Alimentación
Casi un millón de personas en la Comunidad de Madrid vivía con inseguridad alimentaria desde antes de la pandemia

La crisis del coronavirus ahonda en una brecha alimentaria que ya existía en Madrid, donde casi un millón de personas no tenía acceso a una dieta suficiente antes de la pandemia. En 2019, PP y Ciudadanos rechazaron en la Asamblea de Madrid una iniciativa para promover el derecho a la alimentación por considerar que estaba cubierto. 

Reparto de comida en Valdezarza, Madrid
Voluntarios en el reparto de comida en Valdezarza, Madrid. David F. Sabadell

La red de apoyo de Valdezarza ha visto cómo, en menos de un mes, se ha triplicado el número de familias que se nutren de la despensa de esta red impulsada por cuatro colectivos vecinales. Valdezarza, un enclave obrero incrustado en uno de los distritos con mayor renta per cápita de Madrid —el cuarto, concretamente, no es el único barrio madrileño en el que la solidaridad vecinal está llenando los frigoríficos del vecindario. En Aluche, algunos vecinos esperan horas para recoger una bolsa de comida.

En los últimas meses, a los puntos de reparto tradicionales se han sumado los creados por decenas de redes ciudadanas en barrios y pueblos con el fin de atender necesidades básicas, configurándose en muchas ocasiones como única opción para miles de familias que han perdido trabajo y salario, y que no obtienen respuesta inmediata de unos servicios sociales desbordados. De hecho, en el contexto derivado del estado de alarma, los bancos de alimentos han visto cómo su demanda se disparaba hasta en un 50% y conforme se define la crisis social sobrevenida se prevé que la demanda se mantenga, o incluso crezca, en los próximos meses. 

Pero la situación que evidencian las colas en Vallecas, Orcasitas, Campamento, Lavapiés, no es nueva: viene a confirmar lo que el Observatorio para la Garantía del Derecho a la Alimentación(OGDA‐Madrid) plasmó en el informe Hambre e inseguridad alimentaria en la Comunidad de Madriddado a conocer el pasado abril.

El estudio contiene información sobre la evolución de la insolvencia alimentaria entre 2013 —cuando los efectos de la crisis se hacían más patentes— y 2018, cuando la economía y el empleo estaban mejorando en la región. Para ello, analiza microdatos de la Encuesta sobre Integración y necesidades sociales (2018), base del VIII Informe FOESSA sobre Exclusión y Desarrollo Social en España (2019), una de las fundaciones de mayor tradición en el estudio de la pobreza y la exclusión social. Y la conclusión principal es contundente: casi un millón de personas en la Comunidad de Madrid vivía en una situación de inseguridad alimentaria ya antes de la pandemia. Es decir, no tenía acceso a una dieta saludable y suficiente.

La conclusión principal es contundente: casi un millón de personas en la Comunidad de Madrid vivía en una situación de inseguridad alimentaria ya antes de la pandemia. Es decir, no tenía acceso a una dieta saludable y suficiente

DERECHO DE ALIMENTACIÓN TRUNCADO 

“De la crisis de 2008 aprendimos que la recuperación tras la crisis no alcanza a toda la población”, menciona el Observatorio en la introducción a su informe. Por este motivo, en 2017 se presentó de la mano de la plataforma Carta contra el Hambre una Iniciativa de Ley Municipal (ILM) para garantizar el derecho a la alimentación. La propuesta tuvo una buena acogida y fue aprobada en los ayuntamientos de Madrid, Fuenlabrada, Getafe, Móstoles, Rivas Vaciamadrid y San Fernando de Henares, todavía en la época de los gobiernos municipales “del cambio”.

La ILM llegó a la Asamblea de Madrid, pero el 21 de febrero de 2019 se rechazó su admisión a trámite por un solo voto de diferencia, y con el Partido Popular y Ciudadanos en contra. Ambos partidos alegaron que la inseguridad alimentaria era marginal y estaba suficientemente cubierta, ya que los casos excepcionales ya se cubrían con las rentas mínimas, las prestaciones de emergencia y las ayudas de entidades privadas, cuenta el informe. Según los datos disponibles, más de 200.000 personas recibían entonces alimentos de emergencia, y uno de cada diez hogares de la ciudad de Madrid padecían inseguridad alimentaria, de acuerdo a encuestas de Madrid Salud de 2019.

