¿Qué hacemos con la publicidad de prostitución en las calles?

Desde la campaña No Acepto han presentado 34.000 firmas al Ayuntamiento para que persiga los anuncios de servicios sexuales en las calles. Colectivos de prostitutas como Hetaira denuncian que hayan dado la espalda a las trabajadoras sexuales a la hora de buscar soluciones a este conflicto.

Flyers prostitución
Flyers recogidos durante la campaña No Acepto. En total: 95,616 kilos. Foto cedida por Rosa Gallego del Peso.
9 feb 2018 06:03

El debate surgió en noviembre de 2015, cuando comenzaron a aparecer, en algunos distritos madrileños, flyers que anunciaban servicios sexuales en los parabrisas de los coches. En julio de 2017 volvió. Y, de nuevo, ahora. “Nuestro objetivo es que esta propaganda desaparezca de nuestras calles”, afirma a El Salto Ana Martínez, portavoz de la campaña No Acepto y miembro de la asociación de vecinos de Quintana.

La campaña agrupa a asociaciones de vecinos de catorce distritos y a varias asociaciones de madres y padres de alumnos. “La inquietud la tenemos desde hace tres años, cuando empezaron a poner estos flyers en los coches. Viendo que no había respuesta por parte de Policía y Ayuntamiento, en febrero de 2017 nos reunimos varias asociaciones de vecinos de Ciudad Lineal y decidimos que había que hacer algo para que los propietarios de los coches pusieran ‘no acepto propaganda de prostitución por las mujeres, por los niños y niñas, por tener barrios limpios y porque no queremos mafias’ en sus vehículos”.

En julio fueron convocados por Javier Barbero, concejal de Seguridad, Salud y Emergencias. “Fueron muy receptivos”, señala Martínez. En octubre recogieron más de cien kilos de estos flyers. “De ellos, 57 kilos los cogimos en Ciudad Lineal, eran cerca de 57.000 papelitos”, señala. Y ayer, 8 de febrero, apoyadas por la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), entregaron 34.000 firmas en el Ayuntamiento para que persiguieran este tipo de publicidad.

Desde el Área de Salud, Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento han afirmado que llevan seis meses trabajando en diversas líneas actuación encaminadas a “erradicar la publicidad de contenido sexual y vejatorio que estaba proliferando en las calles de la ciudad”, publicidad a la que han calificado de “preocupante de forma especial debido a su presencia en colegios, institutos y zonas deportivas, entre otros espacios, donde estaba al alcance de niñas y niños”.

Entre las acciones sobre este tema, subrayan los 16 atestados presentados ante la Fiscalía Provincial correspondientes a los distritos de Chamartín, Puente de Vallecas, Hortaleza, Fuencarral-El Pardo y Arganzuela. También la próxima reforma de la Ordenanza de Publicidad Exterior, en la que se incluirá una cláusula para establecer la cooperación de los servicios municipales en la denuncia de este tipo de anuncios ante el órgano competente, que es la Comunidad de Madrid.

Se han lanzado a hacer estas campañas, que son muy amarillistas, sin tener en cuenta las consecuencias que pueden tener sobre las trabajadoras del sexo

¿y qué dicen los colectivos de prostitutas?

“Creemos que la Fravm se ha precipitado, no han tenido interlocución con colectivos de prostitutas; hacen cosas interesantes en los barrios, pero en este caso han metido mucho la pata. Y el Ayuntamiento tampoco se ha molestado en mediar”, afirma a El Salto Mamen Briz, portavoz del colectivo Hetaira. “Se han lanzado a hacer estas campañas, que son muy amarillistas, sin tener en cuenta las consecuencias que pueden tener sobre las trabajadoras del sexo”, continúa.

“Podríamos llegar al acuerdo de que no se anunciasen de esa manera clubes o empresas, que los anuncios de mujeres particulares no llevaran imágenes explícitas sino otro tipo de mensajes que entendieran los adultos pero no los menores… Hasta eso podríamos haber acordado, se trata de negociar y poner encima de la mesa los problemas para buscar soluciones”, explica Briz. “Se sigue desconsiderando que las prostitutas también son ciudadanas y que, en un porcentaje alto, también son madres”, lamenta.

Briz subraya la necesidad de marcar diferencias entre los anuncios que vienen de empresas y clubes de los anuncios de mujeres. “Y es fácil diferenciar por el tipo de fotocopia si son ellas las que se anuncian”, añade.

Yo, como mujer, me siento dolida, me siento un objeto dentro de una tienda. Eso es en contra de lo que estamos, el tema de la prostitución es más particular de cada uno

Desde la campaña No Acepto, Martínez afirma que, en un principio, tuvieron contactos con colectivos que trabajaban con prostitutas y subraya que su trabajo “no es a favor ni en contra de la prostitución, es en contra de esta propaganda que nos encontramos continuamente, confronta nuestra línea de valores y no queremos que se normalice porque sigue siendo anormal. Esa es nuestra lucha ahora mismo”.

