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Salud mental
Occimorons moviliza la empatía y abraza la vulnerabilidad en salud mental

En plena pandemia, con todo patas arriba, unas viñetas en blanco y negro entraron en nuestras vidas como una ráfaga de viento fresco. Dos personajes: Occi y Morons hablaban de responsabilidad afectiva, de contar y escuchar, de sentimientos y emociones, y de temas habitualmente tabúes en nuestra sociedad como el suicidio. Con un lenguaje fresco y directo, Occi, el personaje que expresa sus necesidades, y Morons, el que ‘está’ y acompaña, abordan situaciones cotidianas relacionadas con salud mental a través de mensajes de una sencillez que llegan directos al cerebro y al corazón rompiendo estereotipos, abrazando la vulnerabilidad, teniendo en cuenta los tiempos y las circunstancias de cada persona, con el respeto siempre como protagonista.
Detrás de esta obra gráfica repleta de sensibilidad, con un enfoque muy diferente a lo que veníamos acostumbradas en cuanto a salud mental, encontramos la pluma de Pablo R. Coca, psicólogo y sanitario granadino que estrena su tercer trabajo ilustrado ‘Las vidas que construimos cuando todo se derrumba’. Hablamos con él en plena ‘Occigira’ con la que está recorriendo gran parte de la geografía española presentando su nueva novela gráfica. Ayer estuvo en Málaga y hoy la estrena en su tierra, en la Feria del Libro de Granada.

En la primera obra, ‘Esas cosas que nos pesan’, los entrañables Occi y Morons hablan de pedir ayuda cuando se necesita y en la segunda ‘Durante la tormenta, un libro para acompañarnos’, tratan de cómo acompañar en ese proceso. “Yo también pedí ayuda y fui al psicólogo, qué menos que hablar de ello”, comenta Pablo, “pero es que también he acompañado y es complicadísimo acompañar a Salud Mental, hablo siempre desde la experiencia propia”, comparte. En esta ocasión, los amigos abordan el momento de construir una vida, “algo que casi me ha dejado calvo porque es complejísimo abordar ese tema en un libro y porque es un tema tan universal, del que se ha hablado tanto, y donde yo he decidido meterme otra vez de lleno”, confiesa el autor.
Construir un proyecto de vida aún atravesando una crisis vital
Pablo nos cuenta que el tema de su nuevo libro trata de responder a las necesidades que percibía no sólo en su entorno, también personales y de sus pacientes, “escuchaba mucho a las personas que me rodeaban hablar de ansiedad, malestar, depresión, de crisis vitales; que si un amigo cambia de curro, otro está molesto por la mudanza, pero es que me miro a mí mismo y también estoy viendo cómo construyo esa vida, también estoy en esa crisis y dije, pues este va a ser el tema”. Al autor le pareció importante “dar un poco de luz a cómo construir una vida desde tí, desde quién eres”, le parece que era necesario abordar la identidad de cada persona “porque muchas veces nuestra identidad está en un segundo plano, nos guiamos por otros sobre cómo tenemos que hacer las cosas, estudiar lo que nos han dicho, lo que creemos, sin realmente tener conciencia de esa identidad que no es perfecta, creo que nos vamos a morir sin saber quiénes somos realmente, pero por lo menos llegar a unos mínimos”.
Occi y Morons dialogan en esta obra que abraza la incertidumbre y el duelo por las vidas que dejamos atrás; que nos pregunta quiénes somos, cuál es nuestra historia y nos ayuda a mirarla con amabilidad.
Occi y Morons dialogan en esta obra que abraza la incertidumbre y el duelo por las vidas que dejamos atrás; que nos pregunta quiénes somos, cuál es nuestra historia y nos ayuda a mirar esa historia con amabilidad, “con la idea de que cuando termines el libro, puedas poner un ladrillo en tu vida que esté más conectado con tus valores que antes”, afirma Pablo. Los valores como una brújula que te guían cuando pierdes el horizonte, “¿Qué es importante para ti?”, pregunta el autor, “de esos valores van a nacer muchas cosas, lo que nos gusta, las metas, objetivos, recorrido, que nos quieran y hay valores que están en conflicto y eso es la vida, a veces quieres estabilidad pero también te gusta el arte aunque no casen bien, pues tendremos que decidir o apostar”.