“...no solo es necesario garantizar el derecho a la alimentación, sino asegurar a qué tipo de alimentación..."

Fue una oportunidad perdida, lamenta la socióloga Araceli Serrano, una de las autoras del informe del Observatorio, que insiste en que, especialmente en el contexto de la postpandemia del coronavirus, “no solo es necesario garantizar el derecho a la alimentación, sino asegurar a qué tipo de alimentación, teniendo en cuenta que la cuestión está en el centro de las dinámicas socioeconómicas más amplias, y será clave si hablamos en términos de transición ecológica”.

Huerto urbano
El sector de la agricultura ecológica ha crecido en la UE un 125% en diez años. Álvaro Minguito

PIZZAS EN LUGAR DE DERECHOS

Los más de 11.000 niños de familias perceptoras de Renta Mínima de Inserción beneficiarios de una beca de comedor se encuentran en esos márgenes en los que cobra sentido la iniciativa del derecho a la alimentación que no quisieron aprobar PP y Ciudadanos. Para ellos, la presidenta de la Comunidad de Madrid tenía otros planes. Isabel Díaz Ayuso anunció el 16 de marzo un plan para abastecerlos con menús de las empresas Telepizza, Rodilla y Viena Capellanes durante el estado de alarma por coronavirus, incumpliendo los criterios de su propia consejería. Su decisión ha sido puesta en duda reiteradamente por diversos sectores, cooperativas agroecológicas, asociaciones de vecinos y colectivos barriales. La Federación de Asociaciones de Padres Giner de los Ríos llegó a cursar una demanda por la vía administrativa, así como una queja al Defensor del Pueblo.

Grupos de la oposición criticaron también a Díaz Ayuso en el pleno de la Asamblea de Madrid el 29 de abril, y el Ministerio de Derechos Sociales exigió a la Comunidad informar sobre la calidad calórica y nutricional de esas comidas ya que la medida, presentada como solución temporal, se prolongó durante casi dos meses.

“El primer día, al recibir la pizza, pensé que no tenía absolutamente nada de calidad y que no haría mucho uso de ello, desde el primer momento me pareció una pena desperdiciar el dinero que le corresponde a mi hijo para comer de esta manera”

Susana Valladares y Antonio Fernández son dos de los padres que vieron con preocupación esta “solución” alimentaria. “El primer día, al recibir la pizza, pensé que no tenía absolutamente nada de calidad y que no haría mucho uso de ello, desde el primer momento me pareció una pena desperdiciar el dinero que le corresponde a mi hijo para comer de esta manera”, dice Valladares. Antonio Fernández, que tiene tres hijos, cree que un menú así “para un día no está mal, pero sí para lo que es una dieta saludable, no ya para niños, sino para cualquier persona”. “No sé cuántos días llevamos, pero estar alimentándose de eso creo que no ha sido una buena solución”, valora este padre.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, entre 2007 y 2018 —en plena crisis— la población de la región madrileña creció en un 8%, sumando 409.000 nuevos residentes, muy por encima de la media nacional (3,3%) en el mismo período. Paradójicamente, esta dinámica demográfica al alza vino acompañada de un crecimiento de la desigualdad y de persistentes bolsas de pobreza y exclusión.

El indicador más directo y alarmante de inseguridad alimentaria que refleja el estudio lo constituye el hecho de estar sufriendo desnutrición, escasez de alimentos o la necesidad de recurrir a la bolsa de alimentos. El informe del Observatorio OGDA recupera para su análisis una serie de preguntas incluidas en la encuesta FOESSA sobre el hambre. “Nos basamos en preguntas como si sienten hambre o lo han sentido frecuentemente en los últimos años, o si por problemas económicos no han podido seguir una dieta adecuada. Encontramos que un 2,1 % de la población en 2018 consideraba sentir hambre en nuestra Comunidad. A eso habría que añadir a todas las personas que están recibiendo alimentos dentro del sistema de reparto asistencialista, desde nuestro punto de vista, no dignas, no garantista en ningún caso”, explica a El Salto Araceli Serrano.

