Tecnopolítica
Robots

¿Para qué sirve la máquina, una vez desvelado que su funcionalidad comunicativa es apenas la excusa, el elemento superficial? Y ligado a lo anterior, ¿qué constituye a un cuerpo, a qué podemos llamar social?

Escultura con polea
Escultura realizada por internos del centro penitenciario de Bauru en Porto Alegre, intervenida con ramas secas, cuerda y un juguete por un niño (8), durante el confinamiento, para construir una polea Jesús Sabariego

Historiador y Doctor en Derechos Humanos y Desarrollo

20 abr 2020 06:00

Le debemos el término Robot al escritor checo Karel Kapec. Cuando niño, Kapec estaba ensimismado con los autómatas que desde el siglo XVII, tañen las campanas en el reloj astronómico de Praga. En su obra teatral de 1921 R.U.R. Robots Universales de Rossum, que podríamos traducir semánticamente como Esclavos de razón universal, el autor distingue autómata de robot (esclavo, en checo), dotando a estos de raciocinio, lo que hará que se rebelen en la fábrica en la que trabajan. Un tema recurrente en múltiples distopías en las que la máquina “replica” la condición humana, al tiempo que esta se robotiza, esclavizándose. Algo así como la conciencia-para-sí de la Inteligencia Artificial, que instauraría el dictat del proletariado digital maquínico en una república popular datificada y alimentada por un alienado hedonismo.

Ahora que los teatros y los parlamentos están vacíos, que diría Walter Benjamin, estamos a solas con la máquina. Cabría preguntarse hasta qué punto esta intimidad y su envés falo-logo-centrado digitalmente, nos constituye en estos días de exacerbada bio-psico-tecno-política sobre los cuerpos.

Leía días atrás un artículo de la periodista brasileña Eliane Brum en el que defendía que no estamos distanciados socialmente, sino físicamente, corporalmente. Pero, ¿qué es social, qué nos torna sociales hoy?

Siguiendo los mensajes en las llamadas redes sociales, muchos de ellos expresan las ganas de abrazarse cuando todo esto acabe; celebrar el contacto en definitiva: “ríete tú del verano del amor de los hippies”, decía una amiga en la mayor red social de Internet, como si algo muy importante faltase, algo que la máquina no puede suplir, aparentemente.

Digamos que el contacto físico nos constituye, que la máquina no es suficiente. Si esto es así, la máquina entonces no debe tener una función comunicativa, al menos a un nivel profundo, de aprendizaje profundo.

¿Para qué sirve entonces la máquina, una vez desvelado que su funcionalidad comunicativa es apenas la excusa, el elemento superficial? Y ligado a lo anterior, ¿qué constituye a un cuerpo, a qué podemos llamar social?

Aunque pareciera lo contrario, las acciones (performances) de los niños ante la máquina son más coherentes con la naturaleza semiótica de esta que las de los adultos

Es interesante ver cómo niños y adultos se comportan en las videollamadas. Los adultos oponemos la significación, el relato, una cierta mise-en-scène (un fondo con estanterías, una cocina, la sala...). Los niños se mueven con el dispositivo, se lo acercan a la cara, hacen gestos, gritan, ríen, saltan, hablan todos a la vez. Aunque pareciera lo contrario, las acciones (performances) de los niños ante la máquina son más coherentes con la naturaleza semiótica de esta que las de los adultos. Los niños ajustan las velocidades, las intensidades, el torrente de imágenes en el juego, la máquina es un instrumento para la performance antes que para la puesta en escena de un lenguaje organizado, para la significación.

El juego opera como una apropiación de la máquina a la que se le exprimen todas las posibilidades lúdicas. Es el juego el que subjetiva la máquina y abandona esta cuando las posibilidades lúdicas de la videollamada se agotan o los padres insisten: “deja de hacer tonterías al teléfono y cuelga ya”.

