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Salud mental
La salud mental se alza como asunto prioritario en el contexto de la mal llamada ‘fatiga pándemica’
El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicó ayer, jueves 4 de marzo, la Encuesta sobre salud mental de los y las españolas durante la pandemia del covid-19. Entre sus conclusiones, seis de cada diez encuestados remiten síntomas de depresión y ansiedad desde el inicio de la pandemia. Por variables, mujeres, jóvenes de entre 18 a 34 años y personas que se identifican como clase baja son los colectivos más afectados por lo que se ha denominado ‘fatiga pandémica’, un concepto que no pocos cuestionan al venirse repitiendo patrones con respecto a las afecciones de salud mental que ya existían antes del estallido del covid-19.
Una de cada tres personas encuestadas sigue mostrándose “muy preocupada” con la situación actual de la pandemia del covid-19. Pero más allá de la cuestión sanitaria, la incertidumbre agravada por la crisis se refleja en otras respuestas del informe del CIS: un 11% de los españoles afirma tener mucho miedo a morir por coronavirus, pero un 21% lo tiene a reducir ingresos económicos y un 14% a perder el trabajo.
Un 11% de los españoles afirma tener mucho miedo a morir por coronavirus, pero un 21% lo tiene a reducir ingresos económicos y un 14% a perder el trabajo
Esta última cifra se dispara en el rango de edad en el que la población se está introduciendo o acaba de hacerlo en el mercado laboral: casi dos de cada diez jóvenes de entre 18 a 24 años y uno de cada cuatro de entre 25 a 34 años reseña una gran preocupación por perder su empleo. Más de la mitad de la población remite una preocupación considerable (“bastante” o “mucho” miedo) porque “la sociedad no vuelva a ser la misma que antes” o “las pandemias se conviertan en parte de nuestras vidas”.
Ellas, más preocupadas
Las mujeres responden en mayor grado sentirse tristes, ansiosas, sin control, desesperanzadas con el futuro, inquietas y solas. Los resultados coinciden con las conclusiones del Instituto de Psicología de Emoción y Salud (IPES) de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) que alertaba de que la pandemia “ha agudizado un problema social latente donde el estrés y los cuadros depresivos se ceban con el colectivo femenino, prácticamente doblando las cifras de los hombres”.
Según la investigación universitaria, el 27,8% de las mujeres presentaba síntomas de depresión —frente al 17% de los hombres— y 26,8% de ansiedad —más del doble que en varones—. Entre los resultados de la encuesta del CIS, destaca también que un 22% de las mujeres afirma haber tenido al menos un ataque de ansiedad o pánico desde el inicio de la pandemia frente al 9% de los hombres que dice haberlos sufrido.
Entre las causas de estos desequilibrios, las investigadoras de la UCM reseñan que “como principales estresores destacan la sobrecarga, al asumir el rol laboral muchas veces con la misma responsabilidad y volumen, junto con la atención a los niños y la casa durante el confinamiento (...) unido a una importante pérdida de reforzadores, falta de apoyo social y mucho menos tiempo para ellas”. La OMS, añaden en la presentación de resultados, también ha señalado una mayor afectación de la pandemia a la salud mental de las mujeres por motivos como el trabajo no asalariado, la pérdida de empleo e ingresos y el repunte de la violencia doméstica.
Cuidados
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Además, la mitad de las mujeres remiten problemas de sueño frente a uno de cada tres hombres. Durante la pandemia, varios expertos alertaron del incremento de consumo de psicofármacos entre la población española, especialmente entre mujeres y en profesiones feminizadas vinculadas a los cuidados. A ello se suma que un 12% de las encuestadas por el CIS asegura que ya antes de la pandemia consumía medicación “para algún tipo de problema de salud mental” —sobre todo antidepresivos y ansiolíticos— frente al 5,5% de los hombres.
Juventud en confinamiento
Los familiares que conviven con menores de edad destacan haberles notado más retraídos, y la situación tampoco está resultando llevadera para quienes ya han cumplido los 18. Los primeros grupos de edad, especialmente los jóvenes de entre 25 a 34 años, asumen el grueso de los encuestados que afirman haber recibido tratamiento psicológico desde el inicio de la pandemia haciendo alusión especialmente a “trastorno ansioso” (44%) y a “trastorno depresivo” (36%).
