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Sanidad pública
Para qué votar
El primer objetivo de las políticas de salud y de los servicios sanitarios es mejorar la salud de las personas que vivimos y trabajamos en Andalucía. Los indicadores clave muestran que, en comparación con España, Andalucía tiene menor esperanza de vida y nuestras provincias son las de mayor mortalidad por las enfermedades más importantes. Además, tenemos más enfermedades crónicas y peor salud que el resto de las comunidades autónomas. Estas desigualdades se deben por una parte a que tenemos peores condiciones de vida que el resto de España, como muestran nuestras mayores tasas de paro, pensiones más bajas, o los menores salarios del país; pero también a las políticas sanitarias insuficientes e inadecuadas que se desarrollan en Andalucía.
Con y sin pandemia, nuestros servicios sanitarios viven continuamente en situación de estrés
Primero, una financiación muy insuficiente. Los datos oficiales señalan que en esta legislatura, Andalucía es la CCAA que menor gasto público hace en salud. Una consecuencia de esta infrafinanciación es que en casi todas las ratios de profesionales, nuestra CCAA tiene menos profesionales por habitante que el resto de España, y peores indicadores de calidad, y más listas de espera y de mayor duración, como muestran los informes del Ministerio de Sanidad y de organizaciones como la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública. En definitiva, con y sin pandemia, nuestros servicios sanitarios viven continuamente en situación de estrés.
Dos años después de haberse iniciado la pandemia, estos problemas no parecen haberse resuelto. De hecho, en algún caso se han agravado. La demora en la atención primaria de salud pasa de los siete días, siendo quizás el indicador más relevante para la salud de los andaluces del deterioro de la sanidad, porque la atención primaria es la puerta de entrada a los servicios sanitarios, donde se concretan muchas actuaciones preventivas, y es fundamental para el seguimiento de las enfermedades crónicas y para reducir las desigualdades en salud. Desde el Gobierno andaluz se ha aducido que se ha aumentado el número de profesionales sanitarios en esta legislatura, y que la falta de recursos ya no sería la causa de esta demora. Si no es por falta de recursos, entonces una demora tan exagerada como la actual estaría causada por graves deficiencias en la gestión de los centros sanitarios.
En Andalucía, la sanidad privada vive de las deficiencias de la sanidad pública
Por otra parte, frente a las importantes listas de espera hospitalarias, se ha aumentado el volumen de los conciertos con la sanidad privada en esta legislatura. Estas privatizaciones están causando problemas de gran calado. Las entidades privadas que se lucran de estos conciertos realizan las actividades financiadas públicamente contratando mediante peonadas a los propios profesionales de los servicios públicos. Esto es no solo altamente ineficiente, sino que crea un grave problema ético en los servicios sanitarios, además de agravios entre los profesionales. Se suele argumentar que la sanidad privada es complementaria de la pública, pero esto no es cierto, tal y como se ha demostrado en la pandemia: fueron los servicios sanitarios públicos los que “lo dieron todo” en la asistencia a los enfermos de covid-19, mientras que la participación de la sanidad privada en esta pandemia ha sido anecdótica. En Andalucía, la sanidad privada vive de las deficiencias de la sanidad pública y, de hecho, la evidencia indica que cuanto peor le va a la sanidad pública, mejor le va a la privada. Resulta evidente que necesitamos una legislación que proteja la sanidad pública y establezca normativamente las condiciones de los conciertos con la sanidad privada.
En el último año, el Gobierno andaluz ha dedicado únicamente un 1,4% del gasto sanitario a los servicios de salud pública, lo que muestra la falta de inteligencia estratégica en la elección de las prioridades sanitarias practicadas desde la Junta. Estos servicios son los que desarrollan las acciones de prevención; es decir, evitar que la población andaluza enferme. Con la prevención no solamente se evitan enfermedades, consultas al médico, o ingresos hospitalarios y, en definitiva, sufrimiento. También se ahorra gasto sanitario, que podría dedicarse a otras prioridades.
La inmensa mayoría de los andaluces y andaluzas necesitamos que los servicios sanitarios sean potentes y resilientes, estén bien financiados y con los recursos suficientes, dirigidos por profesionales competentes y con objetivos adecuados, y con los profesionales adecuadamente reconocidos y tratados. Todo ello para que la población andaluza tenga la mejor salud posible. En definitiva, esto es lo que nos jugamos en estas elecciones, así que ¡a votar!
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Considero muy importante que se escribiera otra artículo con el título POR QUÉ VOTAR.