medio Jaime Matamoros, portavoz Ecologistas en Acción Suroeste.
El principal riesgo que entraña el proyecto reside en la destrucción masiva de especies tanto vegetales como animales que pueblan la llamada Vía Pecuaria ‘Vereda Segoviana’
El principal riesgo que entraña el proyecto reside en la destrucción masiva de especies tanto vegetales como animales que pueblan la llamada Vía Pecuaria ‘Vereda Segoviana’, un camino protegido y parte esencial del patrimonio natural, histórico y cultural del suroeste madrileño. De hecho, el terreno era antiguamente agrícola, era conocido por sus viñedos y hoy se sigue considerando una reserva estratégica e imprescindible de suelo. Ecologistas en Acción Suroeste y Ecologistas Villaviciosa de Odón presentaron el pasado mes de enero alegaciones al proyecto ante la Concejalía de Agenda Urbana, Planificación, Desarrollo y Mantenimiento de Alcorcón con el fin de exigir una repensada urgente de las bases del desarrollo.
Los grupos ecologistas mencionados llevan 11 años plantando árboles autóctonos en la vereda para proteger a las vías pecuarias de la degradación y “conectarlas con corredores ecológicos, recuperar en ellos la vegetación endémica y preservar los valores naturales de estos caminos públicos como reservorios de biodiversidad”, tal y como recogen estas alegaciones. Gracias a estas plantaciones sostenidas en el tiempo se ha logrado que nazcan encinas, alcornoques, retamas y olivos, que ayudan a mantener la integridad de la vía. También han llevado a cabo labores de mantenimiento como gestionar los riegos en verano, podar, sustituir plantones muertos y protectores forestales.
Sin embargo, con la edificación de estas viviendas pronto se procederá a la tala indiscriminada de todas estas especies recientemente plantadas, ya que el terreno debe aplanarse para la construcción. El Ayuntamiento afirma que los plantones inventariados no se verán afectados por la ejecución del proyecto. No obstante, como denuncian desde Ecologistas en Acción, “la operación de ‘trasplante y reposición’ que anuncian las autoridades aumenta la probabilidad de que tales plantones se pierdan dada su frágil biología y su raíz pivotante”. De hecho, como resalta Matamoros, un alto porcentaje de las plantas que se trasplantan no sobrevive, sobre todo en el caso de los árboles maduros, de los cuales tan solo un 10% logra sobrevivir en estas operaciones Por eso, solicitan que imponga la conservación sobre la tala.
Un proyecto que incumple los objetivos de la Agenda Urbana 2030
La ley 3/1995 del 23 de marzo de Vías Pecuarias protege específicamente estos caminos agrestes y los dota de seguridad jurídica. A ojos de los grupos ecologistas de Alcorcón, constituye un marco legislativo garantista y bien desarrollado. Ahora bien, en la práctica la ley no logra detener el curso de los macroproyectos que profundizan en la urbanización del suelo natural protegido por intereses especulativos. En muchas ocasiones se produce incluso se produce una disonancia clara entre los compromisos medioambientales del Ayuntamiento y sus decisiones en materia de vivienda.
“A nosotros lo que nos parece extraño, por ejemplo, que el mismo Ayuntamiento que ha aprobado este desarrollo urbanístico hace escasamente dos semanas nos invitó a participar en un foro de la Agenda Urbana 2030”, cuenta Matamoros. Entre los objetivos estratégicos de la Agenda Urbana se incluye ordenar el territorio y hacer un uso racional del suelo o evitar la dispersión urbana o revitalizar la ciudad existente. En este último desarrollo urbanístico, todos estos criterios se incumplen al completo.
La consecuencia directa de este incumplimiento sistemático de las normativas de protección del medio es la desaparición de la fauna local. Muchos árboles que van a ser talados actualmente proporcionan el alimento necesario para colonias enteras de roedores y aves que habitan el territorio. Por ejemplo, las encinas proveen de bellotas a varias especies animales. Ecologistas en Acción ha llegado a localizar más de 50 tipos de aves, algunas de ellas rapaces como el milano real, el busardo ratonero o el buitre negro, todas ellas amenazadas o las que se encuentran directamente en peligro de extinción como la perdiz roja.
Los activistas destacan la abundancia de conejos y zorros, además de otros mamíferos que conviven en la zona: todos ellos perderán su hogar una vez comiencen a imprimir su huella las excavadoras. “Se vende esta nueva urbanización como un desarrollo inmobiliario completamente sostenible, con esta etiqueta de lo verde, de la vivienda ecológica, con jardín, etc. cuando realmente lo que supone es cargarse toda esa biodiversidad”, subraya Andrés.
“La única solución habitacional que nos están dando a los jóvenes sea construir nueva vivienda a la que no vamos a poder acceder en ninguno de los casos, desplazándonos completamente de nuestra ciudad”
En última instancia, Derecho a la Ciudad teme que este modelo se convierta en el referente de futuras promociones residenciales. Para Cristina San José Nieto, miembro del Ateneo Popular de Alcorcón, resulta alarmante que “la única solución habitacional que nos están dando a los jóvenes sea construir nueva vivienda a la que no vamos a poder acceder en ninguno de los casos, desplazándonos completamente de nuestra ciudad”. En este sentido, las asociaciones de Alcorcón arrastran una reclamación histórica al Ayuntamiento: la elaboración de un censo de vivienda vacía. Según la plataforma, en el municipio había a fecha de 2021 cerca de 2.000 viviendas vacías que podrían destinarse a un uso residencial en lugar de perpetuarse la construcción de vivienda.
Por su parte, Rodríguez insiste en que el modelo abre las puertas a una tendencia “muy preocupante”, basada en ir desregulando el suelo bajo el pretexto de querer solucionar el problema de la crisis habitacional. Mientras tanto, las constructoras y propietarias inmobiliarias ensanchan sus bolsillos con cada uno de estos desarrollos de alta gama. En definitiva, “pretenden resolver los problemas de vivienda a golpe de martillazo con la potencial pérdida progresiva de zonas con biodiversidad”, concluyen los activistas.
Comunidad de Madrid
Inquilinas del Plan Vive de Ayuso estallan contra la “ruinosa” gestión
Blackstone
Con el primer juicio a una inquilina de Alcorcón, Blackstone se prepara para desahuciar a 40 familias
Para comentar en este artículo tienes que estar registrado. Si ya tienes una cuenta, inicia sesión. Si todavía no la tienes, puedes crear una aquí en dos minutos sin coste ni números de cuenta.
Si eres socio/a puedes comentar sin moderación previa y valorar comentarios. El resto de comentarios son moderados y aprobados por la Redacción de El Salto. Para comentar sin moderación, ¡suscríbete!