Tecnopolítica
Zoombificados

La extensión de la excepcional actividad docente on line al próximo curso en Italia, probablemente también en España y otros países de Europa, ha generado un debate aún en ciernes, en el que la tecnología digital ocupa un aspecto central, que puede servir de coartada para ocultar los acuciantes problemas a los que debemos hacer frente

Ocupación de La Sorbona por los estudiantes, París, mayo de 1968
Ocupación de La Sorbona por los estudiantes, París, mayo de 1968 Wikipedia

Historiador y Doctor en Derechos Humanos y Desarrollo

29 may 2020 06:00

Hace unos días, el filósofo italiano Giorgio Agamben, que mantiene una prolija actividad, durante la pandemia, en forma de diario en la web del Instituto Italiano per gli Studi Filosofici -el privilegio de escribir adquiere matices inéditos estos días, más allá de las relevantes premisas de clase y habitus-, publicaba un Réquiem para los estudiantes.

La extensión de la excepcional actividad docente on line al próximo curso en Italia, probablemente en España y otros países en Europa también, le sirve a Agamben para cogitar acerca de la cancelación de la figura del discente, por ende, de la del docente, aunque de éste no habla en su texto, con la imposición de la formación telemática.

Lo realmente paradójico aquí -y que Agamben no señala- es que la pantalla partida virtual ha tenido una de sus encarnaciones más exitosas como traslación virtual en las llamadas redes sociales, de los anuarios académicos de estudiantes -los Face books-

Sostiene Agamben que se está eliminando una forma de vida, la universitaria, que al menos en Europa, arranca en el medioevo, con sus ritos de iniciación y pasaje, gremios e instituciones, asociaciones de estudiantes, etc. El habitus. Pero más que la cancelación, como él dice, se trata de la disolución de esta -Todo lo sólido…- en el plasma espectral de la pantalla partida (split screen), como en una película de zombies de serie B de los años setenta.

Lo realmente paradójico aquí -y que Agamben no señala- es que la pantalla partida virtual ha tenido una de sus encarnaciones más exitosas como traslación virtual en las llamadas redes sociales, de los anuarios académicos de estudiantes -los Face books-, creada por universitarios en uno de los prestigiosos colleges de la Ivy League.

La Ivy League ha sido, además, el aplaudido campo de pruebas y el modelo de proyectos digitales de apropiación de datos provenientes de investigación académica y científica pública, financiada en buena parte con fondos públicos, que ha pasado a manos privadas por el arte de birlibirloque de las revistas de impacto y sus sacrosantos rankings, el paso de capital público a manos privadas, extracción de valor mediante, como necesario chantaje meritocrático para obtener una plaza decente, un sueldo digno, y ni siquiera, en la sociedad del conocimiento.

La verdadera cancelación se opera desde hace tiempo del otro lado de las pantallas, progresivamente, mediante la imposición de una lógica empresarial privada neoliberal en la gestión, en la conversión de las universidades en empresas que compiten en el mercado

Esa dinámica se viene acelerando desde que el número de seguidores que uno tiene en las redes sociales puede, digamos, inclinar la balanza de la aceptación de un artículo para su publicación. Así que investigadores y docentes nos vemos obligados también a salir a la arena de los social media a pelear por el éxito como cualquier influencer que se precie.

Aunque en parte de acuerdo con Agamben, por una vez en esta crisis, he de subrayar nuevamente que la verdadera cancelación se opera desde hace tiempo del otro lado de las pantallas, progresivamente, mediante la imposición de una lógica empresarial, privada y neoliberal, en la gestión, en la conversión de las universidades públicas en empresas que compiten en el mercado privado, algo de lo que ya me ocupé hace más de una década en el Periódico Diagonal, precisamente, uno de los antecesores de este diario.

Además, la pandemia no ha traído algo nuevo sino que lo ha acelerado, esas dinámicas de disolución, no sólo parafragmáticas, están causadas por las lógicas neoliberales que se han apropiado de la educación pública en las últimas décadas. El virus estaba antes, éste de ahora sólo ha venido a rematar el trabajo. Funciona perfectamente como una excusa para asestar el golpe postrero que acabe con la criatura.

Dice también Agamben en su texto, que acatar la formación telemática es comparable al juramento al régimen de Mussolini que los docentes italianos hicieron en 1931.

Todo ello, me hace pensar en cuántos de nosotros no hemos certificado la defunción de la universidad en estos años, asumiendo el chantaje de la lógica neoliberal impuesta en los procesos, la gestión, las acreditaciones y su filosofía subyacente, al tiempo que podíamos criticar esa misma lógica en el aula sin el menor sonrojo. Capitalismo y esquizofrenia, según Gilles Deleuze y Félix Guattari.