En ‘Las vidas que construimos cuando todo se derrumba’ Pablo proporciona herramientas con las que desarrolla sus ideas y las ha plasmado en la construcción de las plantas de nuestra casa, que son nos nuestras vidas, “vienen pacientes que me dicen que sólo toman un café en toda la mañana o que duermen tres horas al día y yo quería simplificar la importancia de responder a las necesidades básicas y a las necesidades de seguridad, que la gente se plantee como está esa planta baja y si tiene que hacer alguna cosilla para poder plantearse una parte superior, en la que abordamos el área de la vida, que al final son trabajo y el tiempo que quede para otras cosas”. Una obra para todos los públicos, Pablo nos cuenta que en el Día del Libro, tres mujeres jubiladas le compraron ejemplares y él les preguntó a quién le dedicaba el libro, “me dijeron, es para nosotras, nos ha llamado la atención, es un buen momento para reflexionar sobre estos temas después de toda una vida trabajando”.
El fenómeno Occimorons
Pablo encontró su vocación en la psicología a partir de la convivencia con su hermana pequeña que nació con una enfermedad rara, el síndrome 22q11.2. Creció como hermano “de una hermana que no sabía lo que le estaba pasando” con discapacidad intelectual, problemas en el lenguaje y otros retos. Un estado que se complicó en el tiempo con operaciones, acoso escolar y un nuevo diagnóstico de esquizofrenia. Pablo y su familia padecieron la pandemia de forma muy intensa con el agravamiento de los síntomas de su hermana cuando perdió su rutina. El confinamiento provocado por el coronavirus sumado al acoso escolar previo, “la desbordó y se quedó sin habla, perdimos la palabra para comunicarnos con ella”. De ahí surgió la idea de llegar a ella a través del arte y dibujó una viñeta muy sencilla preguntando a un muñeco, “¿Te pasa algo?”, y éste contestando ‘no’ “mientras en su garganta había una sierra como cuando se nos quedan cosas por decir, y así básicamente nace el proyecto Occimorons”, explica Pablo.
Dibujó una viñeta muy sencilla preguntando a un muñeco, “¿Te pasa algo?”, y éste contestando “no”, “mientras en su garganta había una sierra como cuando se nos quedan cosas por decir", Pablo R. Coca.
Occimorons llega al público a través de la red social Instagram y se viraliza, “se produjo esa magia que llegó en el momento adecuado por el canal correcto; lo vió la editorial, me propuso hacer un libro y ahí comenzó todo”. Desde entonces Pablo no ha parado y además de su trabajo como terapeuta, imparte charlas y talleres de psicología para la infancia y juventud, y por supuesto, escribe y dibuja novelas gráficas, “un paso que salió muy fluido aunque era muy grande”. Pablo percibió que como psicólogo podía tratar temas que la gente necesitaba en relación al estigma, al prejuicio, a la invalidación emocional, “las viñetas me permitieron abrir ese ese espacio. Tratar una serie de cuestiones emocionales que no se habían abierto, la gente me escribía por comentarios, por mensaje. Necesitaban hablar y contar lo que estaban pasando, no solo en pandemia, sino en relación a su salud mental que venía con un montón de otras vertientes”.