Ejerciendo una apropiación de la máquina que altera su función, los niños quieren jugar como juegan habitualmente con sus amigos, físicamente, en el patio, en el parque, explotan comunicativamente las posibilidades de la máquina, de la potencia de esta, al límite. Por contra, los adultos estamos absolutamente subjetivados por esta. La imagen del teletrabajador con chaqueta y corbata en el plano que entra a vídeo y los pantalones del pijama fuera de éste es bastante reveladora de ello. La máquina nos condiciona, sus velocidades, sus composiciones, sus intensidades nos modelan, antes incluso que el lenguaje, condicionando éste, aquello que Gilles Deleuze y Félix Guattari llamaban devenir-máquina.

La imagen del teletrabajador con chaqueta y corbata en el plano que entra a vídeo y los pantalones del pijama fuera de éste es bastante reveladora de ello. La máquina nos condiciona, sus velocidades, sus composiciones, sus intensidades nos modelan

Pero no devenimos-máquina, los fragmentos semióticos que circulan viralmente por la red, siquiera funcionan como significante de hibridez digital alguna. Como muestra, la contaminación, el ruido y la toxicidad que genera se ha llevado estos días de la pantalla a la ventana y los balcones. También la solidaridad y los reconocimientos. Todo ello está siendo una extensión de aquella para bien y para mal.

Esos fragmentos, esas miríadas de constelaciones compuestas por memes, audios, vídeos, hashtags, comentarios, enlaces..., están huérfanos por el momento de un relato que consiga amalgamarlos, aunque con el serio auge de lo nacional-popular ganando enteros en la candidatura. Los aparentes juegos binarios de suma cero que alimentan el confinamiento estos días, nos hablan del elevado coste ético para los derechos fundamentales y del impacto biopolítico de los artefactos tecnológicos, ofrecidos como respuesta totalitaria a las propias ecologías del miedo que desde ellos se implementan.

La incógnita atrás de la falaz ecuación, del trueque, entre una libertad y dignidad abstractas, jamás expresadas materialmente, y una seguridad inmunitaria concreta cristalizada en el diseño de los algoritmos de apps de control tecnobiopsicopolítico, no puede despejarse sin tener en cuenta cuestiones como la distribución material, neuronal, cognitiva y afectivamente, de recursos de toda índole, cuya carencia y ausencia atraviesan nuestros cuerpos y mentes, modelando nuestro deseo. Es sobre las nuevas cartografías que circunscriben éste sobre las que deben desplegarse las insurrecciones por venir, que coloquen el cuerpo, la vida, las interacciones e intra-acciones, el concepto es de Karen Barad, de todos los sistemas vivos, descentradamente, en el medio, frente a este capitalismo-desastre y sus consecuencias.

Informar de un error
Es necesario tener cuenta y acceder a ella para poder hacer envíos. Regístrate. Entra en tu cuenta.

Relacionadas

Tecnopolítica
El Salto Radio Por qué no hay influencers de izquierdas y otras malas preguntas
Un método distinto, otra ética en la comunicación política y en la construcción de comunidades, con Proyecto UNA
Inteligencia artificial
Panorama Tecnología del futuro, explotación del pasado
El control de los ritmos de trabajo por parte de los algoritmos combina el uso más avanzado de la tecnología con prácticas y métodos que recuerdan a los sistemas de explotación laboral del siglo XIX y al vasallaje del medioevo.
#57756
20/4/2020 14:13

Parabéns pelo texto Jesus.