Serrano señala que la investigación buscó combinar diversos términos para poder elaborar un índice más complejo sobre lo que se denomina inseguridad alimentaria —un término definido por la FAO en 1996— considerando que el problema no solo es sentir hambre, sino que no se tengan recursos para comer adecuadamente, que serían  el elementos que pueden llevar a la desnutrición o a la malnutrición. En otras palabras: no poder comer de manera suficiente o adecuada, desde el punto de vista nutricional, debido a problemas económicos. Así, el informe ofrece una caracterización multidimensional de los hogares en situación de hambre e inseguridad alimentaria poniéndolos en relación con las condiciones de precariedad, pobreza y exclusión social.


En este sentido, dos indicadores destacan en el informe de OGDA-Madrid: un 10% de todas las personas residentes en la Comunidad no pueden permitirse comer carne, pollo o pescado cada dos días; y más de un 8% no puede permitirse una dieta adecuada por problemas económicos. A su vez, el estudio muestra que, a partir de la construcción de un indicador de Inseguridad Alimentaria propio —siempre en términos de lo que permitió la encuesta FOESSA—, ésta afectaría a más de un 14,4% de la población en la región de Madrid, es decir, casi un millón de personas, unos datos superiores a la media nacional (13,5%). Aunque disminuyó con respecto a 2013, en 2018 seguía siendo un problema de dimensiones importantes, asegura Serrano.

La inseguridad alimentaria también la padecen una importante cantidad de personas que, aún con empleo remunerado, disponen de unos ingresos muy ajustados e inestables, en los que la prioridad es pagar la vivienda

Araceli Serrano, que ejerce también como profesora en la facultad de Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid destaca que, pese a haber entonces una cierta recuperación económica —“entre comillas”, puntualiza—, “es en este contexto en el que hay que entender la inseguridad alimentaria, en el que los ingresos son muy precarios, el trabajo es muy precario, y la tasa del paro muy elevada”. Pero no solo eso.

El estudio pone de relieve que la inseguridad alimentaria también la padece una importante cantidad de personas que, aun con empleo remunerado, tiene ingresos muy ajustados e inestables. Los gastos de vivienda son los primeros que se cubren, lo que queda, porque es un gasto más flexible, se utiliza en alimentación. ¿Qué alimentación? “Pues aquella a la que se puede acceder con recursos precarios  o la que proporcionan entidades de reparto de alimentos, que no es nutricionalmente la más adaptada”, describe Araceli Serrano.


Sobre el momento actual, esta socióloga alerta de que con la crisis sanitaria se ha multiplicado la tasa de las personas que pierden su empleo: “Sabemos lo que está pasando con la inseguridad alimentaria. Se nota en las demandas que están teniendo desde los grupos que trabajan solidariamente en los barrios, hasta los servicios sociales de los diferentes ayuntamientos de la Comunidad”. En la ciudad de Madrid, según informaba la vicealcaldesa Begoña Villacís el 16 de abril, los Servicios Sociales del Ayuntamiento recibieron solo en el primer mes de estado de alarma más solicitudes que en todo 2019: reconocía que proyectaban atender entre 47.000 y 90.000 familias en los próximos meses. El jueves 18 de junio Villacís actualizaba datos declarando que solo el Ayuntamiento estaba atendiendo a 88,000 personas diariamente --unos 30,000 hogares-- a través de ayudas alimentarias, haciendo un total de 153.000 desde que empezó el confinamiento hasta el pasado 30 de mayo.

La política pública se centra en las rentas mínimas de inserción, las cuales tienen una cobertura escasísima, ya que solo llega a un 8% de las personas en riesgo de pobreza
Despensa comunal de Valdezarza - 8
El trabajo de clasificar y ordenar todo lo donado por las vecinas lleva horas al grupo que trabaja en el turno. David F. Sabadell

MECANISMOS DE PROTECCIÓN INSUFICIENTES

A juicio de Serrano, no hay ninguna política social de garantía de la alimentación ni a nivel estatal, ni autonómico, ni local. Como mucho, dice, la política pública se centra en las rentas mínimas de inserción, con una cobertura escasísima, ya que solo llega a un 8% de las personas en riesgo de pobreza. Existen, además, ayudas de emergencia de los ayuntamientos, pero son puntuales y siempre mediadas por Servicios Sociales en determinados momento de necesidad extrema.