Tres de cada diez jóvenes de entre 18 a 24 años señalan haber sufrido ataques de ansiedad desde el inicio de la pandemia; un 18% de los encuestados más jóvenes asegura haber sentido a menudo mucho miedo y una de cada cuatro personas en este rango de edad afirma sentirse muy triste o deprimida. Aquellos con edades comprendidas entre la mayoría de edad y los 35 años son los más escépticos con un cambio de paradigma: siete de cada diez siente desesperanza con respecto al futuro.
Salud mental
Los síntomas de depresión y ansiedad se disparan entre jóvenes por la crisis del coronavirus
Clase social como factor de riesgo
Varios informes advierten de la relación entre el nivel socioeconómico de la personas y su riesgo de sufrir padecimiento psíquico. La encuesta del CIS deja ver que, tal y como reivindican colectivos y activistas de este ámbito, las desigualdades sociales y económicas, y las circunstancias que generan, guardan relación con lo que se entiende como mala salud mental. Solo un 4% de aquellas personas que se ubican como clase alta han sentido con mucha frecuencia elevada ansiedad o miedo desde el inicio de la pandemia: entre la clase baja este porcentaje se cuadriplica hasta el 15,7%.
Solo un 4% de aquellas personas que se ubican como clase alta han sentido con mucha frecuencia elevada ansiedad o miedo desde el inicio de la pandemia: entre la clase baja este porcentaje se cuadriplica hasta el 16%
El 16,5% de las personas pertenecientes a clase baja afirman haberse sentido muy a menudo tristes o deprimidas frente al 6,7% de personas ricas. La acusada soledad también es el doble entre las personas de más bajo nivel socioeconómico con respecto a las que más riqueza acumulan. Por otra parte, una de cada cuatro personas empobrecidas siente desesperanza con respecto al futuro frente al 10% total de aquellas con una posición socioeconómica acomodada. La sensación de nerviosismo afecta con asiduidad a un ínfimo 3% de personas del rango socioeconómico más elevado mientras que en el otro extremo la cifra aumenta hasta el 14%.
Las diferencias también se reflejan en el hecho de que supera el doble el porcentaje de elevada preocupación por perder ingresos o el trabajo entre aquellas personas que se identifican como clase baja y quienes lo hacen como clase alta, un aspecto que se vincula con el de la inseguridad laboral percibida, fenómeno sobre cuya magnitud —agravada por la pandemia— vienen alertando expertos desde hace meses.
Aunque cuáles sean las consecuencias estadísticas de la previsible continuidad de estas desigualdades en la salud mental de las personas durante la permanencia de la crisis es todavía una incógnita, la encuesta del CIS arroja otro dato destacable: el 16% de las personas con nivel económico más bajo ya recurría a medicamentos antes de la pandemia, principalmente antidepresivos.
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Qué interesante sería un reportaje sobre las deficiencias de psicología clínica en el sistema nacional de salud, hará dos años ya las reflectía el defensor del pueblo...
La crisis del coronavirus ha demostrado para muchísima gente que nuestra sociedad se viene abajo, que no hay gobierno que la mantenga, que la gente está demasiado harta, cansada, agotada como para ayudarse unos a otros. Perder la fe en la sociedad no se arregla ni con pastillas ni con terapias. Los jóvenes tienen claro que vivirán el colapso, más pronto que tarde, y con esta crisis han aprendido que, cuando ocurra, los adultos se lavarán las manos y harán como que la cosa no va con ellos.
Importante asunto. Quiero añadir que: no solo es notable y digno de atención el aumento de patologías mentales, sino que también creo que ha habido una dejación o disrupción en tratamiento en el colectivo de enfermos "corriente" (la existente sin pandemia). La atención paliativa de familiares y entorno social (que quizá es lo esencial para tratar estos trastornos) se ha visto alterada, y posiblemente disminuida. Estos problemas se van a amontonar, y requieren atención y acción ya. (Digo yo).