0
0
Oriente Próximo
Oriente próximo La diáspora kurda ante la caída de Bashar al-Assad
Siria enfrenta el fin de un régimen que durante décadas pareció inquebrantable. Desde la diáspora, la esperanza contenida de quien ha vivido demasiadas traiciones y promesas incumplidas.
Análisis
Análisis Rojava en peligro
Las intenciones de Turquía en Siria ponen en peligro no solo la Administración Democrática Autónoma del Norte y Este de Siria (AADNES) sino también la convivencia del resto de minorías presentes en el país.
Amazonía
Caso Chevron Pablo Fajardo: “Sacrificaron la Amazonía y la vida de la gente por racismo y por la ganancia económica”
El activista y abogado Pablo Fajardo fue elegido hace casi 20 años por la Unión de Afectados por Texaco para el juicio más importante contra la petrolera Chevron. Dos décadas después sigue luchando por la justicia ambiental y social en Ecuador.
Especulación inmobiliaria
Especulación en Madrid Las vecinas de Tribulete, 7 denuncian la especulación de Élix Rental Housing con una acción musical “fúnebre”
VV.AA.
30 inquilinas de este bloque resisten en sus hogares pese a que este fondo buitre ya ha adquirido la totalidad del edificio para convertir los pisos en apartamentos turísticos. Este sábado, han vuelto denunciar el proceso de gentrificación del barrio
Que no te cuenten películas
Comunidad El Salto Suscríbete a El Salto y llévate seis meses de regalo a Filmin
Estas navidades, haz posible que El Salto llegue más lejos con sus contenidos críticos y llévate de regalo medio año de Filmin. Y si ya tienes Filmin, suscríbete a El Salto y regala el acceso a esta plataforma a quien quieras.
Ley de Seguridad Ciudadana
Congreso de los diputados Reforma de la Ley Mordaza: ¿esta vez sí se puede?
Una de las mayores deudas de toda la izquierda del Estado español parece que está a punto de saldarse.
La vida y ya
La vida y ya Ya no sé quién vive en el primero
El barrio se ha transformado tanto que pueden pasar semanas sin ver por la calle una sola cara conocida porque los vecinos han sido sustituidos por turistas.

Últimas

Derecho a la vivienda
Vivienda El Sindicato de Vivienda de Euskal Herria propone la “expropiación de pisos turísticos”
Ponen en el punto de mira los intereses del sector inmobiliario y tachan de “falsas” a todas las medidas propuestas por los partidos políticos como la Ley de Vivienda.
Análisis
Análisis El independentismo se reorganiza, pero ¿sigue siendo independentista?
Los partidos independentistas han sufrido la crisis del procés y el posprocés, y todavía no la han resuelto, sino, a lo sumo, la han aplazado. El PSC aparece como el ganador de una carrera con corredores agotados.
Opinión
Tribuna Todas las razones para decir ‘Altri non’
Aquí van unos cuantos motivos para juntarnos este domingo en Compostela y dejar clara nuestra postura frente a un expolio que nos están tratando de imponer disfrazado de progreso, pero que sólo trae beneficio económico a unos cuantos indeseables.
Opinión
Opinión La oportunista invasión israelí de Siria
Desde la caída de Bashar al-Assad, Israel ha llevado a cabo una invasión de Siria sin provocación previa y con el apoyo de Estados Unidos. Los objetivos son claros.
Más noticias
Relato
Relato Descubrirse las manos
Descubres tus manos: el palmar y el dorso, la posibilidad futura de la pinza atrapacosas, dos miembros que te vinculan al chimpancé y al lémur. Aprendes su mecanismo.

Recomendadas

Literatura
Gustavo Faverón Patriau “Quizá la novela sea ahora mismo más relevante que nunca”
El escritor peruano Gustavo Faverón Patriau quería narrar en su nueva novela la historia de un boxeador que no sabía boxear pero tumbaba a sus rivales recitándoles al oído versos de César Vallejo. ‘Minimosca’ acabó siendo un cuentacuentos inagotable.
Galicia
Memoria histórica Así fue como el Patronato de Protección a la Mujer transformó Galicia en un convento de clausura
Las mujeres que cayeron en las redes del Patronato iniciaron un periplo de encierro, humillaciones, abusos y explotación que es desconocido para la mayor parte de la población. Queda hoy en la impunidad de un silencio que tenemos el deber de romper.
Palestina
Eyad Yousef “No cuentes lo que queremos ser, cuenta lo que nunca hemos dejado de ser: un pueblo que quiere la paz"
Eyad Yousef es profesor en la Universidad de Birzeit, Cisjordania, y comparte su experiencia en una universidad que “representa el pluralismo y la libertad que tanto anhela la sociedad palestina”
Pensamiento
Sarah Jaffe “En realidad tenemos que hacer menos. E impedir que algunas cosas sucedan”
La escritora y periodista Sarah Jaffe aborda el desengaño cotidiano al que nos aboca el mundo laboral e investiga cómo, a pesar de todo, las personas se organizan colectivamente en sus empleos para que “trabajar apeste menos”.