En el Ayuntamiento de Madrid, esta política se concreta a través de una lenta burocracia que ralentiza en exceso los plazos de tramitación. El 24 de abril, el área de Familia, Igualdad y Bienestar Social dispuso un decreto “de ayudas de emergencia social para cobertura de necesidades básicas, destinadas a paliar la crisis social por el covid-19”, que eliminaba las trabas administrativas para poder tramitarlas vía internet mientras las oficinas del consistorio permanecieran cerradas al público por la pandemia.

El Estado español realiza compras masivas de alimentos a grandes distribuidoras que se repartena través de las organizaciones privadas como el Banco de Alimentos, Cruz Roja o Cáritas

Desde lo público, subraya el informe de OGDA-Madrid, el Estado español realiza compras masivas que luego acaban por ser distribuidas a través de las organizaciones privadas de reparto de carácter asistencial como el Banco de Alimentos, Cruz Roja, Cáritas, organizaciones religiosas de diverso signo, o fundaciones en distritos y municipios. En este sentido, Araceli Serrano explicita que estas adquisiciones se realizan con los Fondos de Ayuda Europea para las Personas Más Desfavorecidas (FEAD). Según ella, “se parece mucho a lo que se ha hecho en relación con Telepizza y sus menús: transferir algunas rentas que se podrían destinar a esta protección frente a la necesidad alimentaria”. En el caso español, los recursos se trasladan al Fondo español de Garantía Agrariapara hacer compras masivas en supermercados grandes, contribuyendo así en el crecimiento y enriquecimiento de los grandes conglomerados de la distribución de alimentos

Al transferir recursos a la gran empresa, se descuida la calidad y la variedad, y se fomentan hábitos alimenticios que no son los más apropiados, al mismo tiempo que se estigmatiza a las familias que sufren el problema, advierte Serrano. También se produce una pérdida de recursos que se produce con este sistema de distribución a gran escala, ya que el 5% de los fondos que llegan de Europa se gasta en logística.

La plataforma Carta contra el Hambre ha creado iniciativas que potencian la autonomía de las personas y les permiten recuperar la capacidad de decisión sobre su dieta, así como la posibilidad de participar activamente en las soluciones

ALTERATIVAS QUE FUNCIONAN

La plataforma Carta contra el Hambre —que aúna más de 40 entidades— y el OGDA-Madrid vienen trabajando de manera sinérgica, y se han creado iniciativas novedosas que potencian la autonomía de las personas y les permiten recuperar la capacidad de decisión sobre su dieta, así como la posibilidad de participar activamente en las soluciones.

Desde el Observatorio destacan la puesta en marcha de huertos urbanos con población vulnerable, de iniciativas autogestionadas y bancos solidarios como la Red Solidaria Popular, o los espacios de cocina solidaria y centros de cultura alimentaria. Ven de manera muy positiva el fomento de la compra pública de alimentos sostenibles en los espacios de producción local y ecológica y destinarla a los comedores sociales y escolares, donde muchas de las familias desfavorecidas tienen la única comida saludable del día. Como ejemplo concreto, Araceli Serrano cita el proyecto Madrid Agroecológico —que también forma parte del OGDA-Madrid—, desde donde se lanzó una propuesta de menús para la población más desfavorecida que habría salido incluso más económica que el plan de pizzas de Díaz Ayuso, asegura.

En este sentido, Susana Valladares considera que “hubiera sido muy bueno que la presidenta pensara un poquito en las familias que recibimos esos menús y haber contratado pequeños negocios de comidas caseras, eso hubiera sido mejor para nosotros. O bien darnos directamente el dinero que corresponde, eso sí que hubiera sido un desahogo”. En ello coincide Antonio Fernández: “En cuanto a ayudas, sería lo mejor darnos el dinero o un cheque mensual para poder comprar la alimentación a nuestros hijos”.