Ahora bien, discordando de Agamben, para quienes hemos sufrido en nuestros cuerpos, en nuestras carnes, esos procesos de extrema precarización, extraordinariamente narrados por Remedios Zafra en ese bello libro llamado El entusiasmo, la formación virtual no cancela, sino que liquida -literalmente- a estudiantes y a docentes, así como a la constelación de figuras que pueblan ese habitus profundamente elitista, atravesado por las desigualdades y discriminaciones de clase, de raza y de género. Acaso, las sitúa en otro contexto, un contexto que, sabemos bien, pese a encerrar una promesa emancipadora, intensifica estas discriminaciones y sus distancias, léase violencias, patológicamente, sumando a las viejas ansiedades académicas una nueva ansiedad cronoscópica y fragmentada. Una ansiedad, en cuyas interfaces operan lógicas de poder de una verticalidad extrema, que acrecientan la denuncia, la policía de los fondos de pantalla y el plagio, la suspensión del principio de inocencia y la asunción de la culpabilidad y la sospecha como apriorismo.

Frente a la digitalización total de la docencia, termina Agamben su breve pieza animando a la comunidad universitaria a la rebelión frente a la pantalla partida y a los difuntos estudiantes, a no matricularse el próximo curso en señal de protesta, pero, ¿cuál sería entonces el verdadero objeto de esta?

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Andalucía
Educación Pública Las universidades públicas de Andalucía, en guerra contra la Junta por la infrafinanciación
Los rectores de las instituciones académicas andaluzas exigen al Gobierno de Juanma Moreno Bonilla el pago de 50 millones de euros prometidos en los presupuestos de 2024.
Comunidad de Madrid
Educación en Madrid Los centros educativos se quedan sin enfermería y Ayuso les propone contratar empresas privadas
Enfermeras y fisioterapeutas denuncian las irregularidades de un proceso de estabilización que se ha convertido en un cese masivo para profesionales que llevan 20 y 30 años trabajando en la Comunidad de Madrid.
Comunidad de Madrid
Educación en Madrid Miles de niños y niñas perderán a sus educadoras en las escuelas infantiles de la Comunidad de Madrid
La comunidad educativa denuncia “caos” ante unos procesos de estabilización de personal que provocarán cambios y despidos en todos los equipos educativos de las escuelas infantiles de gestión directa de la Comunidad de Madrid.
#62085
30/5/2020 17:08

Que la izquierda aún pueda tomar a Agamben como referente es un enigma

0
0
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Análisis
Análisis Rojava en peligro
Las intenciones de Turquía en Siria ponen en peligro no solo la Administración Democrática Autónoma del Norte y Este de Siria (AADNES) sino también la convivencia del resto de minorías presentes en el país.
Amazonía
Caso Chevron Pablo Fajardo: “Sacrificaron la Amazonía y la vida de la gente por racismo y por la ganancia económica”
El activista y abogado Pablo Fajardo fue elegido hace casi 20 años por la Unión de Afectados por Texaco para el juicio más importante contra la petrolera Chevron. Dos décadas después sigue luchando por la justicia ambiental y social en Ecuador.
Especulación inmobiliaria
Especulación en Madrid Las vecinas de Tribulete, 7 denuncian la especulación de Élix Rental Housing con una acción musical “fúnebre”
30 inquilinas de este bloque resisten en sus hogares pese a que este fondo buitre ya ha adquirido la totalidad del edificio para convertir los pisos en apartamentos turísticos. Este sábado, han vuelto denunciar el proceso de gentrificación del barrio
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
La vida y ya
La vida y ya Ya no sé quién vive en el primero
El barrio se ha transformado tanto que pueden pasar semanas sin ver por la calle una sola cara conocida porque los vecinos han sido sustituidos por turistas.

Últimas

Derecho a la vivienda
Vivienda El Sindicato de Vivienda de Euskal Herria propone la “expropiación de pisos turísticos”
Ponen en el punto de mira los intereses del sector inmobiliario y tachan de “falsas” a todas las medidas propuestas por los partidos políticos como la Ley de Vivienda.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Opinión
Opinión La oportunista invasión israelí de Siria
Desde la caída de Bashar al-Assad, Israel ha llevado a cabo una invasión de Siria sin provocación previa y con el apoyo de Estados Unidos. Los objetivos son claros.
Más noticias
Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.

Recomendadas

Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.