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Le preguntamos sobre cómo decide abordar un tema tan sensible como el suicidio y nos comenta que,”con mucha formación, por supuesto, mucha sensibilidad y la necesidad que tenía de abordar ese tema con las viñetas”. Nos cuenta que en la carrera nadie le enseñó que hay que hacer “o desde luego que no hay que hacer”. La gente le escribía, “Tengo a mi amiga en riesgo, mi hermano se intentó suicidar o mi prima se ha suicidado”, mensajes que le hicieron plantearse “dar una respuesta desde mi saber a través de la viñeta con cosas básicas porque tú como familiar puedes acompañar, puedes aliviar, pero al final quien interviene es un profesional. Intenté que por lo menos ese acompañamiento sea desde la emoción y no desde la crítica, el juicio, desde todas estas historias que están tan arraigadas en nosotros. Me tiré a la piscina con ese tema y también a la hora de la gran manifestación de 2021 en Madrid con mis viñetas en pancartas, porque creo que al final lo gráfico comunica y reivindica”.
¿Dónde están los padres?
Pablo es especialista en terapia familiar, adolescencia, duelo y crisis vitales, nos comenta que sus charlas con jóvenes sobre salud mental son muy vivenciales y aprovecha la ocasión para invitarles a pensar y reflexionar “incluso a deconstruir ciertos discursos en cuanto a las emociones”. Dice que en alguna ocasión preguntó, ¿Qué hacéis con las emociones? y “se quedan callados, con mucha vergüenza, pero al final dijeron ‘pues sentirlas’”. Pablo quiso ir más allá y compartió con el estudiantado ideas como que no siempre hay que hacer algo, o al menos no al momento, “llega un punto en el que parece que no podemos sentir o que lo que sentimos tiene que tener un nombre y tenemos que gestionarlo enseguida”. Los chavales y chavalas se acercan a Pablo a través de sus charlas o por redes sociales y comparten casos de autismo, salud mental, acoso escolar, “el insulto de maricón todavía existe y eso me frustra mucho”. Le cuentan que “a mí me están haciendo esto y no lo he contado a nadie. No me salió nada. Pues lo primero que hay que hacer es contarlo, y si la primera persona no te hace ni caso, cuéntaselo a una segunda y una tercera, porque al final va a haber gente que te escuche y te ayude”, aconseja Pablo.
“Lo primero que hay que hacer es contarlo, y si la primera persona no te hace ni caso, cuéntaselo a una segunda y una tercera, porque al final va a haber gente que te escuche y te ayude”, Pablo R. Coca.
En sus charlas también habla de la experiencia con su hermana y cómo el no saber cómo abordar su salud mental le hizo alejarse totalmente de ella, “porque lo que no conoces y ante lo que no sabes qué hacer genera una barrera y un rechazo”. Abordan la adolescencia, una etapa donde Pablo apuesta por movilizar la empatía, “movilizar el ponerse en ese lugar del otro. Y lo hago desde mi lugar como adolescente que fui, que para la gran mayoría la adolescencia no va a ser la mejor etapa de su vida”. También tratan temas de familia, “el otro día se acercó una chica y me dijo muy bien toda esta charla de salud mental son súper necesarias, pero nuestros padres ¿Dónde están? Y efectivamente, es muy necesario abordar el papel de la familia en salud mental, la del Padre con mayúscula y en negrita; entiendo que las circunstancias laborales son complicadas, pero yo me he visto trabajando en grupos de cinco madres, diez madres de todo el instituto, que señala que algo está pasando, la cosa ya va cambiando, pero todavía necesitamos hablar de ello”.
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Otra chica le preguntó si creía que sus charlas cambiaban cosas, “y respondí, pues no lo sé, pero si a alguna persona le ha resonado algo en algún momento, yo que sé, dentro de un año de repente alguien se plantea algo porque lo escuchó en una charla pues ya está”. Pablo está muy sensibilizado sobre acoso escolar, “les digo, si una chispa salta en un océano, ¿Qué pasa? Nada. Pero sí una chispa salta en un bosque lleno de hierba y matojos, ¿Qué pasa? Posiblemente todo empieza a arder. Igual con el acoso escolar y la violencia. Si una chispa salta pero somos capaces de apagarla, pues ahí se queda. Pero si va a más, al final la violencia, el maltrato, los insultos y las risitas se nos van de las manos”.