Por su parte, Araceli Serrano destaca también la apuesta que hizo el Ayuntamiento de Madrid junto con los movimientos sociales, con buena acogida, con la Tarjeta de Alimentación que funciona en el distrito de Tetuán desde 2017 y que está vinculada a puestos de los mercados municipales y otros comercios de barrio. Este tipo de iniciativas revitalizan el comercio de proximidad, una dieta más saludable y las propias familias pueden elegir qué alimentos compran y cocinan, “así no se les acumulan kilos y kilos de azúcar, arroz o pasta procedentes de bancos de alimentos, como sucede en muchas ocasiones”, concluye Serrano.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Acoso escolar
Acoso escolar Obligan a ir a clase a una niña que denuncia acoso en un colegio concertado de Aranjuez
La Concejala de Educación ha emitido una carta que da una semana a la menor para acudir a clase, pese a contar con un diagnóstico de ansiedad y depresión.
Sanidad
Sanidad a la madrileña Madrid supera el millón de pacientes en lista de espera mientras mantiene camas cerradas en hospitales
La planta siete del ala norte en el Hospital Clínico de Madrid lleva cuatro semanas cerrada con 30 camas sin utilizar mientras la comunidad supera el millón de pacientes en espera, más de 90.000 para una intervención quirúrgica.
Isabel Díaz Ayuso
OkDiario Ayuso pagó a OkDiario 3.000 euros el minuto para que un consejero suyo participara en un evento promocional
Mediante un contrato a dedo, la Comunidad de Madrid pagó 17.545 euros para que el consejero de Medioambiente hablara menos de cinco minutos en el evento promocional de OkGreen, el diario medioambiental de Inda.
País Vasco
Los audios del PNV El modus operandi del PNV en Mundaka: “Invita a tres personas, el resultado va a ser uno”
Hordago revela grabaciones exclusivas en las que el presidente de la Junta Municipal de la localidad de Busturialdea pide al entonces alcalde, Mikel Bilbao, que favorezca la contratación como asesor externo de un barón del partido.
País Vasco
País Vasco “En Osakidetza nos la van a dejar morir, vámonos a la privada”
Las listas de espera que reconoce el Departamento de Salud en respuesta parlamentaria no se corresponde con las citas que ofrece. Tampoco hay coincidencia con el dato público del número de médicos que compatibiliza la sanidad pública con la privada.
Galicia
Altri Vecinos, ecologistas y científicos saltan a Bruselas para frenar la celulosa que amenaza el corazón de Galicia
Las plataformas de vecinas afectadas y ambientalistas han podido reunirse con altos funcionarios de la Comisión Europea especializados en normativa medioambiental aupados por la eurodiputada del BNG Ana Miranda para seguir defendiéndose de Altri.
Cárceles
Carabanchel Tele Prisión, memoria audiovisual de una cárcel
Además de varias películas que se han acercado a la cárcel de Carabanchel, Tele Prisión fue un canal de televisión interno en el que participaron numerosos reclusos y algunos educadores de esa prisión madrileña. Emitió de 1985 a 1987.
Culturas
Culturas La FILMIG reflexiona sobre hacia dónde se dirige la producción cultural migrante en el Estado español
La primera edición de la Feria Itinerante del Libro Migrante convoca a Vivi Alfonsín, Moha Gerehou, Dagmary Olívar y Silvia Ramírez para dialogar sobre la creación y participación en la cultura de las personas migrantes y racializadas.
Genocidio
Rumbo a Gaza La Flotilla de la Libertad se prepara para zarpar hacia Gaza
Un carguero con 5.500 toneladas de ayuda humanitaria y tres barcos más cargados con cientos de personas, entre ellas observadores de los derechos humanos, personal médico, periodistas y políticos —incluida Ada Colau—, integrarán la Flotilla.