Esto no es por el covid. Esto es porque, una vez más, los poderes financieros están aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid para dar otra vuelta de tuerca y precarizar aún más lo que ya era precario. La gente está viendo la que se nos viene encima y tiene miedo y estrés.
Como en 2019 la empresa ganó 500 millones y en 2020 "solo" ha ganado 400 pues va a despedir a 150 personas. Y lo va a hacer además por 4 duros porque la reforma laboral la iban a cambiar pero entre unas cosas y otras parece que se les ha pasado.
BBVA con unos beneficios del copón despidiendo sin conocimiento, el corte inglés, pobrecitos que después de una tupa de años hinchándose a ganar dinero han tenido un año malo, despidiendo sin conocimiento.
Y la gente tiene el recuerdo de 2008 muy presente y ha aprendido que superar una crisis no significa que los ciudadanos recuperen una vida digna si no que las empresas vuelvan a facturar como antes y, claro, nos estamos oliendo la tostada.
Como siempre al perro flaco.....,vives en una habitacion alquilada porque no puedes alquilar un piso,tienes un maxi-trabajo retribuido con un mini-salario,si vas al paro te dicen que la culpa es tuya por no buscar bien y te lo dice un funcionario,si eres mujer/extranjero/viejo/joven/homosexual o practicas el deporte de riesgo de tener opinion...es la fiebre pandemica y no la injusticia /hipocresia de nuestra sociedad,politicos a la cabeza
Ya llegó! llevo varios unos días viendo a los medios hablando del malestar social por las restricciones y por la pandemia en términos de problemas psicológicos, como si esto fuera cosa de cada uno, individualizando algo que es estructural.Solución ¿organizarse para cambiarlo? No, ir al psicólogo o medicarse. Igual que cuando, durante el confinamiento, empezaron con las recomendaciones psicológicas y el Estado promovió acelerar la fabricación de psicofármacos (antidepresivos...). Si un país entero está mal ¿mandamos al país entero al psicólogo o será que el problema está en otro lado? Por cierto, el miedo mediático que nos llevan metiendo durante un año tiene algo que ver con la ansiedad, el estrés y la depresión de la que hablan. Problemas que no han surgido ahora de repente y para todos, si no de formas diferentes a lo largo de un año. La depresión o la ansiedad son efectos psicológicos (es evidente) PERO SUS CAUSAS NO SON PSICOLÓGICAS, SINO SOCIALES. Pero nos han grabado a fuego que "problema psicológico" >>> Solución médica. El cuerpo nos avisa de que algo va mal y decidimos silenciarlo con palabras o pastillas. Y metemos en el mismo saco la terapia psicológica y la medicación, porque antes la diferencia estaba bien marcada, pero cada vez más te recomiendan "tomarte algo para estar calmado". La psicologización también es un problema. Esto no es solo por la situación actual, hay mucho malestar en esta sociedad, por la manipulación y la violencia estructural. El empastillamiento se ha cuadriplicado en nuestro país en los últimos 15 años, hoy te pueden dar psicofármacos hasta cuando vas al médico por un dolores musculares. Quizás tampoco sea casual que la solución médico-psicológica aparezca en la agenda mediática justo después de las mayores protestas desde el inicio de la pandemia (junto a las protestas de septiembre contra el toque de queda). Y de que Barcelona arda durante 6 noches consecutivas
un 11% de los españoles afirma tener mucho miedo a morir por coronavirus.
La paranoia colectiva inducida por el terror mediático creado en los primeros meses. A estas alturas dce coronavirus (o con coronavirus, mejor dicho) mueren mucho menos del 1% de quienes lo tienen. La inmensa mayoría de los que fallecen son mayores y están muy enfermos (así que las causas de muerte son multiples). La media de edad de fallecimientos es de 79 años. Si no tienes esa edad quizás tengas más posibilidades de morir en accidente de tráfico (3000 muertos al año) o cáncer de pulmón por fumar o contaminación en tu ciudad (50.000 muertos al año)
La edad promedio de muertes es mucho más alta, de hecho. En España creo que ronda los 86 años. Saludos.
Al pobre que cambio familia y amigos por la tele y el Gobierno ,al final le pasa de todo....