“Yo, como mujer, me siento dolida, me siento un objeto dentro de una tienda, viendo si una pechuga es más bonita que la otra. Eso es en contra de lo que estamos, el tema de la prostitución es más particular de cada uno”, reitera Martínez.

Publicidad, ¿de qué tipo?

“La campaña contra los flyers en los coches se centra en un discurso perverso”, afirma Briz. “Si entendemos la publicidad como abusiva si conlleva suciedad, no entendemos por qué se cargan las tintas sobre los anuncios de prostitución y no sobre el resto de publicidad indeseada, como la de inmobiliarias u otros sectores”, continúa.

Desde Hetaira señalan el “pánico moral” como la excusa. “Ponen de pantalla a los menores para intentar prohibir, pero en las marquesinas de trenes y autobuses también aparecen imágenes que pueden ser difíciles de explicar a los menores, igual que por qué hay personas que duermen en las calles o existen campos de refugiados”.

Briz señala el caso de las trabajadoras sexuales de Argentina, donde también ha surgido un conflicto parecido con la publicidad de servicios sexuales. “Ellas lo explicaban: cada vez que retiran un anuncio de prostitución, uno de sus hijos se queda sin comer”. “Sabemos que los anuncios de sexo no son la mejor educación afectivo-sexual, pero son temas complejos y hay que hablar sobre ello”, concluye.

Campañas en los colegios

Desde el Ayuntamiento también han anunciado acciones formativas tanto con el alumnado de los diferentes centros escolares como con población adulta, profesorado y asociaciones de madres y padres de alumnos.

“Es que es básico; los niños ven tetas y culos, y eso va desembocando en violencia de género porque se pierde el respeto a la mujer”, afirma Martínez, quien explica que hay agentes de policía que harán de tutores en los centros escolares. “La idea es tratar el tema con suavidad, hacerles ver que hay que respetar a todos los géneros, que la mujer no se compra ni se vende. También analizar de alguna manera que hay gente que se dedica a esta profesión porque quiere, pero que hay otras muchas mujeres que lo hacen por necesidad o porque son obligadas. Que son personas como todo el mundo, y ese respeto tiene que existir”.

¿Qué discursos son los que piensan llevar a las aulas y que piensan hacer con la realidad de los menores que son hijos de prostitutas?

Para Hetaira, sin embargo, estas campañas en los colegios es lo que ven más peligroso. “¿Qué discursos son los que piensan llevar a las aulas y qué piensan hacer con la realidad de los menores que son hijos de prostitutas? Esto nos preocupa mucho, más que la prohibición”, subraya Mamen Briz.  “Nos preocupa qué tipo de discurso se van a llevar a los colegio, no queremos ir a años atrás, cuando Hetaira tuvo que ir a intermediar en algunos centros por la discriminación que sufrían los hijos de prostitutas”, continúa.

Briz recuerda cuando Telemadrid hizo unos “supuestos documentales de sensibilización” sobre el trabajo sexual y “tuvieron la genial idea de llevarlo a las aulas”: “Cuando los proyectaron hubo algunos niños que identificaron a sus madres o a las de sus compañeros, esto generó muchos problemas y nos vimos obligados a acudir”.

“Nos parece que lo que los niños y niñas necesitan en Madrid, más que la desaparición de la publicidad con sexo explícito, es un discurso por el que entiendan que todas las personas tienen que tener garantizados sus derechos, y dentro de ese conjunto también están las prostitutas”, afirma Briz, quien señala que, si se hubieran reunido con colectivos de prostitutas podrían haber explicado qué contenidos llevar a las aulas para hacer discursos que desestigmatizaran. “Lo único que va a llegar es el mensaje de que la prostitución es mala y, por tanto, las prostitutas son malas mujeres, profundizar en el estigma”, añade.

Otra de las líneas de actuación, en este caso expuesta por la delegada de Políticas de Género y Diversidad, Celia Mayer, es un Plan operativo municipal contra la trata en el que se recogen 24 medidas y cuyo borrador fue presentado en noviembre. “Si tanto preocupa la situación de estas mujeres, tener su teléfono a mano [a través de la publicidad de servicios sexuales] puede ser hasta interesante”, apunta Briz.

“No no vemos que el ayuntamiento se excuse en acciones vecinales si éstas estigmatizan a colectivos, en este caso a las prostitutas. Hay que cuestionar si los vecinos y vecinas empujan esto están conculcando los derechos humanos de otro sector de la población. Habría que ponerlo en cuarentena”, concluye.

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