Últimas

Acoso escolar
Acoso escolar Obligan a ir a clase a una niña que denuncia acoso en un colegio concertado de Aranjuez
La Concejala de Educación ha emitido una carta que da una semana a la menor para acudir a clase, pese a contar con un diagnóstico de ansiedad y depresión.
Análisis
Desigualdad ¿Millennials Vs boomers? ¡No, es lucha de clases, amigo!
Aunque el discurso habitual enfrenta a los millennials con los baby boomers, este panorama general oculta la disparidad económica dentro de la generación de los millennials.
Ocupación israelí
Palestina El Salto te ofrece una camiseta para apoyar económicamente a la UNRWA
No cesamos de buscar nuevas vías para visibilizar un mayoritario clamor social que pide un alto el fuego al que apenas se da cabida en el discurso mediático convencional. Todos los beneficios de esta campaña irán destinados a la UNRWA.
Salud mental
Salud mental El Ayuntamiento de Valladolid de PP y Vox cancela unas jornadas sobre anticapacitismo
A 48 horas de celebrarse la primera de las charlas, el Servicio de Igualdad y Juventud suspendió el acto alegando que pocas personas estaban interesadas en asistir
Ocupación israelí
Ocupación israelí Más de 80 ciudades saldrán a la calle el 20 y 21 de abril para denunciar el genocidio israelí en Gaza
El movimiento de solidaridad con el pueblo palestino denuncia la complicidad del Gobierno español con la masacre al seguir comprando y vendiendo armas a Israel.
Más noticias
Palestina
Palestina El terror de gestar, parir y maternar en una tierra devastada
La violencia reproductiva sacude más que nunca Gaza, donde las ONG están reportando un incremento alarmante del número de abortos espontáneos causados por el estrés extremo que atraviesan las madres durante la gestación.
Violencia policial
Violencia institucional Iridia consigue reabrir judicialmente el caso de una muerte por pistola taser policial
Es uno de los 56 casos en los que ha litigado la entidad de derechos humanos en 2023 y en los que hay un total de 156 agentes o funcionarios encausados.
Especulación urbanística
Especulación urbanística El pelotazo de Las Cárcavas: cuatro torres de apartahoteles crecen a la sombra del futuro trazado de Fórmula 1
Los vecinos del barrio madrileño denuncian el desarrollo desde hace un año de viviendas turísticas donde debían situarse equipamiento para el barrio, justo en la zona del futuro circuito de carreras urbano.
Elecciones
Debate electoral Imanol Pradales esquiva el debate sobre Osakidetza tras sufrir una agresión en un mitin electoral
Imanol Pradales y Eneko Andueza mantuvieron un excelente entendimiento: los socios de Gobierno atacaron a Pello Otxandiano en cada bloque. Pradales se palpaba más asustado que Andueza, que se comportó de forma histriónica.
El Salto n.74
Revista 74 Cuando los algoritmos te explotan: no te pierdas el número de primavera de la revista de El Salto
De cómo los algoritmos y la IA gestionan el trabajo de cientos de millones de personas con ritmos y condiciones del siglo XIX, y de mucho más, hablamos en nuestro número de primavera. Ya disponible para socias y en los puntos de venta habituales.

Recomendadas

Historia
Historia Rubén Buren: “La memoria debe ser aquello que nos construye y nos une como ciudadanía”
El historiador y polifacético Rubén Buren coordina el libro 'La Segunda República', una oportunidad para dar a conocer este periodo a un público no especializado.
Culturas
Xirou Xiao “Mi mirada artística es constructiva y, por tanto, tiene en la educación su aliada”
La compañía de performers Cangrejo Pro; la exposición ‘Zhōngguó. El País del Centro’ o la película de Arantxa Echevarría ‘Chinas’ son algunos de los proyectos en relación a la comunidad china en Madrid con la impronta de Xirou Xiao.
Genocidio
Mkhaimar Abusada “Israel quiere quedarse en Gaza”
En esta conversación el doctor gazatí de Ciencias Políticas, Mkhaimar Abusada aborda la popularidad de Hamás en Gaza, las probabilidades de éxito israelí en la lucha por extinguir la insurgencia palestina o el futuro político del enclave.
Genocidio
Genocidio Clamor entre empleadas de las big tech ante la complicidad de Google con el genocidio israelí en Palestina
El gigante tecnológico de Silicon Valley ha firmado este mismo año un acuerdo de colaboración con Israel que, según sus propios trabajadores, puede aumentar la capacidad de videovigilancia y selección de objetivos militares a través de Google Photos.